CAPÍTULO XXVI

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Harry había decidido acompañar a su hermana.

Gemma tenía su clase de defensa, y sus padres no iban a poder estar presentes, así que el príncipe se ofreció a ir con ella para vigilar que todo estuviera en orden. Confiaban en sus entrenadores, siendo los mejores de todo el reino... sin embargo era mucho mejor asegurar el bienestar de la princesa.

Louis y Zayn se pusieron muy felices con la noticia, el saber que iban a presenciar la práctica de la princesa, les causaba mucha emoción. Les iba a ayudar de alguna forma, podrían ver la técnica tan limpia de Gemma e iban a aprender de ello.

Solo era cuestión de poner atención.

La princesa vestía ropas muy diferentes esta vez, no era nada parecido a los vestidos tan ostentosos que diariamente usaba. Su vestimenta se basaba en unos pantaloncillos cortos, así como un par de botas que lucían muy nuevas y relucientes, una camisa blanca con el cuello decorado con encaje y toques plateados en las mangas. Finalmente, su cabello largo atado en una coleta alta, perfectamente bien peinada. Todo para su comodidad.

Louis notó hasta ese día el gran parecido de los hermanos, Harry era la versión masculina de Gemma, con facciones más definidas, un poco más alto. El cabello de la princesa era lacio, esa era una gran disparidad entre ambos.

El príncipe se encontraba sentado frente al patio, desde ahí podía ver todo el panorama perfectamente y estar al pendiente de su hermana. Louis se encontraba a su lado derecho, y Zayn en el izquierdo, solo que un poco más atrás. Louis prácticamente estaba a su lado.

"Oye Lou." Murmuró, haciendo que el nombrado se agachara para oírle mejor. "¿Ellos también son tus amigos?"

El rizado señaló con sutileza a los mosqueteros que escoltaban a la princesa, Louis con problemas recordaba sus nombres. Se cuestionó por un momento por qué era la pregunta, sin embargo, pudo notar que las miradas de Paul y Bennett estaban encima de ellos.

"Uhm, no son mis amigos, pero si compañeros." Susurró, regresando a su postura anterior.

"Es que están mirando mucho hacia acá, ¿necesitarán algo?"

"Cuando la princesa termine, les preguntaré. No te preocupes, precioso." El castaño hizo de nuevo contacto visual con uno de ellos, y este hizo una mueca burlona.

Parecía estarse riendo de él.

Louis lo ignoró, regresando su atención al frente, dónde visualizó a los dos entrenadores de Gemma, explicarle las lecciones. Era un hombre y una mujer, ambos muy altos y por lo visto también muy severos.

Le indicaban a la princesa lo que tenía que hacer, con sumo respeto pero también con un tono de voz fuerte, se hacían notar e imponían lo suficiente. Quizá Louis ya se habría puesto a temblar con la forma en que ambos hablaban, pero Gemma no.

Ella solo asentía con su cabeza, aceptando los mandatos y haciendo lo indicado. Movía sus extremidades para calentar y así evitar lastimarse, estaba muy concentrada y el ojiazul no le sacó la vista de encima. Quería grabar todo lo que hacía en su mente para después intentarlo, quizá de algo le iba a servir.

O de mucho, en realidad.

Se quedó perplejo cuando vio que la princesa sólo había calentado alrededor de quince minutos, eso había sido muy poco tiempo. Se preguntó si en un futuro él podría hacerlo de ese modo, sin parar a tomar aire a cada rato, esperaba que si puesto que estaba mostrando avances conforme a los días.

Luego, vio la gran agilidad de Gemma. Ella parecía estar danzando mientras esquivaba todos los impactos contrarios, sus piernas se movían con rapidez, brincado consecutivamente y engañando al oponente. Giraba una y otra vez, incluso había momentos dónde no usaba la espada y lo único que ocupaba eran sus piernas, dando puntapiés con el tino perfecto.

"¿Qué clase de pacto con satanás tengo que hacer para lograr eso?" Zayn le susurró en el oído.

"Lo hace ver tan sencillo, que coordinación." Respondió, afirmando con un movimiento de cabeza.

"En serio, es magnífica."

"Si, en verdad lo es."

Los dos mosqueteros intentaban no mostrar tanto asombro, pero les era imposible al ver la forma en la que la princesa se desenvolvía, sin dificultad y sin cansancio, únicamente pausaba para acomodarse los mechones de cabello que se escapaban de su coleta.

"Pon atención Zee, fíjate en cómo lo hace para intentar replicarlo." El ojiazul estaba intentando memorizar todo lo que veía. "Nos puede ayudar en algo."

"Eso hago, ahora le creo a Liam cuando le tocó venir."

Incluso se olvidó del príncipe por un momento, ya que él también estaba absorto en el entrenamiento, no les estaba poniendo atención a los chicos.

La admiración que sentía por su hermana era infinita, siempre amó verla triunfar en todo lo que quería, y cuando le dijo a sus padres que ella quería aprender defensa personal y combate, los reyes no se pudieron negar. Después de todo, resultó ser muy buena en ello, de las mejores según los entrenadores.

Todo pausó por unos cinco minutos, Gemma necesitaba un respiro y se lo dieron, al final era un humano que igual se agotaba. La instructora se acercó a ella con una leve sonrisa, y le tocó el hombro para que la mirase.

"¿Podrías practicar tu ataque ahora?"

La princesa asintió mientras limpiaba el sudor de su frente. "Tú dime con quién."

"Tú elige, no tenemos problema."

Gemma miró a su alrededor y empezó a pensar. A sus dos entrenadores los conocía como a la palma de su mano y predecía perfectamente todo lo que harían. Los mosqueteros presentes no eran una opción puesto que ellos tenían más destreza que ella por el entrenamiento tan intensivo que llevaban y podían lastimarla.

Finalmente, encontró a la persona correcta.

"Mi hermano. Quiero practicar con él." Sonrió con amplitud, para después buscar a Harry con la mirada.

Este le observaba con una sonrisa igual a la de ella, con sus codos apoyados en sus propias rodillas. El príncipe se encontraba maravillado.

"¿Segura? Creo que él no está acostumbrado a esto." La mujer habló, observando en la misma dirección que la princesa.

"No lo subestimes." Resopló con molestia.

"Bien, si eso deseas."

Lo siguiente que ocurrió fue algo que el príncipe no esperaba para nada. Cuando vio a su hermana acercarse corriendo hasta donde él estaba, se enderezó; sin embargo, su sonrisa fue desapareciendo al ver la forma en la que Gemma le miraba.

Definitivamente no.

"Oye Ha-"

"No."

"¿No qué?" La princesa estuvo a nada de reír.

"A lo que me vayas a pedir, no." Harry cruzó sus brazos. "Así que vete, no lo haré."

"Por favor Hazz." Imploró, juntando ambas manos frente a su pecho. "Solo es un momento, necesito hacerlo con alguien a quién no le adivine todo. A ellos ya les conozco y es aburrido."

Louis y Zayn no entendían la plática, pero la escuchaban atentamente.

"No Gem, no lo haré." Suspiró, rascando su frente. "Además no vengo ni siquiera correctamente vestido, ¿sabes lo que me hará Niall en tanto vea que manché este abrigo?

"Solo quitátelo y ya. Vamos, es rápido... hazlo por mi."

Y ahí estaba, su hermana pidiéndole que hiciera algo por ella como siempre, como desde niños, poniendo esa cara que lo convencía porque no era capaz de negarle algo. A veces Gemma parecía la menor.

"Bien, pero solo será una vez, y más te vale no me atravieses con la espada." El príncipe se levantó de su asiento, y retiró su abrigo, quedando únicamente en una camisa blanca muy similar a la de ella. La princesa brincó de alegría, sonriendo triunfal y sin decir nada más, regresó a su puesto para esperar a su nuevo rival.

