OO3 | CASTIGO

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Jungkook estaba sentado en la reposera de madera, inclinado hacia adelante y disfrutando de la calurosa tarde con su camisa celeste que enseñaba un poco su pecho, las mangas dobladas hasta sus antebrazos, llevando un cigarrillo entre sus dedos anular y del medio, dándole una calada cada tanto. Su atención estaba anteriormente en el celular, ya que como siempre se ponía al día con las noticias en cuanto a lo empresarial y lo que se iba sabiendo acerca de Kim Seokjin, sintiendo satisfacción de que aquello estaba hundiendo a la Empresa que fue por un buen tiempo rival. Pero aquella atención se desvió a la piscina al escuchar un chapoteo, observando a la joven que nadaba tranquilamente, ignorándolo por completo, lo que estaba siendo algo curioso para él.

Pues, había pasado unos pocos días desde su amenaza, lo que hizo que esperara que ya no intentara nada al respecto. Creía que lo había entendido, que él no era un juguete con el que podría entretenerse durante esas vacaciones y la saciaría. Pero, para su sorpresa, la amenaza parecía haberla motivado, porque desde entonces notaba aquellas miradas, algunas veces, seductoras y otras de pura inocencia que le hacían empuñar sus manos en busca de contenerse, ya que la mayoría de veces que la veía estaba su hijo presente, hablándole, aunque él no le prestaba la atención que debía, y culpaba a la joven por eso.

Hazel Ryers estaba volviéndose una jodida molestia para él.

Ahora le daba una calada a su cigarrillo mientras la observaba subir los escalones, pasando las manos por su cabello miel echado hacia atrás que llegaba a su cintura, llevando un pequeño bikini celeste que apenas cubría lo más necesario de su exquisito cuerpo que llamaba la atención del pelinegro. Había buscado sobre ella en Internet, viendo algunos comerciales como también fotografías de su trabajo como modelo, dándose cuenta de que había varios rumores sobre posibles hombres con los que estuvo y le llevaban varios años, que encantaba a cualquiera y como muchas personas la tenían como un sueño, mientras que él la tenía bajo su techo e intentando seducirlo de cualquier manera posible.

Jungkook soltaba el humo, observando cómo ella escurría su largo cabello a la vez que lo miraba con una pequeña sonrisa de inocencia. En ese momento sentía que era el Diablo que lo incitaba a pecar, a lanzarse sobre ella y follarla hasta que él se saciara sin importarle más. Pero se quedó allí, sentado mientras pasaba la lengua por el interior de su mejilla.

—¡Hey, Hazie, traje unas cervezas! —exclamó Taehyung.

Aquella voz hizo que Jungkook se levantara mientras le daba una última calada al cigarrillo antes de tirarlo al suelo y pisarlo con la suela de su zapato, para luego comenzar a caminar hacia la puerta, llamando la atención de ambos jóvenes.

—Te advierto que no quiero ebrios en mi casa.

—Oh, no. Sólo será esto —aseguró aunque su padre siguió su camino, ignorándolo por completo.

Hazel alzó una ceja mientras lo veía pasar y las comisuras de sus labios comenzaron a elevarse en una pequeña sonrisa de satisfacción. Para ella no eran nada desconocidas aquellas sensaciones que podía provocar en los hombres, porque era algo que buscaba.
Sabía perfectamente que anteriormente Jungkook la había estado mirando con ganas de devorarla y, por si fuera poco, se había marchado excitado.

Estaba perdida en sus pensamientos sintiendo satisfacción al haberlo notado, pero acabó cayendo al agua, lo que hizo al poder sacar su cabeza y tomar una bocanada de aire, escuchara una risotada por parte del castaño. Hazel tosía mientras Taehyung le daba un gran sorbo a su cerveza, decidiendo tomar asiento en el borde de la piscina, sintiendo la mirada molesta de la joven.

—¡¿Qué te sucede, idiota?! —preguntó molesta, tirándole agua a Taehyung, el cual se inclinó hacia atrás y soltó una risilla.

—Eso fue por mirar lo que no debes —explicó fijando su mirada en Hazel que no pudo evitar tensarse—. Y espero estar equivocándome.

—Deja tu imaginación, idiota.

