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MOTEL

El tiempo pasaba lentamente para Goeun, llegando a ser torturante, porque los días llegaban a ser tan repetitivos, sin emoción alguna. Las lágrimas llegaron a un punto que parecían haberse acabado y sólo podía sentir como un vacío se había instalado en su pecho.
Quizás recordar cada momento compartido con la persona que aún deseaba poder seguir estando, podría provocarle algo más, podría volver a derrumbarse, pero sentía que ya no había más lágrimas por derramar.

Goeun estaba completamente agotada.

Ahora había más preguntas que pasaban por su cabeza, ya no eran sólo por sus mentiras. Las preguntas que la atacaban eran porque Jungkook llevaba días sin escribirle, sin intentar llamarla.
Aunque se decía que quizás era lo mejor porque siempre lo había ignorado, nunca fue capaz de responderle sus mensajes, pero en esos momentos llegaba a pensar que realmente estaba afectado, que sí llegó a quererla de alguna u otra manera. Pero el hecho de que pareciera ya no importarle su ausencia, sólo le hacía sentirse más segura de que él nunca llegó a quererla.

El tener que aceptarlo quizás podría hacer más fácil el tener que superarlo, pero aunque ya no hubiera más llantos sentía que quizás sólo llegaría a acostumbrarse a su ausencia sin dejar jamás de quererlo.
Pues, la noche anterior había vuelto a extrañarlo, a su manera de mirarla, su risa, pero más que nada la forma que tenían de sentirse esos pequeños momentos especiales. No podía evitar preguntarse si él la extrañaba, si aunque sea esos días que llevaba sin intentar contactarse seguía recordándola de alguna manera.
Su alma le suplicaba que dejase de recordarlo, que dejase de extrañarlo y lo soltase de una vez, pero su mente no le daba descanso alguno. Era como si de alguna manera insistiera en seguir teniéndolo presente a pesar de todo el dolor que le había provocado.

Quien la conocía podía notar cuan afectada estaba desde que ya no estaba con él. Goeun sentía la preocupación de sus amigos, pero pensaba que si ya no derramaba lágrima alguna, si ya no se derrumbaba siquiera cuando estaba sola, entonces, podía estar mejorando.
Pero Jimin que había vuelto a ser su persona, lo cual sentía que estaba ayudándole a que el proceso sea menos doloroso porque tenía a su mejor amigo de regreso, intentó hablar con ella. Le hizo ver que quizás lo mejor era buscar ayuda, eso podría hacer su proceso más llevadero, porque sabía que de todas maneras, ella no estaba bien desde antes de que Jungkook llegase a su vida.

Tan sólo llevaba una sesión. Esa vez al regresar, sentía que todo volvía a consumirla, y había querido derrumbarse, lo que le hizo arrepentir de haber decidido tomar terapia, pero sentía que era parte del proceso.
Hablar de parte del dolor que sentía no era para nada fácil, aunque fuese con un desconocido. No estaba para nada acostumbrada por lo que se le había dificultado, pero el terapeuta logró que fuese sintiéndose cómoda.

Ahora sólo intentaba convencerse que había tomado una buena decisión y que debía seguir asistiendo, aunque las ganas de tirar todo por la borda eran demasiado intensas. Aún así, sentir el apoyo de las personas que quería la ayudaban.

El terapeuta le había dicho que quizás hablar con Jungkook sobre lo sucedido, podría hacer desaparecer aquellas preguntas y que fuese un poco más fácil dejarlo ir. Pero Goeun estaba negada a verlo, a hablar de todas las heridas que le había hecho.
No quería escuchar lo que tenía para decir porque sentía que terminaría por destrozarla. Temía cuánto dolor más podría provocarle, como también temía que aún así, lo quisiera de regreso con ella.

¿Qué tan malo sería volver a verlo?

De sólo pensarlo se sentía estremecer y más al saber que esta vez pasaría, no porque quisiera, eso estaba claro.

Aquella noche se encontraba en el coche de Jimin, observando la casa que estaba en frente rodeada de coches costosos.
Sentía sus latidos acelerados, como los nervios llegaban a consumirla porque su cabeza creaba cientos de escenarios imaginarios junto a él, y en la mayoría terminaba destrozada.

—Todo va a estar bien, Goeun —habla intentando sonar seguro, acariciando su cabello liso.

—Siento ganas de no entrar, pero es el cumpleaños de Yeji —comenta por lo bajo, sin ser capaz de mirarlo.

