Lo tengo todo.

TODO.

Tras una guerra constante, tras pelear, perder a mi gente, perder a mi familia, al fin, al fin lo tengo todo.

Soy el máximo regente, en la tierra, en el cielo y el infierno. Tome cada cosa que vi, destruí todo lo que se interpuso en mi camino.

Todo.

Todo, menos él.

El arcángel más hermoso de todos, el hijo del señor de la luz, un ángel con un aura tan pura, con un alma tan sencilla.

Antes de que tomara el poder lo había visto, sabía como era, la manera en que ayudaba a los humanos, en como defendía a nosotros los demonios, un ser perfecto, inmaculado y hermoso.

Me acerque a él tantas veces, como un lobo, como un ave, como una tormenta. Pero jamás fui más allá de observarlo, de adorarlo.

Quería darle todo, que mi ambición fuera para él, lucharía día y noche para que siempre estuviera de lo más cómodo.

Yo le daría todo.

Mire como todo cambiaba a mi alrededor como estaban construyendo, colocando los nuevos banderines, quitando las imágenes del antiguo regente.

Camine por el enorme pasillo hasta su habitación. Su voz fue lo primero que escuché cuando entré, tarareaba una canción algo melancólica, se escuchaba todo el dolor en la tonada, haciendo que el corazón se encogiera.

—Jimin.

Se asusto y las cadenas de agitaron cuando se recorrió hasta la esquina de su jaula.

—Señor.

—No Jimin, nada de señor, tu puedes llamarme Jungkook.

—Señor por favor, por favor déjeme ir.

—¿Ir a donde? No tienes familia, tu padre, hermanas y hermanos están muertos, Edén es mío, El inframundo igual, no puedes huir de mi.

Cada que una lágrima escapaba de su rostro rodaba como un pequeño cristal, llenando su jaula de un brillo de tristeza.

—Debes dejar de llorar, tus ojos ya están rojos, tu piel se nota reseca, tienes días sin querer tomar bocado.

—¿Quién desea comer cuando se ha sido privado de su libertad? ¿Cuándo  tu familia fue acribillado frente a tus ojos?

—Ellos no nos dejarían estar juntos.

—¡¡YO NO QUERIA ESTAR CONTIGO!!

Su respiración se agito, se abrazo así mismo y volvió a soltar un llanto desgarrador.

—¿Cómo  quien ibas a estar entonces? —mi voz retumbó en un eco por toda la habitación— ¿Quién es más fuerte que yo? ¡NADIE! Tal vez pensabas que ¿Yoongi te salvaría?

Sus ojos se abrieron de par en par, trone los dedos y la puerta se abrió dejando entrar a dos guardias sosteniendo un cuerpo bastante golpeado.

—¿Yoon? —se acerco a los barrotes pero las cadenas lo jalaron —¡YOON!

—Perdon, perdóname Minnie.

Me acerque a Yoongi y le jale el cabello para alzar su cabeza —¿Creías que no lo sabia? ¿PENSABAS QUE NO LO DESCUBRIRIA? —solté sus cabellos —Se que él es el motivo porque siempre te acercabas a la frontera de los reinos, mi maldito general, mi mano derecha, aquel que me ayudo a ganar esta guerra.

Tome mi espada y la alce para decapitarlo.

—¡ESPERA! —el grito desgarrador de Jimin me estremeció —¡Lo haré! ¡Seré tu rey! Solo, solo déjalo vivir, por favor déjalo.

Se hinco sin dejar se mirarlo, se sujetaba el pecho, esperando mi respuesta.

—Demuéstralo —su mirada fue a la mía —pacta conmigo, sella el trato con un beso, y lo dejare vivir, quiero que él general vea que a Jeon Jungkook siempre será el rey.

Libere las cadenas de Jimin, abriendo la puerta de la jaula, Yoongi se removió, muy apenas elevaba la cabeza.

—NO LO VEAS A ÉL —Jimin dio un salto —solo existo yo.

Sus manos temblaban, tomo mi rostro y se paro de puntas, me incline saboreando el momento, de manera lenta pude sentir como sus labios se unían con los míos.

La gloria.

Lo apreté contra mi y volví el beso más salvaje, su mano brillo formando el sello del pacto donde de ahora en adelante me obedecerá solo a mi.

Escuchamos un grito furioso, Yoongi se soltó de con los guardias y los desarmo, empuño la espada mirándome con rabia.

—¿Qué harás? ¿matarme? No podrás siquiera acercarte, te mataré en cuanto te muevas.

—Lo sé.

Jimin se soltó de mis brazos, saco una de las dagas de mi cinturilla. No reaccione a tiempo, en un especie de cámara lenta note como clavaba la daga en el pecho de Yoon  a la par este sonreía.

—¿qué…

La espada había atravesado a Jimin en el corazón y ambos cayeron juntos.

—Mi alma siempre será tuya Yoon.

—Y la mía tuya Jimin.

—¡NOOOO!

Corrí hacia ellos pero fue tarde con sus manos unidas murieron frente a mi, quitándome todo. Dejándome sin nada….

Uno a veces se pone loco en la madrugada.....