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│❝Hola a todos! Bienvenidos a un capítulo más.
│ Tengan paciencia para las actualizaciones, estoy con exámenes!
│Sientanse libres de votar, comentar y seguirme para más actualizaciones
│ de otras historias! Tienen en mi perfil para elegir! Los dejo con la lectura.❞
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"No vuelvas, Nick. No quiero que me confundas más."

"No vuelvas"...

"No vuelvas"...

      Abrí la puerta del departamento con bastante brutalidad en mis movimientos. La imagen de la espalda de Nick yéndose mientras estiraba la correa de Nellie para que lo siguiera, esa maldita parte de la noche se colaba en mis pensamientos y no la podía borrar. 

   ¿Por qué tenía que dolerme tanto elegirme? ¿Por qué sentía tanta presión en el pecho y cansancio en el cuerpo el tener que exigir, con gentileza, que el chico que me confundía, no lo haga más? ¿Por qué? 

"¿Por qué me duele pedir que desaparezca la confusión de mis sentimientos? ¿Qué? ¿Por qué ahora parece que dicha inquietud era menos doloroso que pedirle que no vuelva?"

     Escuchaba a mis espaldas los gritos de Camille exigiéndome la explicación detrás de mi total evasión a hablar sobre querer dejar Herne Bay y volver a Londres. Tenía la cabeza vuelta en ideas y opiniones sobre todo lo que aconteció en el día que lo último que deseaba volver a hacer era hablar. 

    No buscaba una excusa sólida para que la conversación de hace rato se esfumara con el aire, pero tampoco me esforzaba en pedirle que, al menos por ese día, me dejara en paz. Yo no quería hablar más, no podía pensar en otra cosa que no sea en toda la información que recolecté hoy. Estaba agotada mentalmente, pero Camille parecía estar llena de energía para retomar la discusión de hace unas horas. Me siguió hasta mi cuarto, trayendo su insistencia. Tiré mi abrigo a la cama, y me dispuse a desabotonar las mangas del uniforme de Higgs.

—¡Belle, por favor, tú no eres así! 

    Viendo la camisa blanca del instituto, ahora un poco manchada por la sangre de Ben, era la completa atención de mis ojos. La voz y plagueos de Camille quedaron en segundo plano al recordar como Nick golpeó a Ben en frente de mí, y cómo yo me había quedado congelada durante un par de segundos sin saber como ayudarlo, como Nellie, siendo un perro, hizo más que yo en esos minutos escenciales para separarlos. 

   Un pitido agudo y estresante envolvió todos mis oídos junto a una sensación de liviandad se juntó de lleno en todo el cuerpo. Me comencé a sentir más ligera, más débil, y estaba perdiendo el sentido del lugar en donde estaba parada, y de quien me acompañaba.

   Las imagenes de la golpiza de Nick se repetía, una y otra vez, y se mezclaban con las que había visto en el video de evidencia de Mamá y su pareja. ¿Por qué estaba comparando la violencia errática y brutal de esa persona con la de Nick, un chico completamente bueno e inocente? Mi cabeza estaba hecha un lío, y aún seguía sin poder aprender a lidiar con esos recuerdos.

    Miré a Camille con mis párpados cada vez más pesados, juntando la energía suficiente y distribuyéndola para hablar y para mantenerme el mayor tiempo posible de pie, hasta recibir su ayuda.

Mamá, no me siento bien. Ayúdame. 

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  Las risas se escuchaban en el departamento. Nellie seguía la pelota que Nick le tiraba y hacía rebotar en las paredes para que su perra la atrape y vuelva con nosotros, como si eso fuera la cosa que más le entretenía del mundo. Cuando ella corría con su cola elevada y moviendose freneticamente de un lado a otro, el pelirrojo se acercaba a su altura y le acariciaba la cabeza mientras le daba apodos como "Princesa" o "Preciosa", dando a entender lo orgulloso que estaba porque atrapara la pelota. 

—No sé quien se entretiene más, si Nellie por seguir por décima vez la misma pelotita, o tú por tirársela. —Volví a reír al ver como Nick hacía que Nellie suba al sofá sobre él y se acueste sobre sus piernas. Las patas delanteras junto a la cabeza del perro se apoyaron contra las piernas de Nick, quien no dudó un segundo en darle masajes llenos de cariños a su mejor amiga. —Se cansó, pobre.

