Enterrando la verdad

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—Es lamentable el hecho que ha ocurrido para el candidato a gobernador, deseamos su pronta recuperación señor Tianlang Jun. —La voz de la reportera sonaba falsa a oídos de Shen Jiu.

—¿Es candidato a gobernador? —Preguntó Binghe mientras sumergía su cuchara en el plato hondo de cereal.

—Por lo visto así es —Shen siguió observando el televisor con fingido interés, retomó el desayuno esperando a más noticias relevantes o al menos algo por lo que la gente tuviese que cotillear—, nunca me ha interesado la política, mucho menos sus gobernadores o aspirantes al cargo.

—Somos dos —el recuerdo de los anteriores candidatos siendo asesinados por su arma eran clara prueba de ello— ¿puedo cambiarle de canal?

—Adelante.

Binghe se encontraba en casa de Qingqiu; la mañana calurosa anunciaba que sería un buen día, se había auto invitado al hogar ajeno con la excusa de traer emparedados y un cereal maravilloso que aun siendo un pretexto demasiado estúpido fue de alegría para el más bajo quien le recibió con una sonrisa.

Ahora ambos yacían en el comedor que tenía vista al televisor, Luo tomó el mando y cambió de canal lentamente esperando encontrar algo interesante ya que por ser domingo las emisoras se encontraban sosas en el aspecto de entretenimiento.

—En exclusiva traemos la noticia de lo que realmente sucedió —un reportero que yacía frente al hospital hablaba frente a la cámara sosteniendo su micrófono digno de alguien metiche y amarillista. Qingqiu arqueó fugazmente la ceja mientras que Binghe prestó atención solo por cotilleo—, el señor Tianlang Jun nos ha proporcionado información relevante ¿acaso esto será un intento de asesinato?

Qingqiu agradecía sus gélidos genes para contener la risa, su rostro se mantuvo impecable mientras seguía escuchando aquellas mórbidas palabras.

—Por lo que sabemos el candidato fue encontrado esta madrugada escondido entre los depósitos de basura, las cámaras apenas lograron detectar el movimiento ya que al ser de noche no había suficiente luz para captar el rostro del agresor —una miniatura de imagen se extendió por la pantalla para revelar un vídeo borroso y demasiado oscuro donde se apreciaba a Shen Jiu sacando de la maleta al inconsciente Jun, suerte que su rostro no se viera en absoluto—, no se encontraron signos de violencia salvo que él asegura haber sido inyectado con un veneno sin embargo los doctores descartaron aquello al no encontrar nada. ¿Será esto algo para atraer la atención de los votantes o realmente fue atacado? ¿Tendrá esto que ver con lo acontecido con Meng Mo y Qingyang Mo quienes fallecieron sin tener derecho a una advertencia?

—¿Qué tiene que ver ese señor con los otros dos? —Cuestionó Binghe.

—Supongo que el hecho de estar relacionados en la política.

—¿Ah sí? ¿Eran rivales o algo?

—No lo sé. —Descartó sabiendo que mentía en parte puesto que no había podido revisar las actas forenses de los ex candidatos por lo que desconocía totalmente.

—Este hecho es lamentable pero en medio de toda tormenta hay calma —anunció el reportero del canal en el estudio, sonrió al tiempo en que se apreciaba el vídeo de un pelinegro entrando al hospital de la mano de Yue Qingyuan—, al parecer el amor superó las fronteras de la rivalidad puesto que Shang Qinghua el medio hermano del candidato a la gubernatura llegó al hospital de la mano de nada más y nada menos que Yue Qingyuan el otro candidato a gobernador y apreciando los gestos de ambos nos podemos dar cuenta de que su relación no es un juego ni mucho menos algo publicitario.

—¿Será cierto? Hace unos días ambos tuvieron una calurosa discusión en vía pública en uno de los mejores centros comerciales. —Secundó la otra reportera sentada a lado del conductor quien se mostraba interesada en la pareja.

—Bueno, siempre hay un dicho que del odio al amor hay un paso.

—Tienes razón, aquella discusión quedó en el pasado para dar la bienvenida al amor y que mejor manera de demostrarlo que yendo juntos al hospital.

—El amor es tan raro. —Se burló el reportero.

—Pasa hasta en los mejores lugares. —La mujer se unió a la burla dando una baja risa.

—Ridículo. —Chistó Qingqiu en voz baja antes de volver la vista hacia su cereal.

—Nunca entenderé la política, sus enemigos y sus relaciones.

—Ni yo, supone un dolor de cabeza para mí.

Al final el alto terminó cambiando de canal hasta llegar al musical donde los géneros eran diversos y ajenos al mundo político.

