Three

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Kiara;

No sé por cuánto tiempo estuve dormida, es decir si se le puede llamar dormir al tiempo que estuve inconsciente, pero cuando por fin abro los ojos, la luz es altamente cegadora para mi vista. Demasiado brillante.

Parpadeo reiteradas veces, para lograr adaptarme ante la brillante luz encendida y cuando por fin logró despertar, me asusto al darme cuenta de que no estoy en mi casa.

Porque obviamente no estaba en mi casa.

No es que viviera en un lugar humilde ni pobre, pero me doy cuenta perfectamente por la decoración de la habitación dónde me encuentro, que estoy en un hotel. Y uno muy lujoso. Al menos la habitación es demasiado ostentosa.

¿Dónde carajo estoy?

—Veo que has despertado.

Me paralizo inmediatamente, cuando escucho esa voz demandante que reconozco en cualquier parte aunque no esté viendo al dueño. Cuando giro mi rostro y mis ojos se conectan con los suyos, mi rostro palidece y siento que el oxígeno comienza a escasear.

—¿¡Qué mierda es esto!? —grito con la respiración a full, estoy segura que mi cara está completamente roja y en este caso no es solamente de rabia.

—Kiara por favor cálmate —su expresión es muy calmada, como tratando de mantener el orden y la calma, pero eso no serviría de nada, yo solo quería una explicación y sobre todo quería que alguien me despertara si esto era otra pesadilla.

—¡No te acerques! ¡Ni siquiera te atrevas Kim NamJoon!

Grito llena de histeria y terror cuando veo que sus pasos avanzan con la intención de acercarse a mi. Doy varios pasos desorientados hacia atrás cuando choco con una pared y caigo.

—Kiara...

—¡Qué no!

Los recuerdos de cómo llegué aquí comienzan a hacer aparición en mi mente en ese momento y es ahí cuando llego a una conclusión.

—Fuiste tú, ¿cierto? —su rostro me mira con una clara confusión— Eras tú quien me estaba siguiendo, por eso me sentía observada.

Su silencio me confirma lo que de por sí ya sabía.

Kim NamJoon, el hombre que una vez amé, el mismo que me demostró su peor lado, quien me hizo pasar por un prepotente infierno, el padre de mi hija, me había cazado y finalmente encontrado. El cazador había encontrado a su presa. De nada sirvió esconderme por tanto tiempo, mi miedo se cumplió.

Un momento.

Mi hija.

Si es cierto que él me siguió durante todo el día, tuvo que haber visto el momento en el que salí de la guardería con Ginah.

De un momento a otro me siento mareada y con menos oxígeno que anteriormente. Por cualquier lado que viera la situación, solo significaba una sola cosa; el podría acabar descubriendo que Ginah es su hija.

—Kiara, yo no te haré nada, te lo prometo, solo quiero hablar —no sé en que momento logró acercarse tanto a mi pero al tenerlo cerca, mi cuerpo reacciona negativamente y me arrastro hacia atrás por inercia.

Río con ironía ante sus palabras.

—¿Pretendes que crea eso? —comienzo a hablar y la rabia comienza a hacerse notar en mi voz— ¿Y de que hablaríamos según tú? De todas las veces que me golpeabas, de las veces que me lastimabas tanto física como emocionalmente. ¡O de las veces que abusaste de mi sin importarte que estuviera sangrando fuertemente! —escupí con ira— ¡Porque eso era lo que hacías conmigo! ¡Y todo por tus estúpidos celos! —tuvo la intención de hablar pero fui más rápida y me levanté desabrochando mi camisa blanca hasta quedar semidesnuda ante él— Éste fue el recuerdo que me dejaste, ¿lo recuerdas? —le muestro las varias cicatrices que tenía en el lado derecho de mi abdomen y veo como mira con arrepentimiento, porque sí, desde que comencé a gritarle todo lo que me había hecho su expresión en sus ojos era de puro arrepentimiento.

Sus ojos miraron los míos, y pude ver también dolor en ellos, pero no me importaba. Porque Kim NamJoon para mí murió el día en el que me golpeó por primera vez.

—Kiara... por favor...

—¡Escúchame bien! —lo interrumpo— ¡Aléjate de mi vida! ¡No te quiero ni cerca de mi, ni de mi hija, ni de nadie que tenga que ver conmigo! ¡Ya no soy la misma mujer indefensa de la que abusabas y no voy a permitir bajo ningún motivo que me vuelvas a poner una mano encima! ¿¡Me entiendes!? ¡Largo de mi vida!

No dice nada solo se queda ahí viendo como me voy rápidamente luego de tomar mis zapatos y de cerrar mi camisa a como mis manos me lo permiten.