Era el cumpleaños de Yeji por lo que había organizado una fiesta en su casa y por supuesto que ellos estaban más que invitados, aunque por Yeji no le hubiese dicho nada a Jungkook, porque lo detestaba por cómo había lastimado a su mejor amiga. Pero sabía que si lo hiciese no quedaría bien y que tampoco le parecería bien a Goeun, la cual intentaba fingir que no le causaba nada saber que vería a Jungkook, sólo para que Yeji se quedara tranquila, aunque ella la conocía demasiado bien para notarlo.

—Sabes que te dijo que te entendería si no quieres entrar, aunque podríamos ir por un rato.

—No, tú tienes que divertirte, Jimin.

—Me divierto estando contigo —sonríe provocando la de ella.

—Ya, creo que estoy más que lista.

—Tú relájate que si estoy a tu lado nada puede salir mal —Goeun al escucharlo presionó los labios por un momento, desviando la mirada, por lo que este soltó una risotada—. Bien, todo puede salir mal, pero al menos nos tenemos a nosotros, ¿no crees?

—Vamos —dice sonriendo por lo que este asiente.

Sin más ambos bajaron del coche con obsequios para Yeji. Jimin se colocó al lado de Goeun y quiso que entrelazara su brazo, pero luego pensó en que Jungkook podría fácilmente verlos. No quería volver a tener problemas con él por sus inseguridades cuando estaban más que bien, y sabía que seguían sus intenciones de intentar regresar con Goeun, por lo que decidió seguir como estaban sin acercarse demasiado a ella.

Al entrar observaron a las personas que estaban allí, parecían estar divirtiéndose, pues algunos ya estaban bailando, mientras otros bebían y conversaban animadamente. Goeun empezó a sentir cómo los nervios aumentaban, más cuando escuchó una voz masculina saludarlos. Pero al ver que se trataba de Hoseok que abrazó a ambos, volvió a relajarse.

—¿Cómo han estado? —pregunta con una sonrisa, girando la cabeza a ver a ambos—. Bueno, tú Goeun, porque a Jimin lo veo todos los días.

—Estoy bien, gracias por preguntar —responde Jimin, por lo que este suelta una risilla.

—¡Goeun! —exclama una voz femenina.

Esta al ver a su amiga acercarse con sus brazos estirados, sonrió acercándose rápidamente a ella, siendo envuelta en sus brazos.

—¡Feliz cumpleaños! —dice sonriente estrechándola más con uno de sus brazos, ya que con el otro tiene el obsequio—. Te extrañé tanto.

—Y yo a ti.

Al separarse le entregó el obsequio, por lo que esta chilló emocionada, lo que hizo reír a Seokjin que se acercaba.

—¿Cómo estás, Goeun?

—Estoy bien, ¿y tú? —pregunta con picardía al observar a ambos, lo que hace que este le guiñe el ojo.

—Excelente.

Goeun observó cómo Jimin se acercó a saludar a Yeji entregándole su obsequio por lo que le dio el que ya tenía en sus manos a Seokjin y abrazó emocionada a Jimin, agradeciéndole. Este soltó una carcajada, pues en ese momento supo que adoraba recibir obsequios como si fuese una niña.

Hoseok se acercó junto a Jimin y comenzaron a adentrarse más junto a Seokjin, mientras conversaban, por lo que Yeji pasó el brazo por los hombros de Goeun para seguirlos.

—Jungkook llegó hace unos pocos minutos junto a Taehyung —avisa haciendo una mueca.

—Está bien —dice intentando parecer desinteresada.

—Intenta no concentrarte en él si lo ves, hoy tenemos que divertirnos, ¿sí?

—Claro que sí. Es tu cumpleaños, así que disfrutemos —asiente sonriendo.









(...)









El tiempo empezó a pasar rápido al estar divirtiéndose. Goeun estuvo bailando y bebiendo junto a Yeji y sus amigas. Eran realmente divertidas como amigables, por lo que se sintió cómoda y pudo conocerlas mucho más.

Al estar agotada de tanto bailar decidió salir al jardín donde había algunos grupos de personas. En cuanto vio a Taehyung junto a Namjoon y Narae, decidió acercarse, llamando su atención.

—¿Cómo la está pasando Yeji? —pregunta Namjoon.

—Está divirtiéndose demasiado. No deja de compartir miradas con Seokjin —comenta con picardía haciendo reír a los demás.

—Seokjin me ha dicho que han avanzado bastante —dice Taehyung haciendo ojitos, mientras sonríe.

—¡Deja de ser chismoso! —reprocha Namjoon golpeando su brazo, por lo que este gime de dolor sobando la zona.

—Sólo decía.

—Me gusta la pareja que hacen —opina Goeun, antes de darle un sorbo a su bebida.

—Además de que ambos son atractivos, son divertidos —dice Narae con una sonrisa y ella asiente de acuerdo.

