Capitulo 40

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Pov Terri

Me quede por algunos momentos más observando todo el movimiento del club, hoy era otro día abarrotado. Gracias a Dios, o mejor, gracias a Darcy. Negué con la cabeza pensando que no iba a venir esta noche, y tanta irresponsabilidad me llenaba de furia. Darcy siempre había sido impecablemente profesional en "Imperium", hasta que conoció a Anne, por supuesto. Ni siquiera quiero pensar en eso ahora mismo, su tiempo de presentarse ya había pasado, y no había ni una señal, ni siquiera una maldita llamada. Lucia tomo su lugar esta noche, la morena era mi segunda mejor bailarina del lugar, su cuerpo escultural y la facilidad que tenía para seducir, cubría la ausencia de Darcy. Pero no mucho, la "intocable" tenía clientes que solo asistían por ella, por nadie más. Clientes importantes, magnates de Miami.

-Escuche que Darcy no vino.

Tome una respiración profunda, permanecí en el mismo lugar en el que estaba. Lleve el cigarrillo a los labios, expulsando fuerte el humo por la boca, para después voltearme hacia Sasha. La mujer se veía hermosa, y sonreía como si dijera "te lo dije".

-No tiene caso que pongas esa cara de funeral Terri, Sabíamos que esto iba a pasar tarde o temprano. Ausencias y negligencias.- la mujer hablaba pacientemente mientras caminaba hacia el gabinete de bebidas, sirviéndose un Martini.

-No debe hacerme esto, yo fui la persona que más la ayudo.

-Ya se olvidó de eso, tiene a Anne ahora.

Anne... solo el nombre me hacía sentir una gran repulsión. Maldito el día en que entro al club. Apreté fuerte el vaso, sintiendo que en cualquier momento se rompería entre mis dedos. Hasta que sentí los delgados dedos de Sasha deslizarse por mis brazos en una caricia.

-Te lo dije, Terri, pero aun así te apiadaste de ella.- susurraba sus palabras fríamente en mi cuello, causando que todo mi cuerpo temblara.- Darcy no merece tu compasión

-No es su culpa, es culpa de Anne.- dije con enojo.

Sentía a Sasha sonreír a mis espaldas, su mano subió a mi hombro donde apretó lentamente, en un lento y relajante masaje.

-No importa de quien es la culpa, no podemos dejar que nuestro plan se venga abajo. No podemos dejar que Anne se lleve a Darcy de Imperium ¿Cierto?

Dijo Sasha suavemente, mientras dejaba que sus labios húmedos se deslizaran por toda la extensión de mi cuello. Solo asentí. Nunca nos habíamos envuelto de forma carnal, pero esta noche pareciera que quería algo más.

-Cierto.

-Perfecto. Ahora quiero que bajes al piso principal del club. Sabemos que la Señorita Vee está ahí. Y convéncela de conocer a nuestra pobre bailarina.

Dijo cerca de mi oído, dando una pequeña mordida en el lóbulo cuando termino de hablar, cerré los ojos y suspire, mirando a través de la gran ventana de vidrio. Vee Alhelí estaba divirtiéndose a expensas de una de las bailarinas. Si ella sería la solución a mis problemas, lo haría.

-Déjamelo a mí, lo hare.

Sasha sonrió pícaramente, guiñándome el ojo

-Te espero aquí para celebrar, Terri.- dijo sentándose en mi silla.

La mire por última vez antes de dejar la oficina. Baje las escaleras escuchando la sensual música volverse más fuerte cada segundo, pase entre algunas personas importantes de las que hable, hasta llegar al centro donde estaba mi objetivo. Vee sonreía traviesa, sus ojos estaban cargados de lujuria por la bailarina que movía la cadera sensualmente, semi desnuda, delante de ella. Estaba disfrutando el pequeño show, el algunos momentos ponía algunos dólares en el elástico de las bragas de la bailarina. Me acerque lentamente, me senté junto a ella en el sofá de cuero marrón. Vee dejo salir un soplo de aire, dejando que el humo de su cigarro se esparciera por el ambiente.

-¿Disfrutando el show?

Me miro con una sonrisa sorprendida, dejando el cigarro en el cenicero junto a la mesa.

-Estoy fascinada.

-Hmm, ¿en serio?

-Sí, es mejor cada vez, Terri, mira.- apunto a la rubia que me movía sensualmente delante de ella.

-Me honra que le guste Señorita Vee, usted es uno de los clientes más importantes de "Imperium"

Sonrió con un aire arrogante, tomando un sorbo de su bebida rojiza.

-¿Lo soy?

-Por supuesto, sé que viaja mucho y no tiene mucho tiempo para frecuentar mi club. Pero tengo cosas mucho mejores que mostrarle

Vee me miro curiosa, arqueando una ceja con una sonrisa en su cara.

-¿Mejor? Si ya estoy fascinada con ella, imagínate con lo mejor.

-Mucho mejor, Señorita Alhelí.

-Estoy abierta a nuevas propuestas.- dijo en tono de broma.

Vee ya estaba muy emocionada, seguramente ya había bebido más de lo que debía. Pero nunca perdió su postura arrogante y la sonrisa traviesa. La mujer ya tenía una reputación de ser juguetona y predadora, su nombre siempre estaba estampado en las revistas de chismes, siempre muy bien acompañada de mujeres hermosas, modelos e incluso prostitutas. Pero a Vee no le importaba, después de todo ¿a quién le podrían importar las opiniones de otras personas con la cantidad de dinero que tenía?

-Muy bien, sabe reconocer buenas bailarinas, le presentare a la mejor bailarina de todo el club.

-¿Mejor que todas ellas?

-Mejor que ellas, la mejor de todo Miami.- dije confiadamente.

-Estas poniéndome muy curiosa de conocer a esa mujer.

-Maravilloso, en tres días actuara aquí. Si quiere, puede venir, para que aprecie a mi preciosa gema. Si es de su interés, podemos hacer buenos negocios.

-¿Cuál es su nombre?

-Darcy, debo advertirle que ella nunca sale con ningún cliente, no es una prostituta, solo una bailarina. Pero le garantizo, que es mejor que todas estas juntas.

Vee soltó una pequeña risa, tomando un sorbo de su bebida.

-¿Nunca salió con ningún cliente?

-No, como le dije es solo una bailarina, no acepta ningún tipo de acercamiento

-Para todo en la vida hay una excepción, Terri.

Retar a Vee a conquistar a Darcy era la mejor forma, era el tipo de mujer que ama los retos, pero más allá de eso, amaba ganarlos.

-No sé si puedas hacerlo, Vee, ella solo le dio la oportunidad a una mujer en este club todos estos años.

Podía verla fruncir el ceño, dándome una mirada curiosa.

-¿Quién sería la afortunada?

Sonreí cínicamente.

¿No te lo puedes imaginar?

-Odio adivinar, dime. ¿Tiene que ser poderosa, no es así?

-Lo es.

-¡Dime!

-Anne Boonchuy.

En el instante que escucho el nombre de Anne, una sonrisa apareció en su s labios. ¡Bingo!

-¿La única?

Asentí pacientemente.

-Anne fue la única que logro acercarse a Darcy, siempre viene a ver sus actuaciones.

-¿Cliente regular entonces?

-Sí, digamos que Anne no se pierde ninguno.

-Anne y yo siempre nos hemos encontrado a lo largo de la vida.

Dijo Vee mirando a la bailarina frente a ella, parecía estar pensando en todo lo que habíamos hablado, su expresión la traicionaba.

-Creo que ahora la tal Darcy me gusta incluso más, le demostrare que si Anne pudo hacerlo, yo también

-¿Entonces vendrás?

-Por supuesto, necesito apreciar tu preciosa gema, Terri.

-Genial, no te arrepentirás te lo garantizo, bueno disfrute de la noche si necesita algo solo llámeme, Señorita Alhelí.

12

Levanto su vaso en mi dirección con una sonrisa, y me fui. Las cosas comenzaron mejor de lo que imagine, camine a pasos lentos a mi oficina, y por la ventana pude ver a Sasha mirándome, hice una señal de éxito, y ella sonrió, Anne no me quitaría a Darcy, no lo haría.

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Pov Anne

No había trato, por suerte o el destino, estábamos atrapadas en esa oficina hasta que la hora de su presentación termino. Debo confesar que eso me dejo muy feliz, después de todo no me agradaba tener a mi mujer bailando en un club, para un montón de gente que la imaginaba de una manera en la que solo yo podía tenerla. Al principio Marcy no creía que la puerta en realidad estaba atorada, pero después lo acepto, con una petición cargada de dulzura decidió pasar la noche conmigo

Le pedí bañarse conmigo, pero se negó, diciendo que yo no merecía nada esa noche. Y no había plegaria que la hiciera cambiar de opinión. Solamente me ocupe de tomar un largo baño, para después irme y darle una de mis camisetas para que durmiera, después de todo no había empacado ropa para pasar la noche. Mientras MarMar estaba bañándose, me encargue de preparar algo de comer, pase toda la tarde atrapada en una agencia eligiendo el mejor auto para Marcy. Obviamente yo quería darle un auto mejor, pero conocía muy bien a la morena. Si iba a ser difícil que aceptara este, imagina si le comprara un auto tan caro como el mío. Enloquecería.

Negué mientras cortaba algunas frutas en un cuenco, era muy tarde y no haría algo muy tardado o pesado para comer. Una ensalada de fruta sería suficiente para mantenernos satisfechas hasta el comienzo del siguiente día, un esfuerzo que no haríamos. Desafortunadamente. Corte todo en piezas pequeñas, desde fresas, bananas, kiwis, uvas, manzanas, etc. Mezclando todo con yogurt natural.

Camine a la habitación dejando la bandeja en la mesa de noche, no podía esperar a que Marcy comenzara a comer. Se tomó cinco minutos más, hasta que la puerta se abrió. La latina salió del baño usando solamente mi camiseta gris que llegaba apenas un poco más arriba de medio muslo. Removió el exceso de agua de su cabello distraídamente. Mientras yo suspiraba como una idiota. ¡Oh, Dios, Anne!

La mire por Dios sabe cuántos minutos, notando cuan caliente se veía usando mi ropa. Claro que prefería a Marcy usando lo que me gustaba más, nada. Pero la camiseta se veía genial. Termino de secar su cabello y puso sus ojos en mí.

-¿Qué?- dijo con una sonrisa.

-Me gusta verte usando mi ropa.

Marcy le dio una mirada rápida a su cuerpo, y después me miro.

-Me gusta usar tu ropa, aunque esta camiseta es muy larga.- comento mientras caminaba hacia el baño.

Era un poco grande. Dejaba al descubierto las piernas de la morena y parte de su trasero. Una vista hermosa debo decir, estaba usando unas pequeñas bragas de encaje blanco. Seguramente sería una maravilla quitarlas con mi boca. Sacudí la cabeza por los pensamientos pervertidos que estaba teniendo, hasta que regreso del baño con un frasco de humectante en la mano. Marcy puso una pierna en la orilla de la cama y lentamente esparció un poco de crema corporal en su piel, y deslizo sus manos lentamente. Era algo tentador todo eso. Imagina, tu acostada en tu cama viendo a Marcy usando únicamente una gruesa camiseta, con su cabello húmedo echado a un lado, mientras sus manos se deslizan por sus largas y bien formadas piernas. Sabía lo que me provocaba y lo hacía a propósito.

-¿¡Anne?! -escuche su voz y la mire.

Marcy me veía con una sonrisa cínica, negué y tome el cuenco que tenía la ensalada de fruta.

-Hice esto para que comiéramos.

Marcy hizo una cara de emoción y después gateo por la cama para acercarse. MarMar, o mejor dicho Darcy se quedó muy cerca, al punto de sentarme en mis piernas.

-Se ve delicioso.- dijo como si lo que hizo fuera lo más normal del mundo.

El peligro vivía dentro de esta mujer, Marcy Regina y sus pequeñas acciones me provocaban a poseerla. Pero sabía que no me lo permitiría, no esta noche, como parte de mi castigo.

-Y lo es, hice algo muy ligero.

Puse las manos en los muslos de Marcy e hice una lenta caricia, la morena me miraba con una sonrisilla. Y lentamente tomo una cuchara para capturar un poco de la ensalada de fruta, yo no hice nada. Solo moví las manos de abajo hacia arriba, de los tobillos al trasero, donde apretaba.

-No, ni siquiera lo piense, Señorita Boonchuy.- Marcy hizo un signo de negación con su dedo, y limpio sus labios con la lengua quitando el yogurt que había quedado ahí.

-No hay manera en que no te toque cuando estas sentada así en mis piernas.

-Entonces me voy.

Cuando tomo impulso para levantarse de mis piernas, la tome firmemente de la cintura. Haciendo que sus ojos encontraran los míos automáticamente.

-¿Cuál es el problema? ¿Por qué no quieres tener sexo conmigo?

Marcy siguió comiendo y después puso un poco en mi boca, estaba muy bueno

-Estas castigada, Anne.

-¿Puedo preguntar por qué?

Entrecerró los ojos en mi dirección, y me miraba como si dijera "Deja de ser tan cínica".

-¿Todo esto es por el auto?

-¡Obviamente! Esto no puede pasar. ¿Si me vieras salir del jet privado de esa mujer, me comprarías uno también?

Solté una risa divertida, hablar de esa manera parecía una exageración. Pero solo le había comprado un auto. ¿Qué hay de malo en eso?

-No te rías, estoy hablando en serio, Boonchuy. No puedes actuar como si fueras mi dueña.

Suspire y Marcy me dio más ensalada de fruta.

-Lo siento, MarMar. Fue un impulso, ¿está bien?, sé que actué de mala forma, y me disculpo.

-Actuaste muy mal.

-Lo sé, pero en serio quiero que te quedes con el auto.

Marcy me miro con algo de severidad.

-MarMar, piensa que ese podría ayudarte tanto a ti como a las chicas, el auto de Amity se averió y ahora tienen uno nuevo.

-Anne, cuando un auto se avería se manda al mecánico, no compramos otro. Al menos es lo que la gente normal hace.

Sonreí, tome su cara y la acerque para darle un beso lento, y Marcy me respondió a pesar de que estaba enojada.

-Esto no hará que termine la huelga.

Esta vez fui yo quien entrecerró los ojos en su dirección.

-¿Huelga?

-Sí, tengo que encontrar una buena forma de castigarte. Y una huelga de sexo resuelve el problema.

Dijo Marcy calmada, tomando la última pieza de fresa del cuenco, y mordiéndola lentamente, en una maldita provocación.

-No es gracioso.- dije poniendo el cuenco en la mesa.

-No estoy jugando, no hay sexo para ti.

-¡Marcy!- grite, empujando su cuerpo contra el colchón.

Chillo cuando me senté sobre su cadera atrapando sus muñecas contra la suave cama.

-¿Estas segura que no quieres tener sexo? -susurre en su oído con voz ronca.

Podía ver a la morena tragar fuerte, y después continúe. Deslicé mis labios por su lóbulo. Dejando pequeñas bocanas de aire escapar por mis labios.

-Estoy se...segura.- susurro.

-¿Qué puedo hacer para que cambies de opinión? -pregunte bajando besos por su cuello.

En un rápido movimiento la morena revertió nuestras posiciones, posicionándose de la misma forma que yo estaba antes, sonreí. ¿Se había rendido?

-Ruégame.- dijo lamiendo sus dedos índice y pulgar lentamente.- Y acepta ser la pasiva.

Me reí, pero me reí fuerte. No rogaría para ser la pasiva, ¡De ninguna manera! Ya habían sido suficientes ocasiones en las que me había rendido, eso estaba destruyendo mi ego.

-Nena, vamos. Detente.- Dije subiendo las manos por la camiseta de Marcy.

-¡No! Tómalo o déjalo.

Me quede mirando por unos minutos a la mujer quien sonreía provocativamente, lo estaba haciendo a propósito. Confieso que la maldita mujer sabía muy bien como castigarme.

-MarMar...

-¿Vas a aceptar?

-¡No!

-Muy bien, entonces no hay sexo para ti.

Dijo Marcy levantándose, haciéndome sentir culpable en el fondo por no aceptar. Después de todo ella también estaba perdiendo con este juego. Y vería que tan lejos iba a llegar.

Pov Marcy

Le di un beso casto en los labios a Anne, aún estaba durmiendo serenamente, había aceptado apropiadamente su castigo, y solo había dormido acurrucada a mí, era muy temprano, ya estaba vestida para regresar a casa, necesitaba ropa para el trabajo, así que le escribí una nota:

"Me fui temprano para recoger mi ropa, te veías hermosa durmiendo y no quise despertarte. Te veo en Industrias Boonchuy, te amo, Marcy"

Le dio un pequeño beso al papel y lo deje en el buro, le di una última mirada a Anne que seguía durmiendo y después me fui.

Reluctantemente entre a "mi" auto. Anne no había aceptado de ninguna manera a que me negara. Necesitaba uno, y estaba muriendo por comprar uno. Pero ganarme uno de mi novia no estaba en consideración. El auto era hermoso, lujoso y costoso. Todo lo que no podía tener, pero ahora lo tenía ¿cierto?

El viaje por las calles de Miami fue relativamente tranquilo, no tomo mucho para que llegara a mi edificio.

-¡Vamos chicas, tenemos que tomar un taxi! Estar sin mi lata vieja está dejándome un dolor en el corazón.- dijo Amity tomando las llaves de la casa.

-¿Ya enviaste a alguien que lo recoja?

Pregunto Ivy tomando su bolso.

-No, necesito llamar a alguien que lo remolque, esa lata vieja no dejara este lugar aun con una oración de la santa Madre

Me reí suavemente y solo las acompañe, bajamos en el elevador entre bromas y nos dirigimos al estacionamiento. Amity y Ivy me miraron confundidas cuando me detuve a lado de mi auto.

-Marcy, sé que no tenemos un auto, pero robar uno no es lo mejor que puedes hacer.

-Jesús claramente dijo que no debemos robar.

-No puedo robar lo que es mío, Ivy.- dije presionando el pequeño control que abría el auto.

Ambas me miraron con los ojos abiertos.

-¿A quién le robaste esto?- pregunto Ivy asustada.

-Cariño, si es lo que me estoy imaginando. Casaremos a Marcy con Anne lo más pronto posible.

-Amity...- regañe a la mujer.

-¿Podrían ponerme al tanto?

Amity soltó una risa fuerte, subiendo al asiento del copiloto. Y Ivy la siguió al asiento trasero.

-Si estoy en lo correcto, esto fue un regalo de Anne, ¿estoy en lo cierto?

Ivy jadeo mirándome.

-¿Es verdad?

Las mire a ambas que estaban esperando una respuesta rápida.

-Fue más un capricho que un regalo

-¿Cómo?

-Anne me dio el auto porque nos vio bajándonos del auto de Vee anoche.

-¡Misericordia!- dijo Ivy

-Marcy, ¿crees que si vamos al departamento de Vee, Anne te regale otro?

-Amity, detén esta insensatez, ¿de acuerdo? Anne actuó muy mal.

-Son muchos celos para una sola persona.- dijo Ivy estando de acuerdo conmigo

-Solo tengo que decir que amo este auto. Miren chicas, todo digital y sofisticado.- dijo Amity tocando el tablero del auto.

-Aun así lo voy a regresar.

-¡No lo harás! Ahora cállate y conduce.

-Lo hare, no quiero que siga financiándome.- dije poniendo en movimiento el auto y alejándome.

-Marcy, necesitas entender una cosa, aun si Anne no te financia, un día cuando las dos tomen el siguiente paso en su relación, tendrás que aprender a vivir con los beneficios que ella puede darte.

-Amity tiene razón, tendrás que dejar tu orgullo de lado, Marcy. Podemos ver que Anne solo quiere lo mejor para ti

-Lo sé, pero no quiero ser la persona que la succiona.

-¡Pensé que te gustaba! -dijo Amity con doble intención.

-¡Amity!

Ivy yo dijimos en armonía.

-Piedad, contrólate, Jane. Quiero saber si algún día iré al cielo.

-Ivy, amor, todos tenemos sexo ¿está bien? Yo, Marcy y tú. El sexo es bueno, nos rejuvenece. Si me voy al infierno por eso, tendré más sexo para que valga la pena.

-Tengo que estar de acuerdo con ella

-Jesús las perdonara por todos esos pecados.

Nos reímos y seguimos el camino a la compañía.

Pov Anne

Camine en pasos apresurados a Industrias Boonchuy, recibiendo un tímido saludo del portero. Y algunas miradas curiosas y atentas de otros empleados. Estaba completamente segura que mi fama con ellos es que era una completa perra con los empleados, y particularmente no me importaba. Seguí mi camino al elevador sin siquiera mirar a los lados, presione el botón iluminado, indique el piso de mi oficina y antes de que las puertas de metal se cerraran pude ver a mi mujer entrando junto con sus amigas. Y maldición, se veía increíblemente sexy.

Los ojos chocolate de Marcy inmediatamente se conectaron con los míos, y rápidamente una sonrisa apareció en sus labios, la cual fue contestada con enorme placer.

-Buen día, señoritas.- dije con los ojos en Marcy

-Buen día, Señora Boonchuy.- Ivy y Amity dijeron al mismo tiempo.

-¿Usted no va a desearme un buen día, Señorita Wu?- dije con una sonrisa cínica.

Marcy estaba usando esa mañana un vestido rojo, algo ajustado, que llegaba un poco debajo de medio muslo, y eso destacaba sus jodidamente maravillosas curvas, sus piernas estaban cubiertas por medias negras, y en sus pies zapatos de tacón negros. La morena se giró hacia mí, dejando me notar su llamativo y delicioso escote, su cabello estaba sujeto en un moño bien hecho.

-Buen día, Señora Boonchuy.

La maldita mujer dejo salir cada palabra de manera arrastrada. Haciendo que todo mi cuerpo temblara. Y mis ganas de repetir nuestro episodio en elevador me comía por dentro.

-Señorita Wu, ¿Tuvieron un buen viaje de su casa a acá, señoritas?

Marcy arqueo una ceja.

-Genial, el auto es muy bueno, señora.- la Señorita Brooke hablo amablemente.

-¿Quisiste decir divino, cierto? Incluso estoy pensando en dejar mi auto ser remolcado de una vez. No quiero volver a entrar en esa lata vieja otra vez, después de haber estado en el lujoso auto de Marcy.- dijo Amity riendo.

-Amity...- Marcy la empujo, lo cual me hizo reír.

Deslicé la mano ligeramente por la columna de Marcy, lo que la hizo pararse derecha.

-¿Nos vamos? -dije tan pronto como se escuchó el ding, haciendo que las puertas se abrieran.

No caería en los juegos de Marcy, ella quería con todas sus fuerzas hacerme rogar. Pero mi orgullo era más fuerte que eso.

No era fácil lo admito, resistir a Darcy Marcy era un aprueba de fuego, la cual no estaba preparada para afrontar, la maldita mujer decidió probar mis limites durante dos días desde el anuncio de huelga, sin la más ligera vergüenza. Pero no podía rendirme. Estábamos ahora en mi oficina, yo junto al sector financiero de la compañía estábamos en una importante reunión en la cual no me podía concentrar. Porque Marcy estaba en la parte de atrás, sentada en el sofá tomando notas de forma distraída, se veía hermosa como siempre. Hoy estaba usando una blusa de seda, una ajustada falda negra, que se amoldaba perfectamente a su cuerpo, esta con una postura recta, con las piernas cruzadas. Dándome una vista completa de que esa mañana Marcy estaba usando un liguero negro. Maldición, ¿Por qué demonios tenía que estar usando eso? Golpee los dedos en la taza de té en mi escritorio. Dejando hablar a los dos hombres. De vez en cuando asentía, pretendiendo que estaba escuchando todo, cuando de hecho estaba perdida en la Latina delante de mí.

Ahora entendía porque mi padre siempre decía "No mezcles trabajo con relaciones personales" Este era el resultado.

Marcy ajusto los pequeños anteojos en su cara, poniendo un pequeño mechón que insistía en caer en su cara detrás de su oreja. Escribía los temas más importantes que estábamos discutiendo, así que no me importaba si no estaba escuchando lo que estos hombres aburridos estaban diciendo. Escuche uno de ellos aclarase la garganta, sacándome de mis pensamientos.

-¿Señora Boonchuy?- dijo el más joven.

Lo mire y él estaba mirándome.

-Entonces, ¿le gusta este nuevo método? -pregunto.

Parpadee algunas veces, viendo a Marcy quien me miraba con una sonrisa.

-Lo voy a pensar, ¿está bien? Analizar todo, y después los llamare. Ahora si me disculpan.

Los hombres se miraran entre ellos y asintieron, para después levantarse y salir de mi oficina. Moví la cabeza tomando un sorbo de mi té helado. Marcy se levantó de donde estaba con una amplia sonrisa, sabía que ella era la razón por la cual estaba así.

-Estaba muy distraída, Señorita Boonchuy.- dijo cerrando su cuaderno y caminando hacia mí.

La morena rodeó mi silla, y se sentó en el escritorio, justa a lado mío. Mis ojos inmediatamente cayeron en sus pies, los cuales estaba apoyados en el mueble detrás de mí. Dejando sus piernas y el liguero expuestos.

-¿Cómo no estarlo? ¿Por qué demonios está usando eso, Señorita Wu?- exclame dejando mi mano descansar en su muslo.

-¿No te gusta? Lo compre para ti.

Dijo Marcy fingiendo inocencia, mientras cruzaba las piernas otra vez, mirándome.

-Marcy... Marcy...

-Necesitas ver el resto de la lencería, es hermosa.- susurro juguetona y después se levantó

En un segundo me levante tras ella y pegue mi cuerpo al suyo. Haciendo que la morena apoyara el cuerpo en el gabinete delante de ella. Marcy soltó un suspiro y sonrió cínicamente.

-Puedo verla ahora si quieres.- le susurre en el oído, mordiéndole el lóbulo.

Podía ver el vello de Marcy levantarse, mis manos corrieron rápidamente al dobladillo de su falda, donde rápidamente la levante, haciendo a Marcy suspirar

-Estás loca...

-Usted está volviéndome loca, Señorita Wu.- deslice los labios por su cuello, mientras con las manos presionaba su cuerpo contra el mío - Completamente loca.

-Oh Dios, Anne... ¡Alguien puede vernos!- su nervioso tono de voz, solo aumentaba mi deseo de poseerla.

La huelga que Marcy me había impuesto estaba volviéndome loca. No sería capaz de manejarlo por más tiempo. Me aleje un poco de su cuerpo, y di una mirada rápida, y maldito infierno. La lencería era pequeña, no cubría absolutamente nada. Ella estaba destinada a torturarme.

-¿Estas nerviosa? Nadie te dijo que me provocaras tanto, Darcy.

Susurre bajo, dejando que mis manos que estaban en sus muslos subieran a su cadera, hasta bajar de nuevo, pero ahora hacia su centro. Marcy estaba nerviosa, el temor de ser descubiertas estaba excitándola. Deslicé mis delgados dedos por la delgada tela que cubría su centro, haciéndola suspirar profundamente.

-¿Miedo?, no tengo miedo, Anne.

Dijo la morena sensualmente, girándose para encararme.

-Pero no obtendrás nada hasta que aceptes mis condiciones.- dijo tratando de salir de mis brazos.

La sujete fuerte, atrapando su cuerpo con el mío firmemente.

-Cuando esta huelga termine, Wu, prepárate, porque compensare todo este tiempo.

Tome mi teléfono, el cual estaba vibrando incansablemente en el escritorio, y lo conteste:

-Anne Boonchuy.- hablé.

-¿¡Anne Banana?!

-¿Maddie? -pregunte confundida, haciendo que Marcy se detuviera a medio camino.

-Hola, Anne, ¿Ahí esta Marcy?

Sonreí en el teléfono

-Sí, pequeña, ¿Paso algo?

Marcy frunció el ceño, y se acercó rápidamente.

-¿Qué pasa?- pregunto nerviosamente.

Le hice una seña para que guardara silencio.

-No pasó nada, solo que estoy en casa de la Tía Madalena, y no quiero estar aquí sola. Es muy aburrido.

-¿Dónde está tu mama?

-Fue por mi papa a alguna ciudad. Pero no recuerdo cual, ¿Laur, podrías recógeme?

Lo pensé por algunos minutos.

-Por supuesto, lo hare. No te preocupes, hablamos después pequeña.- dije terminando la llamada.

-¡Anne dime que está pasando! ¿Maddie?- exclamo Marcy en agonía.

-¿Puedes relajarte? Maddie está bien.

-¿Cómo es que te llamo? ¿Cómo tiene tu número?

Me levante de la silla, y acerque a Marcy de la mano lentamente, hasta que estuvo cerca de mí. Cuando se trataba de Maddie, Marcy era muy cuidadosa.

-Nena, mírame.

La morena me miro angustiada.

-Maddie está bien. Me llamo para pedirme que la recogiera. Dijo que era muy aburrido donde estaba.

Marcy entrecerró los ojos, y sonreí.

-¡¿Qué?! No puedo creer que esa niña te llame por una tontería como esa...

-MarMar, le dije que podía llamarme cuando quisiera. Y lo está haciendo.

-Hablare con ella, no puede hacer eso.

Jale su cuerpo, más cerca del mio y le rodee la cintura con los brazos.

-Déjala en paz, MarMar, la recogeremos por la tarde.

-¿Qué?- pregunto sorprendida.

-Exactamente lo que escuchaste, reprograma nuestros compromisos. De acuerdo con Sofía, la Tía Madalena no es divertida.

-¿Dónde está Sinu?

-Dijo que se fue por tu padre.

Marcy bufo exasperada, moviendo la cabeza.

-Relájate, ¿De acuerdo?, todo está bien.

-No lo está, Anne, mi madre no puede dejar a Maddie en la casa de alguien más solo así, para ir a buscar a ese pedazo de basura.

-¿No está en la casa de una tía?

-Sí, pero Madalena ni siquiera es cercana a la familia.

-La recogeremos hoy, relájate.

-Si quieres, y me lo permites por supuesto, iré sola y la dejare con Lucia para regresar al trabajo.

Sonreí, y deposite un pequeño beso en los labios de Marcy.

-Mira, Maddie me llamo. Entonces Señorita Wu, usted es solo una invitada en nuestro día.

La morena abrió la boca, pretendiendo estar ofendida.

-¿De eso se trata? ¿Un complot?

-Sí, ¿aceptas pasar el rato con nosotras

Marcy sonrió y me beso.

-Por supuesto que acepto.

La jale incluso más cerca si eso era posible en un lento y duradero beso, no sé por cuanto tiempo nos quedamos en ese afecto, pero solo nos alejamos cuando escuchamos que abrían la puerta.

-Wow, ¿enredándose en la empresa? -preguntó Willow riendo.

Solté a Marcy lentamente, riéndome de Willow que nos veía con una expresión traviesa. La morena a mi lado, se sonrojo violentamente mientras se arreglaba la blusa.

-Willow...

-¿Estoy mintiendo? Vine aquí para resolver asuntos importantes, y me encuentro a la presidenta besando a una empleada.

-¿Eso es envidia? -pregunto Marcy juguetonamente.

-Obviamente. Estoy en una sequía interminable. -Bufo Willow enojada.

-Anne también, disfrútalo.- dijo Marcy saliendo de la oficina.

-¿Estas en una sequía interminable?

-Huelga de sexo, ¿puedes creer eso?

-Lo peor en la vida, ¿quieres olvidar tu dolor bebiendo?

-Si.- dije riendo.

-Genial, el whisky bastara, mientras tanto ve esta carpeta. Encontré todo lo que pediste. Podemos empezar el proceso y pronto tendrás lo que quieres.

-¿Pronto? -pregunte sacando los papeles de la carpeta.

-Pronto, con mucho dinero por supuesto. Pero tendrás lo que quieres.

-El dinero no es problema, Park.

-Eso lo sé muy bien, Jefa.- dijo Willow levantando su vaso.

Pov Marcy

Me entro la curiosidad, después de dejar la oficina de Anne, ella y Willow se hacían cargo de asuntos que ni yo conocía. Pregunte si necesitaban algo, pero ella se negó e incluso me dijo que necesitaba estar sola con su mejor amiga. Está bien, eso me molesto más de lo que debería, no es que estuviera celosa, pero siempre estaba al tanto de cada asunto que se trataba en esa oficina, menos de este. Me quede en mi escritorio, haciéndome cargo de todas mis actividades, cuando ella salió de la oficina.

-¿Nos vamos, MarMar?

-¿A dónde?

-¿Qué quieres decir con "a donde"? a recoger a Sofía.

En un segundo recordé que Anne había prometido recoger a Sofía, no sabía que mi hermana llamaba a mi novia, y yo no estaba de acuerdo. Después de todo Anne era una mujer muy ocupada, y cerrada a otros. Y su actitud de dejar todo e ir juntas me dejaba sorprendida.

-Anne, ¿estas segura?

Miro la pantalla de su teléfono, y después me miro a mí.

-Por supuesto, ya programe lo que haremos.

La mire sorprendida.

-¿en serio?

-Sí, así que vamos. Llevaremos tu auto.

-Tuyo ¿cierto? -dije tomando mi bolso.

-Bueno, vamos a pretender que es mío.

Hable con Madalena quien me dijo que mi madre se había ido a buscar a Alejandro, ya que no había aparecido en dos semanas. No es que me importara claro, ya hace tiempo que los que se decían ser mis padres no me causaban ningún sentimiento. La única persona que en verdad me importaba estaba dentro del auto con Anne.

-La traeré mañana por la mañana, ya que mi madre no regresara pronto.