—Ya, como digas —rodó los ojos, decidiendo dejar el tema de conversación—. Hablé con Min, el dueño del Club CYAN. Se me ocurrió que esta noche podríamos ir, ¿qué dices?

—Por mí está bien. Tengo ganas de divertirme —asintió acercándose.

—Yo igual, y más contigo.

Hazel sonrió quedando más cerca de él, el cual le acercó la botella de cerveza como si tuviera la intención de darle de beber, pero ella la tomó rápidamente soltando una risilla.

—Puedo hacerlo yo, idiota.

—Ya, deja de insultarme tanto —reprochó molesto, notando cómo ella sonreía.

Hazel llevó la botella de cerveza a sus labios para comenzar a beber, y Taehyung dejó su botella a un lado para apoyar las manos en el borde en la piscina, inclinándose hacia atrás mientras la observaba a la vez que se perdía en sus pensamientos y era ignorado por ella.














(...)
















Por la noche, Taehyung había arrastrado a Hazel a su coche, intentando escapar de la vista de Jonghoon, ya que no quería tener que soportar su presencia y que los vigilara en un Club al tener pensado divertirse como siempre solían hacerlo tiempo atrás. Algo que no pensaban cambiar.

Una vez que entraron, encontrándose con más personas de lo que pensaban, Taehyung sonrió a la vez que la tomaba de la mano para acercarse a la barra y empezar a pedir para beber mientras conversaban sentados en los taburetes. Así los minutos empezaron a pasar y luego de su segunda bebida, decidieron mezclarse entre las personas, dirigiéndose a la pista de baile.

Ambos estaban disfrutando de la noche, pegando sus cuerpos siguiendo el ritmo de la música, a Hazel sin molestarle o incomodarle para nada sentir sus grandes manos por su cuerpo, ya que si había algo que existía entre ambos era la confianza y comodidad. Estaban más que acostumbrados a eso, seguros de que no habían sentimientos confusos, sólo de amistad entre ambos. Pero luego de tanto tiempo, ¿eso seguía manteniéndose así?

Hazel inclinó su cabeza hacia un lado sintiendo cómo la respiración pesada del castaño chocaba contra la piel de su cuello, haciéndola estremecer, y sus manos bajaban por su cintura, llegando a sus muslos desnudos por el vestido negro que llevaba. Ella disfrutaba de sentir cómo se pegaba más a su cuerpo, por lo que hacía movimientos circulares con su cadera, restregándose por momentos en su entrepierna mientras una pequeña sonrisa juguetona se dibujaba en su rostro, aunque él no pudiera verla, pero sabía que era consciente de su juego por la forma en la que enterró los dedos en sus caderas.

—¿Por qué pareces estar intentando provocarme? —preguntó con voz profunda, chocando su tibio aliento contra el lóbulo de su oreja, haciéndole jadear.

—Como sigo sintiendo tu rencor, no pensé que estuviera mal jugar un poco contigo —confesó manteniendo su sonrisa, llevando las manos a las suyas, entrelazando sus dedos con los de él a la vez que apegaba más su trasero a la pelvis de este, escuchándolo ronronear en su oreja.

—No lo despiertes si luego no vas a jugar con él —advirtió antes de morder la piel de su cuello, provocando que ella soltara un chillido.

Hazel se separó de manera abrupta, volteando a verlo indignada mientras llevaba la mano a su cuello, aquella zona afectada y algo húmeda, escuchando que Taehyung soltaba una risilla al verla así.

—Ya, vamos a pedir para beber antes de que esto termine mal, Hazie.

Estuvo de acuerdo cuando él tomó su mano, por lo que empezaron a caminar con algo de dificultad entre las personas para dirigirse nuevamente hacia la barra, pero en eso la fémina pudo sentir cómo ejercía algo de presión en el agarre y su mirada se dirigió por un momento hacia uno de los lados. Ella dijo su nombre rápidamente, curiosa por aquella reacción, pero este pareció volver en sí y continuar rápidamente el camino.

Al llegar a la barra, tomaron asiento y Taehyung se encargó de pedir para ambos Bloody Mary, mientras Hazel lo miraba con curiosidad al notar que parecía bastante tenso.

