Intro: "Star Sky"

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Hace demasiado frío alrededor suyo, por más que solo quería mantenerse en su habitación para llorar largo y tendido por los acontecimientos que sucedieron unos tras otros quería estar ahí un poco más, quería verlo un poco más, quería hacerse un poco más la idea de que otra persona que ama se ha ido para siempre.

Siempre se decía a sí misma y a los demás que sólo quería un poco más  de tiempo cuando en realidad quería que el tiempo fuera infinito, para ella parecía serlo pero para aquellos que guardaba en su corazón todo se iba en un parpadeo ante sus ojos.

Pasa su mano sobre la superficie de madera, repasando cada hendidura casi con behemencia y adoración, buenos y amargos recuerdos llegan a ella, su frente toca la superficie lisa y suave de la madera nacarada, su mirada avanza lentamente hasta encontrar su rostro pálido y un ligero sollozo escapa de sus ojos antes de que sienta el peso de una mano sobre su hombro y abrazarla, alejándola de la imagen de Mors en su ataúd.

Ya no lo tolera y termina por abrazar con fuerza Regis, buscando consuelo para su atormentada alma y su roto corazón.

-Regis -llama su nombre mientras ambos se abrazan, tratando de consolarse mutuamente, es una pérdida muy grande, pero tienen que volver a sus fachadas de calma antes de salir al público para llevar a cabo el camino hacia el mausoleo de Mors.

En el momento en que deben salir se ayudan mutuamente, Regis le coloca de nuevo la máscara de (...), haciendo un nudo perfecto en la cinta de color negro mientras ella alisa con sus manos las casi imperceptibles arrugas en su traje de la realeza que solo usa en ocasiones oficiales o importantes; ambos esperan con la frente en alto mientras los soldados que llevarán el ataúd entran y llevan a cabo su tarea, Regis escucha muy bajo cómo (...) suspira con pesadez antes de volver a erguirse como una mujer de temple dura, una mentira que no es, al igual que su apariencia actual, con su cabello tan fino y liso como la seda, tan distante de como es realmente, sintiéndose culpable de saber que ella deberá cambiar otra vez cuando él tenga un hijo.

No tardan los continuos flashes de las cámaras en cuanto la procesión empieza, Clarus a un lado de ambos, todos dando su pésame pero no dejando que su luto se mantenga mucho tiempo por la guerra presente.

Los soldados de Nifhleim son de metal, algo que el mundo actual no había visto antes, el terror solo puede avivar la esperanza que se tiene en el joven nuevo rey que, contra todo pronóstico, decide que se debe celebrar propiamente el aniversario en memoria de que el rey fundador crease el reino de Insomnia.

Mientras todo se llevaba a cabo, trató en la medida de lo posible de que (...) nunca se enterase del regreso del usurpador, fue cuidadosa para que mientras ella le ayudaba con los papeles y documentos del reino nunca tuviese la menor pista de lo que ocurría, preocupado de su reacción y de su continuo decaimiento en los últimos días, pensaba que era por el luto a su padre, pero era una señal de lo que iba a acontecer.

-¿Ocurre algo? -siendo rodeado del consejo, se dio cuenta de que (...) había dejado su lado junto a él y Clarus, dirigiéndose a la ventana a paso lento y casi expectante de algo.

-Dama (...) -esta vez quien la llamó fue Clarus, ella parecía ida, se alista en el caso de que ese raro sexto sentido de ella surtirá efecto y de manera ligera les dijese que algo se acerca, no obstante, a sus palabras ella volteó casi recordando en donde se encontraba, algo pérdida hasta que movió un poco su cabeza.

-Su Alteza, general, consejo -se dirigió a cada uno, mostrando respeto en su tono- lamento mi interrupción, pero me siento-

La tierra se sacudió en cuanto la primera explosión ocurrió, (...) casi cae por usar zapatos con algo de tacón pero fue atrapada por Clarus que lanzó una daga de considerable tamaño a un lado de ella para llegar más rápido, Regis se encontraba a cierta distancia y casi a punto de hacer la misma acción, pero era protegido por el consejo, limitando sus avances para ayudarla.

-¡Clarus! -llamó a su amigo, quien junto a (...) veían hacia la ventana, en donde a la lejanía se observaba el fuego ascendiendo al cielo- ¡saca a todos de aquí! -los guardias también respondieron, escoltando a lugares seguros a cada integrante de la sala.

