Mentira blindada

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—¡Nos vieron la cara de imbéciles! —Shang Qinghua gritó apenas vio a Yue llegar a la casa.

El gobernador detalló el rostro furioso de su prometido quien se paseaba de lado a lado por toda la espaciosa sala blanca. Contuvo un suspiro ya que estaba realmente cansado, dar tantas entrevistas y explicaciones llegaba a ser agotador por hacerlo en un solo dio, así que armándose de nueva paciencia, sonrió y se acercó a su pareja.

—¿Qué sucede ahora?

—¡Xiao Jiu y Luo Binghe son unos hipócritas, nos mintieron!

—¿De qué hablas? —Tomó asiento para cruzarse de brazos.

—¡De que ellos planearon todo, Binghe fue el que te disparó y Xiao es su cómplice!

Yue Qingyuan cerró los ojos unos segundos, deshizo el cruce de brazos y masajeó sus sienes con calma, su novio podía ser muy creativo si se lo proponía.

—Shang —suspiró cansino—, lo dices porque el sargento Binghe no te agrada.

—¿Sargento? ¿Ese tipo es un sargento? —Abrió la boca, asombrado.

—Sí Shang, el señor Luo es un sargento, esta tarde hable con Xiao Jiu y me lo confesó —lentamente acentuó su ceño para regañar al menor—, me dijo que te has puesto pesado y por eso renunció, Shang haces mal.

—Pero ellos no son lo que piensas, me puse pesado porque me confesaron eso.

Yue Qingyuan acentuó más el ceño, su mirada cayó sobre la mesa de centro donde yacía un folder blanco con el logotipo del hospital, se estiró y con curiosidad lo tomó, ignorando los berridos de su pareja. Tomó su calma para abrirlo y leer el reporte de cuentas, así como el informe de salud.

—¿Te das cuenta de la tontería que hiciste? —Le preguntó a Shang Qinghua quien calló de momento.

—¿Qué hice?

—Sé perfectamente lo obstinado y necio que puedes llegar a ser por eso creo que orillaste a Xiao Jiu a que se marchara, según su reporte le faltaban más estudios.

—¡Eso! —Señaló la hoja con desprecio— ¡Debió haber recibido bien el disparo para que estuviera incapacitado, así lo hubiera obligado a confesar frente a ti!

—¡Por Dios, Shang! —Yue le miró asombrado— ¿Cómo es posible que seas capaz de desear ese mal?

—Se lo merece. —Escupió rencoroso.

—No puedo creer que seas capaz de decir eso, ¿sabes qué? no estoy de humor para escuchar tus palabras venenosas, confío en A'Jiu y en el sargento Binghe, me bastan sus acciones, gracias a ellos nosotros vivimos y es tiempo de que encuentren su felicidad.

—¡No entiendes Yue, ellos están juntos porque son cómplices, oí a Xiao Jiu decirle a Binghe que él mató a los ex gobernadores! —Gritó enérgico causando que el gobernador le dedicara la más severa de sus miradas— ¡Tienes que creerme!

—Tus palabras pueden poner en riesgo la profesión de A'Jiu y Binghe, mide lo que dices. —Se levantó llevándose consigo el folder del hospital.

—Pero...

—Suficiente, no quiero oír más de lo que dices. —Cortó las palabras alejándose del menor quien solo le observó decepcionado.

Shang Qinghua apretó con fuerza sus manos hasta convertirlas en puños cargados de coraje, bufó y se retiró de la sala hacia la recámara que solía usar de vez en cuando ya que por lo general dormía con Yue Qingyuan pero esta noche sabía que sus ánimos no ayudarían y terminarían discutiendo más.

—Esto no se queda así Xiao Jiu, mañana mismo me vas a ver. —Masculló desvistiéndose para meterse a la ducha.

Yue Qingyuan por su parte, sonrió al contemplar las hojas, las dejó cuidadosamente sobre su escritorio y relajó los hombros contra el asiento, su vista se posó en el teléfono, dudoso de llamar para quitarse la duda, sin embargo sabía que por la hora ya nadie le respondería así que ese llamado lo haría a primera hora.

Las palabras de Shang no tenían sentido; A'Jiu había arriesgado su vida tantas veces que no dudaba de su lealtad, ahora ya sabía que era enviado por Binghe de quien no dudaba fuese su pareja real ya que el hombre se mostraba demasiado protector con él, más ahora, quizá si fue demasiado el arriesgue de Xiao Jiu y por ello su temor.

Negó lento después de tanto pensarlo, con Lao Gongzhu en la cárcel y la información proporcionada por A'Jiu, ahora sabía el nombre del asesino que tantas veces le hizo sudar frío y temer por su vida.

Se tomó una copa de brandy en la soledad de su oficina, pensando en cómo su vida había cambiado, de ser un simple político a un gobernador, de cómo ser alguien que se creía fuerte a un ser dependiente de un joven de mirada fría y movimientos agiles. La vida daba muchas vueltas.