—¿A quién viste? —se atrevió a preguntar mientras él le daba un sorbo al cóctel.

—¿Qué? ¿De qué hablas? —frunció el ceño, fingiendo desconcierto.

—¿Viste a alguna que tuvo la mala suerte de estar entre tus sábanas? —indagó divertida e inclinándose hacia su lado, notando cómo este la miraba molesto—. Oh, ya sé. Viste a Dajung, ¿verdad?

Este suspiró negando con la cabeza mientras su mirada volvía a su cóctel, por lo que la fémina no pudo evitar soltar una risilla. Sabía demasiado bien que aquella relación le afectó demasiado el último tiempo y más al acabar, lo que a ella le había hecho sentir algo de culpa el estar lejos y no poder estar a su lado para poder saber qué pasaba realmente entre ellos, poder buscar una mejor manera de levantar su ánimo. Pues, a pesar de que se mantenían en contacto siempre, haciendo videollamadas la mayoría de los días, al conocerlo demasiado, podía notar con gran facilidad que su mejor amigo parecía callarse lo que estaba pasando realmente en aquella relación que duró seis meses y fue única que tuvo.

Eso le había molestado demasiado, ya que Taehyung siempre era de decirle absolutamente todo, hasta el mínimo detalle, por lo que cuando acabó, que lo supo por un mensaje de texto y él rechazaba sus videollamadas, decidió hacer un viaje rápido para verlo, sorprendiéndose de que Taehyung, a pesar de haber dicho por meses que la había extrañado por marcharse a Nueva York, buscando comenzar su carrera como modelo, no pareció nada feliz de verla.

Pero después de esa relación, fue una gran sorpresa para Hazel notar por redes sociales, además de las continuas videollamadas, la forma en la que este había cambiado tanto su personalidad, volviéndose también cada vez más atractivo, hasta alguien mujeriego y problemático. Pues, si bien siempre notó lo seductor que podía llegar a ser, no lo consideraba alguien que pareciera gustarle usar a las jóvenes, mucho menos a quienes estaban en el mismo Instituto. Pero claro que Hazel no conseguía indagar en lo que podría estarle sucediendo y tampoco es que pudiera hacer mucho a la distancia, mucho menos cuando su concentración estaba puesta en lograr sobresalir como modelo.

—No es nada de esa mierda.

—¿Entonces...?

—Es sólo que cuando vine de hace un tiempo a ver a mi abuela, tuve problemas con alguien, y... acabo de verlo —explicó algo tenso, llamando más la atención de ella.

—¿Quién?

—No es nadie importante. No creo que me note, así que terminemos esto para volver a bailar.

—Pero...

—Ya, cállate y bebe. No es algo para recordar, además mi padre dijo que se encargó de eso.

Hazel terminó suspirando, intentando hacer a un lado su curiosidad, ya que no quería que este llegara a tensarse más por seguir pensando en eso. Siguieron bebiendo mientras que ella se encargó de cambiar el tema de conversación, notando que su mejor amigo parecía ir relajándose con los minutos, aunque notaba cómo su mirada por momentos se desviaba, sólo causando que su curiosidad se despertara más, hasta que acabaron sus bebidos.

—¿Ya podemos ir a bailar?

—Primero déjame ir al baño —respondió levantándose.

—¿Vas a dejarme sola?

—¿Qué? ¿Quieres ir conmigo? —sonrió con picardía.

Agh, olvídalo, idiota.

—Espero que cuando vuelva, no estés con alguien más.

—¿Por qué dices eso? 

—Siempre que salimos, terminas dejándome solo por algún idiota, así que espero que esta vez sea diferente —explicó acercándose más a ella que rodó los ojos.

—Ya, entonces, apresúrate.

Este asintió y volteó para comenzar a caminar hacia el baño, perdiéndose entre las personas, por lo que Hazel suspiró y dirigió su mirada hacia la pista de baile. Realmente quería que Taehyung regresara de una vez, porque estaba pasándola más que bien solamente con él, algo que la sorprendía al siempre terminar junto a algún hombre que llamara su atención. Pero, quizás, ahora eso no pasaba porque ya tenía a alguien en la mira y ese hombre no se encontraba en ese Club.

