⸙͎۪۫ Capítulo 14

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—¿Por qué te gusta tanto el carrito de los juegos? Si sabes que no arrancará nunca ¿Verdad?

—Mueve así. —Mi pequeño se quedó parado y empezó a tambalear su cuerpo de adelante hacia atrás, me acerque más, asegurándome que en una de esas no termine cayéndose por perder el equilibrio.

—Sí... Supongo que solo es mi envidia por ser demasiado grande para subirme a eso.

MinHo y yo reímos ante mi último comentario, era un domingo muy tranquilo, el día anterior lo usé para no pensar en nada que no sean los gritos y carcajadas llenas de alegría de MinHo cuando su carrito chocaba o explotaba, definitivamente apenas entendiera debía explicarle que ese no era el propósito del juego, pero por mientras, que él sonría era mi mayor logro, todo por verlo reír.

Regresábamos de hacer las compras de la semana, dejé que él cargue la bolsa que traía la caja de leche chocolatada, de hecho no la quiso soltar desde que la cogió de su estante, y estaba bien, no pesaba tanto, sin embargo, la bolsa enorme en la que la habían metido, obstruía la visión de mi pequeño, así que tenía que asegurarme de ver por donde caminaba para que no choque con nadie.

—¿Qué quieres comer hoy? Puedo hacer desde un estofado o...

Me fijé apenas un segundo en los ingredientes que traía en mi enorme bolsa, cuando MinHo chocó con alguien y al segundo siguiente ya estaba mi hijo en el suelo, cayendo sentado y tirando su cajita de leche haciendo un puchero.

Lo primero que hice fue levantarlo mientras él llevaba una de sus manos a su traserito, sobándose al parecer. Gruñí y estuve a dos segundos de lanzarme sobre la otra persona por hacerle daño a mi pequeño y no disculparse, pero fue mi descuido, así que respirando hondo subí la mirada para enfrentarme a unos penetrantes ojos marrones que me observaban de pies a cabeza.

Era un tipo pegado a su celular en una mano y su portafolio en la otra. Cargué con mucho cuidado a MinHo, sosteniendo bien la bolsa de compras, aunque la de la leche quedó en el suelo.

—Oye, lo siento, no fue su culpa, no podía ver al frente. —Hablé con todo el buen ánimo del mundo, aunque apenas ese sujeto me barrió con la mirada, mi paciencia empezó a agotarse lentamente.

—No importa, ¿Te quitas? Ya estoy lo suficientemente cabreado con la idea de que por poco esa leche habría caído sobre mi traje.

—¿Qué? Te estoy diciendo que no fue su culpa, es un niño ¿Qué pasa contigo?

—¿Qué pasa conmigo? ¿Qué pasa contigo que aún no te quitas? ¿No ves que mi tiempo sí vale la pena? Dedícate al mocoso y deja de ser tan descuidado.

—¡Iriota! —Ambos volteamos hacia mi pequeño en brazos, quien lo miraba con el ceño fruncido, arrugando su barbilla y mandándole pequeños gruñidos. No pude evitar querer reír, aunque lo siguiente fue la gota que derramó el vaso.

—¿Iriota? ¿Este engendro acaba de llamarme "idiota"?

Y fue el colmo. No me tomó mucho pensar qué podía hacer para realmente hacerle daño a ese imbécil, cuando noté que sus piernas estaban lo suficientemente separadas, sin más ni menos, le metí una fuerte y bien dirigida patada justo al medio de estas, y no fue hasta que el sujeto chilló que retrocedí.

—Imbécil.

Logré decirle antes que el mismo instinto me lleve a correr lo más lejos que pueda, cargando a MinHo y la bolsa mientras el tipo se encogía cubriéndose sus partes, incluso su portafolio y el celular cayeron al suelo, no me importó voltear después de eso. Corrí y corrí hasta que sentí que mis piernas empezaban a quemar y entonces doblé en una esquina, tomando un respiro, observando como MinHo se removía en mis brazos, sacando su cabeza que había estado escondida en mi cuello y mirándome con un puchero.

—¿Tas bien?

—Sí... Dios, MinHo, ¿Quién te enseñó esa palabra?

—Tía YeRim. —Sonrió.