Namjoon comenzó a hablar con Taehyung y decidieron entrar, por lo que Goeun se quedó junto a Narae conversando animadamente.
En ese momento seguía olvidándose de todo lo que había sucedido, era como si hubiese vuelto al pasado cuando disfrutaba y todo estaba más que bien, porque ningún pensamiento o recuerdo malo la invadía.

—¿Entramos? —pregunta Narae al acabar su vaso.

—Claro, vamos.

Ambas entraron a la casa nuevamente donde todos bailaban y bebían, a excepción de Seokjin y Yoongi que estaban en una esquina. Goeun podía ver como el más alto bebía observando a su mejor amiga, la cual bailaba junto a sus amigas, pero también lo observaba por momentos, dedicándose alguna que otra sonrisa.

—¿Cuándo van a besarse? —pregunta frustrada, Goeun, lo cual hace reír a Narae que fija su mirada en ellos.

—Cuando acabe la fiesta puede pasar.

Narae fijó su mirada en su novio que se acercaba a Yoongi que parecía algo aburrido, ya que Seokjin no le prestaba para nada atención, mientras que Goeun miró hacia un lado encontrándose con Taehyung y Jimin que bailaban, riendo por momentos por sus pasos.

De pronto Jimin al notar su mirada, giró un poco su cabeza conectándola con la suya. Era increíble lo que le transmitían a Goeun aquellos orbes mieles, sentía que tenían un brillo tan especial por su manera tan tierna de observarla.
Nunca nadie había logrado mirarla de esa forma tan tierna que provocaba su sonrisa, y no importaba a cuantas personas mirara, lo mucho que buscara, porque nadie iba a transmitirle lo mismo que él.

—Es él, ¿verdad?

Escuchar esa voz femenina tan cerca, le hizo sobresaltar, por lo que giró la cabeza a ver a Narae, la cual le sonreía. Volvió a observar a Jimin que le guiñó el ojo y siguió su conversación y baile con Taehyung, por lo que soltó un suspiro.

—¿A qué te refieres? —pregunta arrugando levemente el ceño.

—Ya lo sabes.

—No, no lo sé.

—Oh, vamos, hasta la primera vez que nos vimos noté cómo lo mirabas. Tuvieron algo en el pasado, ¿no es así?

—¿Q-Qué?

—Puedo notar que es muy especial para ti y no sólo como amigo —confiesa mirándole comprensiva—. Si te incomoda hablar de ésto, lo entenderé y me callaré.

—No, está bien —lleva un mechón de su cabello detrás de su oreja mientras intenta sonreír aunque le sale más una mueca—. Iré al baño. Ya vuelvo, ¿sí?

—Está bien.

Goeun le dio otro sorbo a su bebida y le dio la copa a Narae, para luego empezar a caminar hacia el baño. Claro que le incomodaba pensar en todo lo que había pasado por Jimin, pues provocaba que su corazón se encogiera y que la angustia la envolviera al pensar la manera en la que deseó tan intensamente que este le correspondiera, pero jamás fue capaz de poder hacerlo. Cuando este se disculpó no dudó en perdonarlo porque lo comprendía perfectamente, no podía obligarlo a que la quisiera tanto como para dar ese paso sin miedo alguno.
No le guardaba rencor, ni nada por el estilo, mucho menos luego de que ella empezara a tener sentimientos Jungkook, a pesar de que en un principio sólo lo había utilizado para provocarle celos a Jimin.

Todo le había salido jodidamente mal, porque ahora tenía el corazón destrozado por Jungkook. Volvía a esos pensamientos dónde no era suficiente como para ser querida verdaderamente, para que ella pudiese ser la primera opción para alguien, para que pudieran tocarla sin dañarla.

No quería pensar en que aún seguía teniendo sentimientos por Jimin, pues estaba convencida que con Jungkook a su lado había logrado superarlo por completo. Necesitaba sacar esos pensamientos provocados por la pregunta de Narae, por lo que empezó a dirigirse al baño para poder enjuagarse el rostro y volver a disfrutar de la fiesta, pero en eso se encontró con la persona que menos quería.

Este estaba frente a ella acabando de beber lo que quedaba de su copa, pero al acabar y sentir que lo observaban, conectó su mirada con la de ella.
Goeun sintió como el oxígeno abandonaba sus pulmones en ese momento. Detestaba sentir que con cada paso que este daba acercándose de manera cautelosa, como si aún no creyera tenerla en frente, sentía que sus piernas flaqueaban.

Era demasiado débil ante él y no era para nada bueno. La expresión de angustia, de desespero en la mirada en el rostro de Jungkook provocaba que su corazón se encogiera.
Este vestía de negro como de costumbre, llevando su cabello rizado, con mechones detrás de sus orejas y otros cortos cayendo por su frente, mientras sus aretes resaltaban.