Estaba perdida en sus pensamientos hasta que sintió una presencia, lo que hizo que sonriera hasta que el aroma a la colonia que utilizaba se coló por sus fosas nasales, haciéndole saber rápidamente que no se trataba de quién creía.

—Buenas noches, muñeca.

Al escuchar esa voz masculina, se levantó y volteó encontrándose con un hombre alto, de cabello castaño y corto, algo desordenado, que tenía una gran sonrisa en su rostro y parecía tener una cicatriz en una de sus cejas. No era necesario para ella conocerlo para que supiera que no era bueno estar cerca de ese hombre, pues todo en él parecía gritarle que lo mejor era huir, algo que le recordaba lo que sentía últimamente al acercarse a Jungkook.

—Oye, a ti te conozco —aseguró mirándola de pies a cabeza, provocando que ella se tensara mientras tragaba con dificultad—. Siento que te he visto en algún lado. Quizás... alguna cartelera. ¿No eres acaso modelo o algo así? Eres demasiado llamativa, así que podrías serlo, muñeca.

—Y-yo... sí —balbuceó a causa de los nervios, mirando hacia el costado de aquel hombre, rogando que Taehyung volviera pronto.

—Lo sabía. ¿Cómo no podría recordar a alguien como tú? —mordió ligeramente su labio inferior por un momento mientras volvía a mirarla de pies a cabeza, como si estuviera devorándola tan sólo con aquella mirada—. Me presento, soy Jung Hoseok.

La fémina volvió su mirada a él, debatiéndose sobre si debía tomar su mano, pero al notar cómo alzaba una ceja, decidió hacerlo, sintiendo cómo un escalofrío recorría su espina dorsal cuando este se inclinó hacia adelante y dejó un beso en el dorso de su mano.

—Hazel...

No llegó a decir su apellido cuando escuchó bullicio, lo que hizo que dirigiera su mirada a un costado, sorprendiéndose de cómo Taehyung se acercaba rápidamente a ella y empujaba a las demás personas, para tomarla con fuerza del brazo, robándole un jadeo.

—¡¿Qué carajos te crees que haces?!

Hoseok había intentado apartarlo, pero Taehyung soltó a la fémina volteando para darle un gran empujón que lo hizo retroceder unos pasos.

—Maldito imbécil...

Había empuñado su mano con la intención de golpear a Taehyung, pero este fue mucho más rápido impactando la suya en su rostro, haciéndole caer y que la gente se sorprendiera, mientras que Hazel chilló sorprendida al jamás haber visto a su mejor amigo actuar de esa forma.

—¿Qué carajos...?

—¡Tenemos que irnos!

Taehyung la tomó nuevamente de la muñeca para comenzar a caminar rápidamente, perdiéndose entre las personas. Estaba completamente histérico, y luego de su manera de actuar, estaba logrando que su mejor amiga también lo estuviera al sentir que estaban huyendo de algo. Necesitaba que le dijera qué estaba pasando, pero a la misma vez no estaba segura de querer realmente saber qué estaba pasando.

—Fue muy mala idea perder a Jonghoon —comentó agitado—. Espero no encontrarlos por la salida trasera.

Al abrir la puerta, Hazel observó el contenedor de basura y el camino vacío y hasta bastante oscuro, lo que hizo que sintiera empeorar la inquietud en su pecho.

—Tenemos que salir de aquí, así que camina rápido. Busquemos mi coche.

—¿Qué carajos está pasando, Taehyung? Estás asustándome...

—Mierda, intentaré explicarte, pero sígueme —ordenó tirando de su agarre, por lo que ella terminó obedeciendo—. Hace dos años me metí en problemas por un amigo que tuve mientras me quedaba en lo de mi abuela. Se llamaba Jimin, y no andaba en muy buenos pasos. Era parte de una pandilla que conocí, pero cuando supe lo que hacían, yo... me asusté y quise hacer algo al respecto. Algo como denunciarlos tal vez, como el gran imbécil que soy.

—¡¿De qué hablas?!

—Además de vender drogas, los vi golpear a un tipo con la intención de... ya sabes —suspiró mientras ella abría los ojos a la par—. Pude huir, pero supe por Jimin que estaban buscándome, así que... mi padre dijo que se encargaría de la situación, y creí que lo había hecho, pero ahora comienzo a creer que...

