Fantasía Épica. Cómo identificar y escribir el género.

Traemos a nuestras páginas uno de los más conocidos subgéneros de la literatura fantástica. La fantasía épica o también llamada fantasía heroica.

Se caracteriza por la abundancia de seres mitológicos —dragones, elfos, hadas y muchos más— o fantásticos y por una ambientación ficticia de tipo medieval en general. Sin embargo, cualquier época de la Historia o cualquiera creada sobre la sola imaginación sirve de ambientación, siempre que muestre un mundo tecnológicamente atrasado o del todo fantástico.

Lo que diferencia a la fantasía épica de la fantasía es que los elementos reales armonizan con los fantásticos y con los ficticios. Y, además, cumple la premisa de que tanto el que escribe como el que lee sabe que se trata de una obra de pura ficción.

Entre los mayores exponentes del género encontramos nombres como Robert E. Howard —considerado uno de los padres de la misma— C. S. Lewis, con su obra Las Crónicas de Narnia, y por supuesto, J. R. R. Tolkien, quien es experto en el uso de lenguas inventadas para su obra.

Para su fácil identificación hay que tener en cuenta que los relatos, sus mundos y los personajes son, en su totalidad imaginarios, al punto de incluso poseer su propia historia, una geografía, su mitología y lenguajes. Esta fantasía a menudo se refugia en el seno de mundos habitados por seres fantásticos o mitológicos. La magia es un recurso muy presente en este género y uno de los más importantes. Tanto, que muchas obras se sustentan en ella.

Podemos ver a través del desarrollo de este género cómo es obligatorio el arquetipo del héroe épico. Usualmente se caracteriza por llevar una vida anodina hasta que descubren en él o en ella la tenencia de un gran poder. Y, por alguna razón —mágica o no—, son elegidos para realizar alguna misión. Esta incluye casi siempre una travesía ardua que nos llevará a conocer los rincones de este mundo épico, un mentor extraordinario y compañeros leales igualmente épicos que nuestros protagonistas.

Está de más mencionar que aunque muchas de estas historias sienten sus bases en arquetipos repetidos, la diferencia se encuentra en cómo eligen desarrollarlo. Brujas, hadas, elfos, magia sin igual, criaturas mitológicas, profecías, mundos propios, idiomas inventados... ¡Demasiado de donde escoger! Una multitud de ideas que podemos tomar y transformarlas con nuestra esencia creativa.

Hoy en día las mujeres ganan cada vez más y son las protagonistas, no meros objetos de amor y de deseo. El antihéroe empieza a ganar peso, de manera que ya no tenemos a protagonistas perfectos que luchan por el bien supremo y son la encarnación de la bondad absoluta, sino que encontramos a personajes más realista cuyos deseos y cuyas pasiones los llevan a cometer errores, como acontece con cualquier ser humano. La traición del maestro o quizá de un aliado que creían fiel los sacude. La aparición de un héroe inesperado en ayuda del protagonista es una alternativa que cuenta con atractivo.

Después de estudiar sus características y los recursos podemos ver cómo los límites yacen tan solo en la imaginación.

¿Tienes obras de este subgénero? Cuéntanos qué tan épicas son.

Escrito por Alesistuarez.