-¡Un momento! ¡Regis! -(...) lo tomó de la manga de su traje al verlo dirigirse a otra dirección junto a dos jóvenes soldados integrantes de la Kingsglaive- ¿Qué está ocurriendo? ¿Qué es lo que está pasando? -pide respuestas en un tono agitado y doloroso, el estigma en su cuello arde y es lo único que la hace saber que esto no es un sueño, de repente una voz que ella pensaba olvidada regresa a ella, su imagen, su rostro amable, la sonrisa cálida, a aquella a la que consideró una madre en este mundo casi la había olvidado por tantos años que transcurrieron, pero de repente la recordaba.

Al ver su estado, como si tuviera un dolor de cabeza, Regis le pide a Clarus que se la lleve inmediatamente mientras él sale a enfrentar a aquel que destruye la paz de su reino en un día tan especial.

Grande es su sorpresa al observar a aquel hombre del que se hablaba en los escritos antiguos, aquel hombre al que todos deben temer.

Si bien su lucha no fue larga, dejó en claro que no era un oponente para él, incluso la cantidad de espadas era diferente, la habilidad era diferente, pero solo le dejaba en claro que ese hombre pertenecía a la familia real de Insomnia, que era un Lucis Caelum.

Casi a punto de desmayarse la escuchó, la escuchó gritar como si estuviera en la guerra, con aquel enorme escudo en un brazo y una espada gigante en el otro, sabe que ella apenas y puede con el escudo por si sola, la espada tiembla en su mano, no de miedo, más bien era agotamiento.

-... -quiere llamarla, quiere que se retire, pero ella es rápidamente atacada por todas las espadas rojas que la atraviesan pero no le hacen daño, las absorbe y ella se ve sorprendida mientras Regis, finalmente, pierde la conciencia.

Eso no significaba que aquello terminase ahí.

(...) da unos pasos atrás, asustada y mortificada en cuanto quién pueda ser el hombre frente a ella, pero por más que retroceda no deja de cubrir a Regis con el escudo y su propio cuerpo, no podía dejar que algo le pase. Siente que lo ha visto antes, siente que le es extrañamente familiar, piensa que no son más que conjeturas extrañas en su punzante cabeza, pero ese hombre no la ve a ella, sigue mirando a Regis mientras ríe, de un solo manotazo la manda a otra parte, ni se da cuenta.

-¿Esta muerto? -su voz le pone los pelos de punta, reconociendo ese tono de broma casi como si fuera un ligero viento en sus memorias del pasado casi olvidadas.

Sigue mirando a Regis, jugando con su mano casi inerte, la mira a ella con sorna, distante de su condición y hasta importando poco si sigue viva.

Ninguno se reconocía durante esos momentos.

-Oh querido, creo que no conozco mi propia fuerza -esas son las palabras que eclipsan toda ira hacia ese hombre que ya no es un desconocido, la palabra "imposible" sale de su boca continuamente al principio lento, recordando al hombre que le decía lo mismo mientras jugaba con ella y que si llegaba a hacerla caer le decía esas mismas palabras, la repetición de la palabra ya no era un murmullo, eran casi gritos histéricos y ahora eran mucho más rápidos.

Por fin capta su atención, la mira como si no fuera nadie, la mira como si no la conociera.

Eso a (...) le duele, al igual que ver que en ese hombre no parece ser el mismo de antes, no es el amoroso y amable hombre que conoció y hasta consideró un padre.

Como puede se levanta, tratando de arremeter contra él con la pesada espada y el escudo, pero es inútil, no es rival para él, cada vez que absorbe sus espadas en su cuerpo tras cada ataque siente que su cabeza duele y puede ver rastros de algo de miasma entrar en su cuerpo.

-¡Detente! -es lo que grita cuando finalmente la vence, pisando su cabeza con su zapato y sonriendo de su dolor, quiere gritar de dolor, quiere gritar por ayuda, pero sabe que silo hace sólo condenaría a más gente a sufrir a manos de ese hombre- ¡basta, Ardyn!

-¿Y eso? -toma su máscara y de un solo intento rompe la tira de seda negra, dejando al descubierto el rostro de la mujer- Oh querida, y yo pensando que estaba solo.