    Nick se rió enternecido al mismo tiempo que Nellie apoyó de lleno su mentón sobre el muslo de su dueño, encantada por el cariño que recibía y, seguramente, agradecida por ese tiempo de calidad que compartieron durante un buen rato. —¿Segura que a Camille no le importa si Nellie se sube al sofá? Puede acostarse en el suelo.

—Bájate tú, si quieres. Nellie puede sentarse aquí. —Acerqué mi mano a la cabeza de Nellie para imitar la acción que hacía Nick. —Hablando de Camille, me dijo que te cuidaras en el rugby.

—Mamá me dijo lo mismo. Los partidos entre nosotros no son tan violentos, cuando jugamos con los chicos de otras escuelas... es algo totalmente diferente. —Ladeó su cabeza aparentemente recordando el partido pasado que perdieron a causa de la diferencia de tamaño y fuerza entre su equipo y los visitantes de la Secundaria Milton, quienes a pesar de tener la misma edad, su apariencia era temible, y su forma de jugar era muy bruta. —Milton nos dejó adoloridos.

—Detesto las cosas violentas, es una lástima que el rugby no escape de eso. —Nick recostó su cabeza sobre el respaldo del sofá, mirándome mientras se llevaba a la boca unas palomitas que preparé para la película de superhéroes que estaba pausada en el televisor. 

—¿Puedo preguntarte algo? —Asentí mientras alejaba mi mano de Nellie para tomar entre mis manos mi propio tazón de palomitas. —Cuando sucedió la pelea entre algunos de Milton y mi equipo, te fuiste de las gradas. Imogen me dijo que vomitaste en los baños, ¿Qué sucedió, Bellie?

Me da miedo la violencia, Nick. Nadie me hizo daño, pero no puedo verla. Me da pavor."


❍﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏❍

  Apenas sentí la diferencia entre estar dormida y estar despierta. Mi cuerpo se sentía en reposo, casi ningún musculo moviendose, y apenas escuchaba mi propia respiración. A pesar de aún no haber abierto los ojos, el olor a menta me hizo darme cuenta que seguía en mi habitación.

    La visita que Nelson tuvo ese día en mi departamento fue la última, y la más significativa. Conocí una parte de su historia, así como él de la mía. Resulta que su familia no era tan perfecta, aunque eso parecía si se concentraba en su madre. Él tenía un padre en Francia que apenas ve, y un hermano mayor que sólo lo molesta cada vez que lo visita. 

        Esa división parecía ser mínima para los demás, él cuando se lo contó a Imogen, ella respondió con simpleza: "Todos los hermanos mayores molestan a los menores, es lo cotidiano". Sin embargo, para él significaba algo más profundo que no tenía palabras para describirlo. Nick me relató como fue su proceso de aceptación de que el idiota de su hermano mayor era así, y que por la edad que tenía, nada cambiaría. Hoy en día, él no sentía tanto el rechazo como sí lo percibía de niño, cuando buscando el cariño, protección y consejo al mayor de la decendencia Nelson. Él hasta consideró considerarse —lamento la redundancia— como hijo único, ya que aprendió todo lo que cualquier hijo único aprendió, sólo que él compartía apellido con otro niño mayor que él, David 'el idiota' Nelson.

   A comparación de él, apenas pude contarle sobre mi familia. Aunque fue ameno lo que revelé, fue bueno contarle a otra persona sobre mi abuela que habitaba en Londres, y bueno, sobre mi edad. Él se sorprendió que sea menor que Imogen (y que él, claramente), siendo que estamos en el mismo año. Le expliqué que la directora de Higgs vió adecuado que adelantara un año al ver los contenidos que había dado al estudiar desde casa en Londres. Lo vio justo porque, de lo contrario, llevaría una gran ventaja sobre el resto de los estudiantes de 15 años. 

 Escuché la puerta de mi cuarto abrirse, y los pasos de alguien acercándose cada vez más a mí. Abrí lentamente los ojos, luchando con los pesados párpados que no parecían tener la misma intención que yo. Mi vista era borrosa, como si estuviera viendo bajo el agua. Tuve que parpadear varias veces para regularla y distinguir las imágenes frente a mí. 

    No me equivocaba, estaba en mi cuarto arropada con muchas cobijas. Cuando quería moverme, un paño húmedo decendía de la frente hasta mi mejilla.

