🔮 Capítulo 15. Parte II

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—¿¡Elliot!? ¡Que estás haciendo aquí!

—¿¡Que parece que hago!?¡Salvándote!—Exclamó, extendiendo la palma de su mano y saliendo de ella especies de luces en forma de esferas, de colores celestes y azules y de estas salían especies de enredaderas del mismo color de aquellas esferas, que hizo que ese sujeto extraño retrocediera unos segundos y que incluso estuviera atrapado unos minutos, por lo que nos dio tiempo de escapar junto con él, la pregunta es:  «¿Por qué estaba aquí?».

Bueno debo decir que estoy agradecida que me haya salvado de ese sujeto extraño, pero sigo anonadada por mi nuevo cambio y que en el proceso salieran tatuajes bastantes extraños, mas que anonadada estaba sin palabras ya que... ¡Elliot tenía el mismo tatuaje de mi rostro e inclusive el tatuaje que tenía en mis manos!, éramos iguales.

—¡Corre Beka!, después te explico todo, debes correr lo más rápido que puedas, lo detendré unos minutos... yo iré detrás de ti.

El típico cliché que todo hombre usa para impresionar, o bien cuando alguien te decía eso, técnicamente moría en el camino quedando como el típico valiente, pero no era el momento de ironías en este preciso momento no sabía qué hacer en realidad, si hacerle caso al chico que había visto hace tres años atrás cuando solo tenía dieciséis y que solo lo vi en mi momento de graduación o quedarme en ayudarlo, pero ¿Cómo lo ayudaría?

De repente vi que el sujeto volvió a atacar haciendo que los rayos que emanaban del guante de ese extraño atraparan a Elliot, solo podía ver su cara de dolor por los rayos, no sabía qué hacer, solo observaba como lo levantaban y lo arrastraban hacia ese ser extraño, estaba estupefacta a lo que mis propios ojos estaban mirando, pensaba que se trataba de una ilusión óptica o de alguna especie de alucinación que estaba creando mi propia mente. Pero no, no se trataba de ninguna ilusión, era real.

No le haría caso a Elliot, no me iría, trataría de ayudarlo de alguna forma pero, me asombré de que Elliot se había liberado, incluso mire que había cerrados sus ojos, concentrándose en esos minutos que para mí eran segundos de vida o muerte, repitió unos movimientos cortos y precisos cerrando sus puños, incluso se había agachado para tocar el pavimento y al ver lo que hacía, provocó que la tierra se elevara haciendo que esta también se levantara trozos del mismo pavimento que había roto con tan solo en tocarla, sin duda era asombroso e impresionante la fuerza que debía de tener.  De manera lenta se observaba que aquellos trozos levitaban ante Elliot y aquel sujeto comenzó a levitar de igual forma, pero no lo suficiente.

Pero algo más lo detuvo había sido un tipo de conjuro que había quedado de manera inmóvil.

—No se atrevan a tocarlo—Exclamó una voz masculina.

—¿Dimitri? —Dijo Elliot.

Yo solo me limité a observar y quedarme callada a todo lo que pudiera mirar, ¡era fabuloso e increíble todo lo que había hecho Elliot con sus manos! ¿será así mis poderes?. Aunque me daba la curiosidad de tocar a mi atacante, parecía congelado como si se tratara de algún tipo de efecto en cámara lenta. Iba a acercar una de mis manos, era algo hipnotizante, hasta que...

—No lo toques. Si lo tocas romperás lo que acabe de hacer niña —Mencionó mirándome.

«A nacido Elliot, sabes que más como esos saldrán a buscarla, y más la otra chica que también está en esta preparatoria»

«Si, pero ya lo tengo todo calculado, te ayudó en destruir a uno de los perseguidores, ya que esa chica de la que estás hablando, la está ayudando un viejo amigo, no te preocupes, de seguro está a salvo»

«De acuerdo»

Por unos segundos había oído la conversación que sostenía Elliot con aquel señor que se notaba que era una persona bastante seria, pero todo esto me sorprendió de manera muy desprevenida.

Negué con mi cabeza y se me salió un titubeo dirigiéndome hacia lo que dijo Dimitri.

—Chica, debes irte pero ya—Dijo Dimitri de forma autoritaria.

Solo asentí a su instrucción.

Ese hombre tenía el cabello canoso, ojos verdes, contextura delgada pero también un poco ejercitada, al parecer por aquellos brazos que daban la sensación de tener fuerza, se trataba de un hombre maduro, por la edad se trataba de alguien mucho mayor, como mi madre además de serio, tenía los mismos tatuajes que nosotros llevábamos.

Observé que poco a poco el efecto se estaba pasando en aquel sujeto.

—Debes irte niña, ¡Pero ya!—Elevó más la voz, haciendo un campo de fuerza con sus manos.

—Beka, anda nos veremos pronto —Mencionó Elliot ayudando a Dimitri.

Comencé a correr con todas mis fuerzas, divisé a lo lejos un autobús que había parado en un semáforo que daba en rojo, me apresuré y me fui a casa, necesitaba aclarar mi mente, decirle a mi madre lo que estaba pasando.

Al llegar a mi hogar, mi madre estaba preocupada, incluso cuando vio que había llegado muy acelerada. Su instinto de madre reaccionó a abrazarme y besar mi cabeza.

—Cariño, estas a salvo...debemos irnos pero ya, este lugar ya no es seguro para ti, cielo—Decía tomando mi rostro con la palma de sus manos, viendo mis ojos, sin importar los tatuajes que tenía en mi mano y mi rostro.

Asentí a lo que decía mi madre sin protestar, sin duda veía en sus ojos que me decía la verdad pero tampoco entendía que estaba pasando. Subimos al jeep donde mi madre arrancó disparada en el auto, al verla decidida sabía que durante el trayecto me lo contaría y espere ese momento.

Esperaría ese momento a que llegara.

—Sé que estas confundida cariño, lo veo en tus ojos, pero se que también desde hace muchísimo tiempo lo estas, estabas confundida...

—Sí, lo estoy —Dije mirándola mientras jugaba con mis manos, me estaba impacientando.

Ella llevo una de sus manos a las mías, me calmaba solo con su tacto en unos segundos, mi madre sabía que estaba demasiado confundida.

—¿A dónde iremos? —Comenté observando mi madre, ya que estaba saliendo del condado de Maricopa.

—Nos iremos a otro condado querida, ahí estarás a salvo, hay muchas que por el momento no entenderás pero... nos iremos al estado de Indiana.

—¿Qué? ¿Tan lejos? Eso es una distancia de 2.809 kilómetros, por lo que viaje duraría un 1 día y 1 hora, con una diferencia horaria de tres horas.

Estaba con mi celular ya que me impacientaba que mi madre no me dijera la verdad y así pude al menos aguantar un poco la ansiedad que sentía.

— ¿Cómo sabes eso querida? —Me preguntó mi madre sorprendida por aquel cálculo.

—Pues mientras me decías a que condado iríamos lo calculé desde el celular, mira. —Mencioné mostrándole la aplicación para calcular las distancias entre ciudades.

—Y pensé que mi hija era superdotada—Dijo mi madre con una voz dramática, llevando una mano en su frente.

Comencé a reírme por ese comentario de mí propia madre, a veces mi madre salé con cada bobada que me hacía reír, al igual que ella yo también salía con cualquier estupidez, que nos hacía alegrarnos de la vida que llevábamos.

Luego mi madre mostró un semblante serio, ya que supuse que volvería a hablar sobre lo que estaba pasando.

—Esto que tienes hija, viene desde tu bisabuela, ella practicaba magia cuando era pequeña, no podía decir nada de lo que veía, todo lo que estaba en la casa de mi abuela se quedaba ahí, incluso mi propio padre, tu abuelo siguió la tradición, se suponía que seguía yo, y obviamente la tengo—Mencionó con una sonrisa, ella paro el auto estacionándose al lado de la carretera para enseñarme los mismos símbolos que tenía.