Se impresiona, lo nota en su voz y su expresión, al igual que también nota el brillo en el anillo de Lucii, (...) lo ve, no creyendo posible que justo ahora unos de los Lucii vaya a aparecer, la emoción de ver a una de sus personas amadas le conmueve el corazón al punto de ignorar el dolor y las palabras que le brinda Ardyn.

Apenas y llega a levantarse una vez más para proteger a Regis, su pierna se ve muy mal y espera que puedan sanarlo, el suelo de Insomnia vuelve a temblar cuando, cual rayo del cielo, la espada del primero parece y segundos después, su dueño, (...) pierde el aire en los pulmones al igual que el conocimiento de cómo respirar al verlo de nuevo, tan lejos de ella en metros, pero más cerca de lo que ha estado en milenios.

Confía en Somnus, sabe que vencerá a Ardyn como lo hizo la primera vez que trató de matarlos a todos, como cuando mató a Aera, cuando trató de destruir a toda su gente; se acerca a Regis, haciendo esfuerzo por brindarle algo de magia para curarlo, la magia fluye por su cuenta mientras a ella la debilita más, es poco, pero el sentir como se divide de ella la cansa, no aparta en ningún momento su vista de la pelea, se horroriza cuando ve al Sidéreo caído, el infernal, Ifrit, dar su poder a Ardyn, ella siente de nuevo el ardor en su cuerpo, pero es diferente, ve a Somnus caer, su forma de Lucii se pierde.

-Hermano, lo que te hice es imperdonable, pero lo hice por el futuro del reino, de nuestra gente -cae completamente, no le quedan fuerzas para seguir peleando.

-Un pequeño sacrificio por el bien de la sociedad, que noble -hay burla en su tono, no pudiendo creer lo irracionales que son sus palabras.

¿Cómo podría eso justificar todo?

-Nuestra línea de sangre ha hecho todo en nuestro poder para proteger a nuestro pueblo, justo como los dioses dijeron, todo lo que hacía era cumplir mi deber -sus palabras suenan sinceras, pero se niega a creerle.

-Y yo aquí pensando que era el bendecido pero fuiste tú todo este tiempo.

-No me atrevo a pedir por tu perdón, pero pido que entiendas -sólo puede pedir por ello, no espera que lo perdone, en su lugar, ¡Jamás perdonaría a quien tanto daño le había hecho! ¿pero que más podía hacer? Todos estaban metidos en las decisiones de los dioses, ¿Qué más podía hacer si no seguir sus instrucciones?

-¡¿Qué?! -la ira es demasiada- me quitaste todo, ¡todo! ¡¿y me pides que entienda?! -con un movimiento de su mano el cuerpo de (...) es llamado, arrastrado por la magia hacia el campo de batalla, terminando con ambas manos en el brazo de Ardyn mientras ella esta siendo tomada del cuello, la marca arde aun más, apenas puede ver a Somnus que esta arrodillado en frente de ella y Ardyn, ambos se miran, expresando en sus miradas cuanto se han extrañado; el anhelo y el claro sentimiento de amor entre ambos es demasiado notorio al igual que la preocupación del uno por el otro, hacen a Ardyn sentirse enfermo porque ellos no merecían eso, no lo merecían cuando Somnus le había quitado todo.

No lo merecían cuando su propio amado hermano le había quitado a la mujer que amaba en frente de él, no una, si no dos veces, torturando aun más su alma; pero no le daría el gusto, no la mataría en frente de él tal y como le había hecho, no le dejaría la vía libre para que ambos descansen en paz en los brazos del otro.

El mejor castigo para un mentiroso era dejar al descubierto todas sus mentiras ante la persona que más le importaba y a la que más había mentido.