-Está bien, dijo que regresaría mañana por la noche. Es mejor si la niña se queda contigo, no está acostumbrada a mí, siempre se siente fuera de lugar.

-Me lo imagino, debería estar con su madre.

-Sabemos que antes que todo Sinu valora su matrimonio.- hablo calmada la mujer.

-Lo que claramente está haciendo mal. Como sea, no me importa ella y mucho menos él.

Madalena toco mis hombros en una lenta caricia.

-No deberías odiar a tu madre, Darcy

-No la odio, solo no me importa lo que haga con su vida.

-Aun así, continua siendo tu madre.

-Dejo de ser mi madre cuando no estuvo a mi lado cuando más la necesitaba.

La mujer no dijo nada tan pronto como termine el comentario, lo sabía todo. Pero nunca dijo nada de lo que había pasado.

-¿Tienes algo con la señorita de ahí? -pregunto apuntando a Anne que estaba jugando con Maddie.

-Nada que te interese, tía. Regresare mañana por la mañana. Buenas tardes.

Camine con pasos lentos de vuelta al auto, escuchando el fuerte sonido de la música. Entrecerré los ojos viendo a Maddie bailar en el asiento trasero y a Anne riendo divertida. Era hermoso ver a los personas más importantes de mi vida divirtiéndose y llevándose bien. Anne se veía mucho más relajada, antes de ir a recoger a Maddie nos habíamos cambiado de ropa, ahora estaba usando un pantalón claro, una playera estampada y su chaqueta de cuero. Su cabello estaba ondulado, y en la cara tenia lentes Ray-Ban. Amaba el hecho de que tenía esta actitud de chica mala cuando no estaba siendo una mujer todo poderosa. Este estilo le quedaba bien.

154

-¿Puedo saber que desastre es este? -dije entrando al auto.

-Oh, Maddie, hay que bajar la música, MarMar luchara por poner orden en su auto.

-Nina, ¿este auto es tuyo? -la pequeña casi grito.

Lance una mirada furiosa a Anne quien sonrió.

-Sí, Maddie, es mío.

-Wow, me dijiste que tendrías un buen auto, pero no me dijiste que sería tan hermoso.

-Hmm, ¿entonces finalmente aceptaste el auto? -pregunto Anne arqueando una ceja

-Cállate, Anne. Ni siquiera lo sabía, Maddie, ni siquiera lo sabía.

-Pero lo sabes ahora, ¿cierto? Entonces vamos, se dé un lugar asombroso, donde podemos tener un buen picnic.

-¿De verdad? Amo los picnics, ni siquiera recuerdo la última vez que tuvimos uno- dijo Maddie tranquilamente.

-Debe ser porque nunca tuviste uno, Maddie.

Nos reímos divertidas.

-Mi mama nunca quiso tener uno con nosotros, ¿verdad Nina?

Suspire y asentí.

-Bueno, cambiaremos eso hoy, ¡vamos a hacer un picnic! -dijo Anne emocionada.

Y lo hicimos, teníamos toda la tarde por delante. Anne nos llevó a uno de los parques más hermosos de Miami, nuestro picnic fue maravilloso. Con todo y la sábana blanca y roja y todos los bocadillos que nos gustaban. Era obvio que Anne había enviado a alguien a comprar todo eso, pero me hacía feliz saber que le importaba lo suficiente para darnos el mejor tiempo posible. Ya habíamos caminado por la enorme extensión empastada del parque, deteniéndonos a comprar algodón de azúcar y globos para Maddie, incluso habíamos alimentado a los patos que nadaban en el lago central. Ahora estaba sentada en una banca, mientras las miraba hacer burbujas de jabón, había tantas burbujas que un labrador color caramelo, comenzó a saltar para "comer" la mayoría de las burbujas. Solté una risa graciosa cuando Anne hizo muchas burbujas, y Maddie cayó al piso riendo cuando el perro salto tratando de atraparlas. El avergonzado dueño lo jalo con la correa, pero Anne hizo una señal de que estaba bien. Le dio el pequeño objeto que hacia las burbujas a Maddie y se me acerco.

-Maddie, deja en paz al perro.

Dijo viendo a mi hermana acariciar al enorme perro delante de ella. El perro movía la cola animadamente mientras su dueño lo sujetaba por la correa.

-Déjala, MarMar, está divirtiéndose.- dijo Anne sentándose a mi lado

Estábamos sentadas cerca del lago, Anne lentamente se recostó contra el árbol que nos daba buena sombra, no es que hiciera calor, pero el clima estaba bien aquí.

-Tengo miedo de que la muerda.

Anne sonrió y eh hizo que me acercara, haciendo que mi cuerpo se uniera al de ella.

-Relájate. Estamos aquí para olvidar todos los problemas. Y ese perro parece estar bien entrenado.

Suspire derrotada, viendo a Maddie hablarle al pobre animal que no entendía absolutamente nada. Anne y yo nos reímos.

-Parece que le gusta.- la escuche susurrar

-Le gustas mucho.

Anne sonrió abiertamente, depositando un beso en mi mejilla.

-También me gusta, MarMar. Y me gusta verte así de feliz.

Mire a Anne que mantenía sus ojos atentos en mí. Sus iris eran de un verde claro, con un brillo diferente.

-Serias una buena madre.- dije sonriendo.

Anne entrecerró los ojos y alejo la mirada.

-¿Eso crees?

-Por supuesto, te llevas bien con Maddie, pareciera que se conocen desde hace años.

-Las Wu tienen algo que hace que me enamore de ellas muy rápido.- dijo apretándome lentamente en sus brazos.

-¿Eso es cierto?

Anne asintió.

-¿Sabías que una cierta Boonchuy tiene los mismos efectos?

Anne sonrió y sello sus labios con los míos.

-¡Pero creo que la malcrías mucho! -hable desconectando mis labios de los suyos, mientras tocaba su nariz con le punta de mi dedo índice.