"¿Lo puedes sostener por mi?" Harry se giró hacia Louis, entregándole la prenda. "Ya vuelvo."

"¿Qué..? ¿Vas a ir ahí con ella?" El mayor no estaba tan convencido. "¿No es peligroso?"

El príncipe arqueó una ceja, mostrándose risueño. "¿Preocupado?"

"A decir verdad, si."

"Que lindo, si no fuera porque mi hermana, sus instructores y ustedes los mosqueteros, están aquí, ya te habría besado hasta el cansancio." Murmuró en voz bajita, sin acercarse más de lo debido.

"Oh, por mi no se detengan, hagan como que no existo." Zayn habló con ironía.

Louis le miró mal y Harry solo se río con ganas, ahora ambos estaban sonrojados.

"Cállate, no seas tan confianzudo." Regañó el castaño, al ver la sonrisa victoriosa de su amigo.

"Yo solo decía."

El príncipe rodó los ojos sin molestia alguna, Zayn le caía bien. Retomando lo anterior, se aseguró de dejar su ropa en manos de Louis, y se fue al centro del patio, no sin antes guiñarle el ojo con coquetería a su mosquetero.

Un poco intranquilo, el ojiazul abrazo contra él, el abrigo e intentando ser lo bastante discreto, lo olfateó, llenando sus fosas nasales del aroma de Harry. Era fantástico.

"¿Listo?" Cuestionó la princesa, cuando vio a Harry llegar con ella.

"Mhn, si, dame un segundo."

Dicho eso, el menor se llevó las manos al cabello, realizándose un pequeño rodete y aplacando así los rizos rebeldes.

A Louis casi se le detiene el corazón con la bonita imagen del príncipe con aquel peinado, era el significado de belleza, Harry siempre lucía hermoso pero nunca le había visto de ese modo y le encantaba.

Harry se colocó los guantes que le proporcionaron, y suspiró antes de tomar la espada que de igual forma, le dieron. Todos estaban atentos, si algo salía mal, el primero en correr para salvaguardar a quien fuera, sería Louis.

Los hermanos se colocaron en posición, uno frente al otro, observándose con ese instinto de competencia que nacía desde sus entrañas, ninguno se iba a dejar vencer tan fácil. El príncipe se aseguró de sostener bien la espada, moviendo sus dedos en el mango de esta, y cuando escuchó al entrenador dar el mandato de inicio, la elevó.

Así, el combate comenzó. Gemma se dedicaba a golpear con su espada, la contraria, y Harry recibía los choques, cubriéndose con ella. Estaba permitiendo que su hermana empezara, antes de hacer algún movimiento él.

Los nervios de Louis estaban de punta y Zayn se divertía viendo la escena. De alguna forma tenía miedo de que algo malo le pasara al príncipe... pero que equivocado estaba.

Porque luego de varias colisiones entre los metales, el rizado comenzó a responder como era debido: sus piernas y manos no se dieron abasto cuando inició a moverse como un mítico profesional.

Casi parecía un juego, o más bien lo hacían lucir como tal. Los dos estaban metidos en la batalla, la princesa intentaba adivinar las siguientes acciones de su hermano pero le era imposible. Eso era lo que ella necesitaba.

Se movían por toda la extensión del patio, caminando de espaldas, hacia el frente, de un lado y al otro, subiéndose a distintas superficies, brincando y girando tal y como los expertos lo hacían.

"¡Creí que lo habías olvidado!" Gritó Gemma, mordiendo su labio inferior mientras sonreía.

"¡Nunca, esto viene en mis venas!" Harry le respondió, sin bajar la guardia.

Decir que Louis estaba boquiabierto era poco, su quijada parecía estar a punto de caer al suelo. No podía dar crédito a lo que sus ojos veían, Harry tenía la agilidad, la velocidad y la habilidad de un antigüo guardia o mosquetero.

Sus largas piernas las usaba para correr y saltar, e incluso dar una que otra patada al arma blanca opuesta. Sus manos estaban ocupadas con la espada y los movimientos contra la de su hermana. Su cuerpo en general se mantenía firme, estaba dando todo.

La princesa y el príncipe lejos de buscar dañarse, se estaban divirtiendo. Gemma sabía lo bueno que su hermano era en eso, pero si bien lo había dejado porque no le parecía lo suficientemente interesante, nunca olvidó la técnica.

Sus padres por varios años le enseñaron, e incluso también tuvo clases cuando niño, siempre le dijeron que había nacido con el don porque nunca se le hizo difícil para el poco tiempo que practicó.

Una risa se escuchó cuando con un estruendo, Gemma logró hacer tambalear a su hermano, y con ello, lo desorientó. Aprovechó el momento para, con su pie, dar un golpe a la hoja del arma y cuando estuvo a punto de derribarla, Harry reaccionó, sosteniéndola con ambas manos.

Finalmente, el príncipe decidió que era momento de acabar con el combate. Así que no hizo más que dar varios choques seguidos arma contra arma, a una velocidad alucinante, aturdiendo a la princesa. Y con un último golpe que Gemma no vio venir, la desarmó, escuchando el ruido de la espada contra el piso.

Los hermanos se miraron llenos de satisfacción, y se abrazaron con fuerza luego de que el menor soltara su arma.

"Fantástico, sigues siendo fantástico."

"Creí que apestaría, pero no, sigo teniendo el toque." Harry se sentía libre y feliz.

"Lo sé, después me lo agradeces." Murmuró la chica, observando cierto par de ojos fijos en la espalda de su hermano.

"¿Agradecer?"

No obtuvo respuesta ya que los entrenadores se acercaron a ellos para felicitar a Gemma, sin duda era una de las mejores contiendas que le habían visto realizar en meses. También aplaudieron la participación del rizado, él solo agradeció ligeramente avergonzado.

Los cuatro mosqueteros presentes estaban atónitos, y Louis solo mantenía su vista en el ojiverde. No sabía porqué, pero ahora su cuerpo estaba comenzando a reaccionar de una manera diferente, el ver a Harry desenvolverse de tal forma.

Le miró caminar hacia ellos y el ojiazul pestañeó varias veces ante la figura del príncipe, estaba despeinado, algunos rizos se habían salido de su moño, su ropa estaba cubierta de polvo, y algunas partes de su rostro igual.

Louis sintió un pánico interno cuando los ojos contrarios hicieron contacto visual con él.

Maldición.

"¿Qué te pareció?" Preguntó el rizado, antes de retirar los guantes de sus manos. "¿Ya estoy a la altura de uno de ustedes?"

"N-no sabía que eras capaz de hacer todo eso." El ojiazul casi se atraganta con su saliva. "Eres muy bueno."

"¡Gracias! Tenía años de no practicar."

"Pues lo hizo muy bien su alteza, en serio. Tanto que casi deja a Loui-"

"Zayn, basta." Interrumpió el mayor.

"Solo iba a decir que-"

"¡Ya!"

"Bien, bien, me callaré." Se burló el pelinegro, viendo las mejillas sonrosadas de Louis.

El pecho del mayor se infló, tratando de darle tranquilidad a todas sus emociones, era una mezcla de amor y admiración, pero también se sentía un poco extasiado, o ansioso, quizá estaba necesitando algo.

"Vamos, necesito un baño."

Harry se despidió de su hermana a lo lejos con un movimiento de mano y arrojándole un beso, ella también iba a regresar ya a su estancia.

A pasos cortos, el príncipe empezó a andar al interior del castillo, seguido de Zayn y Louis. Este aún llevaba el abrigo del menor en sus brazos, y la fragancia que este despedía era embriagante, lo cual estaba complicando aún más la situación con Louis.

Tenía que serenarse o de nuevo, rompería sus propias reglas.

Holaaaa♡.

Espero estén muy bien, aquí les dejo el capítulo de hoy, al parecer Harry sorprendió a todos.

Ojalá los disfruten, nos vemos mañana. Les amo, besos.♡
-María Tommo.

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