-¿Cómo puedes amar a un hombre así? -le pregunta de repente, (...), confundida, ve el terror en el rostro de Somnus, la toma de un brazo con su otra mano, viendo sus recuerdos y viendo todas las mentiras que ha vivido- un hombre que fue capaz de matar a una mujer inocente, un hombre que fue contra los dioses, un hombre que fue capaz de traicionar a su propio hermano, mentirle a todo su pueblo y a la mujer que ama, todo por celos y poder, ¡su supuesto llamado! -con cada palabra el de cabello azabache baja la mirada, incapaz de escuchar y sin el valor para ver el rostro impresionado de (...) que ahora ha sido soltada y mira fijamente a Ardyn con la mirada pérdida- Oh, quién lo diría, nunca te dijo nada de eso, ¿no es así? Y aun así te hizo prometer que tenias que amarlo a él y a toda su línea de sangre -(...) niega con la cabeza, negándose a creer todo lo que ha dicho, porque de otra manera todo lo que ha visto, todo lo que ha construido, todo en lo que ha creído es...- Todo es un engaño.

Con esas palabras pone su mano sobre la cabeza de (...), mostrándole todo lo que en verdad había pasado reemplazando cada recuerdo incorrecto y poniendo uno propio, uno de los tantos recuerdos que tomó de otros en donde sólo se muestra la verdad de la que las mentiras de Somnus habían estado protegiéndola como un escudo, el trauma es tanto que ella simplemente colapsa mientras Somnus grita.

-¡Hermano, detente por favor! -casi ruega al mismo momento en que ella casi al suelo, la mirada enfocada en la nada y una expresión de espanto, todo su cuerpo tiembla como si estuviera experimentando el más puro dolor y miedo.

-Dime, querido hermano, cómo se siente -la angustia no deja el rostro de Somnus, no puede pararse, no puede acercarse, ni siquiera puede tocarla antes de desvanecerse, ha perdido ante su hermano y - dime cómo se siente el no poder hacer nada por la mujer que amas, cómo te sientes al haberle mentido durante tantos años -la levanta aun más, haciendo que sus ojos sin emoción miren a Somnus- ¡cómo se siente ser visto como un monstruo!

Derrotado, no puede hacer nada por protegerla ahora, sólo puede bajar la cabeza escuchando las palabras de su hermano mayor con toda la verdad en ellas.

No puede hacer nada, eso ya no está en su poder, ni siquiera sabe si ella lo seguirá amando, pero entendería si ella simplemente lo desprecia al igual que lo hace su hermano, cada cosa que hizo fue incorrecta, cada palabra que dijo y cada mentira, debe pagar por ello, ya sabe cómo lo hará, pero siente demasiado dolor al saber el futuro de su linaje, de la mujer que ama y de su querido hermano.

-Orare para que tu alma encuentre la paz, hermano -es todo lo que dice mientras desaparece; en ira, Ardyn solo deja caer el cuerpo de (...), importando poco ahora su vida en comparación al pasado en donde estaba seguro que moriría por aquella pequeña niña, importando menos el sonido duro que hace su cráneo en cuanto toca el suelo.

En cuanto se dirige al supuesto rey, justo cuando está a punto de matarlo, desaparece sin dejar rastro, al igual que Ifrit; para cuando la guardia real llega todos pasan de largo el cuerpo de (...) ignorando de quien se trata para seguir su camino hasta su rey, pensando que es una simple transeúnte con poca suerte que se vio envuelta en el ataque, él único que la reconoce es Clarus, que le vuelve a poner su máscara cuando nadie está viendo para llevarla a ser curada, preocupado por la sangre que cae de un lado de su cabeza.

Para cuando ella despierta finalmente, con una venda alrededor de toda su frente, el primero que va a verla es Regis, llegando a su lado con toda la rapidez que su pierna herida puede darle.

-(...) -la llama sin honoríficos, importando poco ahora que solo están rodeados de amigos en los cuales confía, ella voltea a a mirarlo, casi dudosa.

-Rey Regis -ella esta mareada, confusa, los recuerdos que pensó olvidadas hace siglos ahora son tan frescos como si todo hubiera pasado ayer, pero cada vez que quiere recordar lo que realmente pasó en el ataque solo recuerda calor, gritos y unos ojos amarillos.

-(...), todo estará bien ahora, ese hombre se ha ido -No hay más que desconcierto como respuesta, no entiende de lo que habla.

-¿De qué persona me estas hablando?

Así hasta que lo volviera a encontrar y, por el miedo, su mente lo vuelva a bloquear, deseando quedarse únicamente con el recuerdo del hombre amable que una vez conoció pero que se perdió para siempre.

Si bien hay que recordar que todo mal tiene un inicio, y quizás el de ella llegó al mismo tiempo en que llegó a ese mundo.

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