⛈️Capítulo 42: La suerte no dura para siempre

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Entro a la habitación y me quiebro, me miro en el espejo, tengo otro corte y un par de moretones cerca de mi ojo derecho, al menos no fue el izquierdo. Logro tener una leve sonrisa, tomo el cepillo y comienzo a peinar mi cabello, esta enredado, sale mucho pelo, bueno lo tiró muy fuerte, era obvio que se saldría bastante. Mi cara esta repleta de lágrimas, mis ojos arden, pero sigo peinando mi cabello hasta que ya no hay ni un solo nudo.

Me saco el blazer y siento un dolor muy fuerte en mis brazos, recuerdo como me sujetaba y mi cuerpo tiembla, los observo y están con sus manos marcadas en diferentes partes, mañana estará aun peor. Me quito el pantalón y mis piernas también tienen zonas amoratadas, mi espalda es la peor, quizá por la presión que ejercía en ella, pero me duele muchísimo incluso cuando respiro, intento mirarla y solo puedo ver que esta rojizo, espero que no se ponga morado, pero lo mas claro es que así sea. Mi cuerpo está todo marcado, lastimado y herido, mi rostro no se queda atrás, me quito el maquillaje, paso a tocar mi labio y duele mucho, no sé si quedara alguna cicatriz, pero el corte de hoy es mucho mas grande que el de ayer.

Luego de ducharme, me pongo un pijama de 2 piezas, pantalón largo rosa y camisa del mismo tono, Keira me lo prestó, ya que no quiero ver mis marcas, por lo que mis pijamas no ayudan. Cuando ella me mira, me sonríe en todo momento, intenta hacerme sentir mejor, compra pizza para que cenemos y un poco de cerveza para que intente olvidar, pero la verdad es que ni siquiera soy capaz de comer o beber algo, no tengo apetito, ni ánimos, siento que me duele mucho el cuerpo y un cansancio extremo, ella insiste en que al menos coma algo y lo intento, solo doy un par de mordiscos, pero no puedo más.

—¿Te ha llamado? — pregunta Keira, niego con la cabeza.

En cuanto a Max, revisé mi teléfono, esperé que llamara o simplemente que enviara un mensaje, pero no, es como si se lo hubiese tragado la tierra, incluso insistí yo y lo llame en dos ocasiones pero su celular esta apagado, no quiero pensar mas así que decido irme a la cama, Keira lleva a pita abajo para que haga sus necesidades, me quedo con Paul, es obvio que no sabe que decir, me mira con mucha tristeza.

—Todo estará bien — dice y asiento — cuando se aclaren las cosas él lo entenderá...

No sé que responder, no sé si en algún momento las cosas volverán a ser como antes, sé que Max no es el responsable y que no sabia lo que estaba pasando en ese lugar, pero aun así, no se quedo para aclarar las cosas, me dejo a mi suerte, no quiso escucharme, simplemente se quedo con lo que vio por un par de segundos, duele pensar que él sabe que me paralizo cuando tengo miedo, pero aun así no lo dudo, me hace pensar que quizá no me conocía como realmente decía, quizá no confiaba en mi amor por él, no quiero crucificarlo, pero me siento dolida, si él hubiese decidido creer en mi a pesar de todo, las cosas serian diferentes, mi cuerpo no estaría lastimado ni marcado por las manos de su hermano, cierro los ojos y arden, hasta ellos duelen, no quiero volver a la empresa, no puedo volver a ese lugar, nunca mas. Me entristece que todo acabara así. No debía ser de esta forma, aunque podría haber sido mucho peor, si Keira no llegaba a tiempo.


*****   *****


Al despertar, pienso que todo fue una horrible pesadilla, que nada fue real, nada paso, solo fue producto de mi imaginación, pero solo basto con mover mi cabeza para sentir mucho dolor, me levanto de la cama y me cuesta, siento dolor en cada parte de mi cuerpo, intento tomarme el cabello, pero mis brazos no son capaces, levantarlos es doloroso, tomo el cepillo y me comienzo a peinar el cabello, también, duele pero en menor intensidad, me veo en el espejo y solo puedo pensar Fue real Emma. Hoy se notan mucho más las zonas moreteadas, intento sonreír, pero duele mi labio. Salgo de mi habitación y Keira está desayunando, aun con pijama, la miro confundida.

—¿Por qué estás así?— pregunto, mi voz suena grave, me llevo la mano a la garganta.

—Pedí estos días — dice sonriendo — como vacaciones, no te dejaré sola — sonrío y me quejo por el dolor en el labio — en unos días pasará — asiento.

Me siento en la mesita de la cocina y Keira me ofrece un Té y unos hot cakes, al tomar el té me doy cuenta que esta tibio.

—Para que no te duela el labio — comenta.

—Gracias Keira, enserio, no sé como agradecerte...

—Quizá te lo debía — dice — me porte muy mal contigo durante mucho tiempo.

—Bueno eso es verdad — se ríe.

Desayunamos en el sofá viendo una película, no puedo evitar revisar mi celular para ver si Max me ha llamado o enviado algo, pero nada, debe pensar que lo traicione, intento llamarlo nuevamente, pero no contesta, solo quedan 5 días para irme, necesitamos hablar. Terminamos de ver la película y me pongo a lavar.

Me meto a la ducha, aún siento el olor de Alex y mi piel sucia, la limpio una y otra vez, cuando termino de ducharme, me voy a la habitación y me pongo unos jeans negros, un top negro y una blusa gris, también unos tenis blancos, salgo y le pido a Keira que me acompañe a mi casa a buscar mis cosas, ella se va a la ducha y mientras espero en mi habitación, mi celular vibra y lo reviso de inmediato.

Ayer nos interrumpieron, pero tranquila,

estoy preparando todo para que nadie

lo vuelva a hacer

                                                Alex Ricci

Se me eriza la piel por completo y tiro el teléfono.

—¡Déjame tranquila! — grito — déjame... — me pongo a llorar.

Keira entra a la habitación prácticamente corriendo, levanta el celular y lee el mensaje, niega con la cabeza.

—Maldito enfermo — dice y me abraza 

—No sé que hacer — digo — no me deja tranquila, ¿Averigüaste sobre las cámaras? — niega con la cabeza

—Emma ignóralo, averigüaré lo de las cámaras de la empresa, una ves teniendo esas grabaciones todo acabará, tendrás las pruebas suficientes para meterlo a la cárcel ¿Sí?— asiento.

Keira se viste y utiliza unos jeans blancos con una blusa negra, se ve tan bien con cosas tan simples, sonrío al verla y doy pequeños aplausos, ella se ríe, tomamos a Pita para que nos acompañe y no se quede aquí encerrada, bajamos al aparcamiento y nos subimos al auto, ella lo pone en marcha y yo pongo música, quiero animarme, olvidar lo que paso, no quiero vivir torturada todo el tiempo, conversamos de la música y de pita que va con su pequeñita cabeza en la ventana y su legua afuera, esta feliz.

Llegamos a casa y se ve tan tétrica, no sé, pero me da escalofríos, abro la puerta principal y bajo a pita, corre por todo el jardín oliendo cada rincón, Keira me acompaña dentro de la casa, a pesar de haber estado ausente, cada planta está en excelente estado, Max ,él debió haber enviado a alguien para que lo haga, sonrío levemente para evitar el dolor en mi labio, voy a mi habitación y la ventana está abierta.

—¡Keira! — grito y ella viene corriendo.

—¡¿Qué sucede?! — pregunta exaltada.

—La ventana, está abierta, no debería estar abierta.

Nos miramos y siento que mi piel se eriza, tomo mis maletas y Keira me ayuda con las que faltan, lo hacemos muy rápido, pita sigue oliendo por todas partes, hace un poco de pis y sigue su camino revisando cada pequeño rincón, nosotras terminamos de guardar las cosas, y por ella, la cargo y corro a buscar la única foto de Daryl, es el único recuerdo que decidí guardar y es uno feliz, no quiero perderlo, cierro la casa y nos subimos al auto, mi celular vibra.

Que gusto me dio verte, pensé

que vendrías sola, tienes mucha suerte,

pero la suerte no dura para siempre

                                                Alex Ricci

Leo el mensaje mientras Keira pone en marcha el auto, me mira preocupada, toma mi mano.

—¿Qué pasa, es Max?

—No, es Alex está aquí.

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