🔮 Capítulo 32.

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—¿Qué? —Exclamaba Ilana sorprendida por lo que acababa de decir.

—¿Quieres decir que alguien de Nerta está ocultando la verdadera historia?—decía Libby.

—¿Cuál es la verdadera entonces? ¡Hemos sido engañados! —Exclamaba Luke bastante asombrado.

—Es extraño, es como si alguien no quiere que se sepa la verdad. En cierta forma los maestros la han contado pero no del todo, omitieron algunos detalles, verán... —Comenté angustiada por lo que acababa de ver—. Era cierto que los fundadores crearon con la diosa Nerta este hermoso lugar, pero, los dragones eran seres que siempre han estado junto a los brujos eran compañeros y de hecho abarcaban todo nuestro territorio.

—Hubo un momento... en que todos se protegían, eso es lo que no me quedo claro y me genera extrañeza... ¿Qué fue lo que paso antes de que vivieran en armonía? —Preguntaba Elliot.

—Tal vez hubo una traición—Informó Ilana moviendo sus hombros y levantando sus manos en señal de que quizás pudo haber sido eso.

—¿Tú crees?—Preguntó Luke bastante pensativo, mientras salían de la cueva y se cerraba tras de sí.

El dragón quien nos guiaba de regreso a donde nos había encontrado minutos antes junto a la manada de dragones, solo seguía al líder caminando hacia sin rumbo alguno, sentía muy en el fondo que estaban desprotegidos, quería ayudarlos y que no se cometiera esa matanza que había presenciado con la madre de Eragón.

Caminé junto con los demás estando cerca de Libby, mientras ella agitaba sus brazos por lo anonadada que estaba al ser parte de ese enorme hallazgo, sonreí para mis adentros al ver a mis amigas que se sonreían entre sí y observar ante lo que estaba conversando Libby con Ilana, de tanta felicidad y asombro que veía no me percaté, que al pisar se encontraba una pequeña zanja y al ser contacto con mi pie se formó uno más grande provocando que perdiera el equilibrio, Libby rápidamente me sujetó haciendo que cayéramos no solo ella y yo, si no todos, menos el enorme dragón quien estaba mirando con una cara de preocupación.

Al caer, nos percatamos que debajo de la zanja había otro pasadizo formándose de arroyos, más allá se encontraba una cascada llena de árboles y abundante vegetación para los dragones, a lo lejos podía observar con detenimiento las manzanas doradas que comen y de otra comida que podría servirles, era un pasadizo secreto que podrían ser albergados y protegidos.

El enorme dragón aterrizó hacia donde estábamos y al caminar para asegurarse que ese paisaje era seguro, al traspasar, el dragón de color morado se volvió una cría pequeña.

—¿Qué es lo que mis ojitos acaba de ver....?—Señalaba anonadado Luke y en una pieza, parpadeando varias veces.

—Al parecer, se trata de magia que se hizo por sí sola, es como si se tratara de un portal, ya que es invisible... miren—Decía Elliot mientras se colocaba un ángulo y ya el pequeño dragón ya no se encontraba.

—Tienes razón Elliot ¿Y si traemos a todos los dragones? —Sugerí, mirando a todos.

—Es una gran idea Beka, pero son millones co...—Indico Libby sin terminar la frase, mirando a todos.

El pequeño dragón cruzó el portal nuevamente haciéndose grande otra vez, comenzó a sonar sus alas y moviendo las agallas de su cuello haciendo aquel sonido que para nosotros era inaudible, pero para los dragones sí. Sonara por todo el bosque formando un eco que solo los demás dragones escuchaban.

De repente el suelo comenzó a moverse frenéticamente, resultado de que una gran manada de dragones venían hacia nosotros cruzando el portal, observando que todos los dragones se volvieron pequeños.

—Al menos estarán a salvo. —Decía Ilana viéndolos que tenían de todo—. tienen un hogar y no deben de estar escondiéndose nunca más.

—Tienes razón Ilana, me da alegría de poder ser algo por ellos, pero para estar más seguros...

Me deje llevar y guiar por lo que acababa de ver en la cueva, por lo que habían hecho los fundadores, repitiendo cada movimiento, haciendo con mis manos un círculo en el aire de manera contraria y que ambas manos se juntaran y con la palma de mi mano decir una frase: «Kleíse*», producto de esa frase un anillo con símbolos se hizo cada vez más grande de color morado, haciendo que el símbolo de mi frente brillara.

—Chicos, deben poner su palma como la mía, uno por uno. —Mencioné bastante segura de lo que estaba haciendo.

—¿Cómo haces eso? —Decía Libby cada vez más asombrada.

—Yo que sé, solo me dejo llevar por lo que vi en el recuerdo... —Titubeé bastante sorprendida.

Cada uno de los chicos colocaron a la misma altura de mi mano haciendo que el enorme anillo cambiara de color, primero fue Luke, quien se tornó en un tono rojizo, luego Ilana se tornó en uno calipso, siguió el turno de Elliot volviéndose blanco, a medida que pasaban los chicos al poner su mano, el símbolo de nuestra frente comenzó a brillar.

Finalmente fue el turno de Libby quien finalizó un tono naranjo volviéndose en uno dorado resplandeciente, haciendo que el sello se formara unas palabras antiguas que no logre leer, ya que el enorme círculo se había adherido al portal desvaneciéndose por completo, significaba una cosa; se había sellado.

Al terminar di un enorme suspiro, iba a decir a los chicos buen trabajo, pero como era tanta energía terminé desmayándome, solo sentí unos brazos fuertes que me sostenían para no caerme, algunas frases que poco a poco para mi eran eco en mi cabeza y se distorsionaban de a poco, y de ahí la oscuridad se apoderó de mí.



Domingo, 18:00 de la tarde

—Eka.....ka....

Escuché a lo lejos murmullos que de apoco se aclaraban en mi mente, ¿Me estarían llamando por mi nombre? ¿Sería eso? o ¿solo alucinaciones mías?

—mhm —Me queje sobando mi cabeza.

—¡Está despertando!

—Bek, te desmayaste, llevas un día dormida. —Me decía Ilana preocupada.

—Nos dejaste preocupadas, no te despertabas... rogamos por Máni y Sol que te despertaras...—Volvía a decir Ilana—.¡Además la fiesta es hoy!

—¡Nena nos alegra que despertaras! es un gran alivio pero...¡en una hora es la fiesta!, ¡Debes cambiarte, ya!

—¿Eh? ¿Que? ¡La fiesta! —Me pare inmediatamente, pero volvió el mareo y rápidamente me senté en mi cama. Mire que al lado de mi cama se encontraba el paquete verde con un listón rojo—. Esto es... —Murmuré.

—Es la parte del regalo que hicimos para la organización de la fiesta, ¿recuerdas? —Preguntó Ilana.

—Sí, lo recuerdo—Dije—. Mi cabeza me duele horrores—Protesté sujetando mi cabeza.

—Tranquila, suponíamos que te despertarías así. —Indicó Ilana con una sonrisa, pasando un vaso con una especie de hierba que al estar en contacto con el agua, hacia una combinación de efervescencia.

—No preguntes que es lo que es—Me dijo Libby antes de que agarrara el vaso y bebiera su contenido.

—Sabe horrible. —Dije, haciendo una mueca de asco.

Mis amigas se rieron por mi rostro, luego me reí también. Pero poco a poco el mareo y el dolor de cabeza desaparecieron encontrándome de lo más bien.

— ¿Entonces qué esperas Beka? Ahora que te sientes mejor, ¡vayamos a la fiesta! —Decía Libby—vístete, ya que nosotras estamos casi listas —concluyó.

Era cierto, ellas ya estaban casi listas, además sus vestidos eran preciosos, y cada una sostenía su máscara decorada haciendo juego con el vestido. El vestido de Ilana llevaba un corsé dejando mostrar su piel expuesta de sus brazos para caer en un corte de vuelo, seguido de pliegues entre colores celestes, negros y dorados, en los bordes tenían toques dorados con símbolos como si fueran telarañas, era un traje muy hermoso sin mencionar sus zapatos que combinaban con el vestido, y la máscara era del mismo color con algunas plumas en el centro.

El de Libby llevaba descubierto sus hombros con pequeños vuelos de tonalidad rosado pálido, llevando además tela por encima de su clavícula y en su pecho venia cruzado una tela del mismo color de los vuelos haciendo que cayera parte de su medio brazo, seguido de sus mangas largas tipo corsé, teniendo un pequeño trozo de tela amarrado en su muñeca y en su torso llevaba un ajustado corsé, seguido de un amplio velo de color burdeos y en su cintura tela amarrada con un nudo en medio cayendo en pliegues que le daban un toque de ondas, su máscara, era de la misma tonalidad burdeos con plumas de color rosado pálido con bordes dorados y unos zapatos de tacón estilo terraplén.

—Abre tu vestido.

—¡Queremos ver Beka! —Dijo Ilana impacientándose.

— ¡Claro! — Exclamé con una ansiedad en mi voz.

A medida que abría el vestido se asomaba la máscara que estaba decorada con plumas negras como si estas plumas fuera de un pavo real, la máscara era de una tonalidad dorada, y el vestido me dejo sin hablas, era de una tonalidad amarilla, y de traer varias capas de velo en forma de degradado.

—¿Qué esperas Beka? —Señaló Ilana emocionada al verme sostener el vestido.

Me probé el hermoso vestido con tonalidades dorados, amarillas y naranjas era un estilo donde sus matices se combinaban muy bien, podía notar que mis hombros eran visibles llevando tela por encima de mi clavícula, atrás de mi espalda llevaba una capa de la misma altura de mi anchura del vestido, y en mis brazos eran cubiertos terminado en punta amarrado de un elástico en mi dedo de en medio. Parte del vestido tenía vuelos a los lados llegando a un punto en donde mis pies no se veían por lo largo que era, este teniendo un corte liso, luego me puse los tacones de estilo terraplén teniendo en los tacos mariposas doradas y de la misma tonalidad.

—Wow, Beka te ves fabulosa... —Exclamó anonadada Ilana aplaudiendo a lo que veía. —Pareces de esas modelos sacadas de revista.

—Te ves di- vi-na—Dijo Libby deletreando la palabra divina y haciendo una aprobación con asentimiento de cabeza y su pulgar arriba.

—Ustedes no se quedan atrás chicas, se ven bellísimas y fabulosas esos colores le asienten, que pasaría si....

Me coloque el antifaz y sentí que algo de mi había cambiado, quizás algo físico pero seguía siendo yo, al hablar me quede perpleja.

—¿Esa es mi voz?, ¡¿esa es mi voz!?

Tanto como Libby e Ilana me miraban asombradas ante lo que estaban oyendo, por lo que de igual forma estaba igual de perpleja que ellas y de lo que acababa de pasar. Incluso mi cabello había cambiado por uno pelirrojo.

—Beka, quítate la máscara.... —Sugirió Ilana sorprendida.

Asentí para sacarme lentamente la máscara que venía con mi vestido, viendo que las chicas quedaban impacientes, como si quisieran que dijera alguna palabra.

—¿Y...? —Me preguntó Libby.

—Sigo.... —Dije pensativa —Mi voz sigue normal —Concluí levantando mis hombros.

—¿Chicas, no ven lo que está pasando? — Decía Libby de manera pícara.

—No me digas, Libby borra esa sonrisa...Libby... Libby—Gritamos al unísono Ilana y yo.



—¿¡Porque te hicimos caso!? —Pregunté por enésima vez.

—¿Chicas, seguro que podemos hacer esto? —Preguntó Ilana preocupada—. Además recuerden que los H- u- e.... —decía susurrando deletreando la palabra «huevos»

—Tranquila, ellos estarán bien, ¿recuerdas que Eragón y Deltha están cuidándolos? están en un lugar seguro...en su habitación. —Mencionaba Libby relajada.

Nos encontramos enfrente de la enorme puerta de la sala de eventos que se encontraba cerrada, las tres llevábamos nuestras máscaras y aunque no me acostumbraba a la idea de llegar y entrar.

—Chicas, es bastante divertido, además no las reconocerán dudo mucho si permanecen con la máscara nada malo pasará. Solo divirtámonos en esta primera fiesta que tenemos con todos los alumnos de Nerta, ¿sí?. Abriremos estas enormes puertas y nadie nos reconocerá, pues mírame, yo siempre tengo mi cabello afro si no, con una melena adornada con un peinado estilo cascada incluso mi voz es diferente a la normal, y sé que Elliot estará allí.

—Sé que todo están aquí, incluso el, espera... a que....

Fue demasiado tarde, Libby había abierto la puerta de la sala de eventos, todo estaba como lo habíamos dejado la última vez, a excepción de algunas decoraciones rojas. ¿¡Rojas!? ¿Quién había puesto aquella decoración? aunque se me venía a la mente una sola persona: April.

Observaba que todo el alumnado estaba en la fiesta luciendo sus lujosos vestidos y sus máscaras que hacían juego con el traje, a medida que avanzaba hacia la enorme fiesta que hice junto con mis amigos, fue algo agotador pero dio sus frutos, aunque me perturbaba esa decoración de color rojo.

Más adelante de mi visión no cabía duda que esas dos mujeres que se encontraban conversando entre sí era April y Azura, me di cuenta que se trataba de ella por la postura y el gesticular al expresarse, Azura llevaba un traje rojo ceñido que hacia resaltar su figura con una abertura en una de sus piernas llevando tacones agujas, y una máscara de tonalidad roja con plumas negras, en cambio la otra chica su traje se notaba sus hombros y brazos desnudos decorados por cintas de colores negra que se cruzaban entre sí, en la parte de su pecho llevaba una trasparencia y debajo de ella un sujetador invisible de color rojo y negro y parte de su pecho iban decoradas en redes rojas, seguido por cintas negras que adornaban su cintura por una trasparencia de color gris, haciendo que el vestido tuviera corte ondular por varias capas de la misma ondulación con un estilo degradado dando al final un toque negro.

Se veía hermosa, no lo negaba pero, April era de esas chicas crueles e impredecibles y para colmo era una de las chicas que estaba detrás de Elliot, me daba cuenta que tenía algo a mi favor, el hecho de que no tenía la necesidad de acercarme a él, el venía hacia a mí, y yo no negaba en evitar, de hecho me gustaba que fuera así.

Seguí caminando olvidándome de mis amigas por unos momentos, ellas también habían desaparecido quien sabe dónde, pero sabía que se encontraban en la fiesta, conservaba mi mascara en todo momento, hasta que sentí una mirada de esas que te escanean y calaban en lo más profundo de tu ser, mire quien podría ser el o la responsable de colocarme la piel de gallina, intenté ignorar aquella mirada pero era imposible me ponía nerviosa, era tanto el nerviosismo que me producía que me mordí el labio inferior, cerré mis ojos por unos momentos y al abrirlos alguien me había agarrado de la cintura de manera delicada haciendo dar un giro y caer en los brazos de aquel desconocido, al descubrir quién era; no lo reconocía por completo, su cabello era de un negro azabache, y el traje que llevaba era un smoking español, llevando su máscara en todo momento pero en sus ojos había algo familiar en ellos, se me hacía muy conocido... pero en ese momento no sabía con exactitud, solo le di una leve sonrisa, acaricié lentamente sus hombros y comencé a alejarme de manera lenta, mirando por encima de mi hombro hacia la persona que acababa de sujetarme de esa forma y de conocer hacia unos segundos atrás, desafiándolo como si dijera con mi mirada «adivina quién soy», dejando intrigado y expectante al chico misterioso quien agarró mi cintura.

Mientras me alejaba pude oír un.

—Que comience el juego—Canturreó él con una sexy sonrisa aquel chico desconocido.

Le devolví la misma sonrisa que me ofreció.



*Kleíse: Cerrar


*Reeditado: 29.10.21

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