—Eres muy difícil de tratar, ¿sabías?—escuché la voz quejumbrosa que prometí no volver a dirigirme a él a menos que sea para despedirme de su vida. Tomó asiento en mi cama, dejando salir un suspiro largo y profundo, y observó con más detenimiento mi habitación. —Ella es Jessica, ¿No? —apuntó a la foto que reposaba en mi mesa. En aquel recuerdo fotografiado, mi mamá me elevaba en sus brazos mientras le sonreía a mi abuela, quien era la fotógrafa del espléndido momento en el jardín de la casa. —Se parecen mucho.

—Es mi mamá, ¿Qué esperabas? —carraspeé al sentir la sequedad en mi garganta. No sabía cuanto tiempo había dormido, ni qué hora era o qué día. Tampoco comprendía su presencia en mi cuarto. Él, justo él, precisamente la persona a la que menos quería ver en el mundo estaba en mi dormitorio sentado en mi cama. —¿Cuánto tiempo dormí? —tomé el paño de mi cabeza y lo dejé en el suelo deseando que no cayera sobre la alfombra del cuarto.

—No lo sé. Creo que toda la mañana. —volvió a inhalar y exhalar mientras continuaba fisgoneando la habitación con su mirada.

—¿Dónde está mi mamá? ¿Qué haces tú aquí? 

—Mi mamá se ofreció a cuidarte mientras Camille iba a una reunión. Vine a dejarte los apuntes de Elle. —con su cabeza, señaló unos cuadernos apoyados sobre la mesa de estudio. Esos mismos no los reconocía de vista, por lo que llegué a la conclusión que era de la mencionada, y Tao Xú los había dejado en ese lugar. —Imogen me dijo que vió a Camille hablando con la Directora, y ella me mandó a avisarte que tienes más días para la entrega final porque estás justificada. —Tomé fuerzas para sentarme en mi cama. Tao, al ver como tambaleaban mis brazos por lo débil de mi estado, intentó acercarse pero lo detuve. —¡No! ¡No soy una maldita muñeca! 

—¿Qué sucede, Belle? 

—Nada, sólo no tengo ganas de discutir con nadie más, al menos por hoy. —Tao me vió dudoso, seguro que sin entender la verdadera razón de mis palabras. 

    Tao era uno de los enigmas de mi vida que estaba comprometida a no resolver, al menos en ese momento. Ya acepté que no tendría más información relevante de mi progenitor viniendo de él, por ende, no veía una sincera intención de su presencia en mi casa. Además, el misterio revelado sobre quién resultó ser el portavoz del "beso" entre Ben y yo (o sea, Tao), hace que ver su rostro fingiendo ser una buena persona y que se preocupe por mi salud haga que solo quiera golpearle.

—Por favor, Tao. —Volví a hablar con poco esfuerzo. —Vete, dile a Yan que estaré bien. Quiero tener el departamento solo, avisaré a Camille que ya me puedo cuidar sola.

    Su mirada hacia mi fue decepcionante, pero ¿Qué pensaba él que yo reaccionaría ante su presencia en mi cuarto? No veía preocupación ni curiosidad sobre mi estado, tampoco que tenía "ganas" de quedarse un rato más. Sus ojeras denotaban la falta de descanso, y sus ojos parecían irritarle por estar un segundo más despierto de lo que su cuerpo podía resistir. Como era de esperarse, Yan debió de obligarlo a acercarse por mi departamento y por mi cuarto para controlar la fiebre.

    Suspiró fuertemente y, finalmente, asintió con la cabeza previo a levantarse de mi cama y dirigirse a la salida de la habitación. Sentí que pude respirar y, aunque la soledad volvía a instalarse en mi pecho por unos segundos, otro tema ocupó mi mente después de escuchar a Yan gritar detrás de la puerta. 

¡Belle! ¡Llamé a Camille! ¡Dice que cualquier cosa, por favor le avises! ¡Que te mejores!

¡Ya vámonos, mamá! ¡Es una desagradecida! 

   No evité rodar los ojos al escuchar ese comentario de Tao, pero no me afectó en lo más mínimo. Algunos audios y mensajes que se habían mencionado la noche anterior me parecieron muchísimo más relevantes que mi odioso hermanastro Xú. Como pude, me acerqué a mi telefono que descansaba sobre la mesa junto a mi cama, lo desconecté y comencé a leer los mensajes recibidos de las pocas personas de mi círculo de amigos y conocidos. Los nombres de Nick, Imogen y —extrañamente— Ben Hope, encabezaban la lista de notificaciones de Instagram. 

