CAPÍTULO XVIII

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Arribó a la estancia unos minutos más tarde, y Louis pudo ver a Zayn afuera de la misma. Se encontraba con los brazos cruzados y su espalda recargada en la pared.

"¿Por qué no has entrado?" Cuestionó el mayor, llegando a su lado. "Ya deberías estar adentro, no puedes dejar al príncipe solo."

"Si entraba y anunciaba mi llegada, él iba a preguntar por ti." Respondió el pelinegro, mientras ambos caminaban a la puerta para entrar, la cual los guardias abrieron para permitirles el paso.

"¿Y? No tardé mucho, solo fueron diez minutos más."

"No por eso, Boo." El portón se cerró detrás suyo.

"¿Entonces?"

"Mhn, si al príncipe le decía que estabas con Krov, no le iba a gustar la idea. " Zayn se acercó a la mesa, y sirvió un vaso de agua para cada quién.

"¿Acaso está mal que me relacione con un compañero, que aparte accedió a entrenarnos?" Louis recibió el vaso, bebiendo todo el contenido de un solo trago.

"No está mal, siempre y cuando coloques límites."

"¿Qué quieres decir con límites?" El castaño hizo comillas con sus dedos, para enfatizar la última palabra.

"Louis, no es un secreto que Krov está interesado en ti." Zayn hizo un gesto de fastidio. "Y no sé, una cosa es que vaya a ayudarnos, y otra que quiera sacar ventaja de ello."

"Él no quiere sacar ventaja de esto." Musitó, cerrándose a los comentarios de su amigo. "Solo quiere ser amable, y aunque fuese cierto, él a mi no me interesa."

"Como sea, solo recuerda que si Harry en verdad te gusta..."

"Basta Zee. Si me disculpas, tomaré un baño." Finalizó, dándole la vuelta al pelinegro.

Zayn suspiró, rodando sus ojos. Louis era muy terco y a veces no podía con él, era una persona muy complicada cuando quería.

Luego de un rato, Louis ya estaba aseado, con ropa limpia y fresca, ya no llevaba el uniforme y portaba ropa simple para dormir.

Cuando Zayn desapareció para ducharse después de él, decidió que tenía que ir a darle las buenas noches al príncipe. Así que lo hizo.

Se acercó a la puerta de su habitación y tocó tres veces, Harry ya sabía que los tres toques, eran de Louis.

"¡Pasa!"

Louis entró a la habitación, buscando la figura del ojiverde y al no encontrarlo, caminó un par de pasos más rumbo a la cama, frunciendo el ceño al notarla vacía.

"¿Harry?"

"¡Aquí, Lou!" Gritó el príncipe desde el interior del baño.

El castaño mordió su labio para tratar de ocultar su sonrisa, y casi corrió a la puerta que daba acceso al baño del menor.

Cuando asomó su cabeza por la puerta entreabierta, el chiquillo se encontraba cepillando sus rizos.

Louis sintió su pecho inflarse de amor ante la dulce imagen. Harry vestía un bonito camisón de pijama, lo bastante holgado pero le quedaba muy bien para su comodidad.

"Buenas noches, su alteza."

Harry giró su rostro de inmediato, y su sonrisa casi le parte la cara cuando vio al mosquetero ahí.

"¡Buenas noches Lou!"

Sin más, el rizado dejó el cepillo sobre una de las repisas, y corrió a los brazos del mayor, quién lo recibió gustoso, rodeándolo cariñosamente por el torso.

"Te extrañé." Susurró en el oído del ojiazul, erizando la piel de esa zona.

"Yo también a ti."

Era gracioso, como a pesar de que Harry fuese un poquito más alto, siempre buscaba la protección y se hacía más pequeño dentro de los brazos del mayor, le gustaba sentirse así.

Harry estaba un poco consternado y afectado, después de la conversación con Niall, sabía que tenía que hablar con el mosquetero sobre las fichas que su amigo había recuperado.

