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Hwang Hyunjin está terriblemente
enamorado de un chico de primero❞









Los rumores fueron pasando de boca en boca hasta formarse un gran torbellino que amenazaba con acabar con la reputación del gran Príncipe. ¿Pero de verdad la perdió?

Las opiniones de los espectadores es muy divida. Están unos que son homofóbicos y como se creen los más perfectos del mundo iniciaron un odio masivo hacia nuestro pelinegro, hay otros que por su parte lo apoyaron hasta el final orgullosos de que el chico perfecto creado por diversos esteriotipos demuestre su verdadero ser. Fans se fueron y nuevos aparecieron.

Las habladurías sobre él se volvieron masivas, hasta el punto que personas totalmente desconocidas para el y hasta algunas del otro lado del mundo estén opinando e insultando a su manera de todo en general.

Toda esta situación llevo a que de un día para otro las redes sociales de nuestro pequeño Jeongin estallaron con miles de seguidores. Algunos comentarios alavando su belleza, dulzura y otros llenos de odio preguntándose por qué alguien como él llamó la atención del príncipe, que es feo o hasta recriminando el porqué rechaza y hace sufrir a su mayor.

Sin duda alguna Yang no tiene ganas de levantarse e ir al colegio, a duras penas se levantó de su cama como si fuese un zombie. Intento sonreír cuando su mamá le pregunto qué le pasaba y con fuerzas de quien sabe dónde sacó logró llegar caminando a la Preparatoria.

Este día sin duda no es igual a los anteriores y se dió cuenta en el instante en que piso fuera de su casa. Cuando su vecino le dió los buenos días se espantó, temió y no le respondió, solo salió corriendo. En el camino los nervios subieron a mil, casi siente que morirá de una taquicardia.

¿Lo peor? Es que pensó que llegando a la Preparatoria todo estaría bien pero fue lo contrario porque la atención recayó por completo a su persona.

Se encoge hacia si mismo y camina cabizbajo un tanto mareado por los murmullos y cuchicheos. No puede pensar con claridad y solo quiere llegar a su salón.



—¡Innie! —la voz de su rubio amigo lo sobresaltó y antes de que pudiera hacer algo es abrazado con fuerza.

Su cuerpo se puso rígido hacia el contacto físico y se aleja al instante rechazando a su mayor.

—H-Hola...

—Hola, ¿cómo estás? —Seungmin se acercó sonriente.

—¿Estás bien? —Felix intenta tocarle el hombro pero Jeongin es más rápido y retrocede.

—L-Lo siento, m-me siento mal... —murmuró sin saber qué decir y no siendo capaz de mirarle a los ojos a nadie sale corriendo escapando de ellos.

—¡Jeongin!

El nombrado solo cerró los ojos con fuerza queriendo que aquella pesadilla se acabe. Sin percatarse de que hay alguien enfrente a unos pasos choca contra un duro pecho y cuando va a caer una mano ajena y completamente conocida toma de su cintura protegiéndolo.

—¿Estás bien?

La voz de Hyunjin hizo eco por su mente y sin pensarlo mucho empuja al mayor haciendo que lo soltara. No quiere que nadie lo toque, o que se acerquen demasiado, incluso de solo ver a las personas siente mucho miedo, miedo de que le lastimen como el día anterior.

La ansiedad carcome su ser y la adrenalina está a mil. Quiere llorar, gritar y patalear. Quiere encerrarse en una habitación y no volver a ver la luz del sol por un largo tiempo. Solo desea estar todo, no se siente capaz de volver a ver a alguien más incluyendo a Hyunjin.

Quiere de alguna forma que alguien lo saque de ese infierno, que alguien le tienda una mano y lo funda en un protector abrazo, desea ser consolado y cuidado de la crueldad del mundo. Pero... Tiene tanto miedo de ser tocado, que lo miren y lo imaginen en situaciones subidas de tonos, no puede, no es capaz. Sin darse cuenta se volvió mucho más cobarde de lo usual.

Hyunjin notó algo diferente en su menor. No está usando ropa alegre como suele hacerlo, su rostro se ve más pálido y demacrado con largas ojeras, claro signo de que no durmió en toda la noche. Sus temblorosos ojos a punto de llorar más no saca ni una lágrima y la inestabilidad de su cuerpo. ¿Qué le sucede? ¿Qué está mal?

—Jeonginnie, ¿Estás... —intentó acercarse.

