CAPÍTULO VI

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Louis miraba el sofá con detenimiento, estaba debatiendo internamente entre recostarse y dormir un poco ahí, o simplemente acomodarse en la silla donde estaba sentado.

Al no tener una preparación previa como los otros mosqueteros, la resistencia era casi nula, tenía que acostumbrarse poco a poco a los horarios, a los cambios y sobre todo, a tratar con la realeza, no quería causar una mala impresión y que pensaran que no tenía educación.

Habían pasado únicamente tres días desde que estaba al servicio del príncipe. A primera hora del día, como en su anterior puesto ya tenía que estar aseado y uniformado, podía tomarse escasos treinta minutos en ir a su alcoba, bañarse y arreglarse, quedando impecable.

El entrenamiento era a medio día, y duraba aproximadamente tres horas, pero Liam, Zayn y Louis solo practicaban una y media, al igual que Bennet, Paul y Maxime.

Si bien esto había molestado de sobremanera a Kéven, ya que ese no había sido el trato inicial, no se pudo oponer.

El rey había aceptado continuar con la rutina ya puesta para los mosqueteros, pero nunca habló de que sería completa.

Ellos podían alimentarse en el comedor, y solo tenían cuarenta minutos para hacerlo. Y el horario nocturno, era únicamente de siete horas de sueño, para cumplir con las demandas del reino.

Louis no sabía toda la disciplina que había detrás de un mosquetero, todo lo que tenían que hacer para volverse uno, y cada hora pensaba en si lo lograría porque le estaba costando mucho trabajo adaptarse al cambio.

Justo ese día, Zayn se había retirado por orden del príncipe, le indicó acompañar a Niall al pueblo a recoger unas prendas que el mejor sastre del lugar le había confeccionado a la familia, maldecía por dentro que su amigo no estuviera para que lo cubriera mientras él descansaba un rato.

"Si quieres dormir un poco, puedes recostarte ahí" Musitó Harry, quién había estado observando ya desde hace un par de minutos la mirada de Louis fija en el sofá.

El ojiazul se sobresaltó al instante, y se puso de pie, haciendo una reverencia lo suficientemente exagerada, y como consecuencia, su sombrero cayó al piso por el movimiento de cabeza: deseó desaparecer en ese instante.

El príncipe río ante la escena, caminó hasta el sombrero y lo levantó, entregándoselo a su dueño. Louis lo tomó, sin atreverse a mirar a Harry a los ojos.

"Louis, ¿cierto?"

"Si, su majestad. Para servirle."

"¿Por qué no me miras?"

El ojiazul maldijo a todo el reino por dentro antes de tomar valor y levantar su mirada hacia el príncipe. Harry se percató de que debajo de los orbes azules de Louis, se extendían un par de ojeras muy marcadas, lo cual hizo que su corazón se hiciera pequeño.

"Disculpe, su alteza. No me había percatado de su presencia y no quiero que piense que soy un incompetente e irresponsable, es solo que necesito acomodarme a los horarios, recién llevamos pocos días aquí y es complicado el ritmo que llevan." Louis había hablado con honestidad, y eso, provocó que Harry sintiera un revoloteo en su estómago.

"No te preocupes, entiendo eso Louis. Dime, ¿quisieras tomar una taza de té conmigo?"

El castaño no sabía si eso estaba permitido. Su parte racional le decía que no debía hacerlo, que el no podía tomarse el lujo de compartir una simple taza de té con Harry, pero la parte sentimental le decía que lo hiciera, que él mismo preparara el té caliente para el príncipe mientras se acurrucaban bajo unas mantas frente a la chimenea.

"Vamos, no pasa nada."

El rizado avanzó hacia la puerta de la estancia, y le ordeno a los guardias que trajeran una tetera caliente de las cocinas, y que por favor no demoraran mucho.

Luego de ello, caminó hacía el sofá más grande de la sala, y se sentó en él. Observó de lejos Louis, que solo optó por mantenerse de pie, observando las acciones de Harry con el sombrero en su mano, ni siquiera se lo había puesto de nuevo.

Rápidamente llevó su mano libre a su propio cabello, y lo acomodó como pudo, dejándolo decente.

"¿Vas a quedarte ahí?"