—¡Ahí está!

Al escuchar esa voz masculina, ambos voltearon hacia el lado contrario de donde iban, encontrándose con tres hombres altos y de cuerpos robustos, entre ellos, Hoseok.

—Mierda, mierda, mierda...

—¿Qué carajos hiciste, Taehyung? —preguntó histérica y por lo bajo, Hazel.

—Namjoon... en verdad, yo...

—Oh, ahora te arrepientes de jodernos
—soltó una risotada el de cabello rapado y más alto que sus compañeros, acercándose peligrosamente—. No debiste dártelas de hombre en el Club, porque mírate ahora, estás temblando como un marica.

Taehyung soltó a Hazel, empuñando las manos con fuerza mientras sus facciones se endurecían.

—Oh, creo que sí es un verdadero hombre —bromeó el cabello largo y atado en una coleta.

—Taehyung, ¿qué carajos vas a intentar?

Ignoró por completo a su mejor amiga, acercándose a Namjoon, pero cuando quiso impactar su puño contra el rostro de este, lo sorprendió esquivándolo rápidamente, para luego impactar el suyo contra su rostro haciéndolo caer en la acera y que Hazel chillara por el miedo.

—¡Taehyung!

—Oh, no, muñeca —intervino rápidamente, Hoseok, acercándose a ella que tenía la intención de intervenir—. Déjalos que resuelvan sus problemas.

Quería pasar por completo de él, ayudar a Taehyung, pero este la tomó rápidamente de los brazos, haciéndola chillar de desesperación al ver cómo Namjoon lo tomaba de la chaqueta para levantarlo un poco y volver a impactar el puño contra su rostro. El castaño soltaba quejidos de dolor mientras Hazel intentaba forcejear y su visión se nublaba por las lágrimas.

—¿Ahora no cuentas con tu papi para que te defienda, maldito imbécil? —preguntó pateando su abdomen, Namjoon.

Taehyung soltó un grito ahogado, sintiendo cómo el oxígeno abandonaba sus pulmones por un momento, pero un quejido escapó de sus labios al recibir otra patada en su espalda por parte del pelilargo. Las risas de aquellos hombres y gritos por parte de Hazel los escuchaba distorsionados mientras su visión se nublaba.

Tan sólo podía pensar en que estaba perdido y temía lo que pudieran hacerle a la fémina.

—Ya, quédate tranquila. Sería una pena que tu cuerpo llevara unas marcas feas —advirtió en su oído, Hoseok, que estaba ahora a sus espaldas, apegándola a él mientras ella forcejeaba.

—¿Qué podríamos hacer con él? —preguntó divertido, Namjoon—. Nos serviría mucho, ¿no creen?

Al escuchar unas llantas rechinar, los tres hombres voltearon a ver el Mercedes Benz que estaba a un lado. Las puertas se abrieron rápidamente mientras Hazel sollozaba viendo a Taehyung en el suelo, intentando levantar la cabeza para saber qué estaba sucediendo y quejidos escapaban de sus labios a la vez que sus brazos temblaban al intentar sostener su peso.

—Jeon...—mencionó Namjoon.

Aquello desconcertó a la fémina, haciéndole girar la cabeza rápidamente, sorprendiéndose al ver cómo un hombre de traje rodeaba el coche, quedando al lado de Jungkook que llevaba su cabello echado hacia atrás, una camisa negra que enseñaba un poco su pecho, pantalones y zapatos del mismo color.

Jungkook le dedicó una mirada a Gihyuk, el cual sacó rápidamente un arma de la parte trasera de sus pantalones negros, sacándole el seguro, provocando que los hombres retrocedieran asustados y Hoseok soltara a Hazel.

—¡Taehyung! —chilló preocupada, corriendo hacia el castaño, colocándose en cuclillas para tomar su rostro.

Este tenía su pómulo herido, su labio inferior roto donde había sangre llegando a su mentón.

—E-estoy bien.

—De nuevo salvando el trasero de tu hijo —soltó una risa amarga, Namjoon.

—Y tú de nuevo siendo una jodida molestia —chasqueó la lengua.