“Jeonginnie” Recordó la voz de Wooyoung hablándole "dulcemente" en una de las pesadillas de anoche, mientras buscaba de tocarlo. Aquel recuerdo hizo eco por su mente desestabilizando por completo su poca cordura.

—¡No me toques! —exclamó de pronto dándole un manotazo al contrario. —Y-Yo... No...

Hyunjin le mira perplejo y éste solo se escapa. Sabiendo que no debe de faltar a clases, se adentra a su salón de clases prácticamente vacío y se sienta en lo más profundo evitando cualquier persona.

Sus manos tiemblan en su regazo y deja su cabeza reposar en el pupitre. Cierra los ojos y en lo único que puede pensar es en el sueño que tuvo anoche, de Wooyoung tocándolo y haciendo lo que quisiera con su cuerpo. Ayer estaba bastante sorprendido como para reaccionar bien a todo lo sucedido pero cuando el tiempo paso, algo dentro de él se quebró y no sabe cómo repararlo.

No quiere que nadie le toque ni que se le acerque mucho.








—Creo que me odia —dice con un puchero triste aquel alto pelinegro mientras deja caer su cabeza contra la mesa redonda. Sus ánimos caídos desde el día anterior.

—No, creo que más bien te tiene asco —opinó Minho con relajo y muerde su gran hamburguesa, rápidamente recibe un golpe de parte de su novio y casi se atraganta.

—¡No le digas eso, tonto!

—¿Qué? ¿Por qué tengo que mentir si es obvio que el chico de primero está evitando a nuestro príncipe? —soltó haciéndose el inocente, luego cambia su expresión a pensativa y mira al pelinegro. —Wow, es la primera vez que veo a alguien rechazarte. Es el karma por romper tantos corazones.

—Te lo buscaste, una semana en abstinencia —reto Han y se levanta de su asiento para sentarse justo al lado del depresivo.

—¿Qué? ¿Por qué—.

—¡Sin peros!

—Es raro, yo creía que ese pequeño babeaba por ti —opinó Changbin ignorando la discusión de la parejita.

—He tenido una vida bastante afortunada, es obvio que algo no tendré —se rasca la nuca y ve a lo lejos como entran a la cafetería aquel trío. Feliz, Seungmin y su pequeño Jeongin, el cual parece temeroso y desorientado. No quería que esto pasara, quería protegerlo de todo lo que conlleva ser el centro de atención, pero tal vez esta es la única manera (la más eficaz para su cerebro no inteligente) para lograr cuidarlo.

Todo el mundo le mira con diferentes expresiones pero la verdad no está atento a ello, se acostumbró bastante ser el centro de atención que es algo normal de todos los días, más bien sería raro no ser visto. Lo que más le importa en ese momento, es notar las miradas de odio y asco que recibe Innie por las personas de su alrededor. Simplemente no puede soportarlo, necesita darle una golpiza a todos.

—Por cierto —habló Minho mientras le tira una papa Hyunjin, el cual bufó y se la quita. —¿Tus padres no te dijeron algo? Conociendo lo cerrados y homofóbicos que, creo yo, que son. No te libraras de esto, príncipe.

—Mamá esta en Milán y papá no sale de su oficina desde hace semanas —reveló y suspira abarrotado —Pero creo que hoy tendré un almuerzo con ellos.

—¿Por qué crees? —preguntó el cara de ardilla.

—La noticia debe de haberles llegado, capaz ya están en casa esperándome —su desánimo al hablar es notorio. —No dejare que le hagan daño a Jeongin, lo tendrán en la mira, tal vez intenten acercarse y sobornarlo.

—¿Y tú crees que lo acepte? El chico no parece ser de los interesados —dijo Minho viendo a lo lejos al chico zorro echándole salsa a sus papitas.

—La verdad, sería mejor que acepte el dinero de una vez —comentó Changbin cruzándose de brazos y mirada de pena. —Porque si no, no sé hasta donde puedan llegar tus padres por una simple buena imagen.

—Yo tampoco...








Jeongin se sintió en paz una vez llegado a su hogar, intento comportarse normal con sus amigos durante todo el día pero aún así no se sentía bien. Había algo que le incomodaba, algo que no lo dejaba tranquilo.

Se dirige a la cocina y ve un plato con comida lista dentro de una bolsa junto a una nota.


Disfruta tu almuerzo, volveré para la cena. Con amor: Mamá”


Soltando un cansador suspiro, toma una cuchara y se dispone a comer del frío plato mientras las lágrimas adornan su rostro. No tiene ni un microondas para calentar su comida.

