Capítulo 22: Sólo amigos

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Una semana después

Es tan difícil decir la verdad por menos dolorosa que sea, pero era necesario hacerlo, sobre todo para no lastimarlo más. Han pasado tres semanas enteras desde que tocó su canción por primera vez y aún seguía buscando la mejor manera para decirle todo a Joe.

Le gusta demasiado, pero era tiempo de pensar en ella misma y brillar por su cuenta. De sanar esas heridas que alguna vez se hicieron y volvieron a abrirse para sangrar y doler, recordándole lo que alguna vez fue una historia de amor.

Al menos volver a cantar la canción ya no sería tan complicado como la primera vez que lo hizo. Estaba más segura de ello, sin embargo, sabe que va a tardar mucho en que la sensación de tristeza y malestar en su estómago se desvanezca.

Sin saber exactamente aún cómo iba a decirlo, pero teniendo en claro sus ideas, un sábado por el medio día llamó a Joe para citarlo en aquel parque en el que salieron aquella vez.

No dio mayor explicación, fue simple, esperándolo en el lago a las siete y media de la noche, donde la mayoría de las personas presentes eran pocas. Tendría que lanzar una pequeña mentira a sus padres para poder hablar todo que tenía que decir sin dejar malentendidos.

Después de una ducha refrescante se puso ropa cómoda y empezó a guardar su guitarra que llevaría en su respectiva mochila. Como en la tarde hacía calor se puso algo ligero, pero también llevaría una sudadera en caso de que más tarde hiciera frío. Continuó guardando sus cosas hasta que el toque en su puerta detuvo sus acciones.

—Tay cariño... Oh, ¿vas a salir? —Mencionó su madre asomándose en la puerta.

—Sí yo... creo que olvidé decirles que voy con Harry más tarde, ya sabes, películas y eso.

—¿Te quedaras o por qué llevas mochila?

—No, es que... —desvió la mirada unos instantes, intentado buscar una buena excusa—¿Mi guitarra suena algo rara? —Respondió más como pregunta que afirmación—. Y ya sabes—rio nerviosa—Hazz sabe de esas cosas—en realidad ella también, pero, en fin.

—De acuerdo, me imagino que te quedarás allá un rato, ¿no? —La joven rubia asintió con la cabeza.

—Recuerda no regresar muy tarde, ¿sí? En el caso de, dile a Harry que te traiga.

—Claro mamá, yo les aviso cualquier cosa.

La mujer asintió saliendo de la habitación y cerrando la puerta detrás de ella. Perfecto ya podría llegar tarde a casa, la cuestión ahora era avisarle a Harry lo que había hecho para evitar que la atraparan y que tenía que ayudarla a regresar a casa.

No pasaron muchos minutos cuando ya estaba con su celular sobre su oído esperando la respuesta de la otra línea.

¿Hola? —Respondieron después de cinco tonos.

—Hey Hazza, ¿qué tal?

—Cansado, pero, todo bien, ¿y tú?

—Igual bien.... supongo—murmuró lo último para ella misma—¿Tienes planes para el día de hoy? —Fue directa, casi.

Mm.... no que yo sepa—rio tímido—¿Por qué?

—Necesito tu ayuda, yo.... le pedí a Joe que nos viéramos en el parque para hablar sobre la canción, pero es en la noche, muy tarde y sabes cómo son mis padres.

Okey.... pero, ¿en qué ayudo? —Cuestiono sin entender.

Suspiro antes de responder—. Le mentí a mi mamá y le dije que estaría contigo viendo películas y como no sé cuánto tiempo vaya a tardar también necesito que vayas por mí al parque y me traigas a casa—hablo levantándose de la cama y caminando por la habitación.

Por mí no hay problema es por una buena causa—ambos chicos asintieron con la cabeza al mismo sin ser conscientes de eso—. Me avisas con tiempo la hora Tay como te digo por ahora no tengo planes y quien sabe más tarde.

¿Qué tipo de planes puedes tener? —Preguntó curiosa.

No sé... salir a cenar con Gemma y mis padres... que Louis venga....

—¿Ya hablaron? —Taylor aún no sabía nada respecto a eso.

Sí, hace una semana exactamente—sin verlo sabía que Harry estaba sonriendo.

—Y me imagino que está todo bien, ¿cierto?

Todo bien Tay, una parte de mi sabía que Louis jamás podría lastimarme como yo pensaba, pero los recuerdos y el pasado...

—Yo también sabía que él no sería capaz de hacer eso—interrumpió—se nota a kilómetros que te quiere—una risa tímida se escuchó en la otra línea.

—Y.... ¿Hablaste sobre su carrera? —Volvió a hablar la rubia después de una pausa.

Un suspiro se escuchó antes de responder—. No.... pero lo voy a hacer el lunes...

Silencio

Él me va ayudar a salir adelante así que, creo que sería correcto en también hacerlo si es que tengo la posibilidad—Taylor sonrió en grande, amaba la pareja que hacen eso dos.

—Eres un gran novio Hazz.

Si bueno.... —sabía que dicho comentario lo había hecho sonrojar—. Suerte con lo de Joe, nos vemos al rato—mencionó invadiendo el comentario, sin embargo, Taylor sabía en el fondo que le había agradado escuchar dicho alago.

—No vemos Hazz—decidió no molestarlo sabiendo muy bien como era su mejor amigo.

El cielo ya estaba casi en absoluta oscuridad, algunas luces que iluminaban el ambiente eran algunos postes de luz, autos que circulaban por las calles y la poca presencia que había del sol. El viento no estaba tan fuerte como esperaba y sabía que eso no era lo que le causaba escalofríos.

Decidió tomar el transporte y caminar un poco para calmar los nervios y la ansiedad que traía encima. El usar los pies para moverse le ayuda de cierta forma a pensar más en las cosas, últimamente lo ha estado haciendo desde mediados de febrero.

Llego a la entrada del parque y la mayoría ya estaba saliendo del lugar, sobre todo adultos, pues en esos tiempos el descanso es algo de lo que muchos no pueden disfrutar y cualquier oportunidad la aprovechan al máximo.

El lago estaba casi solitario, tan solo una pareja mayor, quienes estaban sentados del otro lado, lanzándoles pequeñas migajas de pan a los patos que aún estaban despiertos. Taylor no evito sonreír por el recuerdo que eso le trajo.

Tomo asiento en el banco más cercano y dejo la mochila que contenía la guitarra entre sus piernas, recargo su espalda en el asiento y suspiro observando el cielo mientras esperaba a Joe, eran las seis con cincuenta y siete minutos cuando llegó al parque, asique supuso que no tardaría en llegar.

Pasaron realmente minutos que sinceramente para ella se sintieron como horas, cuando finalmente y toque en su hombro la hizo abrir los ojos y girar su cabeza para observar al chico. Con la maldita sonrisa que le gustaba.

—No es muy tarde, ¿verdad? —Pregunto sentándose a un lado de la chica.

—No, claro que no—se froto el brazo con nerviosismo. Joe asintió en respuesta.

—Y bien, ¿de qué querías hablar? —Su vista estaba centrada en el lago, en el que ya no había animales y disimuladamente desviaba la mirada hacia Taylor para observar sus facciones.

La ojiazul abrió los labios varias veces para pronunciar un sonido, pero nada salía de este, tomo sus propias manos para entrelazarlas sintiendo el sudor que desprendía de estas. Desvió la mirada, cerró los ojos y respiro hondo animándose mentalmente en hablar.

—¿Recuerdas la última vez que venimos aquí y dijiste que podía contarte sobre cualquier cosa?

—Claro—murmuro cambiando sus facciones a una más seria.

—Los últimos meses, casi años, no he estado bien al cien por ciento, lo notaste aquella vez...—su vista seguía perdida en algún punto del lugar. Continuó al no obtener respuesta.

—Hace tiempo salí con alguien que me lastimo demasiado—aún sin observarlo empezó a sacar su guitarra para acomodarla en su regazo, ajustando las cuerdas—. Su recuerdo siempre me invadía y me hacía retroceder de amar otra vez, temiendo a que volviera a pasar....

Las cuerdas ya estaban listas—. Cuando me di cuenta que mis sentimientos por ti avanzaron—Joe no disimulo abrir los ojos con sorpresa—, me daba miedo que me lastimaras...—trago con dificultad—. Decidí escribir una canción para sacar todo lo que me lastimo, una forma de liberar esas emociones y quiero que la escuches porque es importante para mí, así como tú lo eres también.

La melodía empezó afluir por el ambiente, Taylor se centró principalmente en la música que creaba con sus dedos en lugar de mirar al chico. No podía, por más que quisiera no podía.

Recito la conocida letra de la canción, esta vez la voz no le temblaba y fluía como una vieja costumbre que abandonó. Joe permanecía en silencio escuchando la melodía y captando cada palabra que salía de los labios de la chica. Claramente sabía algo de lo que había pasado por terceros, pero nunca le tomo mucha importancia, pues la simple verdad sólo la conocía Taylor y su exnovio.

Con esto, la confianza con Joe había aumentado en al menos un noventa por ciento más y se sentía bien con eso, sobre todo por lo que diría a continuación cuando la canción hubo concluido.

—Pasé por mucho dolor esa vez—hablo con la mirada baja—, y como te dije, fue una forma de liberación, pero sigo sanando.

Hubo un silencio en la que el único sonido perceptible era el soplar del ligero viento presente.

—Y creo que la mejor forma para empezar a hacerlo es buscar mi camino por mi cuenta, obviamente teniendo también el apoyo de mis amigos, pero... sin tener ningún interés amoroso de por medio—levanto la mirada hacia el chico finamente, mostrando algo de incomodidad y timidez con sus ojos.

—Taylor yo...—detuvo sus palabras—. Dios, no imaginé que pasaras por algo así—mencionó en un suspiro—. No....no tengo palabras.

Sonrió ligeramente—. No es necesario, sólo quiero que sepas que si mis sentimientos son correspondidos...

—Lo son—interrumpió y la mirada de la chica empezó a cristalizarse.

—Tendrás que abandonarlos—su garganta dolió con pronunciar esas palabras—, porque no quiero tenerte esperando por mí, que te estanques y no te permitas amar como lo mereces.

No lo expresaba físicamente, a pesar de eso, también le lastimaron esas palabras.

—No me importa esperar.

La chica negó con la cabeza.

—Por favor no lo hagas, esto puede tardar años.... Podemos continuar siendo amigos, es lo único que te puedo ofrecer—una gota salada resbaló por su mejilla derecha.

—Créeme que con eso me basta, con tal de tenerte a mi lado....

Silencio nuevamente.

—No puedo prometerte olvidar mis sentimientos, pero estaré cuando me necesites y seré una amistad que te de apoyo—sin poder evitarlo se acercó a abrazarla tomando a la chica de sorpresa.

—Toma todo el tiempo que necesites para olvidar el pasado, lo único que quiero y deseo es que estés bien—. Taylor acepto el abrazo lentamente y cerró los ojos disfrutando el momento.

Es imposible que un gran chico como lo es Joe, esté enamorado de ella. No sabe a quién agradece por enviarle a una persona así, no sabe a quién agradecer por formar a una persona así. Posiblemente a todas las chicas que amó en el pasado.

Se separaron segundos después, sonriendo ligeramente. Taylor eliminando las lágrimas y empezando a guardar su guitarra.

—¿Quieres que te lleve a casa? —Pregunto observando las acciones de la rubia.

Ella negó con la cabeza—. Te lo agradezco Joe—sorbió su nariz cerrando la mochila y sacando el suéter que había traído—, pero Harry me hizo el favor de venir por mí.

Una vez con la prenda puesta escribió un rápido mensaje al rizado.

—Te espero a que llegue—ofreció.

—Gracias.

Se mantuvieron los próximos treinta minutos hablando de cualquier tema, ya sea de las materias escolares, o de algo relevante que le haya pasado desde la última vez que conversaron, que fue después de la entrega del proyecto.

Esto de saber sus sentimientos, pero tener que mantenerse como amigos, sería algo difícil y doloroso para ambos, sin embargo, es algo que valdría la pena.

Una llamada entrante en el celular de Taylor los interrumpió, Harry había llegado.

Amablemente la acompaño a la entrada del parque donde el silencio permaneció intacto y cuando fue momento de despedirse definitivamente, sólo compartieron un amistoso abrazo. Se quedó unos momentos observando a Joe irse por la calle hasta que este dobló la esquina y lo perdió de vista. Se acercó al auto de su amigo percatándose de una tercera persona.

—Hey, ¿todo bien? Tardaste un poco—dijo el rizado una vez se introdujo en el vehículo en el asiento trasero. Louis estaba sentado en el lado del copiloto.

—Todo bien Hazz—sonrío hacia el mencionado, quien asintió en respuesta.

—Creo que merecen ser presentados formalmente, esa vez después del partido no cuenta—ambos ojiazules soltaron una pequeña risa—. Tay es el Louis, mi novio, Lou ella es Taylor mi mejor amiga.

—Hola—mencionaron al mismo tiempo los dos.

—Espero que no te moleste que haya venido—hablo Louis observando a la chica por el espejo retrovisor. Harry empezó a echar andar el auto.

—No te preocupes por eso—ya habría otro momento para contarle todo al rizado.

—Lou y yo veníamos platicado y, ¿qué dices si pasamos por algo de cenar? —Propuso aprovechando que no había problema en que llegara algo tarde Taylor, después de todo apenas eran las ocho de la noche.

—Claro—sonrió sentándose en el asiento de en medio para observar a ambos chicos.

—¿Qué te gustaría? Mi propuesta había sido pizza, pero aquí al rizado dice que es algo pesado para él—lo señalo y Harry puso los ojos en blanco, sin desviar la vista de enfrente.

—Creo que hay unos tacos cerca de aquí, ¿qué dicen? —Respondió Taylor.

—Yo acepto cualquier cosa, ¿qué dices tu bebé?, tu eres el que nos lleva—el ojiverde cambio el tono de sus mejillas e ignoro la mirada de ambos ojiazules. Una de ellas siendo con cierta diversión al usar aquel apodo.

—S-sí tacos... ¿dónde? —Pronuncio con nerviosismo. Maldito apodo que lo pone nervioso, maldita sea el cómo se escucha desde sus labios, maldito Louis.

—¿Si le has dicho que te sonrojas cada cinco minutos? —Sonrió cómplice la rubia al ver a su mejor amigo con las mejillas coloreadas.

—Basta los dos, estoy conduciendo—respondió apretando un poco el volante.

—Yo me di cuenta de eso hace tiempo—murmuro Louis a Taylor—¿Sabes lo tierno que se ve? Por eso me gusta hacerlo—la chica rio afirmando con la cabeza.

¿Qué tan peligroso será salir de un auto en movimiento, sobre todo siendo él conductor?

—Hacen una linda pareja—comento finalmente, dejando de molestar al rizado.

—Gracias—hablo el castaño por los dos.

—Sí bueno, ¿dónde son los tacos? —Volvió a preguntar.

—Tres cuadras a partir de aquí, luego a la derecha y avanzas dos cuadras más—recito la chica.

Como respuesta sólo obtuvo un asentimiento de cabeza, mientras que, en el resto del camino, tuvo una pequeña charla con el castaño.

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