10. Rosa

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— Dawn, hay algo que debo contarte.

— Soy toda oídos. — el timbre de salida suena, y veo como la expresión de mi mejor amiga cambia de alegre a preocupada — Lo siento, ¡debo irme!

Otra vez la misma conducta, no lo entiendo.

— ¿Qué está pasando contigo estos días?

Ella agarra su mochila y mete todas sus cosas sin importarle que estén bien ordenadas. Acto seguido, mueve sus manos en señal de despedida y comienza a caminar hacia la puerta.

— ¡Prometo decírtelo! — y se va. A este paso nunca seré capaz de contarle sobre lo que siento por Ash.

Busco con la mirada a Lillie, esperanzada de que al menos pueda tener una charla con ella de camino a casa. Esta se acerca a mi lado junto a su hermano, Gladion, quien hablaba por el celular mientras iba detrás de la rubia.

— Lill...

— Hoy no podremos irnos juntas, May, lo siento. — se disculpa ella, algo apenada — mamá nos llamó diciendo que hizo una reserva en un restaurante de lujo y nos quiere ahí ahora.

— Sisi, bajamos y la limosina nos esperará, entendido. — el ojiverde guarda su teléfono y suspira — No la hagamos esperar más, Lillie. Nos vemos, May.

— ¡Adiós, May!

— Chau, chicos.

Los hermanos entonces caminan a paso veloz fuera del aula y me vuelvo a quedar sola. Una sonrisa de resignación aparece en mi rostro, pensando en que cuando más quiero la opinión de alguien, siempre surgen eventos inesperados. Pero bueno: tal parece que hoy me iré sola a casa luego de mucho tiempo.

Si se preguntan por Ash: él aún tiene que limpiar el salón después de las clases por el accidente con la máquina expendedora.

Tonto Ash, me hubiera gustado irme contigo.

Voy al primer piso, pasando por el jardín de la escuela como solía hacer cuando regresaba sola a casa. No es grande, pero las flores que alberga me hacen pensar que el club de jardinería es realmente profesional con su labor. En mi recorrido, veo a lo lejos a un chico junto a un Roselia regando unas plantas. El Pokémon me ve y corre a mi encuentro sonriente, a lo que yo le respondo con una sonrisa.

— Hace mucho que no me pasaba por aquí — le digo, mientras el chico que le acompañaba comienza a acercarse — Perdona por eso, Roselia, pero seguro que has tenido buena compañía. — asiente mientras le acaricio.

— Oh, May. Que milagro encontrarte por aquí.

Alzo la mirada y frente a mí se encuentra uno de los chicos más populares de la escuela: Drew LaRousse. Él y yo nos conocemos de años, a decir verdad, y es alguien que a cualquiera podría cautivarle por su modo de ser con los demás.

Digo, no por nada tiene un club de fans.

— ¿Cómo está la flor más bella de este lugar?

— Tus piropos se han vuelto más pobres desde la última vez que te vi. — respondo, con sarcasmo.

— ¡Auch! Hace tiempo que no escuchaba tus ataques.

Caminamos uno al lado del otro mientras conversamos un poco sobre lo que había sido de cada uno. Drew se encontraba en la clase regular y no es porque no fuera lo suficientemente inteligente, sino que él mismo rechazó entrar pues no se sentía cómodo en un lugar "hostil y con más hipócritas que gente buena" como él solía decirle a mis compañeros.

— Como siempre, May Balance arrasa en las clases.

— Tú podrías haber hecho lo mismo, lo sabes.

— Estoy seguro de que contigo es suficiente — deja la regadera en una mesa y seguimos con nuestro recorrido. Las charlas con Drew, aunque mayormente son ataques tras ataque, terminan siendo cómodas cuando agarras confianza con él — ¿Y ya te enamoraste de alguien?

Aquella pregunta me tomó desprevenida.

— ¿¡Eh!? ¿Qué?... Eh... No, sí, ¡No! Esto...

— Ya veo — continúa — entonces sí hay alguien.

— Eso no...

— May, estás tan roja como tu pañoleta — se pone frente a mí y me mira a los ojos. — En definitiva hay alguien en tu corazón.

Evado sus esmeraldas y siento que mi sonrojo no puede crecer más. Él, por su parte, saca una rosa de quién sabe dónde y me la da.

— Sí... Puede que haya alguien.

— Ya veo — suspira — Una lástima no ser yo el elegido por ti.

— Oh, Drew. — huelo el aroma de la rosa, tan embriagadora... — ¿Está permitido arrancar flores de aquí?

— Shh... ¡Qué no te escuche alguien! — me río — En fin, que ya se está haciendo tarde y seguro tus padres se preocuparán ¿No lo crees? Yo me voy retirando ya.

— Un placer volver a hablar contigo, Drew.

— Igualmente — empieza a alejarse pero termina deteniéndose, volteando a verme— Si ese chico no te valora, ya sabes dónde encontrarme.

Me quedo quieta hasta verlo desaparecer de mi vista. Suspiro. Miro la rosa y mi primer pensamiento es Ash.

Será un tonto pero estoy segura que, si de valorar a alguien se trata, es de los mejores.

Espero les haya gustado owo

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