Al escuchar unos pasos, Jungkook dirigió su mirada hacia el callejón, donde Jonghoon apareció, luego de haber usado la salida trasera del Club al buscar a Taehyung y Hazel. Eso hizo que este apretara la mandíbula, sintiendo su sangre hervir por cómo habían acabado por un descuido suyo cuando le ordenó que mantuviera sus ojos puestos en su hijo.

—Señor...

—Carga a mi hijo en el coche.

—Por supuesto.

Junghoon se acercó rápidamente, por lo que Hazel se reincorporó observando cómo cargaba al castaño que soltaba un quejido, sintiéndose demasiado avergonzado aunque no tuviera las fuerzas para levantarse.
Comenzó a dirigirse rápidamente hacia el coche mientras Hazel dirigía su mirada hacia Jungkook, el cual alzó una ceja fijándose en ella.

—Sube al coche tú también.

Asintió siguiendo su orden y, al subir, Junghoon le cerró la puerta, acercándose a Jungkook. Hazel observó eso, pero al escuchar un gemido por parte de su amigo, volvió su atención a él que llevó la mano al abdomen.

—Me duele todo el cuerpo.

—Me asustaste demasiado, Taehyung —reprochó molesta, aún intentando calmarse al tener a su amigo al lado herido, pero a salvo—. Pensé que iban a matarte a golpes.

—Tranquila, estoy bien —colocó la mano sobre la de ella que estaba sobre su muslo, dándole un pequeño apretón—. Mierda, no quiero saber cómo va a ponerse mi padre cuando lleguemos a casa.

—Pero estás herido. ¿Tú crees que en verdad va a enojarse cuando pudo pasarte algo terrible si no llegaba? —cuestionó observando cómo este tenía si cabeza inclinada hacia atrás y soltaba un suspiro.

—Quizás ni siquiera le importa si pudo ser peor —murmuró.

Hazel frunció el ceño, dirigiendo su mirada a la ventanilla, pudiendo ver cómo Jungkook estaba frente a Namjoon, conversando mientras sus hombres estaban atentos a la situación y Gihyuk había bajado el arma.

Quería volver a casa lo antes posible.











(...)











«Mañana hablaré contigo porque ahora ya tengo suficiente con tener que soportar la estupidez de mi hijo»

Aquello fue lo que salió de los labios de Jungkook hacia Junghoon que parecía completamente arrepentido de su descuido. Cuando el primer mencionado quedó en la habitación de su hijo que estaba echado en su cama, se acercó con el botiquín de primeros auxilios para así comenzar a curarle las heridas.

Taehyung se sentía extraño ante la atención que estaba recibiendo de su padre, preguntándose si acaso no pensaba abrir la boca y comenzar a reprocharle, por lo que no dejaba de mirarlo con su ceño fruncido. Quizás por cómo llevaba sus facciones endurecidas, pensaba que estaba soportando la rabia que le provocaba su actuar, así que eso lo estaba estresando de gran manera, porque no quería ilusionarse y pensar que no estaba realmente enojado con su actuar, sino más bien preocupado.

—¿No vas a decir nada? —se atrevió a preguntar, pero acabó soltando un quejido cuando su padre ejerció más presión al desinfectarle la pequeña herida del pómulo.

—Deja de quejarte.

—¡Me duele!

—Pues, para empezar no te hubieras metido nuevamente en problemas con esa jodida pandilla, ¿no crees? —replicó levantándose, lo que hizo que Taehyung se sentara en el borde de la cama a la vez que se cruzaba de brazos.

—Pudieron haberme herido muchísimo peor, ¿y aun así estás tan enojado conmigo? —Jungkook cerró el botiquín de primeros auxilios y le dio la espalda, sin intención de decir nada.

—¡Ya te lo advertí la primera vez y lo volviste a hacer! ¡Son peligrosos! —alzó la voz volteando a verlo, provocando que se sobresaltara—. Ahora no quiero tener que volver a repetirlo, porque ni siquiera sé cómo arreglaré todo esto segunda vez.

—¿Y cómo conseguiste hacerlo la primera? ¿Por qué parecen tenerte tanto respeto? —cuestionó levantándose con algo de dificultad, soltando un pequeño quejido de dolor mientras llevaba su mano al costado de su abdomen—. ¿Acaso tú también eres peligroso, papá?

