🔮 Capítulo 23.

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—¡Beka, eso fue asombroso!—Dijo Ilana corriendo hacia mi lado para abrazarme.

—Sí, Beka fue fantástico, deberías darme clases ¡incluso me interesó este deporte! — Exclamó Libby con una leve sonrisa.

—A mí también me gustó muchísimo, espero que las mujeres tengamos posibilidades.

—Lo siento por arruinarles la fiesta chicos, pero eso no se puede, son reglas que están estipuladas —Dijo Azura bastante calmada—.Además quiero felicitarte Beka, por tu enorme hazaña.

Comencé a tranquilizar a mi compañero ya que comenzó a inquietarse al ver a la mujer, pero con suaves toques en su cara y crin logré tranquilizarlo.

Seguí con los toques para hacer contacto visual con Azura.

—Muchas gracias Azura —Mencioné pronunciando una sonrisa genuina.

—Debo confesar, que es la primera vez que veo a una mujer montando a un pegaso así y no uno cualquiera jovencita —Dijo una voz masculina—.  Soy el entrenador Abbott, Will Abbott, entreno a los chicos y como veras Elliot es el capitán, me gustaría que formaras parte del grupo.

—Pero es imposible Abbott, tú sabes que las reglas están estipuladas y registradas, no podemos cambiarlas como se nos antoje, debo hablar con los mandatarios superiores y...

—Azura, por favor por una vez en tu vida podemos dejar del lado las reglas que se estipulan y de cambiar el deporte de una buena vez y ¿Qué se genere una igualdad de género? ya que si no mal lo recuerdo lo que estás diciendo está estipulado hace más de quinientos siglos, además aquellos superiores ya no existen y apoyo a que por primera vez este una mujer. Puedo autorizarlo ya que también lo puedo estipular, por ser el entrenador y digo que sí.

—¿De verdad? —Pregunté con un dejo de emoción en mi voz.

—Sí, Beka Roberts eres oficialmente una Wiccanders, además—agrego—. me gustaría además de ti, se integraran mujeres, como ella por ejemplo —Dijo mirando a Libby de pies a cabeza.

—¿Quién, yo?

—No, sino el piso. —Dijo Elliot riéndose.

—Ja, ja que gracioso niñito —Anuncio Libby mirándolo poniendo sus manos en sus caderas y luego se acerca a él—. Solo porque eres el amigo de Beka no te pulverizo.

—Hey hey chica ruda, guarda esas energías para el deporte, se nota que eres potencial para el equipo, además como tú sabrás se practica entre nosotros para el entrenamiento con los poderes, pero te garantizo mis chicos son rudos, ¿aceptas?

—Pues claro entrenador —Mencionó Libby dándole la mano a Abbott.

—Cuente conmigo—Exclamé enfatizando una sonrisa que mostraba mis dientes.

—Y conmigo —Agrego Ilana con una sonrisa.

Azura no sabía que decir, por lo que estaba anonadada con todo lo que Abbott había dicho.

—De acuerdo Abbott tienes razón, te lo dejo en tus manos...—Dijo suspirando—. bueno tengo más asuntos que atender —Mencionó ella.

Una vez aceptado junto con Libby, estábamos dispuestas a seguir al entrenador Abbott cuando nos sorprendió por parte de Ilana que también había aceptado ser parte del equipo, el maestro no podía describir lo que sentía en ese momento, pero dada su expresión se intuía que estaba más que feliz por las noticias.

—Chicas no puedo describir lo que siento en estos momentos, me enorgullece saber que mujeres quieren practicar en este deporte, me sorprendió bastante de ti Beka, tu atrevimiento me dejo sin palabras, además tu compañero no es cualquier pegaso, como ya te habrán comentado tus compañeros de equipo, este corcel se cría en las profundidades del inframundo, donde reina la diosa Hela, hija de Loki. Dicen que poder entrar no es nada fácil, se necesita un enorme poder para poder atravesar el camino lleno de monstruos, solo puede entrar aquel que sea Anotatos*, no es común ver a un caballo de ese tipo, además lo que caracteriza de otros caballos es su increíble velocidad —Dijo Abbott.

—Es increíble...—Dije observando a mi caballo.

—Beka, desde ahora tu pegaso estará en un establo especialmente con los otros pegasos del equipo, así que él también debe acompañarnos —Mencionó Elliot, mientras llevaba el suyo.