—¿Por qué no me sorprende? —Le regalé una cansada sonrisa y apoyé mi espalda en la pared más cercana, observando mi pecho subir y bajar escandalosamente, no me arrepentía de lo que había hecho, ese idiota se lo merecía por haberse metido con MinHo cuando fue un accidente, pero sabía que había captado mi olor y podría hasta perseguirme si era un buen alfa, así que tampoco podía quedarme ahí mucho tiempo —Eso fue extremo ¿No? —MinHo ladeó la cabeza —Que fue genial, peque.

—¡Síp! —Celebró feliz.

—Ven, ahora vamos a casa, si seguimos aquí no viviré para contarlo.

—¿Y no sabes su nombre?

Ya siendo lunes, HyunJin me había ido a recoger a la hora de siempre y ahora estábamos dirigiéndonos a la universidad, la verdad es que el ambiente se había relajado muchísimo, después de todo gracias a un fin de semana con MinHo o metido en la sesión fotográfica que me tocó hacerle a una pareja a punto de casarse, hicieron que me sintiera un poco menos angustiado. Aún sabía que debía despedirme de HyunJin en poco más de dos días, quién sabe si cuando inicie clases de nuevo él ya no quiera llevarme o quizás ya hasta se haya conseguido una novia.

—No, no me detuve a pedirle su nombre después de haberle metido una patada en los huevos, lo siento. —HyunJin sonrió de medio lado. Venga, yo sabía que había sido un gran comentario.

—Tienes que tener cuidado, Felix.

—Soy perfectamente capaz de defenderme solo, gracias.

—Lo sé. —Aprovechando un semáforo en rojo, HyunJin volteó a mirarme y no mantuve la mirada fija en él por más de tres segundos, no porque sus ojos fueran lo más hermoso en este mundo, sino porque me transmitía ese sentimiento, él de verdad creía que yo podía defenderme solo. Me sentía halagado, cohibido y ¡Dios! De nuevo las mejillas calentándose.

Malditos sentimientos.

—Uh... Uhm... —Me removí en mi lugar, mirando por la ventana —¿Y tú? ¿Cómo has estado?

—¿El fin de semana? —Asentí —Bien, tranquilo. Christopher y yo no hemos tenido demasiados problemas, de hecho cerramos un contrato importante hace poco. Se podría decir que nos va bien.

—¿En serio? ¡Felicidades! —Me ahorré la pregunta de, ¿Quién es Christopher? No soy su novio, solo un amigo, y si él no tiene planes para decirme quién es no debo obligarlo, no debemos, porque aquí el curioso era yo, y el que prácticamente chillaba queriendo saber era mi omega.

—Sí, gracias. —HyunJin se tomó unos segundos antes de continuar —Christopher es mi mejor amigo, si se le puede llamar así, es como mi mano derecha. Alfa también.

A veces sentía que exponía tanto mis emociones, aunque considerando que HyunJin aún no ha dejado de venir a recogerme, puedo decir que soy un maestro en ocultar mis ansias por besarlo o por restregarme contra él para que me haga suyo de una vez.

—Entiendo. —Observé que ya estábamos cerca de la universidad y maldije al ver a JeongIn en la puerta, seguro esperándome —Rayos, ¿Por qué tengo un amigo tan chismoso? —Solté al aire, pero fue dicho lo suficientemente fuerte como para que HyunJin lo escuchara.

—¿Pasa algo malo?

—No, es que... —Volteé a mirarlo, suspirando —Ayer me llamó para hablar con MinHo, y le conté que había llamado mi madre, me dijo que hoy me interrogaría o algo así.

—¿Es tan importante que llame tu madre?

—Es, sin mentir, un suceso que ocurre cada medio año.

—¿Por qué es eso?

—A ella no le importa cómo me encuentro yo o algo de eso, pero cada cierto tiempo se siente con la obligación de venir a visitarme para asegurarse que esté entero, imagino. —Me sorprendí a mí mismo hablándole a HyunJin sobre el tema de una manera tan fluida y relajada, para cuando lo noté, ya no podía parar —El problema es que ella es insoportable, era una gran omega en sus tiempos y tenía a todos los alfa cortejándola, quería que sus hijos seamos iguales, pero no pasó, YeRim es muy dura para ser como ella y yo pues... Soy un caso perdido ya.