Dicho eso, Louis suspiró, y con incertidumbre, caminó hacía donde estaba el príncipe, sentándose en el sofá de enfrente, que era únicamente de una plaza. Colocó su sombrero sobre sus piernas, ya que sentía que era de mala educación tenerlo puesto si iba a consumir algún alimento.

"Cuéntame de ti, Louis. ¿Cómo llegaste al castillo?"

"Mhn, no sé si está permitido que yo cruce palabras con usted más de lo necesario, su majestad."

"¿Quién te dijo eso?"

"Kéven mencionó algo. Dijo que no quería que le ocasionáramos problemas a usted o a su familia."

Harry frunció el ceño. "El conversar un rato no ocasionará ningún problema. Pero si no me quieres contar, está bien, yo lo respeto."

Louis suspiró, y quizá dejó de pensar en lo que su jefe le había comentado.

"Bueno, su alteza, ¿por dónde comenzar? Ehm... hace un par de años tuve un altercado en las calles, con un par de delincuentes que solo se dedicaban a robar y a vivir de las personas honradas." Louis levantó la vista, posando su mirada en los ojos del rizado. "Ese día nos golpearon, y un mosquetero nos salvó, honestamente desde ese día siempre quise ser uno de ellos, para proteger y cuidar a la gente que lo necesita." Un brillo en la mirada del chico, hizo que el príncipe sintiera las molestas mariposas de nuevo.

"¿Hace cuánto fue eso?"

"Un par de años, 5 en aproximado"

"¿Qué edad tienes?"

"23, su majestad. Uhm... ¿Usted?"

Quizá Louis estaba sintiendo más confianza de la que debería.

"Yo tengo 21"

No podían culparlo, realmente cuando se sentía cómodo con alguien, no se le dificultaba entablar conversaciones.

Luego de eso, la platica entre ambos fluyó, comenzaron a preguntarse mutuamente cosas, algunas sobre su familia, amigos, planes, y cosas del pasado, ambos estaban muy tranquilos con la conversación, incluso les trajeron más té caliente en la tetera, porque habían perdido la cuenta de cuantas tazas llevaban cada uno.

De vez en cuando se formaba un silencio reconfortante, en donde solo se miraban ambos.

El azul y el verde se mezclaban cada vez más, intentando descifrarse, era como si Harry pudiese ver a través de ellos, quería averiguar todo de Louis, quería conocer sus gustos, sus miedos, sus pasiones, y sus metas. Quería saber que había más allá del mosquetero.

Louis quizá había cedido un poco a sus encantos, uno de los tantos muros que tenía de barrera se estaba comenzando a derrumbar.

¿Quién no iba a querer conocer más al príncipe? Era una mezcla de misterio, encanto, poder y a la vez de sencillez, amor, amabilidad, Harry lo tenía todo.


Eran cerca de las diez de la noche cuando la puerta de la estancia reveló a Niall y a Zayn, ambos traían prendas cargando sobre los brazos, entre trajes de gala, pijamas y también ropa común, como pantalones cómodos y camisas sencillas.

"¡Su alteza!" Niall parloteó, dejando todas las piezas de ropa que traía cargando sobre el sofá vacío.

"No lo creerás, el sastre no tenía terminadas sus prendas, tuvimos que esperar más de dos horas a que finalizara, y eso que le dimos un día más." El rubio suspiró indignado. "Debemos buscar uno más comprometido."

Harry sonrió hacía su amigo, al igual que Louis, su mirada ahora estaba atenta al rubio y Zayn, quién seguía cargando bastante ropa.

"Además, el mosquetero Malik no sabe montar a caballo." Niall le indicó a Zayn que dejara las prendas, y con el dedo, le indicó que se acercara a él. "Cuando quiso montar a Winter, se cayó dos veces antes de que el caballo lo dejase sentar sobre él. Al final tuvo que ir con uno de los guardias."

Oh no.

"Una disculpa en nombre de mi amigo. Pero hace un par de años, se fracturó la pierna, por lo cual no ha podido retomar al cien por ciento la práctica de equitación." Louis intentó explicar, con el único fin de cubrir a Zayn. "Le prometo que en un par de semanas, mi compañero ya podrá galopar con cualquier corcel que se le proporcione."

Niall frunció el ceño, pero decidió no indagar más en el tema, tenía cosas más importantes que hacer y cuestionar ahora.

"Y usted, señor Tomlinson... ¿Está muy tranquilo tomando una taza de té con nuestro príncipe?"

Nuestro.

"Niall, no comiences." Musitó el rizado, poniéndose de pie, y dirigiéndose a las montañas de prendas que ahora había en la sala de estar. "Yo se la invité, tenía ganas de charlar un poco y no estabas tú."

Auch.

"Pudiste haberme esperado, él tiene trabajo que hacer, de haber sabido los llevo a ambos, al menos él sabrá montar"

Zayn y Louis se dieron una rápida mirada, el pelinegro mordió su labio inferior para no reír y Louis simplemente se ruborizó un poquito.

"Bueno, ahora dime Ni, ¿Qué has traído para mí?"

"¿Qué? ¿Tenía que traer alg- ¡Oh cierto! Tu vestimenta"

El rubio se acercó al príncipe, comenzando a mostrarle cada una de las camisas, pantalones, pijamas y trajes de gala que había traído consigo.

Louis observaba cada uno de ellos a lo lejos, no podía evitar pensar en lo bonitos que eran, y aún mejor, en lo bonitos que se verían en Harry.

"Ese chico me estaba volviendo loco. Es un maniático del control." Zayn susurró el oído de su amigo, provocando que este desviara la mirada del otro par, para prestarle atención.

"Lo he notado, y además está seguro de que somos un par de inútiles."

"Lo somos, Lou"

"Calla, estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo. Puede ser peor, hace un rato me encontré con Liam, dice que el rey y la reina son el triple de exigentes que sus hijos."

"Pobre, espero no le toque matar un animalejo, se muere primero él del puro susto."

"Como sea, estamos cumpliendo con nuestro trabajo Zee, no podemos complicarnos la vida. De esto depende nuestro futuro."

"Quizá no, pero si ese tal Niall sigue jodiendo la existencia de ambos, tendré que tomar medidas serias."

"¿De qué hablas? No le puedes hacer daño." Aseguró Louis en un susurro, regresando la vista al frente para admirar nuevamente al príncipe y su compañero, ambos hablaban con emoción de la calidad de las finas telas con las que habían confeccionado sus trajes.

"Ya verás, Lou, tu solo espera."

Finalmente, en cuanto Niall y Harry terminaron de acomodar todas las prendas en el gran ropero dentro de la pieza, el rubio salió, observando a los dos muchachos parados a cada lado de la puerta de la estancia.

"Van aprendiendo. Les tengo una noticia, tengo que ir a descansar porque mañana hay que viajar muy temprano al reino vecino para llevar un par de mensajes de sus altezas." Musitó, acercándose un poco más a Zayn.

"Necesito que estés listo a las siete de la mañana, tú me acompañarás. Hablaré con Kév para que aplace tu entrenamiento o simplemente no lo tengas por un día."

Zayn fijó su mirada en los orbes del rubio, y hasta ese momento pudo notar el color azul que tenían, eran un tono de celeste fino y delicado. Niall le sostuvo la mirada por unos segundos, antes de voltear a ver a Louis.

"Tú, Tomlinson, tendrás que ser como la sombra de Harry el día de mañana, ¿entendiste?"

"Si, señor."

"He dicho que no me llamen así, solo Niall, tenemos casi la misma edad." Louis solo asintió con su cabeza.

"Bien, que descansen, caballeros."

En ese momento, Zayn llevó nuevamente la vista al rostro del rubio, y de verdad esperó haber visto mal, o se estaba volviendo loco, pero podía jurar que Niall le había sonreído discretamente.

Eso hizo que el pelinegro tragara en seco, ¿acaso ya estaba alucinando por la falta de descanso?

Cuando Niall abandonó la estancia, el príncipe salió de su habitación, dirigiéndose con tranquilidad a su librero. Tomó un libro bastante grueso, y sonrió al ver la tapa.

"Caballeros, iré a dormir por fin. Si gustan ir a su alcoba como siempre, o hablé con Niall hace un momento y aceptó el hecho de que puedan recostarse en algún sofá sin problema."

"Su majestad, ¿eso está permitido?"

