Capítulo 42- Hyung, tienes que dejar de ver esa novela...

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Jin's pov

- Namjoon... ¿Qué mierda haces?

Había pasado un mes desde lo sucedido en la fiesta, y ahora todo estaba muchísimo mejor. Namjoon había decidido contarme cada puta cosa que hacía o dejaba de hacer, alegando que "tal vez en un futuro esa información me iba a resultar necesaria". Evidentemente se refería a que no iba a permitir que pasara algo parecido a lo de Dong Sun, y a veces resultaba cansino, pero la verdad era que agradecía el gesto.

Ahora mismo, yo estaba viendo en la sala de estar mi querida y adorada novela, mientras me saboreaba un delicioso helado de pistacho. Pero cierto simio idiota no dejaba de entrar y salir de la casa, desviando mi atención de la pantalla, y cada vez llegaba con cables y cosas que no tenía ni puta idea de qué eran.

- ¿Eh?

- Que qué estás haciendo con todo eso - Señalé al bulto que llevaba en sus manos.

- Ah, dices esto - Asentí - Estoy pensando en montar una especie de estudio en el cuarto de invitados.

- ¿Estudio?

- Ya sabes Jin, quiero ser productor y eso, así que Yoongi y yo decidimos montar un espacio para componer y hacer mezclas y tal - Se encogió de hombros.

- Vaya... - Pausé el capítulo, dejé de lado el bote con el dulce y me puse de pie - ¿Necesitas ayuda? - Simiojoon sonrió.

- ¿Puedes traer lo que queda en el maletero del coche de papá?

- Vale - Y con toda la disposición del mundo, me apresuré a salir por la puerta, pero antes de lograrlo, él me tomó del antebrazo - Qué pa- Juntó sus labios a los míos y me dio un corto beso, para cuando nos separamos, mostrarme su hermosa sonrisa de hoyuelos.

- Ahora sí - Le hice caso, salí sin decir una palabra y sumamente sonrojado. Me sorprendía cómo podíamos llevar saliendo tanto tiempo y yo aún me avergonzaba cuando hacía cosas así de sencillas.

Ah, se me olvidaba, desde hacía un mes también estaba doblemente cariñoso. Aprovechaba la más mínima oportunidad para besarme o hacerme mimos, y no es que me desagradara, de hecho, me gustaba cuando lo hacía,  sin embargo, evidentemente esto también era debido a la situación incómoda que habíamos experimentado.

Estuvimos el resto de la mañana en eso, pues cuando terminamos de sacar todo, le ayudé a montarlo.

- ¿No debería Yoongi estar aquí también? - Cuestioné alzando una ceja.

- Ha ido a comprar otras cosas.

- ¿Aún falta más? - Abrí mucho los ojos, la impresión palpable. Es que, wow, de verdad ya habían un montón de artículos ahí dentro, en mi cabeza no cabía qué otro tipo de cosas pudieran necesitar.

- Pues claro Jin, necesitamos altavoces y todo eso - Contestó burlón.

- Oh, cierto, cierto...

- No tienes idea de nada de esto, ¿verdad princesa? - Alzó una ceja, sonriendo de medio lado.

- Nop, ni puta idea - Comenzamos a reír los dos. La verdad no sabía muy bien qué se necesitaba para su trabajo, ni en qué consistía, solo tenía conocimiento de que ayudaría a los artistas a elaborar su música, pero más allá...

- Si algún día pongo una empresa, podrías trabajar para mí - Se acercó a mi cuerpo y me atrajo hacia él, rodeándome con sus antebrazos y poniendo sus manos en mi espalda baja.

- ¿Trabajar? ¿Quieres que te haga la comida? - Pregunté sin saber muy bien a qué se refería. Él negó con la cabeza, riendo bajito.

- No, tonto. Digo cantar.

- ¡Pero si yo no canto!

- ¿Cómo que no? Te he oído en la ducha un montón de veces.

- Namjoon - Empecé a hablar pacientemente, como si tuviera en frente a un niño de 3 años - Todos cantamos en la ducha alguna vez, no por eso somos cantantes, cariño. Tranquilo, ya lo descubrirás cuando crezcas - Le acaricié una mejilla.

- No princesa, no digo eso - Rodó los ojos - Me refiero a que tú sabes cantar, tu voz es bonita - Se encogió de hombros.

- Ya, pero te repito, no soy cantante, a mí lo que me gusta es cocinar.

- Pero igual podrías hacer las dos cosas. Ya lo estoy viendo "Kim Seokjin, chef de día, artista de noche". Seguro que serías todo un éxito. Joder, si eres hasta guapo. Lo tendrías todo - Yo comencé a reír por la seriedad con la que habló.

- Déjate de tonterías anda.

- Bueno, da igual... Ahora que por fin hemos terminado, podríamos... - Usó su característico tono insinuante y comenzó a subir y bajar rápidamente las cejas, deslizando sus manos hasta mi trasero.