—¿G-Goeun...?—su voz sale algo débil, por lo que casi no logra escucharla por la música.

Observó cómo estiraba su mano con la intención de poder tocarla, sintiendo una gran necesidad, por lo que la fémina dio rápidamente un paso hacia atrás. No quería volver a sentir su tacto, siquiera quería tenerlo en frente porque no quería que su corazón la traicionara.

Debía recordar sus mentiras, todos los actos que fueron hiriéndola, la manera en la que deseó ser Heekyung para que así este pudiese amarla verdaderamente. Su manera de manejarla a su antojo porque sabía que estaba perdida por él. La había arruinado.

Sin ser capaz de mirarlo nuevamente al rostro, pasó por su lado sintiendo como se le dificultaba respirar al sentir el aroma de su colonia inundar sus fosas nasales. Debía marcharse rápidamente antes de que se debilitara por completo, pero sintió el tacto cálido de su mano envolver su muñeca.

—Por favor, escúchame...

—¡Tú escúchame! —alza la voz zafándose de su agarre de manera brusca, logrando que este se sobresalte por su reacción. Goeun al sentir las miradas de quienes están cerca, se sintió arder por la vergüenza y volvió a mirar a Jungkook que parece no darse cuenta porque su concentración está sólo en ella—. Déjame en paz.

—No. No me pidas eso, por favor —pide dolido.

Goeun no podía ver aquella expresión de angustia en su rostro, porque aunque no quisiera, le dolía. Le hacía mal verlo, pero quería estar allí, como provocaba que quisiera desmoronarse al estar cerca, pero una parte de ella anhelaba poder sentir su piel.

—Dime algo, Jungkook —dice acercándose por lo que este asiente rápidamente—. Necesito que me des alguna respuesta a todas tus mentiras.

Jungkook al escucharla cerró los ojos soltando un suspiro, porque se había esperado de todo menos que le pidiera algo así. No sabía qué decir al respecto al ser inesperado, mucho menos al estar en una fiesta.
No entendía porqué no podía aparecer una respuesta coherente, se sentía desesperado y con ganas de quebrar en llanto por esa razón, más al notar cómo la desilusión en su mirada iba aumentando con cada segundo que pasaba.

—G-Goeun...

—Púdrete, Jungkook —escupe molesta antes de voltear para caminar.

—¡Lo siento! —alza la voz sin importarle llamar la atención—. ¡En verdad lo siento, Goeun!

Sentía como todo el dolor lo invadía, al punto que se le dificultaba respirar y sus ojos ardían por las lágrimas retenidas, por lo que pasó las manos por su rostro. Quería buscarla, quería hacerlo más que nada, pero sabía perfectamente que eso sólo empeoraría la situación con ella.

—Hey, ¿qué sucede?

Jungkook al escuchar aquella voz masculina a sus espaldas, volteó encontrándose con Yoongi, por lo que presionó los labios por un momento.

—¿Podemos salir a hablar? —pregunta sintiendo su voz temblar por retener el llanto. Yoongi al notar como parece estar tratando de contenerse, asintió rápidamente.

—Salgamos.

Jungkook se sintió agradecido con este que pasó el brazo por sus hombros por un momento, tratando de darle algo de apoyo. En ese momento el más joven necesitaba de sus sabias palabras, que ayudaran a que pudiera calmar el caos que llevaba dentro.

Temía haberla perdido realmente, pero su corazón tenía aún una pequeña ilusión de poder lograr que volviese a su lado.









(...)











Goeun luego de esa pequeña conversación sentía una presión en su pecho y como las ganas de marcharse volvían de manera intensa. Sabía que debía mantener la calma, así aunque sea podría quedarse quizás otra hora más, porque sentía que aún era muy pronto para irse.
Todos seguían bebiendo y divirtiéndose, parecía ser la única pasándola mal. Yeji estaba bailando junto a Seokjin, podía verlos reír, hablar y disfrutar, por lo que no quería intervenir para acabar con eso porque sabía cuánto su amiga se preocupaba por ella.

Tomó una bocanada de aire seguida de otra, repitiéndose que mantuviera la calma, mientras salía al jardín trasero sintiendo la brisa fresca golpear contra su rostro, desordenando un poco su cabello.
Podía decir que eso estaba sirviendo, ya que estaba respirando un poco mejor aunque aún sentía sus ojos arder por las lágrimas retenidas. Al expulsar el aire que contuvo por un rato, limpió rápidamente las lágrimas que querían escapar, hasta que al sentir una presencia se sobresaltó por un momento, encontrándose con unos orbes mieles que la miraban preocupados, mientras este se colocaba frente a ella.

—¿Está todo bien?

—Claro.