Luego de unos minutos llegamos a un prado pero observé que solo era eso. Un prado, no había establos ni tampoco una sala de entrenamiento como me imaginaba.

—Tal vez se pregunten dónde está el establo, tranquilas; al principio los chicos tenían las mismas caras que ustedes... aquí es donde surge la magia— Dijo el entrenador.

Pronuncio unas palabras que no logré distinguir en que idioma lo había dicho, observé que el prado se levantaba un establo con un techo de color rojo, madera de un color marfil, maderas de un color caoba claro y rejas verdes que eran separados en donde iba cada caballo. A simple vista se distinguía en lo alto con una letra cursiva tallada en madera quemada en el nombre del equino. Cada rejilla separadora era bastante grande para que el equino se moviera, incluso había suficiente espacio para que durmieran echados. Me encontraba fascinada con el establo exclusivo para los que practicaban el deporte del castillo, ojalá pudieran hacer otro que se parezca un poco para el establo del campus, en comparación al establo del campus solo alcanzaba a estar cinco caballos de manera adecuada, si se ingresaba uno más a dicho establo, los caballos no durarían por lo que el estrés se haría presente, incluso el espacio era reducido, no podía comprender la desigualdad del propio instituto y Azura no hacía nada para mejorarlo. Quizás todos se habían acostumbrado a que los caballos vivieran dos en un mismo espacio y que se llevó a rutina y nadie alegaba por nada. La injusticia era algo que odiaba.

Al cabo de unas horas de las cuales me dediqué en pensar un nombre adecuado para mi pegaso y en darle vueltas a ese asuntillo tan solo unos minutos. Recordé un nombre adecuado para él y decidí llamarlo «Karan» que en griego significaba puro, ¿Cómo llegué al nombre? Sencillo, había leído un libro sobre mitología griega en la primaria y desde ese entonces me había gustado ese nombre.

Caminé junto con mi equino dirigiéndome al establo, apreciando cada detalle, simplemente era maravilloso, cada espacio en donde dormirían los caballos, además tenían la suficiente comida y agua junto a los utensilios tanto de limpieza e higiene, algunos de los chicos comenzaron a dejar a sus respectivos pegasos, mientras lo hacían el entrenador me preguntó cómo lo llamaría, miré a mi caballo azabache, él tenía una crin entre un azulado oscuro, al pronunciar dicho nombre aquel letrero barnizado con solo pronunciar el nombre de mi equino se comenzaron a escribir las letras de la nada, viéndose el humo que producía al dar ese efecto de grabado, quede más que sorprendida y luego deje a mi caballo pasando con él.

—¿Te gusta Karan?—Pregunté a lo que escuché por parte del pegaso el sonido de relincho y me produjo una risa al ver que asentía moviéndose su cabeza—está más que claro—. Me respondí a mí misma— Divisé el heno y la paja para darle en el recipiente y darle también agua, dejando a mi equino quien comía felizmente.

—Descansa compañero —Volví a decir— Divisé a Elliot quien me miraba al igual Libby e Ilana con una sonrisa.

Les devolví la sonrisa para cerrar las rejas corredizas de color verde, poniendo una cerradura especial. Del otro lado de donde estaba Karan se encontraba otra puerta que se encontraban detrás del establo, para poder así sacarlo de las dos maneras por la puerta lateral o por la parte de atrás.

Volví a mirar donde se suponían que estaban los demás esperándome, pero esta vez los chicos ya no se encontraban en el establo, estaban con el entrenador a las afueras del este.

A medida que me acercaba logré escuchar un «chicas deben elegir un compañero», pero de la manera en que debían elegirlo era bastante peculiar, debías caminar junto con la caballada y si uno te tomaba por sorpresa y te llevaba a cualquier parte, como me había sucedido anteriormente, significaba que era tu compañero, manera de que los pegasos te elegían, ¿No podían elegirlo de otra forma? (No. No lo entendía y tampoco mis compañeros) era un misterio bastante entre angustiante y cómico a la vez, debías ser un pegaso como para poder comprenderlo y nadie de nosotros lo era.

El entrenador Abbott había traído a la caballada, se trataban de pegasos salvajes, ninguno era domado por ningún brujo y ese era el primer entrenamiento para mis amigas, tanto como Libby e Ilana estaban un poco nerviosas, su rostro las delataba aunque nunca tanto como Ilana era bastante expresiva. Luego de varios minutos las chicas sin mucho éxito no conseguían que ningún equino se interesaran en ellas, hasta que de manera desprevenida como lo había explicado el maestro, a Libby la levantaron de espaldas haciendo una pirueta en el aire para estar sentada en el lomo del animal despegando sus hermosas alas, se trataba de un pegaso de un color amarillo pastel, al tomarse unos minutos regresó con su compañero.

—¡Fabuloso! ¡Hazlo otra vez!—Exclamo ella a su equino, de manera emocionada, se notaba que Libby emanaba adrenalina pura, volvimos a ver que de nuevo lo hacían desplegando el vuelo veloz y normal.

—Libby estuviste fantástica, aunque en mi caso no encuentro un compañero... —Se refirió Ilana de manera desanimada.

Cuando menos lo pensó un caballo que estaba a su izquierda de un color celeste pastel con motas blancas, con una mancha blanca en uno de sus ojos la tomó haciendo que ella se sujetara del cuello de él.

Ilana se sujetaba de manera graciosa mientras que el equino trotaba.

—¡Ilana hazlo de manera rápida! Debes subirte a su lomo —Le aclaré gritándole—. ¡Es fácil! —Volví a gritar.

—¡Tú crees! —Me grito de manera en la que pude percibir entre miedo y enojo.

Ilana hizo caso a mis consejos para llegar hasta su lomo, viendo que despegaba con su compañero, volvió unos minutos después y al verla contenta y relajada a la vez se bajó de su nuevo compañero al igual que Libby para acercarse con ellos, el maestro con una mano hace una señal de «retiro» hacia los pegasos salvajes quienes se fueron volando a quien sabe dónde.

—Bien, chicas lo hicieron muy bien, vayan pensando en un nombre, dejen a sus compañeros en los establos y luego vienen de nuevo hasta aquí, las esperamos.

Escuché un comentario de uno de los chicos del equipo que se estaba riendo de Ilana por como ella gritaba y lo temerosa que se encontraba, rápidamente iba a intervenir diciéndole un par de cosas cuando me sorprendí de que el que intervino fue Luke, el mismísimo Luke Marsden.

—No hables así de ella, ¿O qué? Debo recordarte de que ¿tú mismo casi mojaste tus pantalones y gritaste de la misma forma la primera vez que subiste a un pegaso?, con la excepción que la primera vez querías el pegaso de Elliot y él no te quería por lo cual el daba brincos de manera brusca provocando tu caída, de no ser porque el entrenador interfirió, serias aplastado por él—Dijo Luke cruzándose de brazos, por lo que Elliot palmeo el hombro de su amigo dando entender de que se tranquilizara.

—Parece Marsden que te gusta esa chica, ¿Eh?

—Y que si me gusta, es mi problema no el tuyo.

—Ouch, eso fue tu-che —Mencionó Elliot riéndose.

Reprimí una risa para mis adentros al escuchar esa pequeña escena de los chicos,  seguía pensando que tipo de entrenamiento tendríamos mis amigas y yo, me dejaba una sensación mezclada de incertidumbre y ansiedad. Sentí que me tocaban ambos hombros al darme cuenta de quien se trataban era Ilana y Llibby.

Solo les regalé una sonrisa.

—Ya que están todos, entrenaremos nuestros poderes para esta excepción adelantaré un poco la clase a nuestras chicas de primer año.

—Un momento ¿Usted también es el maestro que nos hará entrenamiento con poderes y además es el entrenador de este deporte?

—Así es, Beka, veras tendrás a otra maestra, yo solo enseño defensa personal y el de como poder atacar tanto de manera individual, grupal y con tu compañero, una maestra que les enseñará es muy buena en entrenamiento de campo, les hará hacer misiones tanto individuales y grupales o también con personas de otros grados superiores, además de eso, trabajará con varios instrumentos que les servirán en el futuro y les salvarán la vida contra los perseguidores deben aprovecharla bastante.

—¡Vaya eso si me gusta! ¡Comencemos entrenador! —Dijo Libby de manera exaltada poniéndose dispuesta a lo que el maestro le dijera.

—¿No creen que entrenaran con esa vestimenta o sí?—Arqueo una ceja mirándonos de pies a cabeza.

—Ehh. Si —Dijimos al unísono mirándonos y luego al entrenador.

—Además —agregó—. este entrenamiento es para que se familiaricen solo por hoy, tendrán que venir después de sus clases en la tarde — Contestó él.

El maestro volvió a reírse, por lo que utilizó su magia.