Se siente solo. Quiere estar con su mamá. Justo en el momento más crítico, en donde quiere verla y darle un fuerte abrazo para fundirse en el calor y la protección, no está. Come todo el plato y luego lo lava.

No hay mucho que hacer en una casa solitaria, por lo que se sienta en la sala a hacer su tarea mientras la espera.

Alguien toca el timbre.

El menor confundido se levanta y ve por el rabillo, Hwang Hyunjin está parado tras la puerta de su casa. Se pone nervioso e inquieto, respira unas cuantas veces y cuando se siente listo, abre la puerta.

—H-Hola —fuerza una sonrisa.

—Hola —el mayor saluda con nerviosismo. —Te traje esto —le extiende un regalito.

—¿Qué es...? —lo toma confundido y lo agita un poco tratando de escuchar lo que hay dentro.

—Abrelo después, no enfrente mío porque me da pena —se rasca la nuca, luego su rostro brilla como diciendo "algo más", saca del bolsillo de su pantalón una tarjeta y se la extiende al menor. —Y-Yo antes de salir de la escuela hablé con tus amigos, la verdad pienso que me odias y que me tienes asco pero ellos me dijeron que es lo contrario, no lo sé. Me contaron que desde lo de ayer has estado raro, no estoy seguro lo que este pasando por tu linda cabecita pero ahí tienes, es la tarjeta de presentación del mejor psicólogo. Él es super bueno y amable.

Jeongin mira la hermosa tarjeta dura y frunce el ceño al ver el nombre, Kim Woo Jin. Un reconocido psicólogo de la clase alta, sin duda no puede pagarlo.

—Y tranquilo por el precio, es un amigo de la familia así que no te va a cobrar —dijo a lo último esperando una respuesta del menor, algo que por varios segundos no paso. —B-Bueno, c-cuidate, Innie. ¡Hasta mañana!

Se aleja sacudiendo su mano al aire eufórico, retrocede de espaldas y Jeongin nota el escalón de atrás, trata de abvertirle pero ya era tarde. El mayor se tropezó torpemente y casi se cae, pero logró mantenerse de pie.

—Cuidado... —murmuró lento.

Ríe nervioso y su rostro se ruboriza avergonzado. —Que torpe, tendré cuidado la próxima vez.

Hyunjin corrió hasta su auto y se montó en el asiento trasero con su chófer abriéndole la puerta y cerrando, al final, rodea al auto y se monta para arrancar.

Jeongin se siente confundido, mira los dos obsequios del mayor aún sin entender y rápidamente se da cuenta de algo importante.

No le dió las gracias ni se despidió de su Hyung.

¿Qué puede hacer si el Príncipe Hwang es tan hermoso que lo deja sin palabras? Estar con él lo entorpece y las palabras no quieren salir de su garganta. Además de por sí, ha sido muy tímido con él si se va a referir al tacto pero con lo sucedido ayer, se siente aún más cohibido.

Vuelve a analizar la tarjeta pensativo.

Su mamá siempre está ocupada, no tienen suficiente dinero, al Príncipe debió de darle pena ajena ver su pequeño y humilde hogar, por eso es que es tan amable. No quiere su hospitalidad pero tragándose el orgullo decide aceptarla. Necesita hablar con alguien que le ayude, un psicólogo profesional no vendría mal.

Su mamá no debe de saber esto.

Con curiosidad abre la cajita de regalo y ver un tierno llavero de un zorrito anaranjado.

Sin evitarlo, esbozó una sonrisa.













Las grandes rejas de la enorme y lujosa mansión abrieron sus puertas, el chófer se adentra teniendo detrás a Hyunjin junto a Changbin, su fiel amigo y algo más...

Al acercarse a la entrada se dieron cuenta de un lujoso auto negro recién estacionado. El pelinegro trago duro al ver como su padre baja de éste con una expresión para nada agradable.

—Tiene que bajar, señorito —dijo el trabajador mirando por el retrovisor notando el temor del muchacho, sintiendo pena por él puesto a que todos ya conocen el alboroto que armo el día de ayer.

Hyunjin cabizbajo salió del auto, siendo seguido por Changbin el cual se encuentra en su misma situación. Se paro delante de su padre a unos metros, al pie de la escalera que da a la entrada principal.

—Entra —ordenó el Sr. Hwang con frialdad.

Su hijo quiso decir algo más pero al ver como su padre paso de él y subió, lo siguió por detrás.