- Uhmm, sí, podríamos... - Sonreí coqueto y a él le brillaron los ojos - Pero no va a ser, en 20 minutos tengo que entrar a trabajar - Volví a poner mi expresión normal y tomé sus muñecas, para zafar su agarre de mi culo - Así que si me disculpas, tengo prisa - Y una vez dije esto, le di un pico en los labios, para acto seguido salir caminando de la habitación como toda una diva.
              

- Jin, unas gambas al ajillo y chipirones en su tinta para la mesa 3.

- Marchando.

El restaurante estaba repleto de gente, y yo estaba ocupadísimo, nunca habíamos tenido tanto trabajo, por lo menos no durante el tiempo que yo llevaba allí.

Pero igual eso no significaba que me sintiera superado, todo lo contrario, estaba manejándolo bastante bien. Sin duda alguna, esto de cocinar era lo que más me gustaba en el mundo, y no veía la hora de tener lo suficiente para poner mi propio restaurante. Sería un sueño hecho realidad.

Cuando llegó la hora de mi descanso, ya todo estaba mucho más tranquilo, así que agradecí al cielo no tener que preocuparme de nada más. O al menos eso yo creía, porque justo cuando iba a atravesar el pasillo que me llevaría a la sala de estar, apareció un camarero.

- Jin, hay un cliente que pide verte.

- ¿A mí?

- Sí, ha dicho que quería hablar con el chef Kim Seokjin en persona - El muchacho se encogió de hombros.

- Vale... - Maldije internamente a la persona encargada de arruinar mi tan preciado descanso, pero sin más remedio, salí por la puerta y dejé que el chico me guiara hasta el inoportuno cliente.

Y vaya sorpresa que me llevé.

- ¿Usted? - Sonreí en grande cuando me di cuenta de quién se trataba.

- El mismo - Correspondió a mi sonrisa y se puso de pie, tendiéndome la mano para que se la estrechara, que evidentemente fue lo que hice - Toma asiento, por favor - Señaló la silla disponible.

- ¿Ha venido a hacer otra crítica?

Quien estaba ahí era nada más y nada menos que Park Jan Kwon, el crítico gastronómico que vino hacía aproximadamente dos meses, y que halagó notablemente el postre que justamente yo había preparado.

- No, en esta ocasión soy un comensal común y corriente - Se encogió de hombros.

- Vaya, ¿y qué tal ha ido todo?

- Fantástico - Volvimos a sonreír - Pero Jin... No te importa que te llame solo Jin, ¿no?

- Descuide - Hice un gesto para restarle importancia.

- Pues lo que te decía, Jin, la verdad es que he venido por algo más.

- ¿De qué se trata? - Inquirí con curiosidad.

- A ver cómo te lo explico - Cerró los ojos un momento, como si estuviera reflexionando sus palabras - Pues mira, un amigo y yo, estamos preparando un proyecto. Pretendemos abrir una especie de restaurante, especializado en platos de comida tradicional, pero hechos de una forma distinta. No sé si me entiendes...

- ¿Usted se refiere a platillos de vanguardia inspirados en comida típica?

- Exacto, justo eso, pero no sería solo de comida coreana, sino internacional.

- Vaya, eso es genial.

- El caso es que estamos reuniendo a chefs jóvenes, pero evidentemente capacitados, para que trabajen, y a uno en específico para que lleve el mando. Y aquí es donde entras tú - Dijo inclinando su cuerpo y apoyando los codos en la mesa, para seguidamente entrelazar sus dedos.

- No entiendo...

- Jin, lo que te estoy proponiendo es que vengas a trabajar conmigo y que seas el chef principal del local - Abrí los ojos en grande, con marcada sorpresa. Yo no llevaba ni siquiera un año ejerciendo mi profesión, así que claramente esta proposición era impactante para mí - Serías socio del lugar, y por supuesto, jefe de cocinas, encargado de diseñar el menú y todo lo relacionado.

- Pero... ¿Usted me cree capaz de eso? Quiero decir, no es que no me resulte tentador, solo que soy joven y no tengo mucha experiencia aún.

- He hablado antes con Jin Hoo.

- ¿Eh?

- No hoy, pero hace aproximadamente poco más de un mes nos reunimos a beber y tal, y le he preguntado sobre ti.

- ¿Usted conoce al señor Kim? - Empezó a reír por lo bajo.

- Nosotros estudiamos juntos, muchacho. Nuestros hijos tienen casi la misma edad y todo.

- Vaya...

- Jin, la opinión que tiene sobre ti es excelente, y francamente lo poco que he degustado de tu comida es jodidamente increíble.

- Pero si solo ha probado un postre... - Comenzó a negar con la cabeza.

- Comprenderás que lo que yo quiero para mi restaurante es la excelencia, así que no me arriesgaría con una persona que no supiera que puede hacerlo bien. He estado haciendo pedidos a domicilio, y he venido un par de veces más, solo que no te había saludado. Y en todas y cada una de ellas me he asegurado de solo comer platos preparados por ti. Al final he terminado afirmado lo que ya yo sabía: eres una puta máquina. Por eso he pensado que con tu talento mereces algo más que ser un chef secundario, tienes que liderar - Su voz salió con tanta franqueza y rotundidad, que mis orejas se pusieron rojas, y solo pude sonreír tímidamente.