Qingqiu comprobó que con la aparición en público de Qingyuan quedaba seguro que el hombre planeaba llevar a cabo sus planes de un matrimonio y familia feliz, Binghe por su lado pensó en la oportunidad de acudir al edificio cercano al hospital para dispararle a su objetivo y librarse de una vez de su trabajo, ansiaba realmente dejar atrás todo para concentrarse en forjar su relación con Qingqiu.

—¿Qué harás esta tarde? —Preguntó el alto después de algunos minutos de silencio.

—Compras.

—¿Compras? ¿Ropa nueva y demás cosas?

Shen Jiu rió por la expresión ajena como si aquello fuese algo sumamente desconocido para él.

—Sí Binghe, compras de ese tipo, nada que ver con comprar carboncillo, papel bond o cartulina.

—¿Podría acompañarte?

El pelinegro se encogió de hombros restándole importancia, un poco de compañía no le haría mal, por lo que podría incluso acercarse así a las tiendas de joyas para buscar el dichoso anillo que pronto portaría Shang Qinghua, consideraba a Binghe ahora demasiado inocente y despistado como para que este hiciera preguntas, aunque si las hiciera sabría darle una explicación lógica y segura para callarlo.

Por decisión nuevamente del alto, fue él quien manejó en su amada camioneta hacia el centro comercial que Qingqiu le había indicado, el transcurso fue silencioso, cada uno sumido en sus pensamientos sobre sus misiones.

—¿Crees que con esto el otro candidato se vaya de gira?

—¿Quién? —Preguntó Shen Jiu prestando atención.

—Yue, ¿crees que con este incidente que le ocurrió a Tianlang Jun se vaya de gira?

—No creo que tenga nada que ver el hecho de tener una relación con su medio hermano, a vista de todos son enemigos políticos.

—Cierto.

Shen Jiu observó el perfil de Binghe unos segundos, su mente comenzó a divagar sobre las preguntas hechas más no llegó a nada concluso ya que aún el hombre era un misterio para él, lo poco que sabía era demasiado vago como para seguir pensando en algo más allá de un interés raro por Yue Qingyuan.

Al estar en el centro comercial Qingqiu guío al alto hacia algunas tiendas de ropa, compró meramente para despistar a Binghe ya que este no se despegaba demasiado de él.

—Entremos aquí. —Anunció a un relajado Binghe.

El alto alzó la vista para posarla en las letras doradas y lujosas que denotaban glamour desde el exterior, al enfocar al más bajo logró divisar las vitrinas con exclusivas joyas de todo tipo; Shen Jiu acudió a una sección especial que a Luo llamó la atención por lo que le fue inevitable el cuestionar el porqué de aquello.

—¿Para qué quieres un anillo?

—Mis padres están por cumplir su aniversario de bodas así que busco un anillo para mi madre —explicó revisando tranquilamente las vitrinas—, nada me agrada.

—¿Qué tal este? —Señaló mediante el cristal un anillo de oro blanco con pequeños diamantes. Por un momento Binghe desvió su atención del objetivo para centrarse en buscar un anillo para Qingqiu, nada comprometedor pero sí que tuviese un significado especial para ambos.

—Me agrada pero es muy sencillo a mi parecer —espetó con calma sin dejar de buscar—, este es lindo. —Señaló una argolla blanca con tres diamantes adornando el centro.

—Sí, es lindo, veré por aquí —pretextó para alejarse del pelinegro y así buscar anillos de pareja, Qingqiu era alguien especial, el tiempo entre ellos había sido escaso pero no tenía duda alguna de que el gusto era mutuo así que se entretuvo buscando un par de argollas que calzaran bien en sus dedos.

La mirada del pelinegro se centró en un anillo en especial, sonrió internamente deseando ver la pieza brillante, amablemente la trabajadora mostró la argolla finamente acojinada entre dos pedazos de tela negra para hacer sobresalir la pieza.

—¿Será este el indicado? —Arqueó una ceja.

—Es un anillo muy bonito —la empleada sonrió cortés—, su forma de lágrima puede tener varios significados.

—Las lágrimas del amor, sí, suena romántico. —Colocó el anillo en las manos de la mostradora y extrajo de su cartera la tarjeta de crédito bancaria que otorgó Qingyuan a sus trabajadores, de ahí se cobraría el famoso anillo para después poder lanzárselo a su jefe junto con la bofetada de su desprecio—, cárguelo a esta tarjeta por favor.

Al buscar a Binghe lo encontró del otro extremo y con el rostro bajo, al parecer seguía buscando el anillo así que no le prestó demasiada atención ni tampoco quiso avisarle que ya lo había comprado por lo que decidió centrarse en sus propios asuntos.

La pequeña bolsa elegante fue entregada, dentro yacía la caja con el valioso anillo que sería entregado y colocado en el dedo de Shang Qinghua, su mente continuó pensando en lugares donde podría mandarlos de citas ya que sus reuniones independientes no podían llevarse a cabo, entonces los enviaría juntos a diferentes lugares con tal de que lo dejasen solo, entre menos se involucraran mejor.

Abandonó el lugar con Binghe detrás de él quien extrañamente venía sonriente, Jiu ignoró ese hecho, no le apetecía ser un metiche en la vida ajena por ahora así que siguió avanzando hasta detenerse en medio del centro comercial sin saber qué hacer.

— ¿A dónde quieres ir? —Preguntó Luo deteniéndose a su lado.

—No lo sé, he comprado lo necesario así que quizá sea hora de volver a casa.

—Vamos entonces.

Tras echar las pocas bolsas de compra en el maletero, emprendieron marcha hacia su hogar, el trayecto como siempre fue cómodo así que esta vez no hubo necesidad de sacar un tema de conversación ya que no era necesario.

La tarde pasó entre charlas y silencios cómodos, se entretuvieron viendo películas y también conociendo sobre ellos mismos, sin saber que cada uno decía una verdad a medias; por la noche cuando la cena ya estaba presente, Binghe se animó a retomar su curiosidad para saber acerca del lugar de trabajo del ajeno.

—¿Me dirás?

—¿Es necesario? —Qingqiu tomó con los palillos su trozo de carne salseada. Al ver el asentimiento del moreno esbozó una sonrisa y habló—: Trabajo en Creative Think, el edificio está al sur y se destaca por su logotipo de un cerebro de colores con comillas doradas.

—Nunca he oído de esa agencia, quizá se deba a que no sé nada del mundo del marketing.

—Debe ser eso. —Sonrió retomando la comida.

—¿Y tú celular?

—Oh mi Dios, eres un hombre realmente insistente y necio ¿cierto? —Sin permiso alguno tomó el celular de Luo el cual reposaba sobre la mesa, añadió su número y lo guardó— Listo señor militar.

Binghe solo pudo reír al ver que el pelinegro llevaba una mano hacia su frente en señal de una orden recibida, pronto volvieron a comer hasta concluir.

—¿Mañana puedo pasar por ti?

Qingqiu detuvo su andar bajo el marco de la puerta para despedir al alto, quien le sonreía esperanzado; internamente se sentía saturado de emociones, jamás había tenido compañía tanto tiempo y eso le asfixiaba, sin embargo no podía negarle nada al hombre frente a él por una simple razón: Le gustaba.

—Claro, salgo a las ocho.

—¡Perfecto! —El alto se acercó y dejó un suave beso a los labios rosáceos, acto seguido se marchó feliz a su casa.

Al cerrar la puerta, Shen Jiu eliminó la sonrisa para entrar en modo profesional, tenía trabajo que hacer y la presencia de Binghe lo había retrasado más de lo normal, por lo que subió a su habitación casi oculta donde se internó y se puso a revisar los expedientes.

—Meng Mo —observó la foto del hombre sobre la plancha metálica, se apreciaba el cráneo destrozado por una bala, de la frente se apreciaba un gran agujero con tonalidades rojizas y negras producto de la sangre coagulada—, se establece etimología médico legal de la muerte de tipo violencia homicida ocasionadas por un agente contundente que se determinó gracias al casquillo encontrado a metros del cuerpo inerte.

Shen Jiu observó las fotografías del causante de la muerte, la bala yacía manchada de sangre de tal forma que resultaba hasta curiosa la forma en que el líquido rojizo envolvía el metal.

—Se determina en base a esto que el disparo realizado fue producido a larga distancia impactando directamente en la nuca encontrando salida por la frente causando una muerte instantánea —el hombre leyó hasta ver debajo de la fotografía la leyenda del calibre usado—, la bala tuvo una trayectoria no mayor a los dos mil metros aproximadamente, aparentemente el calibre .338 LM es utilizado meramente por el ejército, al hacer una investigación a profundidad solo queda como resultado el hecho de que el arma debe ser un fusil de largo alcance.

Lo siguiente que vio Jiu fueron más fotografías del cuerpo, no había presencia de violencia ni tampoco de mutilación por lo que aquello quedó como un asesinato sin culpable alguno. Cerró la carpeta y abrió la faltante, encontrándose para su sorpresa con algo similar.