-Tal vez, pero no hay daño.

-¡No claro que no, imagínatelo! Vas a malcriar mucho a tu hijo.- dije saliendo de entre sus brazos, encarándola.

-Cuando tengamos un hijo, puedo imaginármelo, ¿sabes?

Sonreí, sentándome

-¿Puedes?

-Por supuesto, MarMar, extrañamente lo suficiente, tu serás la mama gruñona y mandona, y seré la mama cool.

Abrí la boca, pretendiendo estar ofendida.

-¡Por supuesto que no! ¡Le vas a gustar más así!

-Nos amara por igual, nena.

-No lo hará, si tú haces todo lo que quiere, le vas a gustar más.

Cruce los brazos e hice un puchero.

-No lo hará, deja de hacer puchero. Nos amara de igual forma, aun si hago todo lo que él quiera.

-Te dejare en huelga de sexo si mal crías a nuestro hijo.- la amenace.

Ahora era el turno de Anne de estar sorprendida

-No lo harías...

-Lo haría, sabes muy bien eso.- me levante -así que no juegues a la listilla.

-¿Yo?, vamos nena, ¡No interferiré en ninguna de tus ordenes! ¡Lo que tú digas se hace! -Anne se levantó y me jalo por la cintura.

Solté una risa fuerte, y enrede los brazos en su cuello.

-¡Genial! Me gusta que obedezcan, Boonchuy.

-Sí, Señorita Wu.- Anne fingió complacencia.

-Te amo tanto, ¿sabes? - dije intensamente.

-También te amo, MarMar, te amo tanto.

Me sonrió y miro profundo a los ojos. Después se acercó lentamente y unió sus labios con los míos en un beso cargado de amor. Juro que podía debilitarme, tenía tanto poder sobre mí. Y cada día me encontraba más enamorada de esa mujer. Poco a poco Anne mostraba una pequeña pieza de su interior, y como podía ser maravillosa. Como podía hacer que todo funcionara, solo teníamos que desearlo. Y lo deseaba. Lo deseaba porque estar con Anne era tener el mejor momento de toda mi vida. En poco tiempo me sentía amada, cuidada y deseada. Aun con todos los problemas, y el mundo contra nosotros, al final ella me hacía sentir que todo funcionaria. Y tiene razón, si te esfuerzas y luchas por tus objetivos, no hay nada que pueda derrumbarte, nada te impedirá ir a dónde quieres ir. Créeme, estar con alguien a quien amas, en momentos como estos es un sentimiento inexplicable. No importa quién es, novio, novia, amigos o incluso tus padres. Siente cada maravilloso momento como si fuera el último de tu vida. Márcalos con un punto de tu felicidad, e incluso con todo el tormento que la vida te impone, recuerda:

Al final todo estará bien.

-¡Nina!- grito Maddie acercándose

Me separe de los brazos de Anne y mire a la pequeña que venía guiando al perro.

-Maddie, ¿Qué estás haciendo con ese perro?

Anne rio.

-Trevor dijo que podía caminar con él, ¿no es hermoso, Nina?, ¡Quiero uno!

Dijo Maddie hincándose a lado del perro, acariciándolo en la cabeza, y el lamiendo su nariz.

-No, no, no ni siquiera lo pienses

-¡¿Anne puedes darme un perro?!

-¡Maddie Wu!

-Por supuesto, Maddie, podemos agendarlo un día e iremos a comprar un cachorro.

-¡No, no Anne!

Anne y Maddie me miraron como diciendo "Por favor, por favor"

-No puedes ir a casa con un perro, Maddie.- le dije calmada.

La pequeña hizo una cara triste, y miro a Anne quien se rascaba el cuello cuidadosamente.

-Podemos comprar uno y dejarlo en mi departamento.

En el mismo instante en el que Anne hablo, los ojos de Maddie se abrieron de emoción.

-Anne...

-¡Amo a los perros! Puedes hacer eso totalmente.

-Juro que si Nina te deja un día, voy a pelearla.- dijo Maddie seriamente haciéndonos reír.

-¿Lo harias, eh? ¿Olvidas que soy tu hermana mayor, jovencita?

-No importa, yo creo que Anne y tu hacen una maravillosa pareja.

-Sabes, yo también creo eso, Maddie, es una lástima que tu hermana sea tan gruñona. Va a quejarse por tu perro

-Oh lo hare, ese perro destruirá todo.

-Sera bueno, justo como el gigante que está aquí, ¿cierto amigo?

El perro solo resoplo y nos miró.

-Creo que el dueño lo quiere de regreso, será mejor que lo devuelvas.

Maddie miro al hombre que las observaba desde lejos.

-Diles adiós, Gigante.- dijo Maddie tomando la pata del perro y moviéndola como una despedida.

25

-Adiós, Gigante.

Hable después de que Maddie se fuera con el perro para entregárselo a Trevor.

-¿MarMar?

-¿Si? -pregunte girándome hacia Anne.

Anne se acercó, y me tomo de la cintura otra vez.

-¿Qué piensas de la idea de que vivamos juntas después de que tengas la custodia de Maddie?

Entrecerré los ojos.

-¿Lo dices en serio?

Anne sonrió y asintió.

-Me gusta estar contigo, me siento bien, me siento feliz, ¿sabes?

Oh, Dios ¿Podía ser más perfecta?

-¡Eso se escucha increíble, Anne!

-¡Podemos empezar a pensar en eso!

-Si podemos, claro que podemos.

Anne hizo una enorme sonrisa y me abrazo muy apretado.

-Todo funcionara para nosotras, MarMar.

-Sé que lo hará.- dije besando sus labios otra vez.

Anne era todo lo que necesitaba para ser feliz de nuevo, y la tenía.

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