—¿Qué carajos preguntas, por Dios?

—A veces siento que no te conozco para nada.

—Ya cierra la maldita boca. Ya me has dado suficientes problemas —espetó volteando para comenzar a caminar hacia la puerta.

—¡¿Por qué parece ni siquiera importarte lo que pudo pasarme?! ¡¿Por qué en vez de reprochar, no me preguntas cómo me siento?!

—¡¿Qué más quieres de mí?! —volteó a verlo enfurecido—. ¡Tienes un techo, comida, comenzarás una carrera universitaria para tener un buen futuro, todo eso gracias a mí! ¡¿Qué más quieres de mí, carajo?!

Taehyung se sentía indignado con sus palabras. No podía evitar preguntarse si es que acaso no se daba cuenta de que las pocas veces que le daba atención y hablaba, era tan sólo para hacerle saber que no era suficiente para que se sintiera orgulloso, para que lo quisiera. Pues, sentía que era una de las personas a la que más debía proteger y querer, pero, al contrario, no dejaba de herirlo con sus palabras y acciones.

Aun con los años, tan sólo seguía rompiéndolo.

—¡El maldito dinero no lo es todo! ¡¿Cómo no te das cuenta?!

—Estoy dándote todo lo que mi padre no pudo y tampoco quiso.

—No me interesa eso. Yo quiero tu atención. Quiero tu cariño —confesó con sus ojos cristalinos—. Quiero sentir que me quieres, papá.

—Yo jamás recibí eso de mi padre —expresó con el semblante serio—. Esto es todo lo que puedo ofrecerte, y deberías conformarte.

Jungkook salió de la habitación, cerrando la puerta tras sus espaldas, escuchando cómo su hijo sollozaba, lo que provocaba que sintiera una presión en su pecho, pero tampoco sabía qué era lo que debía hacer en ese momento.












(...)











Hazel había caminado en su habitación de un lado hacia el otro, mordiéndose el labio inferior mientras su cabeza no dejaba de recordarle lo ocurrido minutos atrás. Se preguntaba si era acaso un poco normal, porque nunca antes en su vida había vivido una así y visto a un hombre sacar un arma.
Si Jungkook lo ordenaba, ¿Gihyuk habría disparado? El tan sólo pensarlo provocaba que se estremeciera.

Aquella noche estaba segura de que no iba a poder dormir por más que ya se había dado una ducha y se encontraba con su camisón de seda y bata de encaje rosado. Su cabeza no se lo iba a permitir y sus impulsos en vez de estar pudiendo controlarlos, estaban volviéndose más fuertes, por lo que acabó saliendo de su habitación.

Caminó por el pasillo oscuro, sabiendo perfectamente que tenía prohibido, según las palabras de Taehyung, cruzar ese límite, como también por lo que Jungkook le daba a entender. Pero aun así, al estar frente a la puerta, le dio unos toques.
Sentía sus latidos acelerarse por los nervios, pero se mantuvo ahí hasta que la puerta se abrió, dejando ver a aquel hombre con su cabello ahora desordenado, con unos mechones cayendo por su frente y con la misma ropa.

—¿Hazel...?

Ella no dijo nada en absoluto, al contrario entró a su habitación que era bastante moderna. Las paredes eran negras, el suelo de madera, con un sofá gris y largo a un costado, lámparas colgantes, la cama grande con sábanas negras, manta gris al igual que las almohadas.

—¿Qué carajos haces tú aquí?

—N-no puedo dormir —confesó sentándose en el borde de la cama mientras este cerraba la puerta, para luego voltear a verla con el semblante serio.

—¿Y por qué eso me importa?

—L-lo que pasó...—suspiró—. No puedo dejar de pensar en eso.

—No me interesa.

—¿Taehyung está bien? —Jungkook asintió acercándose a paso lento.

—No deja de darme problemas.

—Taehyung sólo quiere su atención.

—Lo mismo dijo él —murmuró soltando una risa amarga.

—Porque es así. Quizás usted...

Jungkook se acercó peligrosamente, provocando que ella jadeara al ser tomada del cuello, por lo que lo observó con sus ojos abiertos a la par, demostrando con su expresión el miedo que la invadió.