Pero también pensaba en la posibilidad de que Louis se molestara al saber que desconfiaba así de él, al grado de tener que pedir sus expedientes para conocer quién era y los puestos que había desempeñado.

El shock emocional que tuvo cuando se enteró que Louis era el responsable directo de los tres jóvenes, le produjo una preocupación incontenible, y solo le hizo sentir una necesidad enorme de estar con él.

Aún así, confiaba plenamente en que nada malo iba a pasar, su corazón le decía que él estaría bien y Louis también, al igual que su familia.

No iba a ocurrir nada malo. Así que no le tomaría importancia y se lo reservaría por el bien de ambos.

"¿Qué ocurre?" Louis se percató de la forma en la que el menor se aferraba a su cuerpo. "¿Quieres decirme qué tienes?"

"Nada, solo te extrañé mucho, en serio." La simple idea de alejarse de Louis, le estaba causando problemas.

El mayor soltó una leve risa, antes de romper un poco el abrazo para poder observar al príncipe a los ojos.

Brillantes y preciosas esmeraldas, eso eran sus ojos. Dos piezas finamente pulidas a mano por el mismo Dios, con la capacidad de hipnotizar a cualquier ser pensante que tuviera el placer de mirarlas.

Harry se acercó a él, y fue Louis quién acabó con la distancia entre ambos rostros, uniendo sus labios por milésima vez en el día.

Louis marcaba el ritmo, comenzaba siendo tranquilo, pero conforme el paso de los segundos, todo subía de nivel al introducir su lengua en la boca del príncipe. Todos los besos que se habían dado hasta ahora, terminaban así.

El cuerpo del menor se desmoronaba ante la forma tan sensual de besar del ojiazul. La lengua del mayor pasaba lentamente por el labio inferior de Harry, tentándolo, profundizando la situación cada vez más.

Ahora, solo se escuchaban los chasquidos que sus bocas hacían mientras se movían una contra otra.

Harry jadeó cuando sintió una ligera mordida, había descubierto lo mucho que le gustaba que Louis lo hiciera.

"L-Lou." Susurró, tomando un poco de distancia con él.

"Dime."

"¿Podemos... podemos colocarnos como la otra vez? Es decir, yo... ¿me puedo sentar sobre ti?"

La respiración de ambos estaba acelerada y el ritmo cardíaco también.

"Ven."

Louis tomó la mano del príncipe, y lo llevó al borde de su gran y mullida cama. Se sentó ahí, y palmeó sus piernas invitando al ojiverde a sentarse.

Harry no tardó nada en colocarse a horcajadas sobre él. Sus piernas se acomodaron a un costado de las del mosquetero, y sus manos se posaron en sus hombros.

La mirada del ojiazul bajó y pudo visualizar un par de muslos regordetes asomándose por el camisón del menor, este se había subido por la posición, mostrando más piel de lo común.

Mordió su propio labio inferior y después conectó su mirada con la de Harry. Este tenía sus pupilas un tanto dilatadas, lo cual, solo encendió algo en su ser.

"¿Puedo...?"

"Sí, sí, tócame." Ni siquiera pudo terminar de preguntar, cuando Harry ya había respondido.

Luego de eso, el rizado se lanzó a los labios contrarios nuevamente, esta ocasión con mucha más ansia.

Ante la respuesta afirmativa, Louis no se inmutó, y en un dos por tres, su manos ya se encontraban recorriendo toda la extensión de las piernas del ojiverde. Se sentían suaves y tersas, estaba tocando a un ángel hecho de porcelana y elaborado con tanta delicadeza... se sintió afortunado.

Apretó con suavidad la carne entre sus dedos, y un suave gemido escapó del rizado. Repitió la acción, esta vez haciéndolo un poquito más fuerte, enterrando las yemas de sus dedos en la piel, obteniendo como respuesta un gemido más agudo.

El menor era muy sensible.

Mantuvo una mano en esa posición, y la otra la llevó a su cuello, ejerciendo una leve presión en la zona. Harry rompió el beso, echando su cabeza hacia atrás y entreabrió su boca, emitiendo un sonido más obsceno que los anteriores.

Diablos.

Harry estaba experimentando muchas sensaciones que le hacían sentir bien, sentía placer, sentía felicidad y sobre todo, sentía amor.

Sin percatarse de lo que estaba haciendo, y dejándose llevar, el príncipe comenzó a mecerse sobre el regazo de Louis, de atrás hacia adelante, restregando su trasero en la entrepierna del mayor.

Sintió un bulto formarse debajo de los pantalones de pijama y ropa interior del mosquetero, estos eran lo suficientemente delgados como para advertir la erección que estaba provocando.

"Harry..." Louis alcanzó a musitar, tratando de detener los movimientos del rizado. "Me vas a volver loco si no paras."

"¿Lo haré?" Las caderas de Harry seguían balanceándose una y otra vez con lentitud sobre su polla. "¿Y qué si no quiero hacerlo?"

"¿Dónde está mi príncipe? ¿Qué hiciste con él?" Jadeó el ojiazul.

"Aquí sigue... pero también, creo que necesita un poco de ti."

Louis no controló sus acciones, y sin poderlo evitar, levantó su cadera, simulando una embestida. Harry soltó un chillido y se asombró tanto, que se aferró a sus hombros, manteniendo la boca abierta cerca de su oído.

"Harry... te ayudaré si gustas... solo dime si me das permiso de tocar más allá."

El príncipe no lo pensó nada, asintió frenéticamente con su cabeza, antes de acunar el rostro de Louis con ambas manos para besarlo con devoción.

Todo era sucio, era necesitado, con la lujuria inyectada en todas partes; el mayor lamía y mordía las veces que quería los labios ajenos, y el ojiverde solo se dedicaba a implorar por ello.

Las manos de Louis de nueva cuenta, paseaban una y otra vez por las piernas de su príncipe, el cuál se retorcía en sus manos ante cada toque.

Finalmente, se aventuró a deslizar una de ellas al interior del camisón, subiendo hasta llegar al borde de la ropa interior del rizado.

"¿Seguro?" Preguntó de nuevo, asegurándose de que no hubiese cambiado de opinión.

"Hazlo, p-por favor... tócame Lou." Eso había sido un ruego, y él no estaba para negarse a nada.

Louis palpó con delicadeza por encima de la fina tela que cubría la ahora erección del príncipe, la cuál le estaba comenzando a doler muchísimo.

Se dirigió al comienzo de su calzoncillo y su mano se coló dentro, en busca de la hombría del menor, teniendo como consecuencia un Harry que temblaba ante cada roce.

La mano de Louis se envolvió sorpresivamente en su polla, ésta palpitaba de necesidad. La boca se le hizo agua al imaginarse tenerla ahí, saboreándola... pero eso lo dejaría para otra ocasión.

"¡Louis!" Gimió alto el rizado, recargando su frente en el hombro del contrario.

"Calla, Zayn esta allá afuera, no querrás que te escuche, ¿o sí?" Habló con seriedad, pasando su dedo pulgar por la punta y esparciendo con lentitud el presemen.

"¡Dios!" Volvió a gemir, en el mismo tono de voz.

Louis sonrío satisfecho, pero no iba a permitir que otra persona escuchara esos bonitos sonidos de su príncipe, nadie más que él.

"Necesito que te calles." Sin preámbulos, su mano libre la llevo a los cabellos de Harry.

Tiró de sus rizos hacia atrás y quedó frente a frente con el rizado; este mantenía sus ojos cerrados, y una ligera capa de sudor cubría su frente.

Esa misma mano, la llevó a su boca, cubriéndola completamente. El rizado se mareó y jadeó, percatándose que ahora acallaba cualquier ruido que emitía.

"Así esta mejor."