—¿YeRim?

—Sí, mi hermana. —Me recosté más en el asiento del Spagetti, queriendo evitar que JeongIn me viera —Aunque fue mi culpa contarle, no esperaba que le importara tanto, ya que no fue nada del otro mundo, básicamente es mi madre diciéndome que espera ver un alfa que no sea imaginario esta vez.

—Directa.

—Sí, y tonta. No voy a conseguir un alfa solo para que ella me apruebe, aunque sería demasiado genial poder cerrarle esa gigante boca que tiene.

Sí, de hecho hasta había pensado contratar un alfa para que mi mamá me deje tranquilo de una vez, y eso sonaba bien, en el trabajo tenía unos cuantos conocidos que podían servir, pedirles que actúen por una noche o hasta pagarles, sin embargo, mi madre era demasiado lista y seguro nos haría un montón de pruebas que no quería ni intentar, empezando por un beso, ya no me podía imaginar besando a nadie que no fuera el guapo chico que conducía ahora el auto donde estaba sentado, o que lo estacionaba, mejor dicho.

Así que lo más fácil y práctico era simplemente soportar a mi madre por otra visita, no era tan malo si pensaba que después de eso no la vería por otros seis largos meses.

—¿Cuándo dices que irá?

—El sábado, no este que viene, sino el de la otra semana, ¿Por qué?

—No lo sé, me estoy imaginando a una mujer como puff enojada, o algo así.

—Oh, Dios.

Fue lo único que pude exclamar antes de romper a carcajadas en en auto, siendo acompañado por las tranquilas risas de HyunJin. Sí, mi madre podía ser exactamente así, y ser tan jodida como esa mujer pez también.

Lo extrañaría tanto, que a veces dudaba poder sobrevivir durante mis vacaciones, o tal vez toda la vida que siguiera luego de ya no vernos.

—Siempre diré que tu risa es preciosa.

Dejé de reír al escuchar su comentario y respiré hondo, mirándolo con el ceño fruncido, ¿Cuál era la necesidad de hacerme sonrojar todo el tiempo?

—¿Cómo son tus papás, HyunJin? —Intenté cambiar de tema, y por su expresión, estaba seguro de que lo había logrado. Su rostro se relajó muchísimo y apoyó por completo su espalda en el respaldar del asiento, mirando hacia el frente.

—Mi papá es increíble. —Dijo al fin —Él es muy importante para mí, es fuerte, exigente y no pierde ese toque que hace que sea una persona tan admirable y carismática. Te agradaría si algún día te animas a conocerlo.

Conocer a uno de los dueños de H-Alfa, sí... Eso no entraba en mis futuros planes, quizás para HyunJin sea alguien especial, y único porque es su padre, un alfa respetuoso y capaz, además de que solo él y su esposa habían sacado adelante una compañía magnífica, pero... No me imaginaba siendo presentado como amigo de su hijo, seguro no perderían la oportunidad de humillarme, eso o separar a HyunJin de mí, haciendo que él abra los ojos y viera que personas como él y personas como yo, nunca van juntas, ni siquiera como amigos.

—¿Y tu mamá?

—Ella es... Diferente. —Oh no, ese tonito yo lo conocía muy bien —Es particular, pero es una buena mujer, créeme que se volvió una mejor persona cuando conoció a mi padre.

—Es genial, debe ser muy hermosa.

—¿Por qué?

—¡Oh! Porque... Uhm, bueno, tú... Ya sabes, quiero decir... —Miré hacia todos lados, encontrándome con JeongIn tan cerca del cristal de un momento a otro. Pegué un salto hacia el asiento de HyunJin, sosteniéndome de su brazo. Agradecía que mi amigo llegara a salvarme de la vergüenza de decirle a HyunJin lo hermoso que lo veía ¡Pero no de esa peculiar forma!

Por otro lado, HyunJin se sentía tan bien.

Escuchamos cómo tocó el vidrio, como si estuviera tocando una puerta y volteé hacia HyunJin, quien me miraba con una media sonrisa, al parecer más que entretenido con la escena.

—Debo bajar.

—Claro.

에이브릴🌹

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro