Capítulo 24: Infelicidad

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Su trayecto fue tranquilo, aunque algo solitario hacia al museo, pues Louis le dijo que tenía cosas que hacer en la mañana y que lo vería en la entrada.

Para ser miércoles, el autobús no estaba tan lleno y en serio agradecía eso, afuera estaba haciendo un poco de viento y no le hubiera agradado la idea de ir a pie, ya que desafortunadamente, esta vez sus padres se llevaron el auto. Tal vez sea hora de pedir uno como regalo, ya sea para navidad o... para el próximo cumpleaños. Maldición.

Decidió vestir lo más cómodo, pero abrigador posible, tomando una sudadera gris, jeans de mezclilla, tenis y una bandana azul con estrellas blancas, sólo para que el viento no despeinara tanto su cabello.

Más que museo parecía una mansión, que incluso Harry pensó que se había equivocado de lugar, pero en su espera del ojiazul, investigo un poco y efectivamente era un museo, con pinturas y objetos exhibidos, decidió no entrar más en detalles para poder verlo con Louis.

No pasaron más de veinte minutos cuando visualizo a su pareja rodeando el parque de Machester Square, lo saludo con la mano a lo lejos, sonriendo tímidamente.

—¿Llevas mucho tiempo esperando? —Pregunto Louis tomándolo sólo del meñique levemente para darle un roce.

—Más o menos, no te disculpes por eso—respondió bajando la mirada a sus manos que apenas se tocaban.

Louis se acercó a su oído para susurrarle.

—Es la mitad de la semana, muchos trabajan y dudo mucho que alguien de la escuela venga aquí.

Harry apretó los labios sin levantar la vista, en cambio, miro a sus costados revisando la zona. Sí quería hacerlo, pero se sentía algo nervioso y con duda. El castaño se dio cuenta de eso y suspiró entendiendo que no iba a querer, tampoco lo va a forzar.

—Está bien si...

—¿Me cuidaras si nos dicen algo? —Preguntó en voz baja.

—Hazza, no tienes ni que pedirlo, sabes que siempre lo hare—con su otra mano lo obligo a alzar la cabeza para que lo mirase—. No te sientas presionado, te dije que iremos poco a poco, es un proceso.

—Pero si quiero, Lou.

—La ventaja es que en esta zona nadie te conoce—comentó el castaño y eso hizo sonreír levemente a Harry.

—Tienes razón—murmuro regresando la mirada a las manos de ambos.

Tuvo esa sensación extraña en la que su persona sabía lo que quería hacer, pero su cuerpo no mandaba la señal a su cerebro para actuar. Era como si tuviera una especie de resorte que, al intentar tomar la mano de Louis, este lo jalaba para atrás.

Además, empezó a notar cierto temblor que recorrían sus dedos hasta su muñeca, sintiéndose en una lucha interna.

—No te voy a forzar a que lo hagas bebé, estas temblando, lo puedo ver—declaró distanciando sus manos.

—Son so-solo nervios Lou.

—Tomare tu brazo si eso te hace sentir mejor, con suerte pensaran que somos hermanos—no le gustaba esa palabra para ellos dos, pero de alguna forma tenía que encontrar alternativas.

Harry agradeció el gesto, aunque sí se sintió un poco mal; de verdad quería tomarlo de la mano y sentir su calor y suavidad a través de ellas.

Sin pronunciar palabra tomo el brazo izquierdo del rizado y lo entrelazo con el suyo, mostrándole una suave sonrisa a su novio para trasmitirle confianza.

Harry devolvió el gesto de igual forma y juntos comenzaron su camino hacia la entrada del museo.

Una vez pasaron por la compra de boletos y por los filtros de seguridad un hermoso lugar los rodeo en esas cuatro paredes. Si por dentro parecía una mansión, por dentro parecían habitaciones de un castillo. Los colores predominantes eran los rojos, azules y dorados.

La primera habitación en la que entraron estaba llena de pinturas, algunos muebles como mesas y sillones, y algunas decoraciones extras como esculturas. Empezaron su recorrido observando las pinturas y leyendo parte de su descripción en el pequeño recuadro que estaba al lado de ellas.

Sinceramente no entendía mucho de ellas, pero se le hacía fascinante el cómo personas tuvieron o tienen la habilidad de recrear obras que de verdad te hacen sentir dentro de la pintura o que incluso se trata de una persona real que está observándote a través de los ojos.

—Te apuesto a que has visto esta imagen antes—menciono Louis a su lado, sus brazos permanecían unidos y por suerte no habían visto a nadie.

—No lo creo, nunca había venido a este lugar.

—No precisamente me refiero en este lugar.

Harry permaneció en silencio volviendo a analizar la pintura. Una joven de cabellos rubios con un sobrero y vestido rosa se columpiaba en medio del bosque lleno de plantas a su alrededor, había tres esculturas de ángeles escondidos en el fondo junto con dos hombres que observaban en las sombras a la mujer. No, no le venía nada a la cabeza.

—Hay una escena de Frozen donde aparece esta pintura, o al menos una parecida, cuando Anna está cantando—entonces lo recordó y abrió más los ojos por su sorpresa.

—Fue hecha en Francia en 1767 y tiene el estilo del Rococó—informo Louis sin apartar la mirada de la obra.

En el recuadro sólo venía el nombre y autor, ¿cómo es que Louis lo sabe?, ¿habrá venido antes?

—¿Ya has estado aquí? —Decidió quitarse de la duda.

—No, pero he visto imágenes de algunos de estos cuadros que están aquí y he investigado sobre ellos, por ejemplo, esa de acá...—señalo la que estaba a un costado de la que anteriormente habían visto.

Cada pintura tenía su historia y Louis se encargaba de contarle cada una de ellas, al menos de las que se acordara. Su novio realmente hablaba con emoción sobre cada una de ellas y ni hablar de cuando llegaron a la parte medieval donde había vestidos, armaduras, espadas, todo lo característico a esa época, era como un niño en navidad.

Sus ojos brillaban y la sonrisa jamás dejo de ser presente. Realmente Louis le estaba mostrando algo que le gusta, ¿así se verá él cuando habla de su carrera? Probablemente, pero no importa cual obsesionado o impulsivo te veas, mientras hablas de lo que te gusta y alguien más escucha eso sin quejarse o hacer muecas, sientes una buena pulsada en tu interior. Una gran felicidad.

Duda mucho que investigar y aprender todos esos datos que le ha dicho sean por puro pasatiempo.

Pasó una hora completa y apenas llevaban la mitad del museo, no es que este fuera grande, fue realmente porque se tomaban el tiempo de observar a detalles los artefactos y las obras.

Llegaron a una sala nuevamente cubierta de pinturas en sus paredes, sin embargo, en medio del salón se encontraba un gran banco para sentarse, donde ahí decidieron descansar, teniendo de frente una gran pintura de unos barcos en medio del océano.

No encontraron gran número de personas durante su primer recorrido, y las pocas con las que se toparon, realmente los tomaron por desapercibido. Eso hizo sentir a Harry más tranquilo y con más confianza, dándole uno que otro beso en la mejilla a Louis.

El silencio en el lugar permanecía, unos momentos después Harry inclino su cabeza para dejarla reposar en el hombro de Louis, este imitó la acción dejando la suya en la cabecera llena de rizos.

Era la oportunidad perfecta para hablar, tal vez no el lugar, pero ya no quería retrasar las cosas, quiere ayudar a su novio con lo que sea que tenga con su carrera, quiere saber la verdad.

—Louis, hay algo que he querido hablar contigo—empezó, separándose ligeramente para poder mirar los orbes de su novio.

El chico lo miró algo confundido por la forma en que lo llamo—. ¿Qué pasó?

—¿Eres feliz con tu carrera? —Pregunto directo y continuó hablando—. Dime la verdad Louis, sin cambiar de tema.

Eso tomo por sorpresa al ojiazul, separándose de la posición para mirarlo con la boca abierta. Harry ya sabe, lo sospechaba cuando hace un par de días fue cuestionado con preguntas relacionadas a eso; pensó que podría contarle todo cuando estuviera más listo, en un lugar más privado y cuando las cosas estuvieran marchando bien.

Sabe que ya no le va a poder ocultar las cosas, después de todo, es algo que también le viene afectando y como pareja tiene derecho a saber de sus preocupaciones.

—Te has dado cuenta, ¿eh? —Intento sonar divertido, sin embargo, estaba lo contrario a eso.

—No es difícil notarlo Lou, al menos yo como tu pareja, finges que te gusta lo que haces, pero realmente intentas evitar hablar de eso en lo posible, además...—desvió un momento la mirada—cuando hablé con Zayn aquella vez... me ayudó a confirmar mi teoría.

El castaño asintió en respuesta, relamiéndose los labios. Se giró volviendo a tener al frente la pintura, sin embargo, su mirada iba dirigida al suelo. Recargo sus antebrazos en sus piernas y empezó a jugar con las manos, comenzando a organizar sus ideas. Harry lo observó en silencio, esperando.

—Mi padre es alguien tradicional, por llamarlo de algún modo—empezó captando la atención de su novio—debido a eso, cree que las mejores carreras son las de salud, administración, negocios, etc., carreas que de algún modo, nunca pasan de moda porque el mundo cambia y atribuyen de gran manera... él estudió medicina y quería que yo estudiara lo mismo, o al menos una que se relacionara con eso.

Harry continuó mudo, sin hacer interrupciones.

—Eso fue porque, desde muy pequeño me llamo la atención el mundo del arte, su historia, sus autores, corrientes, todo—sonrió nostálgico, sin alzar la vista—, pero el creer que esas carreras son una pérdida de tiempo, como te lo dije aquella vez que viniste a mi casa por primera vez.... cuando le dije que quería estudiar museografía, que básicamente es como la administración e inventigacion de las cosas que hay en un museo, en ese momento cambio...

Hubo un silencio incómodo.

—Todo se volvió más tensó cuando le confesé que era gay; pensaba que por eso mi gusto por el arte... me odio Harry—trago saliva con dificultad—y nunca se cansó de decirme que si quería seguir con ese sueño de carrera terminaría en ruinas...

—¿Ya no te odia? —Pregunto tímidamente acercándose a Louis, tocando con su pierna la contraria para darle apoyo.

—Tiene una razón eso... yo... le mentí al respecto de que había abierto los ojos, dándome cuenta de que efectivamente esa carrera no era lo mío...y cuando supo que me postule para estudiar psicología, aceptó el hecho de quién soy, en parte, pero no sé cómo reaccionaría cuando le diga que estoy saliendo con un chico. Solo me acepta porque estoy cumpliendo su capricho—sus ojos comenzaron a cristalizarse y sus manos formaron dos puños—. Y ahora está queriendo hacer lo mismo con mi hermana y me enoja, me enfurece porque sé que si mamá estuviera con nosotros no estaríamos en un problema así—una lagrima resbalo por su mejilla sin evitarlo.

—¿No sabes dónde está?

—No, después del divorcio nos alejó de ella porque estaba de acuerdo con lo que queríamos hacer con nuestra vida, además de otros problemas que tuvieron.

—¿Y por qué no dejas la carrera Lou?, tú mismo lo dijiste: busca el apoyo de los demás, me tienes a mí y a tus amigos—limpio la lagrima que había caído con una mano, con la otra, tomo uno de sus puños.

—Lo voy a hacer, pero no es fácil, tengo que conseguir un trabajo, un lugar donde vivir en cualquier caso.... Además, ¿estás consiente que perdería el ritmo del estudio? Cuando tú te gradúes yo seguiré estudiando.

Louis estaba mostrando ese lado sensible y frágil, ese lado que jamás pensó que vería, al menos no por una situación así.

—Eso no importa Louis—finalmente lo tomo del rosto para conectar miradas, las cuales reflejaban angustia, tristeza y preocupación—, me duele más saber que no eres feliz y finges serlo, como yo, como tal vez todos lo hacen... yo te puedo ofrecer mi hogar—abrió la boca para reclamar—. Quiero ayudarte Lou—lo callo colocando el indicé en sus labios—, así como tú me estas ayudando a mí.

—No es sólo eso bebé... posiblemente no sea sólo yo, también no quiero ser una carga para ti.

—No digas eso Lou—acaricio una mejilla—nunca lo serías, lo hago porque me importas, no quiero que me debas nada, solo que me dejes ayudar de alguna u otra forma.

Tal vez podía pensar la propuesta, pero en cuanto pueda salir de ahí buscara un departamento, no va a abusar de la amabilidad de su novio, además, cree que sería bastante raro que prácticamente estuviera viviendo con los Styles, independientemente de que los adultos sepan de eso o no.

—Está bien, intentare que no sean muchos días—murmuro limpiando sus ojos y sonriendo sutilmente.

—Por mi puedes quedarte para siempre—sonrió sutilmente—, básicamente desde que empezamos a salir vives en mi casa, sólo falta que traigas tus cosas.

La pareja rio. Harry se acercó a abrazarlo por los hombros atrayéndolo, haciendo que la cabeza del ojiazul quedara a la altura de su pecho, Louis respondió el gesto de igual manera, rodeándolo con los brazos.

—Somos muy buenos fingiendo—murmuro después de una pausa el ojiverde, proporcionándole carias en el cabello a Louis.

—Sí eh...—rio sin ganas—No me agrada en absoluto.

—A mí tampoco—respondió—, pero...

—Siento miedo—dijeron los dos al mismo tiempo, Louis alzo la vista observando a Harry.

—Es gracioso que lo digas, ¿sabes? —Continuó Harry, soltando un suspiro, Louis arqueo una ceja confundido—. Yo solía pensar que siempre habías sido feliz; eres popular, sociable y nunca te molestó que supieran de tu sexualidad... a decir verdad, por esa parte te tenía envidia.

—Pensaba algo parecido respecto a ti—nuevamente tomo asiento correctamente, esta vez sin soltar el abrazo—. Yo te veía en los pasillos feliz con tus amigos, riendo, estudiando lo que te gustaba, me preguntaba lo comprensiva que podía ser tu familia para no negarse a eso, realmente no me imaginaba que estabas con una lucha interna.

—Supongo que hemos querido mostrar lo que deseamos que los demás vean de nosotros—Louis asintió con la cabeza.

—Una cosa es que tus amigos sepan por lo que estás pasando—volvió a retomar la palabra el rizado—, y otra que alguien más esté con una lucha similar.

—Es totalmente diferente, ellos te dan sus puntos de vista y apoyo, inclusive tratan de ser empáticos, no obstante... tener a alguien que sabe del temor a la perfección se siente mucho mejor—miró por incontable vez las esmeraldas de su novio, sonriendo por lo que quiso decir con eso último.

—Totalmente—sostuvo una mano libre de Louis y la entrelazo con una suya—. Yo te siento como una guía, pero también como un libro nuevo, con una portada completamente diferente a lo que contiene su contenido.

—Tu eres como una rosa Hazza, bella, delicada y llamativa, pero sensible con cualquier movimiento brusco—el mencionado se tiño las mejillas de rojo.

—Me haces fuerte—susurro Louis en el instante en que juntaron sus frentes—y voy a enfrentar a mi padre, eso tenlo por seguro.

—Tú igual me haces sentir más fuerte—respondió creando un beso esquimal con sus narices.

Fuerte, sentirse fuerte a su lado, tal vez encontró una nueva inspiración.

—Gracias por ser honesto—habló nuevamente el ojiverde.

—Creo que con esto queda más que claro, que es importante que ambos lo seamos, ¿no crees? —Contestó,  el otro chico asintió.

—Por supuesto que lo creo Lou, no sólo con nuestros problemas personales, si no con cualquier cosa.

Sonrieron y Louis se acercó a dar un tierno y suave beso, sólo un sutil toque que los hizo caer en cuenta que seguían en medio de una sala de un museo, ¿y la sorpresa para Harry? Eso no estaba haciendo una gran preocupación.

Según el reloj en su teléfono, eran las cuatro de la tarde, todavía podían, continuar un poco más con su recorrido.

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