Este al escucharla la miró con el semblante serio, haciéndole saber que no le creía nada y que no le gustaba que intentara mentirle, por lo que bajó la mirada por un momento.

—Es sólo que...me encontré con él —dice por lo bajo.

—Oh...

—Siento ganas de irme. No quiero que vuelva a hablarme, no quiero que vuelva a acercarse, no quiero volver a verlo más —confiesa angustiada—. No puedo. Creí que sería más fácil, pero no lo es, Jimin.

—Hey, ven aquí, bonita —dice con suavidad, estirando sus brazos.

Goeun al verlo de esa manera, observándola comprensivo, no dudó ni un sólo segundo en aferrarse a él apoyando la cabeza en su pecho sintiendo los latidos tranquilos de su corazón. Jimin la envolvió, estrechándola con algo de fuerza con sus brazos, por lo que ella cerró los ojos sintiendo que era todo lo que necesitaba en aquel momento.

La calma iba invadiéndola de a poco, mientras él dejaba un beso en su cabeza para luego apoyar la mejilla en su cabeza, sintiendo como su aroma dulce se colaba por sus fosas nasales.
Le gustaba poder tenerla en sus brazos sintiendo como iba relajándose, porque le hacía sentir que realmente podía ayudarla de alguna manera, aunque deseaba poder entrar en su cabeza y quitar a Jungkook de ahí para que ya no pudiera afectarle como tanto lo hacía.

—¿Quieres irte?

Goeun pensó lo que le preguntaba, pues estaba bien entre sus brazos, pero ya no quería seguir allí sabiendo que podría volver a encontrarse con Jungkook.

—Todos están divirtiéndose...

—Pues, yo creo que ya nos divertimos lo suficiente. Hasta creo que siento ganas de dormir —confiesa riendo, lo que le hace sonreír mientras se separa.

—No tienes que marcharte por mí.

—Cállate. Vinimos juntos y nos vamos juntos.

—Jimin...

—Llevamos mucho rato aquí. Piénsalo.

Ella presionó los labios pensando en sus palabras. Si bien Jimin tenía algo de razón y sabía perfectamente que Yeji lo entendería que se fuese un poco antes que los demás, por lo que terminó asintiendo con la cabeza, haciendo sonreír satisfecho a su amigo.

Al volver a entrar y encontrarse con Namjoon y Narae, quisieron despedirse de ellos, sorprendiéndolos al irse antes que los demás, pero la pareja al encontrarse también cansados y ver que Yeji y Seokjin bailaban más apegados, decidieron no interrumpirlos para despedirse. Le mandarían un mensaje de texto luego, pues Namjoon y Jimin no querían luego recibir reproches de Seokjin por haberlos interrumpido.

Una vez fuera los cuatro empezaron a despedirse, Goeun se acercó a Narae dándole un pequeño abrazo que fue correspondido.

—Ya tienes mi número, así que puedes escribirme si lo necesitas —asegura mirándola comprensiva con una pequeña sonrisa al separarse.

—Gracias.

—No agradezcas. Ya somos amigas, ¿cierto?

—Claro que sí.

—Te veo luego. Conduce con cuidado, Jimin —apunta mirándolo con seriedad, por lo que este asiente riendo.

—Sí, no te preocupes. Supongo que en una hora ya estaré allí en casa.

—Perfecto. Nos vemos, Goeun.

—Nos vemos. Cuídense —se despide moviendo la mano en forma de saludo al verlos empezar a caminar.

—¿Nos vamos? —pregunta Jimin, llamando su atención.

—Vamos.

Caminaron hacia el coche de este mientras Goeun aún se preguntaba si estaba haciendo bien al marcharse, pero pensar en que ya no volvería a encontrarse con Jungkook, la aliviaba de gran manera. Observó cómo Jimin se subía del lado del conductor, soltando un suspiro que le permitía saber que este parecía algo cansado como había dicho.

—Bien, te dejaré en tu casa.

—No —dice rápidamente, lo que hace que este la mire desconcertado.

—¿No? ¿Quieres venir conmigo o qué? —pregunta riendo.

—Tampoco —responde por lo bajo—. No quiero encontrarme otra vez con Jungkook.

—¿Entonces? —inquiere arrugando la frente—. No logro entenderte, Goeun.

Esta suspiró jugando con sus manos, preguntándose cómo podría explicarle lo que estaba sucediéndole.

—No quiero ir contigo y encontrarme a Jungkook, pero tampoco quiero estar sola y ser consumida por mis pensamientos, porque sé que terminaré llorando hasta quedarme dormida —explica nerviosa sin ser capaz de mirarle—. Siento ganas de irme lejos para olvidarme de ésto aunque sea por un rato. Contigo.