El tenso silencio de todos sus trabajadores es inquietante. El hombre de la familia está claramente enojado y no saben hasta dónde podría llegar. Al entrar a la casa, con Changbin cerrando la puerta detrás de si.

—Papá —pronunció temeroso Hyunjin intentando acercarse a su progenitor. Esperaba algo de él, que le dijera algo, que hablara de una vez pero lo que menos se espero fue recibir la ira de su padre.

El Sr. Hwang levantó la palma de su mano al aire y con fuerza debido a la rabia que carcome su interior le dio una feroz cachetada al menor, tan fuerte que el sonido se escucho claramente y como el cuerpo del menor caer despavorido contra el suelo tocando la zona afectada.

—¡Joven amo! —con preocupación, Changbin se arrodillo al menor.

—¡He trabajado como un burro por esta familia, por nuestra empresa y todo para que me saliera alguien como tú! —exclamó con cólera, viendo a su hijo con clara decepción en su rostro —¿¡Qué clase de cosas dijiste en tu Instagram!? ¿¡Sabes lo difícil que será borrarlo!? ¿¡Sabes cuantos paparazzi han intentado entrar a la compañía!? ¿¡Qué debería de decirles, ah!?

—L-Lo siento —murmuró con lágrimas deslizándose entre sus mejillas.

—Al menos tu hermano mayor es el que heredará la empresa, el único que vale la pena... —el padre se sobó la frente exasperado suspirando.

El matrimonio de sus padres, dieron a luz dos hijos. Ambos, catalogados los perfectos y hermosos muchachos que son. Jinyoung y Hyunjin. Aunque el mayor se había ido hacía años a estudiar en una Universidad en Inglaterra, volviendo solamente en vacaciones.

Hyunjin se levanta con ayuda de Changbin y cabizbajo vuelve a hablar —L-Lo siento es mi culpa, n-no culpes a Changbin, e-él trato de d-detenerme pero le ordene que no l-lo hiciera.

—¿Crees que no lo sé? —su padre le dijo irónico —El padre de Changbin es de mis mejores hombres, se que hace bien su trabajo pero tu... Has deshonrado a la familia —le señaló con su dedo acusatorio. Las venas de su cuello sobresalen y su rostro rojo de la ira solo causa temor. Entre el tenso silencio, soltó un sonoro suspiro —Que bien, Hyunjin. Vas a reunir a toda la familia, ¿estas feliz?

La pregunta solo causó un revoltijo en el estómago del menor y con sorpresa cuestionó —¿Qué?

—Tu madre llega mañana y tu hermano, gracias a los noticieros y paparazzi que lo han estado siguiendo, lo agobiaron, interrumpen sus clases y arruina el Campus. La Universidad le dejará cursar unos meses Online y todo por tu culpa —dicho esto último entre dientes el hombre se alejo de su hijo. —Señor Park —llamó a su asistente el cual llegó como rayo a su lado más una reverencia. —Preparen la bañera, necesito relajarme.

Hyunjin vio como el tenso cuerpo de su padre más su cansadora expresión dejó la sala. Su corazón oprimido de la culpa, sabía que pasarían cosas malas pero no pensó que esto llegaría hasta Inglaterra y que de alguna forma afectará tanto el negocio de su familia hasta lograr que todos regresaran a casa.

Todo lo hizo para proteger a Jeongin, para que nadie más sea capaz de dirigirle ni una palabra hiriente pero ahora las consecuencias estaban recayendo en su círculo familiar y todos parecían molestos por sus acciones.

¿Esta mal querer ser libre? ¿Esta mal querer decir lo que piensa? ¿Esta mal proteger al chico que ama? ¿Intentar luchar por él a su manera aunque no sea perfecto?

Hyunjin cabizbajo y sin pronunciar palabra alguna subió las grandes escaleras que se encuentra situado en todo el centro y se adentro en una de las tantas puertas entre los pasillos, la cual daba a su habitación para encerrarse en él sin hacerle caso a Changbin el cual seguía sus talones hasta que le cerró la puerta en sus narices dejándolo afuera.

El guardaespaldas y asistente del aclamado príncipe, se despeina sus cabellos con frustración sintiéndose mal. Debió de haberle negado aquella estúpida idea, debió de haberlo impedido, debió de haber hecho cualquier cosa pero no dejarlo encarar en sus redes sociales su orientación sexual.

Ahora ¿cómo solucionaran todo este problema?












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