Nosotras nos miramos para ver que nuestra vestimenta cambiaba un traje negro con orillas moradas fluorescentes, parecido al traje de los chicos pero haciendo notar el estilo de ropa que nos gustaba. Debo admitir que me encantaba hacia moldear mi cuerpo.

—¡Me encanta! ¡Entrenador usted sabe mis gustos! —Dijo Libby abrazándolo efusivamente.

 Ya que esta llevaba un crop top con una red viendo su ombligo, unos pantalones aflojados con dos franjas moradas en cada lado de sus pantalones y al llegar a su pantorrilla eran ajustadas, se trataba de un bombacho y en su conjunto tenía dos mitones de cuero que dejaban en descubierto sus dedos, se veía fabulosa.

En el caso de Ilana se trataba de una camisa del mismo color; negra ajustada con mangas hasta su antebrazos dejando verse su piel con tres agujeros en cada lado, llevaba en una de sus manos un mitón de cuero en su lado izquierdo, la parte inferior se trataba de una «leggins» con dos franjas que hacía verse la trasparencia de su piel. Y por último llevaba unas «leggins» que también tenía trasparencia entre mis muslos incluida pequeñas redes, y debajo de mis talones, en la parte superior una camisa que se hacía notar mis hombros, pero una de sus partes era transparente haciéndose notar mi vientre y en una de mis manos llevaba un mitón en mi mano derecha, tenía amarrado mi pelo en una coleta, y en Ilana ella llevaba una trenza espiga. Nos veíamos bien, tanto que los chicos quedaron sorprendidos y con la boca abierta, no pasó unos minutos cuando se escuchaban los silbidos propios de los hombres característicos de que te molestaban por estar de esa forma.

—Chicas no lo tomen a mal pero se ven realmente fabulosas—Comentó Luke con una sonrisa.

—Gracias —Respondimos al unísono las tres.

El maestro comenzó a hablar diciendo que el entrenamiento estaba a punto de comenzar, nos enseñó con sujetos de prueba especialmente para el entrenamiento, hechos como si estos fueran humanos, pero su particularidad es que estaban hechos de humo rojo.

—Esto se pondrá interesante —Informó Elliot sentándose en el césped en estilo indio observando el entrenamiento.

Nos comenzó a decir que debíamos concentrarnos y dejar que fluyera, ya que la energía se podría sentir como una descarga que subía desde tus pies y que poco a poco ascendía hasta llegar a tus manos.

Al principio nos hizo que practicáramos de manera individual, coloco unas sombras rojas que permanecían inmóviles y como había dicho anteriormente el entrenador, nos concentramos en sentir nuestra propia energía.

Cerré mis ojos concentrándome para sentir como el viento soplaba, sentir el agua y que recorría mis pies, podía sentir el fuego que poco a poco ascendía sintiéndolo en mi cabeza, incluso la tierra en mis manos, cuando estuve lista abrí mis ojos para agacharme toqué el suelo y sentí una gran descarga de energía que se trasformó en el elemento tierra, haciendo que parte del suelo se levantara, además junto a eso enredaderas habían salido destruyendo en fragmentos de cristal al ser de humo rojo, luego de mis manos se produjo el elemento agua, cuando giré en círculo extendí mi mano derecha, observando que de mis manos se encontraba el elemento agua, podía sentir el liquido en mis manos. (era simplemente asombroso). Finalmente al juntar ambas, fuego apareció haciendo que el ser de humo se destruyera como el anterior.

—Vaya puedes controlar los cuatro elementos Beka, bien hecho para ser tu primera vez, puedes ir a sentarte, al principio puede que tus energías se hayan esfumado un poco pero, quede anonadado de que pudiste sacar esa energía, para los iniciados es normal que al menos salga un poco de su poder o quizás les cueste porque es la primera vez, pero tu... hablo en serio y lo vuelvo a decir estoy maravillado, Elliot me hablo de ti, quedo impre....

—Ah, sí entrenador, no diga más, todos sabemos que es impresionante, debido a que el anillo arcoíris predijo aquello —Exclamó Elliot haciéndose el desinteresado.

Le di una ligera sonrisa mirándolo, luego pasé con ellos a sentarme en el césped y mirar a mis amigas de manera expectante quienes seguirían con el entrenamiento, sé que mis amigas podrían hacerlo, ya que confiaba en ellas y en su capacidad, pero tenía razón el entrenador, mis energías estaban un poco agotadas.


*Anotato: Supremo 


*Reeditado: 27.10.21

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