Capitulo 05

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Los movimientos dentro del palacio parecían ser tranquilos, tan pacíficos y llenos de armonía que inclusive parecían ser inusuales, Kim Seokjin a pesar de ser parte de los consejeros del general y emperador de todo aquel imperio, también podía ser considerado el hombre más cercano a la familia real, uno de los más queridos y el maestro del joven príncipe Min Yoongi, no era una novedad que el príncipe siempre se encontraba distraído, para Seokjin mantener la curiosidad de aquel pequeño noble era tan difícil como el cultivo del arroz, pero nada era imposible, ha intentado de todo, y Yoongi a logrado aprender más de un par de cosas y estaba orgulloso, pero ahora mismo se encontraba intrigado.

Usualmente el príncipe Yoongi se comporta levemente atento, quizás se distrae un poco con el pasar de las abejas zumbando, o con algún ave que se encuentre a las afueras sobre la copa de un árbol, pero ahora, las cosas parecían ser diferentes, desde hace algunos días pudo notar un cambio totalmente drástico en el príncipe.

Cuando era la hora de tomar el desayuno, o la comida o la cena, el príncipe se apresuraba, llegaba corriendo y no tardaba en tomar asiento en el suelo sobre sus rodillas para permitirse comer un poco de lo que había en su plato, pero era extraño, comía rápido, tan rápido que parecía ni siquiera saciar su propio apetito, el príncipe pedía más alimento, cosa que le pareció curiosa, porque casi siempre era normal que dejará uno o dos vegetales o inclusive algo de arroz, pero está vez las cosas eran diferentes y los platos quedaban relucientes, sin pizca de comida alguna, el príncipe pedía más y le daban una nueva porción generosa, y él con gusto la degustaba, y volvía a dejar sin un solo bocado a los platos, después de aquello agradecía la comida y se retiraba a sus aposentos para disfrutar de la tarde.

Otra cosa curiosa era esa energía suya, parecía no parar, de un de repente las clases se le hacían más eternas que lo normal, y siempre pedía permiso para retirarse antes de tiempo e ir a sus aposentos, todos los días se estaba convirtiendo una rutina en donde el príncipe quería retirarse rápido, comer rápido, dejar de escuchar a los demás, y encerrarse en su habitación, Seokjin no podía estar más que extrañado, quería saber que era lo que tanto llamaba a su pupilo en sus aposentos para querer permanecer enclaustrado todo el día.

Y hoy era ese gran día, necesitaba saberlo, porque estaba curioso, y además tenía que saber que no fuera algo malo, pues las demás personas que trabajan dentro del palacio también han comenzado a murmurar acerca del comportamiento tan extraño del joven príncipe, y Seokjin no quería que se extendiera un rumor falso o cosas fantasiosas, así que él mismo se enteraría de la razón antes de todo.

Camino despacio para que sus pasos no fueran escuchados tan claramente sobre la madera, mientras más se acercaba unas cuantas risas y ¿gruñidos? Se escuchaban a lo lejos, podía reconocer claramente la voz del joven príncipe, pero ¿por qué parecía que había una voz más?

Siguió acercándose, esperando escuchar un poco más lo que decían.

—Esto sabe repugnante —esa voz no era la del joven príncipe—, la carne cruda es mejor, esto no es tan suave como la otra.

—¿Comes carne cruda? —esa si era la voz del príncipe Yoongi—. ¡Woaaa! ¿Por qué no lo dijiste antes, Jiminnie?

¿Jiminnie?

Seokjin definitivamente estaba extrañado, ¿quién era ese tal Jiminnie? ¿Por qué estaba con Yoongi? ¿Sería acaso algún hijo de alguno de los sirvientes? En todo caso no estaba mal que conviviesen juntos, pero también estaba el hecho de la comida, ¿acaso Yoongi le daba comida? Eso estaba prohibido, podían cortarle la cabeza al otro menor si acaso otro se enteraba, y por supuesto Seokjin no quería ser el responsable de la muerte de alguien, no es un soplón, pero muchas personas dentro del palacio lo eran, así que ese niño corría grave peligro, debía advertírselo.

—Los humanos como tú no saben comer —de nuevo la otra voz.

—¿En serio la carne cruda es mejor? —la voz del príncipe era curiosa y alegre—. De todas formas, no puedo traerte carne cruda, tendría que ir a la cocina, y no dejan que entre allí.

—Se supone que esté es tu palacio, ¿por qué no te dejan entrar?

—Porque no puedo, soy un niño y un príncipe —respondió Yoongi—, o eso es lo que dice Seokjin...

—¿Seokjin? —pregunto la otra voz—. ¿Quién es ese? —gruño por lo bajo, el sólo nombre no le agradaba.

—Es mi maestro —dijo Yoongi—, es muy agradable y atento, aunque a veces es muy infantil, pero me agrada —bien, Seokjin no esperaba lo penúltimo, pero le agradaba escuchar esas palabras de parte de su pupilo.

—Aburrido —comento la otra voz.

Seokjin soltó un suspiro, lamentaba entrar de esa manera, pero tenía que hablar con Yoongi ahora o nunca, así que se coloco derecho y tomo la puerta corrediza por la orilla y la jalo de un solo tirón, el sonido sordo del deslizar se hizo presente, y Yoongi dejo de reír al escuchar la puerta, las felpudas orejas del demonio tigre se giraron hacia el sonido, pero no miro detrás suyo, ni siquiera le tomo tanta importancia.

—Príncipe Yoon- —y no pudo decir más, no cuando miro lo que se encontraba sentado justo frente a Yoongi, vestía un elegante atuendo en color azul turquesa el cual pertenece a Yoongi, además de eso lo que le llamo totalmente la atención era esa cola y esas orejas sobresalientes en su cabeza, la cola con esos anillos de rayas negras, ese cabello de dos colores distintos platinado y negro, y se encontraba comiendo frente a Yoongi, ahora sabía a donde terminaba la comida extra, pero—, ¡q-q-qué es e-e-e-eso!

Jimin gruño por lo bajo al escuchar esas palabras y giro su rostro para mirar hacia el intruso en la habitación, sus afilados dientes aparecieron blancos como la luna misma y amenazantes como cuchillas, Seokjin sintió como un nudo se formaba en su garganta al ver aquello.

—Jiminnie —hablo Yoongi mientras se acercaba hacia el demonio tigre—, no le gruñas, es mi amigo, es Seokjin.

—Aléjate —advirtió Jimin al humano para que se alejará de él—, ya hablamos de esto, Yoongi, no quiero que te me acerques.

—Sí, pero... —Yoongi recibió un gruñido de advertencia para que dejase de aproximarse.

—Príncipe —esta vez hablo Seokjin, a pesar de que sentía su cuerpo temblar como el césped alto bajo la tormenta, quería ser valiente, sobre todo por el príncipe, porque no quería que nada malo le ocurriese, miro hacia aquel espécimen que la madre naturaleza había enviado, pero que el infierno había adoptado como suyo, no lo podía creer, era una cría de un demonio tigre, y se encontraba dentro del palacio, ¿cómo es que tan siquiera no noto su presencia? Era increíble—, ¿quién eres y q-qué quieres aquí? Contesta demonio.

Jimin volvió a gruñir, las filosas garras de sus manos aparecieron, y Yoongi se alarmo, porque sabía perfectamente a su amigo no le gustaba que le hablasen de esa forma.

—Seokjin —Yoongi frunció el ceño mientras miraba a su maestro—, no le hables de esa manera a mi amigo, Jiminnie no es un demonio.

—Oh, majestad —Seokjin sonrió apenas con miedo—, no sabe lo que dice, esa cosa —señalo con su mentón a la bestia—, es un demonio tigre, el mayor enemigo de nuestro pueblo, de nuestra gente, ¿acaso no aprendió nada de lo que le dije?

—Pero no lo es —menciono Yoongi y se levanto para ir hacia Seokjin y colocarse frente a él, dándole la espalda a Jimin quien seguía mirando de forma retadora a aquel sujeto que había ingresado a la habitación—, Jiminnie no es malo, es muy dulce, algo gruñón e impulsivo, pero es mi amigo, Seokjin...

—No, príncipe, los demonios tigre no son nuestros amigos —Seokjin miro hacia Jimin—, e-ellos asesinan personas, las devoran, las atacan sin compasión alguna...

—Jimin no es así —recalco Yoongi—, él no me ha hecho nada, es mi amigo.

El demonio tigre dejo de gruñir poco a poco, ciertamente aquel sujeto no podía ser una gran amenaza después de todo lo controlaba aquel niño, así que debía dejar de preocuparse, miro hacia Yoongi, al parecer todas sus advertencias, cortas amenazas e intentos por querer asesinarlo no habían dado sus frutos en todo este tiempo, pues al parecer ese niño cree que son amigos, aunque eso podía ser considerado como una gran ventaja para él en realidad.

—¡Lo ves! —Yoongi sonrió al dejar de escuchar los gruñidos, se giro sobre su eje para encarar al demonio tigre y le regalo una sonrisa—. Jiminnie es una gran persona, es mi amigo, mi mejor amigo.

El demonio tigre lo miraba con indiferencia, pero su cola se movía de un lado a otro mientras que las orejas permanecían erguidas y atentas al príncipe, no podía evitar sentirse interesado por aquel curioso humano que al parecer carecía en gran medida de contacto por parte de los suyos, ya averiguaría la razón, pero por el momento se mantendría dócil a su lado, después le atacaría, pero por el momento no se sentía con muchos ánimos de hacerlo.

—Príncipe Yoongi —el mencionado miro a Seokjin por sobre su hombro—, sabe perfectamente que no puede —miro al demonio tigre—, t-tener este tipo de compañía, su padre...

—Mi padre no lo sabe y no tiene porque saberlo —dijo Yoongi—, ¿le dirás?

—Es mi deber, príncipe...

—¡No! —exclamo de inmediato Yoongi—. Por favor, Seokjin... —el miedo podía verse reflejado en la mirada del príncipe, además de esa genuina suplica, y Seokjin no era solamente quien se encontraba sorprendido, sino que también Jimin, pues podía percibir en el aroma de aquel humano un cambio radical, preocupación, miedo, tristeza, una combinación que jamás creyó que alguien más, además de su madre, presentaría por su bienestar—, n-no le digas a mi padre, por favor, te lo suplico —el príncipe junto sus manos—, no se lo digas... ¿sí? Por favor, no quiero que él... le haga daño a Jiminnie.

Seokjin se sintió realmente acorralado ante esas palabras, y no pudo evitar mirar aquella suplica tan genuina y sentir como su pecho se oprimía, miro hacia el demonio tigre quien estaba muy atento a la presencia de Yoongi, él es consciente de la soledad del príncipe, Yoongi siempre ha querido tener amigos, pero le es imposible, porque sus lecciones van primero, porque su padre no quiere que salga del palacio, porque su seguridad es primero, porque si el personal que no puede interactuar con el príncipe lo hace, entonces recibirán un castigo, él prácticamente era la única compañía del joven príncipe, sabe lo feliz que se pone cuando mira a la ventana de su habitación y aprecia a los otros niños jugando, sabe lo ansioso que está por conocer personas de su edad, lo feliz que estaría si tuviera un hermano... quizás la decisión que estaba a punto de tomar sería precipitada y estúpida, pero si era la única manera en la que podía hacer al príncipe feliz, entonces lo haría.

—Príncipe —Yoongi lo miro a los ojos—, descuide —le regalo una sonrisa—, no diré nada...

—¿Lo prometes?

—Lo prometo...

Jimin no comprendía en realidad a los humanos, estaba intrigado, ¿por qué aquel sujeto no iba a decir nada? ¿Qué lo había hecho cambiar de opinión? No lo entiende, y quizás jamás lograse a comprenderlo del todo.

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