«No puede ser, ósea mamá ¡¿tu...—Balbucee— también!?»

«Así es cariño, tú también tienes»

—Pero debemos apresurarnos querida, yo...te explique la razón del porque pero ellos podrán explicarte.

—¿Ellos?

—Así es querida... a este ritmo no llegaremos, sujétate fuerte. —Dijo decidida agarrando el volante.

—¿Mamá? ¿Qué harás? ¡M... —Balbuceó— ama! —Dije empezando a tironear el cinturón de seguridad.

Mi madre estaba concentrándose, no entendía que carajos estaba pasando por su mente, ah, ¡si podía!, pero al momento de entrar en la mente de mi madre no pude, cerré mis ojos arrugando mi nariz, pero me sorprendí por el tirón que había mandado el auto, y ver a mi madre que arrancaba a toda velocidad, una de mis manos estaba atrapada en el cinturón, ya que no había logrado ponérmelo del todo.

—¡Mamá! ¡¿Que estás haciendo!?

—Tú tranquila hija

—Pero... ¿¡Quieres matarnos!?

—No, confía en mí.

Mi madre arrancó cada vez más, el rugido del motor estaba al máximo. Mi adrenalina estaba a flor de piel y el pánico se apoderaba de mí, me concentré en terminar de abrocharme pero con tan mala suerte que no logré abrocharme el cinturón que solo me limité en observar a mi madre, podía mirar a lo lejos que había un portal, ella arrancó mucho más rápido, y al atravesar aquel portal, nos dirigimos hacia nuestro nuevo destino.

Una vez cruzado me asombré que llegamos al estado de Indiana en unos segundos, me quede anonadada sobre lo que ocurrió hace unos momentos, ósea ¿Mi propia madre había hecho este tipo de conjuro o hechizo? ¿Ella?, debía decir que estaba orgullosa de ella, ¿Cómo había aprendido eso?, solo pude mantener mi boca abierta, la miré unos segundos y luego a ella,  mientras que ella solo condujo de manera lenta, haciendo que aquellas marcas en su piel como las mías desaparecieran rápidamente, volviendo una persona «común y corriente»

Sabíamos que llegamos al estado de Indiana lo sabía bien, pero hacia el sur de Indiana, ya que este es una mezcla de tierras de *labranza y bosques como por ejemplo el bosque nacional de Hoosier, es una reserva natural de 80.900 hectáreas situada en el centro sur del estado. La parte de la zona sur del estado es más variada, en esta región se sitúan los «knobs», una serie de colinas de unos 300 metros de altitud, que corren paralelas al río Ohio. La geología caliza del sur de Indiana ha permitido la excavación natural de numerosas cuevas y eso era grandioso.

Mi madre siguió manejando, sin duda ver esa gran variedad de árboles, campos de flores y frutas era...tenía una sola palabra para describir este momento: Maravilloso, cuando llegamos a nuestro destino, ella se había estacionado en un enorme terreno con prados y árboles pero solo era la nada, solo era un gran prado con vegetación nada más que eso.

—No hay nada—Dije saliendo del auto, para mirar a mi madre.

—Si esta hija, solo concéntrate y... observa —Me dijo sujetándome de mis hombros poniéndose detrás de mí.

Me concentré poniendo mi mano en mi propio hombro, tocando la mano de mi madre, cuando por fin pude ver de qué se trataba, quede estupefacta una vez más, se trataba de un enorme castillo de un color crudo, adornado de este de los mismos árboles de forma cuadrada, incluso algunas partes eran en forma cilíndrica con tejados en forma puntiaguda, se trataba de un castillo muy antiguo. ¿Cómo es que todavía estaba en perfectas condiciones, sin que se derrumbara?

—Aquí es hija, este será tu hogar, aquí aprenderás y tendrás todas tus respuestas a las preguntas que te hacías querida—Sonrió mi madre—. la miré y luego observé al enorme castillo delante de mí. 

