🔮 Capítulo 13.

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-Luego de desvanecerme me encontraba en enfermería, incluso había escuchado a mis padres que vinieron por mí, estaban conversando con el maestro y al parecer según él había experimentado emociones bastantes fuertes, ya que había llorado y decir a todo el mundo que todo lo que me había pasado fue por culpa de Adele y que ella estaba mintiendo, que no me había caído al estanque de los patos afuera en el campus, sino que además de eso yo comencé a elevar mi voz y gritaba diciendo los responsables que habían hecho ese plan malévolo, dando nombres y apellidos contando con lujo y detalle todo lo ocurrido-Dije alzando una de mis manos al aire-. ¿Pero antes de desvanecerme yo había recordado todo, si es cierto que fueron ellos, pero ¿que había llorado?, nunca lloré, algo no andaba bien, recordaba que miré aquellas caras destrozadas y más la de Adele, que algunos chicos habían volado por la ventana y eso no fue un sueño, fue real. -Exclamó Ilana mirándome fijamente.

Yo solo asentía a lo que ella decía, al parecer le hacía tan bien desahogarse que para mí era un gran alivio ser de escucha, ser un apoyo para ella.

-Además... -agregó ella-.Observé que en ese momento había un espejo en la mesa a un lado de la cama en donde estaba, de manera temblorosa me miré lentamente y mi cara ya no estaba demacrada, tenía mi maquillaje puesto, incluso otra ropa, algo no me cuadraba Beka, hasta al día de hoy no lo entiendo, incluso mi cabello se encontraba normal, eso fue lo más extraño -Mencionó sosteniendo sus libros mientras caminábamos.

-Te entiendo, hay cosas que tampoco no me explico y hasta este momento no tengo una explicación lógica. -Le dije caminando ya que habíamos salido de clases.

-Beka, es que no lo hay, hay que investigarlo por nuestra cuenta- Mencionó Ilana con una sonrisa.

-¿Investigar qué cosa? - Preguntó Luke apareciendo de la nada.

Ambas dimos un sobresalto.

-¡Ah, Luke! eres tu y hola, vamos a la biblioteca -Mencionó con una sonrisa.

-Las acompaño a la biblioteca -Comentó el mostrando su perfecta sonrisa.

-Oh -Dijo sorprendido sacando su celular, al parecer le había llegado un mensaje- no podrá ser chicas, tengo que entrenar, lo siento-Decía despidiéndose de nosotras.

Nosotras solo nos despedimos alzando nuestra mano y nos concentramos en ir hacia la biblioteca, se encontraba algo lejos de donde nos encontramos, tuvimos que subir algunas escaleras para poder llegar hasta nuestro destino.

Una vez que llegamos, nos sorprendimos por el hecho de encontrar una enorme biblioteca, bastante espaciosa y en el medio en una forma circular se encontraban varias recepcionistas, que daban la bienvenida, otras te ayudaban a buscar los libros que querías o simplemente te señalaban que debías observar arriba ya que habían letreros donde decían los tipos de libros que se encontraban en los estantes instalados, ubicados por secciones diferentes, eran parecidos a los supermercados, de esos en donde en los pasillos se encontraban letreros colgantes y que se encontraba escrito los alimentos junto al número del pasillo y con solo mirar hacia arriba podías buscar lo que querías.

Encima de las recepcionistas había un letrero colgante que decía las reglas de la biblioteca, eran bastantes simples y sencillas:

· Cuida los libros, sin estropearlos.

· Leer en silencio.

· Si necesitamos hablar, que sea en voz baja.

· Mantener la biblioteca limpia y ordenada.

· Evitar introducir alimentos y bebidas.

· Creemos un ambiente agradable, para leer.

· Colocar el libro en su lugar.

· Anotamos el registro del libro pedido, y se devuelve con un máximo de cinco días.

· Para llevarse un libro solo debe estar registrado.

Sin duda todos los alumnos quienes se encontraban en el lugar, estaban sentados en diferentes sitios, acataban esas sencillas reglas que al parecer nadie les incomodaba. Esperamos con Ilana que fuera nuestro turno, la fila era un poco larga pero esperamos para poder registrarnos en caso de que queríamos llevarnos un libro a nuestros hogares.

Una vez que nos tocó nuestro turno dimos nuestros nombres, esperamos unos minutos para ver que nos daban un pase que indicaba que estábamos registradas y si queríamos sacar un libro solo debíamos llevarlo hasta la recepción, mostrar nuestro pase y ellas se encargarían del resto.

Todo estaba resultando de manera perfecta, ambas necesitamos respuestas, respuestas a nuestras preguntas y que mejor en la biblioteca de nuestra preparatoria, fuimos hasta la sección de las fantasías, en donde se trataba de brujas, hechizos y cosas de esa índole.

Sacamos dos libros cada una y nos sentamos en una de las tantas mesas pero con tan mala suerte que comenzó un sismo, primero fue bastante leve pero luego fue fuerte, haciendo que todos los libros se cayeran como si fuera una avalancha, las luces de la biblioteca comenzaron a parpadear quedándose finalmente sin electricidad e inmediatamente agarré a Ilana y nos escondimos debajo de las mesas, hasta que pasara aquel movimiento telúrico, jamás había sentido un sismo tan fuerte, si estuviera sola quizás hubiera entrado en pánico.

Cuando el movimiento finalizó, solo habían pasado unos minutos, las luces volvieron a la normalidad.

-Dios, fue bastante fuerte Beka, menos mal que estábamos juntas -Mencionaba Ilana con una voz quebrada por aquel susto que habíamos pasado.

-Sí, menos mal, ya que no sé qué haría si estuviera sola-Dije saliendo de la mesa con cuidado, no es que tuviera miedo a los temblores, es solo cuando una vez pasa, me viene el pánico y lo único que pasa por mi mente es mi madre.

La biblioteca estaba hecha un caos, los libros estaban esparcidos por todos lados, algunos caídos con la tapa abierta y estropeados, incluso algunos estantes estaban en el suelo, el sismo fue bastante fuerte como para provocar que los enormes estantes cayeran ante esa magnitud, además lo que más nos sorprendió fue que los libros que teníamos no estaban en nuestra mesa, ya no estaban, íbamos a preguntarle a algunos chicos, pero una recepcionista comenzó a sacarnos a todos de la biblioteca, sin poder decir ninguna palabra, igual la entendía, después de todo estaba un caos la biblioteca y no querían que algún alumno estuviera accidentado si es que se volvía a dar una réplica, al salir miré que las paredes de los pasillos no estaban tan agrietadas como las de la biblioteca.

El director comenzó a hablar por el intercomunicador que las clases se suspendían hasta nuevo aviso, al parecer todos estaban con los nervios de punta, saque mi celular para poder llamar a mi madre para decirle si todo estaba bien pero como siempre cuando se trataba de un sismo, las comunicaciones se colapsaban. Esperaba que mi madre y los familiares de todo el campus estuvieran bien.

Al llegar afuera de la preparatoria me separe de Ilana, debido a que vivíamos en direcciones diferentes, eso me entristeció pero por un lado no mucho, ya que meses antes nos habíamos dado nuestro número telefónico, ambas nos dimos una señal de »nos estaremos comunicando«.

Pero la única diferencia, de aquella señal, fue por nuestras mentes.


*Reeditado: 27.09.21

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