    Respondí los alarmantes mensajes de Imogen la cual preguntaba por una novedad de mi estado y, de paso, me propuse a escuchar los audios de un minuto que mandó el día anterior antes y después de su invitación a salir con Nick. Además, no fueron los únicos. También había mensajes después de las diez de la noche, justo coincidiendo la hora en que me desmayé en mi cuarto.

"¡Bellie! ¡Bellie! ¡Bellie! ¡No sabrás lo que tengo pensado hacer ahora! Invitaré a Nick a salir. Parecerá bobo lo que diré pero necesito hacerlo, siento que podría salir muy bien o muy mal. ¡Carajo! ¡¿DÓNDE DIABLOS ESTÁS?!  ¡TE NECESITO CONMIGO!"

"Belle, tengo miedo de que me rechace frente a todos, pero tengo la tranquilidad que sé que Nicholas no es así. Ambas lo conocemos, él jamás me avergonzaría frente a mis amigas y al tarado de Harry. ¡Por cierto! Ben me dijo que quiere hablar de algo importante contigo, no quiso compartirme nada. Dice que es algo privado. ¿Hay algo que quieras decirme, Belle? Si estás saliendo con Ben, no me lo ocultes".

"Belle. Estoy pensando mientras estoy yendo a las gradas. ¿Te acuerdas que te dije que se perdía la emoción que sentía cada vez que veía a Nick? Es extraño. Estoy nerviosa porque lo invitaré a salir, pero no me imagino una cita romántica a la luz de las velas como antes. Sólo quiero ir al parque a verlo y jugar con él y con Nellie, pero no me lo imagino dándome besos y casándonos, como te había dicho que era mi sueño."

"Belle, aquí otra vez. Me estoy acercando... Estoy nerviosa pero... Creo que no me está sucediendo lo que me sucedía con Nick hace más de tres meses. Así no es como pensé que me sentiría al solo imaginar que lo invitaría salir. En fin, te cuento como me siento cuando lo invitaré a salir. Si la emoción vuelve, quizás si me gusta. Y si no, le diré a Nicholas que fue un error y que lo hice porque Harry me presionó."

      Los audios de Imogen me dieron alegría de tan solo escuchar su voz. Se la oía animada en el primer audio que hasta me dió gracia escuchar su grito preguntándome sobre mi ubicación. Al oír su plan y como se sentía, quedé confundida. Esta parte de Imogen no lo conocía del todo. Sí, ella había mencionado una que otra cosa sobre su "disminución" de emociones con respecto a Nick, pero ambas supusimos que era porque había desistido a la idea de que aquella pareja soñada ocurriría. Sin embargo, era increíble que aquél "desánimo" persistiera incluso cuando ella caminaba decidida a dar el primer paso. 

   Todos los audios que escuché habían sido previos a la escena. Ahora, ¿Qué significaban los restantes cinco mensajes de textos largos que mandó? ¿Y el resto de los audios y llamadas que ignoré por estar en plena discusión con Camille y reunión con Ben?

Chat con Imogen
@Imogen.h.001


Oye, empezaré a pensar que me detestas 
porque no respondes mis mensajes. Esta 
bien, no importa. Quería darte las noticias.
Creo que hace bastante tiempo empecé a
ver a Nick como mi mejor amigo, otra vez.
 Es una pena que tuve que llegar hasta esta 
instancia para darme cuenta, ¡Incluso discu-

tí con otras chicas de Higgs para reclamarlo!
No te puedo creer lo tonta que fuí, no entiendo
como no me detuviste en ese momento. JAJA

En fin, quería decirte que si conoces a 
alguien que le interese Nelson, él esta 
completamente disponible. Quitaré el 
reclamo de propiedad de ese hombre, 
solo espero que esté con una chica que lo 
haga sentir querido, como yo lo quise cuando
me gustaba. ¡Dios, que verguenza tener que 
verlo en el parque y explicarle todo esto! 
Seguro entenderá, pero no quita que perderé 
mi dignidad ante un hombre, otra vez.

¡Anabelle, estoy en el parque con Nick! 
Hemos estado jugando con Nellie un rato, ahora
Nick se fue a juntar la popo de su perro. 
¡No sabes lo que me acaba de decir! ¡Dijo que una 
amiga mía le gusta! ¡Creo que habla de tí! ¿Sabes por-
qué lo sé? Porque mi única amiga eres tú, boba.
¡Me preguntó si tú estabas saliendo con Tao! Ha sido
el chiste más grande que escuché en mi vida. 