Azoto la puerta a mi paso y cuando logro llegar al ascensor y adentrarme, suelto todo el aire que tenía contenido. Las lágrimas no tardan en aparecer haciendo estragos en todo mi rostro.

¿Por qué tenía que aparecer?

¿Qué es lo que voy a hacer ahora?

Él vió donde vivo, vio a mi hija, hasta sabe donde es el kinder. En otras palabras, estoy en sus manos.

Cuando llego al primer piso y salgo al lobby, todas las miradas caen en mi. Deberían pensar que era una loca por como venía, descalza, con la camisa medio abierta y con el rostro hecho un desastre de lágrimas.

—Señorita, ¿se encuentra bien?

—¿Q-qué? —pregunto algo desorientada.

Levanto la mirada, encontrando a un bellboy a mi lado. Su rostro me miraba como si me hubiese visto antes. Pero yo solo necesitaba irme, ya no podía pasar un minuto más aquí cerca de él.

—¿Qué si se encuentra bien? ¿Necesita ayuda?

—N-no... solo... solo saqueme de aquí por favor —pido casi que sin poder formular palabra.

Siento mi cuerpo débil al punto de que mis piernas se doblan y caigo al piso. Siento las manos del chico rodearme la cintura en forma de ayuda.

—Señorita la llevaré a la sala médica del hotel —niego— Usted no se encuentra bien.

—¡Qué no! Solo necesito salir de aquí. Déjeme llamar a mi hermana por favor.

El chico solo asiente, cediéndome su celular. Con manos temblorosas, aprieto el ícono del teléfono para hacer llamadas y coloco el número de mi hermana en el teclado de marcación, el cual me sabía de memoria. Suspiro frustrada y comienzo a mover mis dedos sobre mi pierna como un tic nervioso cuando noto que se tarda en responder.

¿Hola?

¡Kamila!

¿Kiara? —aún sin saber lo que voy a decir puedo notar su tono nervioso— ¿Qué sucede? ¿Por qué me llamas de otro número?

—Sólo sácame de aquí, por favor, ven por mi —pido desesperadamente.

Está bien, pero cálmate. Primero dime dónde estás.

—Estoy... estoy en... —miro la placa que lleva el bellboy en su uniforme con su nombre y el del hotel— Estoy en el Hotel Condado Vanderbilt. Por favor ven rápido.

No te preocupes, llegaré lo más rápido que pueda.

Respiro aliviada y luego de colgar la llamada, le devuelvo el celular al chico y musito un gracias ante lo cual él asiente. Luego de ayudarme a llegar a uno de los grandes sofás del lobby, me brinda un vaso de agua para tranquilizarme la cual acepto. Siento que el tiempo pasa demasiado lento y que la ansiedad y los nervios se apoderan de mi con más fuerza.

El alma se me ilumina cuando veo a una chica pelinegra como yo, llegar hasta una de las recepcionistas. Su vista mira en la dirección que le indica la recepcionista y la veo casi que correr hasta mi. Me levanto con las pocas fuerzas que siento y me abalanzo a su cuello con nuevas lágrimas en los ojos .

—Shh, tranquila —soba mi espalda con una de sus manos— Estoy aquí tranquila.

Me separo de ella. Limpio alguna de mis lágrimas.

—Sácame de aquí por favor.

Puedo ver en su mirada el deseo de querer preguntarme lo que está pasando, pero aún así no lo hace, solo se limita a asentir y es lo que más agradezco. Salimos de ahí, directo a su auto.

En todo el camino no dije ni una sola palabra, el silencio era algo pesado. Solo me dediqué a mirar el paisaje. Cuando llegamos a mi casa finalmente, bajé rápidamente y me adentré a ésta. Caminé directo a las escaleras y subí casi que volando directo hacia la habitación de Ginah. Abrí la puerta y entré, pasándole de lado a Matilde. Vi a mi hija dormida, abrazada a otro de sus peluches, y se me encogió el pecho. Ni siquiera lo pensé antes de acostarme a su lado y acurrucar el pequeño cuerpo de Ginah en mis brazos.

¿Qué pasaría ahora?

¿Qué sería de mi ahora?

Bueno...

Empezó a ponerse bueno esto.

Pobre del Nam, Kiara no le quiere ni dar la hora.

Y la pobre Kiara, está que tiembla.

Bien, este será el último capítulo que publicaré de esta historia, por ahora. Entonces lo que quiero decir con esto, es que luego de este, actualizaré otro de mis fics y hasta año nuevo no habrán más actualizaciones. Bueno quien sabe y tal vez les suba algo, pero lo más probable es que no.

Se les ama.

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