Goeun lo observó sintiendo su rostro arder por la vergüenza, pero este sonrió bajando la cabeza por un momento.

—Creo que tengo una idea de a dónde podemos ir, aunque seguramente no es tan lejos como tú quieres.











(...)










Goeun observaba por la ventanilla, guardando las manos en el bolsillo del suéter que le había prestado Jimin, ya que le había dado frío. Este parecía estar de lo más bien llevando la camisa con las mangas dobladas hasta los antebrazos, teniendo la ventanilla abierta, lo que hacía que la brisa que entraba despeinara su cabello.

La fémina se hizo más pequeña en el asiento, apoyando la cabeza en la ventanilla que ella llevaba cerrada. Sus párpados estaban pesándole al estar siendo invadida por el sueño, pues llevaban varios minutos en la carretera y aunque al principio iban conversando, ella más que nada haciéndole preguntas sobre a dónde la llevaría sin recibir una respuesta clara, terminó dejando de insistirle.

El hecho de que este pusiera algo se música y que ella lo observara tan relajado, como por momentos le daba toques con los dedos al volante siguiendo el ritmo de la canción, hizo que fuese relajándose más. Este parecía no sentir su mirada, pero sólo estaba fingiendo, y cuando ella miraba por la ventanilla, la observaba por fracciones de segundos con una pequeña sonrisa en sus labios.

Jimin observó cómo parecía estar dormida, lo cual le hizo sonreír al saber que tendría que despertarla en cuánto llegara, aunque el pensar que quizás no le parecería una buena idea a dónde la llevaría, lo tenía algo intranquilo a pesar que intentaba ocultarlo.

Los minutos fueron pasando y este intentaba mantenerse despierto, por lo que cambió de música a una que fuese más movida, ya que no tenía a Goeun para conversar.
En cuanto llegaron este se bajó del auto y el sonido de la puerta cerrarse hizo que Goeun se removiera soltando un quejido al estar incomoda.

Esta intentó volver a dormirse, pero estaba realmente incomoda por lo que soltó un gruñido y refregó los ojos observando el cielo estrellado. Al ver unas luces rojas intentó divisar lo que decía, pero no lograba ver con claridad al recién despertar.
Se inclinó más hacia adelante para poder leer, hasta que el sonido de la puerta ser abierta le hizo sobresaltar.

—¿Jimin?

—Guardaremos el coche y ya podremos ir a descansar.

—Pero, ¿dónde estamos? —pregunta con voz algo profunda, arrugando la frente mientras este enciende el motor.

—¿Te enfadarías si supieras que te he traído a un motel? —pregunta sonriendo inocente—. Es pequeño y tenemos suerte que según lo que me ha dicho el recepcionista, sólo tiene cuatro clientes. Podemos marcharnos temprano, así no tememos ser vistos.

—Jimin...

—Dijiste que querías irte lejos. Ésto fue lo más lejos que conseguí —Goeun al escucharlo excusarse, no pudo evitar reír, mientras entran al estacionamiento donde sólo hay dos coches.

—Está bien. Tampoco debías hacer caso a las tonterías que decía.

—Deberías haberlo aclarado antes porque conduje por una hora aún con sueño —bromea aparcando el coche—. ¿Bajamos?

Este se inclinó hacia su lado provocando que ella abriera los ojos a la par por la inesperada cercanía, pero este le colocó la capucha, provocando que ella sintiese su rostro hervir.

—Bajemos y busquemos nuestra habitación.

—¿Nuestra?

—Goeun, dijiste que no querías estar sola —habla frustrado—. Estoy comenzando a sentir que he hecho todo mal.

—¡No! Está bien —asegura rápidamente—. Lo siento

—Está bien. Vamos.

Este pasó la mano por su espalda caminando a su lado, para así dirigirse hacia la puerta del motel. Este observó al recepcionista por un momento, mientras que Goeun bajaba la cabeza tímida a pesar que este le dijo que era de confianza, pero aún así no podía evitar temer.
Al dirigirse al elevador y él oprimir el botón dos, ambos sintieron como la tensión comenzó a crecer cuando las puertas se cerraron, mientras que la fémina jugaba con los bordes de las mangas del suéter, intentando ignorarlo.

En cuanto las puertas se abrieron, Jimin empezó a observar los números de las habitaciones, hasta que encontró las 20 por lo que se dirigió a esta, pasando la tarjeta. Se hizo a un lado para permitirle pasar a Goeun, la cual le agradeció por lo bajo tímida.
Al entrar observó la habitación algo nerviosa, como se encontraba la cama en medio con una manta salmón, había algunos cuadros de pintura, unos muebles y plantas, como también estaba la puerta para el baño.

