En el árbol familiar,
hay ramas podridas.
Son aquellas que nos hieren,
y nos impiden crecer.

Es necesario alejarse de la familia tóxica para proteger la propia salud y bienestar,
alejarse de una familia tóxica no es una decisión fácil.
Puede ser doloroso y conllevar un sentimiento de culpa,
sin embargo, es una decisión que puede ser necesaria para sanar
y construir una vida más saludable.

En la familia que duele,
el amor es un engaño.

El maltrato es la norma,
y la culpa es el castigo.

Creces herido y con miedo,
sin saber que puedes ser libre.

¿Cómo escapar?

Es un camino duro,
pero no imposible.

Establece límites,
busca apoyo,
y crea un plan.

¿Cómo cortarlas?

Es un proceso doloroso,
pero necesario.
Hay que cortarlas de raíz,
para que no sigan dañando.

¿Y después?

Una vez cortadas,
podemos empezar a sanar.
Podemos construir un nuevo árbol,
con ramas fuertes y sanas.

No estás solo.

Hay muchas personas que han pasado por lo mismo.
No te avergüences de pedir ayuda.
Tú mereces ser feliz.

Recordatorio amistoso para ti,
porque lo vales,
porque lo necesitas.