"¿Por qué no habría de estarlo? Es por mera seguridad. Si así lo quisieran, en aquella cómoda hay un par de pijamas limpias, las encargué para ustedes por si deseaban permanecer aquí."

Ambos chicos se dieron cuenta de que efectivamente, dentro de la pequeña cómoda que yacía en un rincón del lugar, se encontraban dos pijamas similares a las que usaban para dormir.

"Les doy la opción de quedarse ya que, si algo se ofrece o hay una emergencia, estarán aquí y será más sencillo todo."

Harry sonrío, y sus ojos conectaron con los de Louis, quién sintió las mejillas comenzar a calentarse.

"Pasen buena noche, se pueden cambiar en el baño de allá."

"Que descanse su majestad, buena noche." Se despidió Zayn.

"Buenas noches, su alteza." Louis prosiguió.

Harry mordió su labio con delicadeza ante la despedida de Louis, de alguna manera, la plática que habían tenido por la tarde, había generado un poco más de confianza entre ellos, solo una pizca, o eso sentía el rizado.

Porque Louis tenía en claro que estaba tratando con el príncipe de Francia, y que no podía tutearlo de ningún modo. Por lo menos no hasta que Harry se lo permitiera.

Finalmente, ambos se habían cambiado, tomaron unas mantas que igual estaban en la cómoda, y se recostaron cada quien en un sofá. La luz de los candelabros que se hallaban suspendidos del techo era la única fuente de iluminación en ese instante.

"Oye Lou, ¿estás despierto?" susurró el mosquetero, acomodándose debajo de la manta.

"Si, ¿qué ocurre?"

"¿Alguna vez te imaginaste estar durmiendo en la estancia del príncipe? Es decir, suena loco, ¿no te parece?"

"No sé si esté permitido, incluso creo haber escuchado que los guardias se encargaban de cuidar el castillo por las noches. Creo que nosotros debimos regresar a nuestra habitación."

"Pero está del otro lado del castillo. Con problemas podemos llegar a tiempo después de bañarnos en la mañana. Además, esté sofá es mil veces más cómodo que la cama que tenemos."

"Es extraño Zee, ¿por qué el príncipe nos haría quedarnos? ¿tendrá mucho miedo de que algo le ocurra?" cuestionó Louis, comenzando a sentir sus ojos pesados por el sueño.

"O realmente solo quiere tenerte cerca..."

"¿Qué?"

"Nada, nada." Zayn bostezó, cerrando sus ojos para por fin conciliar el sueño. "Descansa Boo."

"Descansa Zee, buenas noches."

Pero Louis no pudo dormir al instante, cientos de preguntas rondaban en su cabeza, muchas interrogantes de como es que todo esto había pasado de un día a otro. Como es que un príncipe de rizos chocolate y ojos esmeralda era su responsabilidad.

El ojiazul no podía evitar que su pecho se llenara de inquietud, en definitiva, la lealtad a su puesto y su honor como mosquetero le estaba jugando en contra y obligando a angustiarse con la idea de que algo malo le fuese a ocurrir a Harry, pero él estaba ahí para no permitirlo.

Ante sus pensamientos, se dispuso a concretar todas las tareas que le fuesen impuestas, y así poco a poco el sueño lo fue venciendo, su respiración se relajó cuando por fin, cayó en los brazos del mismísimo Morfeo.

N/A:

¡Hola amigues! ♡

¿Cómo están el día de hoy? Espero que bien. Yo ya estoy mejor, ayer si me sentía un tanto mal pero hoy ya andamos al 80%.

Bueno, quería decirles que si alguien quisiese dedicación en el siguiente capítulo, me lo ponga aquí. ♡

Prometo dedicarle pronto alguno a las personitas que lo pidan porque de verdad, estoy muy agradecida con el apoyo que ha recibido esta fic en tan poquito tiempo.

Por último venía a preguntarles, ¿Mi publicidad en tiktok sirvió? ¿Vienen de ahí? Jaja, si sí, pasenme su user para seguirles, he tratado de dar follow back en mi cuenta pero luego se me pasan. Y si, no cuéntenme como llegaron aquí.

Muchas gracias por votar y comentar la historia, leo todos sus comentarios, y quisiera responderlos toditos:(♡ Les amo mucho.

Nos vemos mañana con un nuevo cap, cuídense mucho.

-María Tommo.

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