—¿Calibre .338? —Alzó la mirada hacia la nada y pensó que aquello era demasiada coincidencia para ser real, el mismo francotirador había sido el causante de dos muertes, no había de otra, el tiro había sido el mismo, la distancia y la bala también, independiente del rifle empleado, era el mismo calibre utilizado para ambos hombres, frunció el ceño con ligereza antes de bajar los documentos y suspirar— Por favor, que no sea quien pienso que es. —Masculló tan bajo para dar finalizada su labor de revisar todo.

Se desvistió con calma ignorando toda cicatriz de su cuerpo, se colocó el pijama y se acostó a dormir, mañana sería un día largo empezando por tener que buscar su credencial de trabajo.



—Supongo que no te quedarás mucho tiempo aquí ¿verdad? —Qi Qingqi habló casi al mismo tiempo en que se adentraba a la minúscula oficina de editor perteneciente a Wu Qingqiu.

Qingqiu alzó el rostro, el cabello rojo y los ojos verdes ocultos discretamente bajo las gafas de pasta gruesa le daban ese toque único y atractivo. Vestía apenas un pantalón sastre y una camisa manga larga azul claro, entre sus dedos portaba un bolígrafo el cual dejó de mover apenas entró la chica.

—Supones bien.

—¿Debo preguntar el motivo de tu ausencia Wu?

—Negocios, todos tenemos una vida fuera de este lugar ¿sabes?

—Claro, tú vida debe ser tan excéntrica que te desapareces y vienes cuando te da en gana.

—No eres mi jefa, no me das un sueldo, si vienes aquí a joder entonces lárgate de mí vista. —Masculló retomando su escritura, una simple carta que no decía nada más que la letra de una canción.

—Me largo pero antes debo decir que te llegó un paquete, está en recepción, ve por el antes de que lo consideren para la basura.

—Claro, claro, ahora vete.

Se levantó con elegancia, tenía dos días para despejar su mente de Qingyuan, no sabía si este se había ido de gira o no, lo cierto es que ese había sido el precio de las palabras de su jefe, pagaría con una agenda vacía por haberle hablado así y sobre todo arruinado los planes.

Bajó hacia recepción, estaba seguro de que se exponía si Binghe lo veía de esa forma por lo que se apresuró a tomar el paquete que era unos bonitos girasoles junto con un almuerzo ligero.

Retornó hacia su oficina y se encerró, el día era largo cuando se encontraba ahí bajo esa identidad, ante todos era un simple mercadólogo con ideas mediocres, carente de creatividad y asocial, era todo lo negativo en aquella empresa y aun cuando era conocido por ser un inútil no podían despedirlo por la sencilla razón de que era hijo de un empresario demasiado poderoso, tanto que el CEO de ahí ni siquiera tuvo que dudar al ver como el joven pelirrojo llegaba a solicitar trabajo acompañado de cuatro gorilas que se decían su cuerpo de escoltas.

La actuación había sido benéfica para Shen Jiu quien no dudó en hacer uso de sus múltiples personalidades para robar la identidad del hijo real de aquel empresario que hacía muchos años había muerto pero eso era algo que nadie sabía y que por supuesto no descubrirían ya que todos eran demasiado lentos para seguirle sus pasos.

Al llegar la noche se colocó una gorra, agradeció la poca luz para retirarse las lentillas y salir de ahí con sigilo, ignorando a los pocos que había, incluso se cubrió con los girasoles para no ser cuestionado ni visto de cerca, tras llegar a la salida principal observó como Luo Binghe yacía apoyado sobre su camioneta, la visión del hombre enfundado en unos pantalones de mezclilla y una camisa blanca bien ajustada a su cuerpo hizo a Shen Jiu sonreír un poco.

—Sales a tiempo. —Le saludó con un beso.

—Solo vámonos, he tenido un par de dificultades y no quiero que me vean.

—¿Problemas? —Frunció el ceño y observó hacia el interior— ¿Quieres que lo vaya a arreglar?

—¡Oh no! Nada de violencia. —Se fingió indignado antes de abrir la puerta para subir y quitarse de inmediato la gorra pellizcando así la peluca para extraerla por completo. Agradeció que Binghe rodeara la camioneta con calma para guardar todo en su maletín.

—Te has quitado la gorra ¿tan malo era el problema? —Cuestionó abrochando su cinturón.

—No, solo deseo que no me vea mi jefe. —Mintió colocando su maletín en sus pies para reposar los girasoles en sus piernas— ¡Vamos a casa!

Binghe sonrió ante esa frase, encendió el auto y arrancó hacia su fraccionamiento, siendo realmente ajeno a que a su acompañante fuese todo un experto en el disfraz y la personalidad pero eso no debía saberlo, por ahora.



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