Hoy les traemos unos tips que las ayudarán a que la trama de su historia sea impactante o al menos llamativa.

Para escribir un relato hace falta tener una historia que por alguna razón merezca ser contada, pero tener una buena idea no es tener una buena historia, y tener una buena historia no garantiza escribir un buen relato.

El punto es que como ya le decía en los tips anteriores tener una idea de qué es lo que queremos escribir y plasmar en nuestra obra es muy importante. Pero ya sabemos que eso no es lo único que debemos tener en cuenta.

El escritor debe saber tomar la suficiente distancia de su experiencia personal. Distanciarse del “yo soy yo” para poder llegar al “yo soy otro”.

No siempre debemos escribir lo que nos parece bien y mal llevándolo a cómo lo creemos y apoyamos nosotros mismos. Siempre debemos crear situaciones diferentes y para ello tenemos a nuestros personajes que son los que crearás para llevarle al lector los diferentes puntos de vistas y pensamientos.

Ejemplo: Mi yo muy personal puede creer que el odio está mal y que es un sentimiento desagradable y feo. Pero no siempre debemos escribir lo que nosotros creemos sino crear un pensamiento que podrían tener los demás.

De la multiplicidad en que estás inmerso extraes una experiencia  particular que será el motor o alimento de tu narración escrita. Pero aunque no trate de experiencias propias, el mundo escrito debe tener un significado universal. Esa es la clave para llegar al lector.

Luego de tener todo esto solo queda conectar el argumento con su forma de trabajar la trama.

Contar implica transmitir una serie de informaciones sobre acontecimientos, personajes o momentos especialmente importantes o significativos para el emisor.

Para que la historia narrada pueda ser captada por el lector y para que el máximo de números de lectores se sientan interesados por la misma debes articular la información contenida en ésta  historia, darle una valoración especial mediante entramado general que responda a una forma que consideres pertinente sólo para una historia.

Delimita tu idea, concreta la historia a narrar y plantéate si prefieres una trama uniforme o una descontinua y fragmentaria para desarrollar esa idea que necesitas convertir en relato.