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Seungmin resopló irritado al notar que su maleta no cerraba, puso la rodilla sobre la parte de arriba para hacer presión y así poder cerrarla, pero seguía siendo imposible, nada parecía funcionar.

-Ya te dije, saca las cosas que no vas a necesitar-Changbin rodó los ojos, viéndolo desde la cama.

-Todo es sumamente importante, no puedo sacar nada-frunció el ceño, forzando el cierre de la maleta que apenas se movía.

-No necesitas llevarte esos peluches, Seung, sácalos.

Seungmin hizo un puchero, negándose a abandonarlos en su habitación.

-Si es necesario-se cruzó de brazos_No puedo dormir sin ellos, lo sabes.

-¿Hyunjin deja que duermas con peluches cuando estás con él?

-Obvio.

Changbin suspiró mientras negaba con la cabeza, se bajó de la cama y puso ambas manos sobre la maleta, presionando con fuerza.

-¡Hazlo, ciérrala!

Seungmin se apresuró a buscar el cierre y con todo su esfuerzo, logró cerrarla por fin. Sonrió satisfecho, y aunque la maleta parecía que explotaría en cualquier momento, al menos ya estaba cerrada.

-¡Gracias Binnie!-le sonrió ampliamente.

Changbin solo asintió con una corta sonrisa, pensando en que al final, su mejor amigo tendría que abrir de nuevo esa maleta en algún momento y volvería a frustrarse por cerrarla.

Bueno, será problema de Hyunjin.

Hyunjin subió la maleta de Seungmin al baúl del auto de su madre y luego ambos se subieron en los asientos traseros. Seungmin se encontraba demasiado emocionado, nunca había ido a la ciudad, y según había escuchado, era maravillosa, ruidosa e iluminada.

Los Han dejaron que Seungmin se fuera con los Hwang luego de que insistió mucho en ello. No estuvieron muy de acuerdo con dejarlo ir a un lugar desconocido, pero la señora Hwang les prometió que regresarían a salvo y que estaría pendiente de Seungmin, y tras hablarlo entre adultos, por fin accedieron. Y a pesar de que solo estaría en la ciudad por tres días, Seungmin no cabía de la emoción.

Durante el viaje, todos se mantuvieron hablando y riendo, en especial Seungmin que no dejaba de admirar cada cosa que veía tan pronto salieron del pueblo. Una hora y media más tarde, algunos edificios empezaron a verse en el camino, cosa que mantuvo a Seungmin pegado a la ventana.

-¡Ese edificio es demasiado alto!-siguió viendo hacia arriba, sorprendido.

-Es un edificio de departamentos, es de los más altos de la ciudad-explicó cortamente Hyunjin, sonriendo enternecido.

Seungmin simplemente asintió, inquieto en su asiento.

Luego de unos minutos, la señora Hwang se estacionó frente a una casa que parecía moderna. Seungmin solo pensaba es que en su pueblo no habían casas así, porque podían ser grandes, pero no tan modernas.

Los tres se bajaron del auto, siendo recibidos por el abuelo de Hyunjin quien los saludó con evidente alegría, incluso a Seungmin, cosa que hizo muy feliz al menor.

-Tu habitación es muy amplia-se sorprendió Seungmin cuando se hizo paso dentro de esta.

Hyunjin asintió, dejando sus maletas y las de Seungmin a un lado de sus muebles. Caminó hacia la cama y se recostó con alivio sobre esta, estirando sus extremidades con pereza.

-Min, ¿vas a dormir?-dijo el menor con un puchero en sus labios.

-No, de seguro estás emocionado por salir.

-¡Si, si, si!-asintió repetidas veces, saltando a un lado de Hyunjin-¿A dónde iremos primero? ¿Podemos ir a una cafetería? Supe que en la ciudad hay cafeterías muy bonitas. Ah, y también quiero comprarle cosas bonitas a Changbin, ¿Podemos ir a una tienda? ¿Podemos-?

Hyunjin interrumpió al menor con un beso en los labios, acariciando su mejilla con suavidad mientras sonreía en el medio.

-¡Hyunjin!-Seungmin frunció el ceño al separarse.

-Es que te ves muy lindo-besó su nariz con ternura y se alejó-Vamos, te llevaré a donde quieras.

Seungmin bajó de la cama de un salto y bajó las escaleras con rapidez a la espera de su novio, ansioso por las cosas nuevas que vería en ese lugar.

Hyunjin nunca se había sentido tan feliz de estar en el centro comercial. Cuando vivía en la ciudad, estaba aburrido de ir a los mismos lugares de siempre, pero luego de tanto tiempo, regresar se sintió muy bien.