—¿Acaso tú vas a atreverte a enseñarme cómo debo cumplir mi papel de padre? —examinó alzando una ceja—. ¿Cómo vas a hacerlo si ni siquiera has tenido uno?

Aquellas palabras provocaron que el corazón de Hazel diese un vuelco y comenzará a arrepentirse por completo de haber seguido su impulso. Notaba el cinismo en su mirada, como si no le importara en absoluto herirla, al contrario, era como si le causara satisfacción y lo deseara, por lo que además de dificultarle respirar por cómo la tomaba, un nudo parecía ir formándose en su garganta.

—N-no diga eso...—balbuceó mientras Jungkook la inclinaba hacia atrás, haciéndola subir por completo a la cama, quedando de rodillas sobre el colchón.

—Es la verdad. ¿Cómo puedes enseñarme a cómo debo cumplir mi papel, si el tuyo ni siquiera quiso hacerse cargo de ti? —cuestionó cínico—. O es que... ¿Acaso aquellos hombres con los que has salido, cumplían ese papel?

—Cállese —ordenó con algo de dificultad, lo que hizo que él soltara una ligera risa amarga.

—Hazel, ¿acaso quieres abrirme las piernas porque esperas que yo llene ese vacío que dejó tu padre? ¿Quieres tenerme cumpliendo aquel rol?

—¡D-déjeme ir...! —exigió histérica llevando las manos a su muñeca, buscando así que la soltara.

—¿Ahora te das cuenta de que sola te has metido a la boca del lobo? —preguntó llevando la otra mano a su cuero cabelludo, provocando que ella chillara de dolor, inclinando su cabeza hacia atrás—. Te lo advertí, pero tú viniste hacia mí de igual manera, sin importarte en absoluto...

—Suélteme...

—Y ahora yo no puedo seguir soportando esta tentación de probarte.

Hazel intentó apartar la mano de su cuello, pero la sorprendió estampando sus labios con los de ella, robándole así por completo el aliento. Ella sentía cómo movía sus labios con violencia, por lo que más que estar disfrutando de aquel beso, como creyó que lo haría, llevó las manos a su pecho para intentar apartarlo de una vez, pero Jungkook succionaba sus labios, provocándole más dolor que placer al punto de volverse algo insoportable y seguir su impulso de morderlo.

Jungkook se apartó de manera abrupta, llevando el dorso de la mano al labio inferior mientras soltaba un quejido y Hazel apoyaba las manos en el colchón para no caer, intentando recuperar el aliento mientras estaba enrojecida.

—Vaya, no dejas de sorprenderme —soltó una risa nasal mientras miraba el dorso de su mano manchado de un líquido rojo, el mismo tibio que caía por su labio inferior.

—L-lo siento, pero...

Hazel, temblando de lo histérica que estaba, quiso bajar de la cama, pero Jungkook fue más rápido que ella al acercarse y tomarla de la mandíbula, observando cómo ella también tenía sus labios hinchados y enrojecidos por su beso y manchados de su sangre.

—¿No sabes cuántos animales mueren por enseñar sus malditos dientes, Hazel? —examinó pasando el pulgar por su labio inferior—. ¿Acaso tú quieres ser uno de esos, pequeña zorra?

—S-señor Jeon, no...—su voz salió más aguda de lo normal y con un ligero temblor mientras sus ojos se cristalizaban.

—Entonces, voy a tener que castigarte para que ya no vuelvas a hacer algo así.

Hazel lo miraba asustada sintiendo estremecerse y no sólo por su tacto, sino por el miedo que le provocaba aquel hombre que sus ojos parecían haberse oscurecido aun más mientras las comisuras de sus labios se elevaban en una pequeña sonrisa.

¿Qué clase de castigo podría recibir por parte del señor Jeon? Estaba temblando y no sabía si era por el miedo o por la excitación que estaba comenzando a sentir a la misma vez por más que intentaba reprimirlo.

¡Hola!

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Les gusta la amistad entre Taehyung y Hazel? ¿Puede ser que haya algo mas? ¿Qué castigo creen que le dé Jungkook a Hazel? ¿Ya esperan el smut?

Espero que les haya gustado el capítulo, si es así no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

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