Estaba impactada y anonadada.

Las puertas se abrieron de par en par, para ver a una mujer con una melena roja de color cereza, traía puesto un vestido largo rojo con encaje con mangas largas y dejando la espalda descubierta de manera abierta, el vestido era largo que tocaba el piso terminando en forma de flor, llevaba los mismos tatuajes que los míos, solo que estos tenía mucho más símbolos agregados en la palma de sus manos incluso, la marca en su rostro se había agrandado mucho más, pero tenía una mucho más distinta haciéndose notar que era distinto al resto, teniendo una luna menguante en el centro, además de tener figuras geométricas triangulares y que además de esto en su parte derecha se adornaba en formas abstractas como si de hojas se trataran de un color naranja y rojo.

—Bienvenida —Me dijo con una voz tan cálida.

—Gracias —Dije un poco confundida con todo.

Luego me percaté que se asomaba alguien desde la pared de la puerta, una cabellera naranja que conocía muy bien, al hacerse notar, se trataba de Ilana que al encontrarme solo corrió y me abrazó.

—Estas bien Beka, me temía lo peor.

—Estoy bien Ilana, yo también temía lo peor por ti, pero al parecer también estas aquí.

—Bienvenidas hijas mías, volvió a decir la mujer— Mi nombre es Azura, soy la que protege este castillo y de alejar a los perseguidores de nosotros—Volvió a sonreír, comenzó a caminar hacia la dirección de las puertas.

Miré a mi madre y le di un enorme abrazo.

—Estarás bien aquí, perteneces aquí querida, no te preocupes por mi estaré bien—Indicaba mi madre calmándome.

—Mamá no sé qué haría sin ti, tengo miedo...

—Shh, calma querida—Me silenció con uno de sus dedos acariciando mi rostro lentamente— siempre estaré contigo, además eres una chica grandiosa cree en ti, sé que eres capaz de muchas cosas más, tu destino esta sellado mi niña. Siempre mantendremos el contacto—Me sonrió y me dio un beso en la frente.

«Ek het jou lief»

«Ek het jou lief'' »

La vi subirse al jeep para abrir el mismo portal y regresar a Arizona con una enorme sonrisa.

Caminé hacia las enormes puertas del castillo, al entrar sentía que me estaban esperando por mucho tiempo.  La puerta se cerró detrás de mí y en el interior era mucho más fantástico que el exterior, habían candelabros enormes que se sostenían por si solos, que en ellos tenían velas que no se agotaban, vitrinas con trofeos con los nombres de los ganadores, fotografías de personas que habían estado en este castillo y desde sus inicios. Además de cuadros que al pasar cambiaban a una imagen mostrando el ánimo de la persona en ese momento.

—Beka este solo es el hall de entrada —Decía Ilana con una sonrisa.

—Bueno chicas, bienvenidas a Nerta, llamada así, por la diosa de la naturaleza símbolo de la vida y que renace de la primavera —Dijo Azura mirándonos con dulzura—. ¡Ustedes han surgido! Para estar en Nerta en su nuevo hogar, nuevas chicas para entrenarlas y pulir sus poderes, ¿No se dieron cuenta cuando estaban en sus escuelas? ¿El de poder de hacer que te obedezcan con la mente, la liberación de energía incluso el de hacer levitar? Ahí están sus respuestas mis niñas, ustedes tienen poderes, solo se activaron por sus emociones vividas.

De repente una serie de imágenes se me vino en la cabeza de todo lo que había pasado, las veces en la que me hicieron daño en la secundaria, la de Richard quien le estaba haciendo daño a mi madre.

—Espere... ¿Quiere decir que nosotras tenemos poderes, que dependía de nuestras emociones? —Mencioné mirándola para luego mirarnos Ilana y yo.

—Así es, ustedes pueden hacer muchas cosas y más —Decía Azura—.Porque ustedes son brujas.



*Labranza: cultivo de campos

*Ek het jou lief: Te amo en idioma Africano




*Reeditado: 21.10.21

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