A su lado, Seungmin no paraba de jalarlo a todos lados, tirando de su mano para llevarlo de un lado a otro mientras hacía sonidos de admiración con toda la decoración que llamaba su atención.

-¿Qué quieres hacer primero?-Hyunjin preguntó cuando se encontraban subiendo por las gradas eléctricas, entrelazando sus dedos con las del menor.

-Hmmm...

Seungmin estuvo a punto de decir algo cuando se vio interrumpido por alguien más.

-¡Hyunjin, amigo!

El mencionado se giró hacia la voz que lo llamó, encontrándose con Wooyoung caminando hacia ellos con una gran sonrisa en su rostro. Seungmin mordió su labio inferior, inseguro por la presencia del mayor.

-Hola...-sonrió apenas, reforzando el agarre en la mano de Seungmin para tranquilizarlo.

-No avisaste que vendrías, hubiéramos preparado algo.

-No estaré aquí por mucho tiempo-rascó la parte trasera de su cabeza, sintiéndose un poco incómodo.

Desde la última vez que se vieron, no volvió a cruzar palabra con sus amigos, las cosas habían quedado un poco mal entre ellos, y con el tiempo, se dio cuenta de que ninguno daría el paso para pedir disculpas o al menos hablar sobre lo sucedido. Y fue ahí que se dio cuenta de que no eran amigos.

-¿Quieres venir con nosotros?-siguió hablando hacia Hyunjin, ignorando la presencia del castaño-Estamos yendo al boliche, amabas ir ahí.

-Lo siento, justo estamos yendo a una cafetería, ¿verdad, Seung?-se dirigió al menor que con timidez asintió.

Wooyoung rodó los ojos y se encogió de hombros, gesto que no pasó desapercibido para Hyunjin, seguro de que lo mejor que hizo fue alejarse de ellos.

-Nos vamos, adiós-se despidió cortamente del otro, siguiendo su camino con Seungmin a su lado.

Seungmin sonrió tímidamente para sí mismo mientras caminaban en silencio.

-¿En serio no quieres ir con ellos?

-¿Y perder mi tarde con mi lindo novio? No, gracias.

Y eso fue suficiente para que Seungmin tuviera de nuevo sus ánimos.

-Este ya lo leí... Este también... Pecado no haber leído este... Este me encantó, deberías leerlo también, Jin.

Seungmin seguía recorriendo los estantes de libros de la cafetería con temática de biblioteca mientras Hyunjin asintía a cada cosa que le decía. Sabía lo mucho que le gustaría el lugar, así que fue la mejor opción.

Luego de que Seungmin viera todos los libros, pidieron un postre cada uno y un café, dispuestos a disfrutar del bonito lugar.

-Siempre he amado estos lugares-comentó Hyunjin-Extraño esto-murmuró distraído sin dejar de ver la decoración.

Seungmin asintió, pensando en que en su pequeño pueblo no había nada de eso, apenas y habían un par de cafeterías, y para nada se comparaban con las que habían ahí.

-Después iremos a comprar las cosas que quieras para el tonto de Changbin.

-No le digas así-frunció el ceño-Ustedes ya deben ser amigos.

-Intento, pero siempre hace algo estúpido-se encogió de hombros, divertido.

Seungmin negó con la cabeza y sonrió, dispuesto a comer el apetecible postre que acababan de llevar su mesa.

Cuando salieron de la cafetería, Hyunjin llevó a Seungmin a cada tienda para que comprara lo que quería para su mejor amigo. No le molestó en lo absoluto, simplemente le daba ternura lo feliz que se veía, así que lo dejó dar vueltas por todos lados sin quejarse.

-Hyun, el centro comercial es muy genial.

-Lo es, hay de todo-estuvo de acuerdo.

-Gracias por traerme-le dijo con un sonrisa, acomodando las bolsas de compras para poder tomar la mano de su novio.

El día pasó más rápido de lo que a Seungmin le gustaría. Cuando salieron del centro comercial, ya había oscurecido. Caminaron hacia el auto de Hyunjin, guardaron las cosas y empezaron su viaje de regreso.

-Estoy cansadito~-hizo un puchero y se recostó en su asiento.

-¿Ya?-rió el mayor sin apartar la vista del camino-Y yo quería llevarte a otro lugar.

Seungmin se reincorporó rápidamente en su asiento y lo vio con interés.

-¿A donde vamos?

Hyunjin volvió a reír al notar que Seungmin parecía enérgico de nuevo, como si nada.

-Iremos a un jardín botánico, te gustará.

Seungmin asintió repetidas veces, emocionado.

Estaba amando cada vez más ese día.

El jardín botánico era amplio, demasiado grande, tanto que Seungmin no podía creerlo. Imaginó que sería un pequeño jardín con muchas plantas y flores, pero no, incluso había un estanque con tortugas y peces coloridos; las luces del lugar lo hacían ver más lindo y llamativo.

-¿Quieres alimentar a los peces?

-¡Si, si quiero!

Hyunjin compró un puñado de comida para peces y se acercaron a la baranda del estanque, dejando ir poco a poco la comida al agua, causando que los peces se amontonaran en busca de ser alimentados.

-No se preocupen, hay para todos-rió el menor, tirando más comida.

Hyunjin se mantuvo en silencio durante un rato, escuchando únicamente la risa de su novio quien no dejaba de hablar con los peces como si fueran a responderle.

-Jinnie, ¿ya te aburriste?

-Uhm, no-le sonrió cortamente, mirándolo mientras de recargaba en el barandal-Solo estoy pensando.

-¿En qué piensas?-preguntó curioso, limpiando sus manos con una servilleta qué tenía en si bolsa.

-En que extraño mucho todo esto-respondió con sinceridad, viendo a lo lejos el montón de flores de colores que relucían bajo las luces-Hay muchos lugares que ver, muchas cosas que hacer.

-¿Lo extrañas mucho, mucho?

Hyunjin asintió, por fin viéndolo.

-He venido aquí desde que era un niño, a mi también me gustaba mucho alimentar a las tortugas y a los peces-rió por lo bajo.

-Entiendo-asintió el menor, agachando la mirada.

La ciudad era un lugar muy sorprendente, moderno, atractivo, Seungmin era consciente de que la ciudad era mucho mejor que su pueblo en el que ni siquiera había un cine real. La idea de que Hyunjin regrese a la ciudad le daba mucho miedo porque no quería que lo dejara, y tal vez podría ser un poco egoísta de su parte, pero quería estar con él siempre.

-Hey, ¿qué te pasa?-Hyunjib notó él decaimiento en la expresión de su novio-¿No te gusta estar aquí?

Seungmin no respondió y se acercó a abrazarlo, recargando su cabeza en su pecho, escondiéndose ahí, aferrándose sin querer soltarlo.

-Me gusta mucho estar aquí, entiendo por qué odiabas el pueblo.

-Bueno, acababa de mudarme, claro que extrañaría la ciudad-sobó su cabello, meciéndose levemente-Pero está bien, me gusta vivir en el pueblo ahora.

-¿Por qué?-levantó la mirada, encontrándose con los ojos del pelirrojo-Todo es aburrido, no hay restaurantes bonitos, ni boliche, ni cine... Entendería si quieres mudarte aquí de nuevo.

-Pero no quiero mudarme aquí otra vez-rió bajito, sobando la mejilla del menor con el dorso de su mano.

-No mientas, estar aquí es muchísimo mejor... Todo es mejor.

-Tengo mis razones. En el pueblo hay algo que no se compara en lo absoluto con la ciudad.

-¿Y eso qué es? No veo nada que pueda hacer que mi pueblo se vea mejor que todo esto.

Hyunjin sonrió y dejó un casto beso en los labios del castaño, acunando su rostro con ambas manos, viéndolo a los ojos con adoración.

-Tú. En ese pueblo estás tú. Y ahí te conocí.

Seungmin se sonrojó fuertemente, sintiendo los latidos demasiado fuerte contra su pecho.

Hyunjin era experto en hacerlo sentir de esa manera, y pensar que cuando lo conoció, ni lo miraba y le negaba todo.

-Verás, Seungmin, claro que extraño todo lo que dejé aquí hace meses, pero si tuviera que elegir, elegiría en donde estás tú, siempre será así.

Seungmin se escondió de nuevo en el pecho del mayor, huyendo de su mirada que lo ponía muy nervioso.

-Me estoy sonrojando mucho, a basta-dijo en voz baja, aferrándose más a su abrazo-Te amo mucho, Hyunjin, eres el más lindo de todo el mundo... Gracias.

Hyunjin rió y besó su cabeza, sintiéndose tan tranquilo con todo, porque la final, no importaba si estaba en un pueblo o en la ciudad, lo único que importaba era que estaba con Seungmin y que tuvo la suerte de conocerlo en el lugar justo.

Aparte de eso, nada más le importaba.

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