En ese momento no podía evitar preguntarse qué había hecho, porque estaba claro que si no fuese por el hecho de que ella había hablado sobre lo que pasaba por su cabeza, ahora se encontraría en su habitación, mientras que Jimin en la suya.

Sin duda pensaba que tuvo una pésima idea.

La fémina con nervios, acercó a la cama tomando asiento en el borde del colchón, mientras jugaba con sus manos sintiendo como la tensión iba aumentando.

—Iré...iré a darme una ducha, ¿está bien? —habla llamando su atención, Jimin.

—Claro. Luego pasaré yo.

—Está bien.

El escucharlo entrar al baño y a los pocos segundos el sonido de la ducha, soltó un suspiro de alivio porque sentía que si pasaba otro minuto con él en silencio, soltaría todo lo que cruzaba por su cabeza.
Sacó el celular de su chaqueta dejándolo en la mesa de noche y se acercó a la ventana para abrirla, sintiendo la brisa fresca otra vez porque el calor estaba invadiéndola allí adentro.

En ese momento no podía evitar recordar cómo Jungkook la había mirado. No comprendía porqué se había acercado a ella si no fue capaz de decirle nada en absoluto sobre lo que pasó entre ellos.
No podía comprenderlo para nada. No sabía qué era lo que cruzaba por su cabeza y sentía ganas de poder entrar porque estaba llena de dudas. Dudas que quizás él jamás sería capaz de resolverlas y eso la mataba por dentro, porque sentía que siempre se quedaría con ellas y eso dificultaría poder dejarlo ir.

Pero, ¿estaba realmente segura de que eso quería hacer?

Goeun no quería pensarlo demasiado porque en esos momentos era cuando comenzaba a dudar de su decisión, por eso intentaba recordar cada una de las veces que le hirió, para así volver a sentir seguridad de su decisión porque ya no podía seguir permitiendo que la lastimara, que siguiera destruyendo su autoestima. La había arruinado de muchas maneras. Ahora ella debía tener el valor de darle un fin a eso que no era nada sano.

—Ya puedes pasar.

Al escuchar esa voz se sobresaltó al haber estado perdida en sus pensamientos. En cuanto giró no pudo evitar abrir los ojos a la par al ver a Jimin sin camisa, con algunos gotas aún cayendo por sus hombros, llegando a sus pectorales, hasta sus abdominales algo marcados.
Este seguía llevando el pantalón negro, por lo que volvió la mirada a su rostro observando como este secaba su cabello con la toalla, sin ver cómo no podía apartar la mirada de su cuerpo.

Este sacudió su cabello húmedo para luego pasar los dedos echándolo hacia atrás y al verla boquiabierta, ella sacudió su cabeza sintiendo su rostro arder por la vergüenza de haber sido descubierta, por lo que se dirigió rápidamente hacia el baño.
Jimin no pudo evitar soltar una risilla esperando que no lo escuchase, pero es que la conocía demasiado como para saber que estaba nerviosa por estar en una habitación solos, lo que lo volvía al comienzo de cuando sus sentimientos se volvieron confusos en Francia.

Jimin dejó la toalla a un costado, diciéndose que no debía pensar en eso porque no estaba bien y no era lo que ninguno quería. Debía hacer las cosas bien, pues ya había aceptado que sólo eran mejores amigos y estaba intentando ayudarla a que el rompimiento con Jungkook no fuese tan doloroso y que sintiese el apoyo de sus amigos.

Se dirigió a la ventana sacudiendo su cabeza para quitar esos pensamientos, pero la vibración del celular de ella llamó su atención. Quiso ignorarlo, pero se trataba de una llamada por lo que se acercó para tomarlo observando la foto de Jungkook, por lo que sintió su corazón encogerse y como la culpa lo invadía.

Se decía que estaba con Goeun como mejor amigo, a pesar que seguía teniendo sentimientos por ella, pero no buscaba aprovecharse de la situación. No podría y no sólo porque no le parecía justo, sino porque se trataba de las dos personas que tanto quería.

Sólo esperaba que esa madrugada su corazón no lo traicionara.

Ignoró la llamada dejando el celular en la mesa de noche y volvió a acercarse a la ventana, pero lo escuchó vibrar una y otra vez. Por más que sabía que se trataba de mensajes de Jungkook, que no le harían nada bien leerlos, no pudo contra su impulso y tomó el celular.

Jungkook

Sé que me he equivocado demasiado, pero no puedo dejarte ir.

No sales de mi cabeza.

Te extraño demasiado, Goeun.

Por favor, hablemos.

Carajo, te amo.

En eso no he mentido, lo juro.

Vuelve a mi lado, por favor.

Jimin al leer aquellos mensajes sintió una presión en su pecho, por lo que decidió apagarlo para no seguir escuchándolo, porque sentía que terminaría huyendo de allí al sentir que no estaba haciendo bien por él.