- Vaya, yo...

- Espera Jin, solo queda un detalle... No sería aquí.

- ¿Cómo? - Me quedé desconcertado.

- El trabajo no sería en Corea, iríamos a Francia - E inmediatamente mi sonrisa se desvaneció - No me mires así, yo sé que es un tema delicado, pero piénsalo. Al vivir en otro país podrías conocer un montón, además, tenemos algunos amigos allá, por lo que todos los chicos que llevaríamos con nosotros pasarían primero por tres meses de práctica en diferentes puntos culinarios de referencia para ese país. Todo lo que aprenderíais sería utilísimo para vuestro desarrollo como profesionales. Esta es una oportunidad única, Jin - Y vaya que lo era. Es sabido que Francia es conocida como una de las grandes potencias culinarias a nivel mundial, no todos los días se presentaba la opción de ir allá a aprender, y encima estaba la oferta de participar en el proyecto del restaurante, definitivamente era casi imposible negarse - No tienes que darme una respuesta ahora, pue-

- Lo siento, pero no puedo aceptarlo - Mi voz salió fuerte, clara y precisa, sin ninguna duda. Si bien en condiciones normales yo hubiera accedido sin siquiera pensarlo, ahora ni llegaba a considerarlo, pues había algo muchísimo más importante que me ataba a este lugar: Namjoon.

Jan Kwon abrió los ojos enormemente, probablemente impresionado por el veloz rechazo.

- Jin, yo sé que es algo apresu-

- No es eso - Le interrumpí nuevamente - Agradezco mil millones de veces que me haya tomado en cuenta, de verdad - Incliné mi cabeza en agradecimiento - Pero simplemente no puedo irme. Aquí hay cosas que no puedo abandonar.

- ¿Y esas cosas son más importantes que tu futuro? - Cuestionó alzando una ceja.

- Absolutamente.

Y es que para mí lo era. Tal vez fuera porque estaba enamorado y como dicen por ahí, el amor nos vuelve ciegos, pero yo sentía que si estaba con Namjoon, entonces todo estaría bien. Además, no estaba dispuesto a permitir que las cosas volvieran a tomar un mal rumbo, no después de lo mal que ya lo habíamos pasado por Dong Sun. Ya llegarían más oportunidades, de todas formas, yo estaba bien trabajando en Winter Spices.

Él suspiró.

- Jin, mi oferta sigue en pie, puedes reconsidérarlo, tienes tiempo hasta dentro dos semanas para cambiar de opinión... Si es el caso, llámame a este número - Deslizó una tarjeta por la mesa y la dejó delante de mis manos, para acto seguido, ponerse de pie - Piénsalo por favor.

Y sin más salió del restaurante, dejándome sentado en la mesa, con sus datos en la mano.
     


Todos en cocinas salieron de cotillas una vez volví de mi charla con el señor Park, y a la fuerza terminé contándoles lo de la propuesta. Me miraron como si estuviera demente cuando les comenté que la había rechazado, pero me daba igual, para mí, lo que yo había hecho, era lo que tenía que hacer.

Una vez acabó el turno, volví a casa.

Era tarde, casi la una de la mañana, pero eso no impidió que cierto simio gigante estuviera sentado en el sofá leyendo un libro, esperando a que regresara.

Inmediatamente sonreí y cuando él alzó la vista, lo hizo también. Intentó levantarse, pero no le dejé, pues me lancé sobre su cuerpo, enganchándome a su cuello y dejando que me abrazara.

- Te he echado de menos - Ronroneé como un gatito.

- Vaya princesa, estás cariñoso...

- Siempre estoy cariñoso, imbécil.

- Sí, sí, se nota - Soltó sarcástico, haciendo alusión al reciente "imbécil" que le había soltado, y los dos empezamos a reír - ¿Qué tal te fue hoy? - Comenzó a acariciar mi espalda, y yo me dejé hacer, cerrando los ojos y acomodándome bien encima suyo. Se sentía tan bien que me mimara.

- Pues... Genial, como siempre.

No le contaría sobre la propuesta inesperada, no era necesario, no cuando yo ya estaba seguro de que lo mejor era rechazarla.

Pero claro, esa era mi opinión, pues aparentemente todos los demás pensaban todo lo contrario.

Incluso Namjoon.

¡PERDÓN POR NO HABER CUMPLIDO MI PALABRA Y NO HABER SUBIDO CAPÍTULOS AYER!🙏🙏

De verdad que lo siento, pero es que no estuve en todo el día en mi casa, y una vez volví, me quedé rendida.

Es lo que pasa cuando llevas 4 meses sin salir, que caminar un poco te agota totalmente...

Bueno, pero mejor tarde que nunca... ¿No?

¡No me odieis porfa! 🙏🙏😭😭

Igual aquí os dejo el capítulo. Espero que os haya gustado.

¡Finalmente ha vuelto el crítico!

Un besazo 😘😘😘😘😘😘

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro