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Capítulo dedicado a Th3_Blo0m_Alt4r. <3

Fue una tarde de primavera cuando Beomgyu confesó sus sentimientos a Taehyun bajo el árbol de acacias en la casa del señor Choi.

    —Estoy diciendo que me gustas.

    —Creo que también me gustas, Beomgyu —respondió él.

    La sonrisa inocente que ambos se dieron fue lo que dio inicio a lo que se aproximaba.

   —¿Qué haremos ahora?

    Silencio.

    —Umm... ¿Comenzar a salir? —preguntó confuso— Supongo que es lo que las personas hacen luego de confesar sus sentimientos y ser correspondidas.

    Beomgyu río.

    —Supongo —él dijo—. ¿Eso quiere decir que ahora somos... novios?

    Taehyun sonrió.

    —Lo somos.

    Los ojos de Beomgyu se abrieron en grande junto a una sonrisa, sacudiendo una y otra vez su aturdido corazón inundado de alegría.

    ¡Taehyun lo amaba!

    —¡Somos novios! —exclamó— ¡Somos novios, Taehyun!

    —¡Somos novios!

    El beso que Beomgyu plantó en sus labios tras decir aquello fue como sentir las gotas de lluvia caer en tu rostro por primera vez.

    —Deberías hacerlo una vez más —pidió en un susurro.

    Y aquel beso se sintió como acariciar una flor por primera vez.

    —Ven, vamos a tallar nuestros nombres en este árbol —Beomgyu dijo.

    Taehyun se volteó en silencio hacia el árbol, aún con la emoción a flor de piel.

    —Me gusta esto —dijo Taehyun—. Estuve practicando escribir tu nombre.

    —Eso es lindo —susurró.

    Los susurros se convirtieron en silencio.
El silencio se convirtió en secretos, y la cuchilla con la que ambos tallaron sus nombres se convertiría en aquella que, años más tarde, rasgaría sus corazones como un papel mojado, empapado en sus propias lágrimas de desesperación.

—¿Él está bien? —preguntó Beomgyu, preocupado.

    —Él lo está.

    Él sonrió.

    —¿Y Eunho?

    —No lo sé —respondió—. Nosotros no somos tan cercanos.

    —Yo creí que ustedes lo eran.

    Soobin sólo se encogió de hombros, restándole importancia mientras observaba sobre el hombro de Beomgyu la silueta que poco a poco se acercaba.

    —¿Me extrañaste?

    Beomgyu volteó esperanzado y con una sonrisa en el rostro.

    Oír esa voz tan familiar pronunciar su nombre hizo su alma dejar su cuerpo y regocijarse en alegría.

   ¿Él estaba ahí?

    —Oh, eres tú... —susurró decepcionado—. Por supuesto que te extrañé, Eunji.

    La decepción en su voz no pasó desapercibida para ella.

   —Ya estoy aquí, dulzura —dijo—. No iré a ningún lado.

    Él solía decir lo mismo.

    —Ven aquí —Beomgyu pidió con calma—. Siéntate conmigo.

    Soobin los observó.

    —Ustedes dos sí que son extraños.

    Ellos voltearon a verlo.

    —Lo siento —se disculpó con rapidez—. No me refiero a ese extraño —continuó—. Me refiero a su amor se ve algo... peculiar.

    —¿Peculiar? —preguntó Eunji.

    Soobin asintió.

    —Su amor parece salido de una empalagosa película romántica —dijo él—. De esas que a nadie le gusta ver por lo perfectos que parecen.

    —¿Quieres que te presente a alguien? —bromeó Beomgyu.

    —No gracias —respondió—. Prefiero comer un poco.

    Eunji sonrió alegre.

    —¿Oíste eso, amor? —dijo— ¡Soobin cree que nuestro amor es como el de las películas!

    —Lo sé —dijo Beomgyu—. Creo que eso es algo lindo.

    Y triste.

    Soobin sonrió con desgano al ver a la pareja.

    —El espagueti está delicioso, Eunji —comentó él— ¿Lo hicieron juntos o Beomgyu volvió a dejarte todo el trabajo? —rió.

    —Él me ayudó un poco —contestó riendo junto a él—. A veces suele ser un vago —dijo—. Pero así lo amo.

    Beomgyu dudó en responder, pero él lo hizo.

    —Y yo a ti, cariño. Con cada partícula de mi ser.

    Con cada una de las que no pudieron amarlo a él.

    Beomgyu creía que eso era un poco triste. Tener que obligarse inconscientemente a amar a alguien que no fuese Taehyun, la persona que él realmente amaba. Su amor adolescente que lo acompañaba aún estando a dieciséis días de unir su vida a la de Eunji durante el resto de su existencia.

    La mujer que él quería amar.

    Aquella a la que no podía amar como lo amó a él.

    —¿Quieren jugar truco? —dijo Eunji, emocionada— ¡Será divertido!

    Soobin miró a Beomgyu, completamente fuera de sí mismo.

    —¿Beom?

    Nada.

    —Amor —llamó ella, sacándolo de sus pensamientos—. Soobin y yo jugaremos cartas, ¿vas a unirte?

    —Por supuesto.

    Él no pudo concentrarse para nada. Su mente divagaba entre sus recuerdos junto a Taehyun y el pensamiento constante sobre casarse con Eunji. ¿Era realmente lo que él quería? Quizás él lo quería porque así tendría que olvidar a Taehyun y enfocarse en ella. En su esposa.

El verdadero problema era que él no quería hacerlo. No quería enfocarse en algo que no fuese Taehyun y el volver a verlo. Él quería a Taehyun. Quería casarse con él. Tener un hijo con él. Vivir junto a él. Beomgyu quería estar junto a él.

Jamás había amado a alguien con tal intensidad, y quizás ese era su verdadero problema.

Él tenía que olvidarse de Taehyun de una vez.

—Viviremos en Venecia y trabajaré como fotógrafo —dijo Taehyun con emoción— ¡Tú podrías ser mi modelo! Pintaré miles y miles de cuadros sobre ti cuando tenga suficientes imágenes de tu rostro —continuó—. Me volveré famoso y todos conocerán el rostro del hombre que amo.

    —Estás loco —respondió Beomgyu— ¡Todos sabrán quién soy!

    Taehyun sonrió con ternura.

    —Corrección. Todos sabrán que eres tú a quien amo.

    —¡Es lo mismo!

    Ambos rieron junto a la suave brisa que los acompañaba.

    —Te amo —susurró Taehyun.

    —Y yo a ti, clavel.

    Taehyun le miró confundido.

    —¿Clavel?

    —Mjm.

    Él no dijo nada, sólo lo abrazó con fuerza, deseando que jamás se fuese de su lado.

    Deseando que su amor fuese para siempre.

    —Beomgyu —dijo Taehyun— ¿Crees que dentro de diez años seguiremos juntos?

     —Nosotros lo haremos —respondió Beomgyu—. Lo prometo por cada clavel en alrededor de este árbol.

    Taehyun sonrió inocente.

    —Sellaremos nuestro amor frente a este árbol, entonces —Taehyun dijo—. Los claveles serán testigos de nuestra promesa y este árbol el guardián de nuestro eterno amor.

    Ojalá todo fuese para siempre.

—¡Perdiste otra vez! —rió Eunji.

—¡Eso fue trampa! —se quejó Beomgyu— ¡Ustedes dos hacen trampa! ¡Tramposos!

—¡Sólo di que eres un mal perdedor, Beomgyu!

Él le miró ofendido.

—¡Yo no lo soy!

—Por supuesto, y tampoco sigues llorando cada vez que piensas en Taehyun, cariño —bromeó Soobin, riendo junto a Beomgyu.

Eunji se mantuvo en silencio ante ello.

Taehyun. Taehyun. Taehyun.

Ese maldito nombre comenzaba a enfermarla.

¿Beomgyu realmente la amaba, o era sólo un reemplazo de ese chico?

Ella amaba a Beomgyu. Lo amaba como nunca había amado a alguien, ¿pero él lo hacía? ¿La amaba con la misma intensidad? ¿Él aún quería casarse? No merecía absolutamente nada de lo que estaba ocurriendo. Ella debía ser la única. Debía ser la única para Beomgyu. ¿Por qué él seguía extrañando a Taehyun? ¡Ella era la mujer que había elegido para ser su esposa!

Entonces, ¿por qué?

—Lo siento —dijo Soobin—. Creo que se me hace tarde.

—Está bien —respondió Beomgyu, nervioso—. Avísame cuando llegues.

—Nos vemos, Eunji.

Él se fue, dejando la casa completamente en silencio. Un silencio ensordecedor que no permitía que las palabras fluyesen entre ellos.

Lo cierto es que Beomgyu había estado considerando una y otra vez la idea de casarse con Eunji. No era lo que él realmente quería, pero era lo que debía hacer. Debía casarse con Eunji y olvidar a Taehyun. Debía hacerla feliz.

    Debía casarse con ella.

    —Eunji-

    —Buenas noches, Beomgyu.

Antes de que él pudiese decir algo más, ella ya se encontraba subiendo las escaleras con rapidez, dejándolo solo.

¿Cuándo sería capaz de olvidarlo?

    Si él no lograba hacerlo, al menos esperaba poder casarse con Eunji, porque si debía sufrir el doble con tal de amar a alguien más, él estaba dispuesto a hacerlo.

    Él estaba dispuesto a dejar de amar a Taehyun.

Sí, sí. Ya lo sé, le falta contexto y ya quieren
que aparezca Taehyun, I know.

Esperen un poco y ya lo verán aquí, ¡ténganme
paciencia!

Los amo. (_)

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