Al concluir su trago se marchó directo a su habitación, no se sorprendió ni se vio desilusionado al encontrar la recámara vacía, sabía que Shang Qinghua se encontraba en su momento de berrinche y aun pese a ello lo amaba ya que formaba parte de él y no lo cambiaba.

Tras colocarse el pijama, destendió la cama y se acomodó para dormir un poco, en dos días había vivido la intensidad de una vida llena de presiones y aunque sabía que decirlo lo haría quedar como un débil, sabía que su resistencia mental no era tan fuerte como la de A'Jiu quien pese a todo lo sucedido se mostraba decidido y capaz de seguir adelante.

Cerró los ojos dejándose llevar por el cansancio, arreglaría las cosas con Shang Qinghua para eliminarle cualquier pensamiento negativo hacia Xiao Jiu y su pareja, por ahora bastaba con dormir para reponer energía.

Al día siguiente, lo primero que hizo fue acudir a su oficina para marcar el número oficial de la marina, fue atendido por la secretaria y sacó cita con el capitán para poder ser recibido ese mismo día ya que debía agradecerle a Luo Binghe personalmente su acto heroico y valiente de los días anteriores.

Tomó una ducha y se vistió lo mejor que pudo, al salir se encontró a Shang Qinghua sentado en el comedor, comiendo en silencio un simple emparedado junto a un vaso de leche fría.

—Buen día. —Saludó cordial.

—Ajá. —Gruñó dando un mordisco.

—Bien Shang, dado que sigues con tu berrinche, he arreglado una cita con el capitán Mu para que nos reciba hoy mismo, ahí podrás saciar tus dudas e inquietudes sobre Luo Binghe.

—¿Cómo sabes que él está ahí? —Frunció el ceño con desconfianza.

—A'Jiu me lo informó ayer, que Binghe era un sargento; la marina es lo más cerca que tenemos de una base militar, así que ahí podemos preguntar sobre ello, dado que él es un sargento será fácil localizarlo. —Respondió cortés y paciente.

—No lo sé Yue, donde nos salgan con el cuento de que no está, me voy a enfadar y los buscaré hasta debajo de las piedras para vengan aquí a confesar y paguen por lo que hicieron. —Puntualizó exigente.

—Sí, mejor come y allá desquitas tu coraje y dudas. —Cortó por lo sano.

Desayunaron en silencio, hicieron caso omiso a la televisión ya que las noticias pasaban la entrevista a Yue explicando el suceso de la independencia, así como también salió la grabación donde Xiao Jiu se aprecia lanzándose contra el gobernador para recibir el impacto.

Tras comer y recoger lo necesario, la pareja se subió a la camioneta que los llevaría a la marina, lugar donde un sonriente capitán ya los esperaba, en el trayecto Shang Qinghua se sorprendió de ver como la casa de Xiao Jiu quedaba cerca del lugar, deduciendo que por ello cuando escapaba en las noches volvía hasta el amanecer ya que posiblemente también por ahí estaría el hogar de Binghe.

Al llegar al establecimiento, fueron recibidos por un hombre de edad adulta, con el uniforme blanco e impecable lleno de medallas portadas con orgullo; el capitán saludó respetuosamente al gobernador y su pareja para posteriormente invitarlos a pasar a las instalaciones militares.

—¿A qué debo el honor de su visita? —Preguntó dándoles un recorrido por el lugar.

—Venimos a ver al sargento Luo Binghe. —Yue asintió mientras que Shang esperó alguna mala reacción por parte del hombre de blanco.

—¡Oh bueno, el sargento Luo no se encuentra!

—¿Puedo saber el motivo?

El capitán observó a la pareja un instante antes de reír bajo, causando que Shang Qinghua entornara los ojos, totalmente desconfiado.

—Me contó que trabajó para usted y dado que su misión concluyó se fue de vacaciones justo ayer —aclaró el hombre a la pareja—, meses atrás me había dicho de esto por lo que quizá dentro de dos semanas pueda encontrarlo de nuevo ya que tiene planeado retirarse.

—¿Cómo? —Shang Qinghua preguntó molesto— ¿O sea que sí es un sargento?

—¡Claro que sí! —El capitán carcajeó con toques de burla.

—Comprendo entonces —intervino Yue Qingyuan al ver que su pareja fruncia el ceño—, solo quería verlo para darle las gracias personalmente por su ardua labor que hizo.

—Me enorgullece saber que Luo Binghe hizo bien su trabajo.

La plática hubiese seguido de no ser porque entró lo que Yue Qingyuan dedujo como un soldado normal a la oficina donde se encontraban, hizo el saludo nacional y solicitó permiso para hablar.

—Señor, informo que el cabo mayor Mobei Jun ha salido del quirófano.

Yue Qingyuan alzó el rostro al oír el nombre mencionado, recordó las palabras de Xiao Jiu y se puso en pie.

—¿Quién dices? —giró el rostro hacia el capitán y gruñó— ¿Él está aquí?

—¿Pasa algo?