Louis tuvo que controlarse mucho para no follarselo ahí mismo. Pero se había planteado no hacerlo hasta que el príncipe estuviera consciente de que todo era real, de que lo que había entre ellos era honesto.

No sabía que tanto se iba a poder contener... por ahora, nunca se negó a los juegos previos, estaba obedeciendo la demanda del ojiverde.

Sin perder la posición, Louis sostuvo la polla del menor, y comenzó a bombear con lentitud, creando después un ritmo constante.

Harry balbuceaba cosas inentendibles al castaño, ponía sus ojos en blanco y en ocasiones los cerraba con fuerza.

Él solo se había tocado un par de veces pero nunca había sido tocado por nadie, y veía muy lejos ese momento. Ahora estaba ahí, en los brazos de un mosquetero lo sumamente sexy.

"¿Por qué tan agobiado, Harry? ¿Qué ocurre?"

La mano de Louis subía y bajaba una y otra vez por toda la extensión del miembro del ojiverde, deteniéndose en ciertos momentos para hacer círculos con su pulgar en el glande.

No dejaba de darle atención a esa zona del cuerpo, pero tampoco descuidaba la boca del príncipe, dejándola cubierta.

Mordió su labio inferior cuando sintió que Harry reanudó sus movimientos anteriores, frotándose rápidamente contra Louis.

"Eso, mi príncipe, m-muévete... Reclama lo que será tuyo."

La polla de Louis exigía atención también, el exquisito roce del trasero del príncipe le estaba ayudando mucho.

El ritmo había aumentado, masturbaba al menor con fervor, mientras este ahogaba sus incontables gemidos contra su palma.

Hubo un momento dónde una mano de Harry se aferró con fuerza al hombro de Louis, y la otra, jaló de sus cabellos con vigor.

En ese instante, el castaño llevó al extremo sus movimientos, su mano se estaba encargando de llevar al clímax al ojiverde, quién solo atinaba a frotarse cada vez con mayor desespero.

"Eso Harry, córrete para mí. Sé bueno y hazlo por mi."

Su voz taladró los oídos del rizado, sintiendo sus niveles de excitación a tope.

"Hazlo, yo sé que lo quieres, c-cómplaceme bonito."

Esa última frase desconectó de este mundo al príncipe. Soltó un gemido tan impresionante que ni la mano de Louis pudo enmudecer.

Los acciones del mosquetero habían empezado a ceder y notó como el pene del menor expulsaba tiras de semen bajo su pijama, la cual inevitablemente estaba manchándose.

Harry se desvaneció por completo, y Louis alcanzó a reaccionar para sostenerlo de su espalda y abrazarlo por la cintura.

Su respiración era irregular, estaba intentando calmarse, pero todo lo que sintió era inexplicable, la nube del orgasmo lo abrumó tanto, dejándolo totalmente aturdido.

Wow.

"Lou... yo quiero a-ayudarte..."

Harry estaba agotado, no pudo mantener sus ojos abiertos más de cinco segundos, cuando los cerró sintiendo el sueño vencerle.

"No Harry, no es necesario, descansa precioso."

Louis notó que su príncipe se estaba quedando dormido, y rápidamente lo cargó con la poca fuerza que le restaba. Se levantó de la cama y se giró, dando dos pasos para llegar a la almohada del príncipe, depositándolo ahí.

El menor se acomodó sobre su colchón, sin poder abrir sus orbes. Louis se aproximó a él con una pequeña toalla que encontró en el baño, y limpió un poco el desastre que había bajo su pijama.

Cuando terminó, lo cobijó con sus sábanas, acercó su rostro a la frente del rizado y dejó un tierno beso en ella.

"Buenas noches, hermoso."

Hola♡.

No tengo nada que decir, jshdjs. Ojalá les haya gustado, necesitaba este intento de smut para el desarrollo del siguiente capítulo.

Nos vemos mañana, besitos, les amo.♡
-María Tommo.

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