Literalmente, dijo: "Hubieramos invitado a 
Anabelle y a su novio", y yo le dije: "Anabelle no

tiene novio". Nick dijo: "Que raro, ¿No está sa-
liendo con Tao Xú!". ¡Ves que no soy la única que
piensa de esa forma! ¡Aléjate de ese chico antes 
de que todos los demás piensen que andan! 
No dejaré que mi mejor amiga se quede sin 
pareja porque una maseta invertida la acose
con la mirada.

Algún día tendrás que explicarme que hay entre tú, 
Tao, Ben y Nick. Estás rodeada de chicos y no entiendo 
cómo es la verdadera relación que hay entre tú y Ben. 
De él también hablamos, dijo que no quiere volver a 
nombrarlo. Cuando le conté que él te buscaba esta 
mañana algo cambió, si no fuera su mejor amiga, 
no lo notaría. ¡Dime que estás escondiendo, Davis!

"Okay, esto de los misterios me deja de gustar. Nick se acaba de ir. Se supone que somos mejores amigas pero no puedo aguantar que me escondas cosas y yo te las esconda a ti. Digamos que le dí una fuerte bofetada a Ben porque pensé que se habían besado. Harry y yo lo escuchamos de alguien, no te diré de quien. Pensé que él lo estaba diciendo a todo el mundo y te faltaba el respeto, desconozco el motivo. Pero Ben negó todo, y dijo que no te lo contara y que la conversación no se vuelva a surgir con nadie más, nos lo hizo prometer a Harry y a mí. De todas formas, algo huele mal."

"No entendí porque Nick cambiaría el humor al escuchar que Ben quería hablar contigo, y eso me hizo pensar que quizás Ben mintió y algo pasó entre ustedes dos. ¿Por qué no me lo contaste, Anabelle? Cuando estés lista para hablar, háblame."

Llamada perdida de Imogen. 
Llamada perdida de Imogen.

"Perdón, estoy en mis días." —escuché un sollozo de parte de mi amiga. —"Quería decirte que te quiero y que agradezco que estés en Herne Bay. Anabelle, no sabes el bien que me has hecho cuando entraste a nuestro salón. Ojalá no vuelvas a Londres".

Me lleva el demonio. —fue lo que pronuncié al escuchar el último audio. 

    Aún faltaba escuchar los audios de Nick, los cuales consideraba más importantes que los mensajes de Ben. Consideré la opción de ni siquiera leer los de éste último. Si bien, no había sido una mala reunión la que habíamos compartido, no veía el porqué debíamos de actuar como buenos amigos o conocidos, como él parecía comportarse. Una cosa eran las apariencias, como actuabamos frente a sus padres. Mientras tanto, él y yo no teníamos nada más de que hablar ni compartir sin esos adultos presentes. 

"—Anabelle, ¿Te gustaría que tú y yo...? ¡Dejen mis cosas! ¡Harry, no toques mi saco!"

   El primer audio de Nick se basaba en discusiones con los integrantes de su propio equipo, nada importante por compartir. El segundo fue exactamente igual, con Harry Green interfiriendo en el audio y diciendo cosas como "¿Hablando con tu novia Imogen?", poniendo en una incómoda situación a Nick, que luego se quejaba en un nuevo audio al no poder eliminar los que había grabado. No sabía que tan tierno se podía escuchar a Nick al quejarse de sus amigos.

"Okay, los chicos ya se fueron. Estoy por salir a las gradas, gracias por mandar a Charlie. Era una tontería pero no podíamos decidirlo sin él presente. En fin, quería preguntarte si..." —respiró, dejando unos segundos en silencio total hasta volver a hablar. —"Si querías salir un día de estos. Oh, bueno. Mejor no escuches estos audios, ya estoy saliendo a la entrada de los vestidores. Mejor te lo digo cara a cara. ¡Espera! ¿Qué? ¡No puedo cancelar el audio! ¡Por qué todo me funciona mal el día de...!" 

   El audio se cortó abruptamente, y dejando más mensajes a la espera de una respuesta.  Lo único que podía hacer en ese momento, y que sabía que no me arrepentiría, era lanzar mi teléfono en alguna parte de mi cama. Esto se estaba volviendo una agonía.


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