—Él... él es la persona que intentó matarme, él le disparó a mi secretario. ¡Él es el francotirador que me mantuvo al acecho! —Lo culpó duramente.

El capitán boqueó desconcertado, Shang Qinghua decidió guardar silencio ya que recordaba vagamente el nombre que el ex secretario había gritado furioso a su novio. Observó a Yue totalmente tenso y se levantó para calmarlo al poner una mano sobre su hombro.

—Creo que mejor nos vamos. —Solicitó.

—Quiero ver a ese hombre —demandó ante el capitán—, y quiero que lo investiguen por el intento de asesinato. —Urgió serio ignorando la mano de Shang Qinghua.

—¡Eso es imposible, Mobei Jun sería incapaz de hacer algo así! —Defendió el capitán— Ayer sufrió un accidente, está incapacitado.

—No me interesa, quiero verlo. ¡Es una orden!

El capitán no pudo objetar, Yue Qingyuan mandaba así que resignado y dudoso guió a la pareja al hospital militar para ver el estado de un cabo sedado por el efecto de la anestesia.

—¿Ve? Está incapacitado para tal acusación.

Yue Qingyuan detalló al hombre, bajó la mirada hasta la mano vendada y entrecerró los ojos, ¿eso se lo había hecho A'Jiu? ¿De esa forma se había encargado del francotirador?

—¿Y los dedos?

—Los perdió, le dispararon y le volaron el pulgar y el índice.

No tuvo que pensar demasiado para deducir que eran los dedos principales para sostener y disparar un arma. Alzó la mirada y frunció el ceño, confiaba en la palabra de Xiao Jiu por lo que ordenaría una inspección completa a la casa del hombre durmiente, ya habría tiempo de interrogarlo para darle su merecido castigo.

—Volveré mañana, levantaré la orden de aprehensión y si me equivoco no dudaré en dar una disculpa pública, por ahora será el principal sospechoso, así que le sugiero tenga un abogado listo porque no desistiré hasta encontrar la verdad. —Expresó antes de retirarse y alejarse de la camilla.

Shang Qinghua le siguió el paso; Yue Qingyuan no se detuvo hasta que estuvo dentro de la camioneta, pensante en todo lo que Xiao Jiu le había dicho.

—¿Crees que él lo hizo? ¿Cómo lo sabes?

—A'Jiu me lo dijo ayer.

—¿Le vas a creer a un mentiroso? ¿Le crees a él pero no a mí? —Preguntó ofendido.

—Honestamente sí, te conozco lo suficiente para saber que puedes llegar a alterar la paciencia del más tolerante, ahora sabes que el sargento Luo Binghe trabaja aquí y que está de vacaciones.

—¿Cómo te puedes creer ese cuento de que está de vacaciones? ¡Vamos a su casa!

—¿Para qué querría saber su domicilio?

—¡Sé donde vive! ¡Vamos!

Yue Qingyuan inhaló hondo antes de dedicarle una severa mirada al menor.

—¡Basta de tu acoso hacia él, detén tus ideas tontas de que él es malo! —Alzó la voz causando que el joven parpadeara sorprendido— ¡El capitán nos dijo que salió de vacaciones y deduzco que se marchó con A'Jiu para tener un segundo de paz!

—¡Es que no puedes dejarlo así!

—¡Ya basta! —Gritó furioso— ¿Por qué la insistencia en ellos?

—Porque son unos mentirosos, son cómplices y ya te dije, ayer los oí cuando Xiao Jiu confesaba que incluso él había sido quien había robado los expedientes, él mató al director Woo, a la sirvienta que robó la agenda y también que ocultó la identidad de Binghe cuando llegó a casa todo golpeado. —Expresó al borde del llanto.

—Te daré el beneficio de la duda Shang pero no permitiré que sigas expresándote así de A'Jiu, merece respeto por lo que hizo.

—¡Lo halagas tanto que parece como si te interesara más que yo! —Espetó celoso.

—A'Jiu podrá ser guapo e inteligente pero él y Binghe son una pareja, mi admiración para con él es meramente profesional y no permitiré que te expreses así de él —frunció el ceño—, sabes que te amo y que jamás te di motivos de desconfianza.

—No lo entenderías —se cruzó de brazos dignamente—, todos caen ante el encanto de Xiao hipócrita Jiu.

Yue Qingyuan rodó los ojos con fastidio.

—Ignoraré tus palabras de envidia, solo dedícate a trabajar a los preparativos de la boda y a ti mismo. —Cerró el tema con evidente molestia.

Shang Qinghua contuvo el llanto, por culpa de Xiao Jiu ahora Yue no le creía, no sabía que dolía más, la falsa amistad que creó con el pelinegro; que su novio no le creyera o que pese a todas las acciones saliera victorioso como un héroe y no como lo que era, un traidor.

Decidió guardar silencio, volvería al trabajo y por la tarde saldría directo a la casa de Binghe para comprobar que estuviese ahí, también acudiría al departamento de su ex asistente solo para quitarse la duda de que en verdad no estuviesen.


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¡Ya lo quiero acabar, alv! XD



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