Al dejarlo en la mesa de noche, observó cómo Goeun salía del baño secando su cabello con la toalla, llevando solamente su suéter que le quedaba largo hasta los muslos.

—¿Sucede algo? —pregunta al notar como parece tenso, ya que no deja de masajear su nuca.

—No sé si quieres saberlo, pero Jungkook te ha llamado y no deja de escribirte. Sé que no debí, pero leí los mensajes y decidí apagarlo —confiesa haciendo una mueca, a la vez que toma el celular nuevamente para acercarse a ella, pero esta niega con la cabeza.

—No quiero leer esos mensajes. Mucho menos luego de que no fuese capaz de responderme al tenerme en frente.

Jimin parecía algo sorprendido por sus palabras, pero asintió volviendo a dejar el celular en la mesa de noche.

—¿Podemos descansar? —pregunta este sintiéndose agotado.

—Está bien.

Goeun al dejar la toalla se acercó a la cama sintiendo nervios, aunque era lo suficiente grande para que cada uno tuviese su espacio, pero eso no era suficiente para que sus nervios se fuesen.
Ambos apagaron las luces y ella pudo escuchar cómo Jimin se quitaba el pantalón, lo que hizo que se cubriera con las mantas y volteara dándole la espalda, para así poder ver hacia la ventana.

Al sentir como este se metía a la cama, cubriéndose con las mantas, sintió cómo se le dificultaba respirar. Debía dejar aquellos nervios. Se recordaba que ya había dormido demasiadas veces con él, sin sentir esos nervios, hasta sin recordar lo de Francia, pero no sabía porqué como antes Jungkook no era el único que invadía sus pensamientos en ese momento.

Esta se removió en su lugar, decidiendo observar el techo colocando las manos sobre su abdomen, como estaba Jimin, detestándose por sentir que el sueño parecía haberlo abandonado.

—¿En qué piensas? —pregunta él por lo bajo.

—Tonterías.

—Dime.

—¿Alguna vez seré suficiente?

Jimin giró su cabeza para verla, por lo que ella hizo lo mismo observando el brillo en sus orbes, preguntándose si era por la claridad que entraba desde las ventanas.

—Tú eres más que suficiente para cualquiera, Goeun.

—Siento que nunca nadie va a ser capaz de quererme. No sé qué es lo que está mal conmigo ―admite en un murmuro casi inaudible―. Me siento tan sola.

—Nada lo está. Y lamento si en algún momento pude haberte hecho sentir de esa manera. Me detesto por eso, porque realmente tú eras demasiado para mí en ese momento que no podía aceptar mis sentimientos —habla frustrado—. No estaba seguro de lo que sentía y no quería lastimarte por esa razón, porque tú sabes lo especial que eres para mí. Pero de lo que siempre estuve seguro, es que vales toda la pena del mundo, y que eres más que suficiente para cualquiera —asegura—. Goeun, cualquier persona que esté contigo, debería sentirse afortunado. Tienes que entender eso.

Goeun soltó un suspiro pensando porqué su cabeza no podía pensar de aquella manera. ¿Por qué se sentía tan insuficiente? ¿Por qué siempre debía compararse? ¿Por qué creía que nadie jamás llegaría a quererla como ella podía querer? Sólo deseaba poder encontrar a alguien que sólo tuviera ojos para ella, que no quisiera a alguien más y sólo fuera su segunda opción.

—¿En serio crees que soy suficiente? —pregunta ilusionada, sintiendo como sus ojos se cristalizaban.

Este levantó su cabeza apoyándola en una mano, mientras la otra la llevaba al cabello de ella acariciándolo.

—Estoy seguro.

—Gracias, Jimin —dice en un murmuro casi inaudible.

—¿Por qué? —pregunta confundido arrugando la frente.

—Por estar a mi lado.

—Siempre lo estaré, bonita.

Goeun sorbió su nariz y sonrió sintiendo como su corazón llegaba a sentir cosquillas, mientras que Jimin al notar que estaba llorando, limpió sus lágrimas sintiendo su corazón pesado.
En ese momento ambos se quedaron observándose, sintiendo como en aquel silencio podían decirse todo lo que estaban sintiendo.

Era como si la temperatura comenzara a aumentar, ambos podían sentir como sus corazones se agitaban y Goeun temblorosa acercó más su rostro, mientras que Jimin empezó a inclinarse hacia adelante. Sus respiraciones pesadas se mezclaban, este seguía acariciando su mejilla, fijando su mirada a sus labios entreabiertos.
En ese momento ninguno podía pensar en algo más que en las sensaciones que estaban provocándose y lo que estaba a punto de suceder.

Sin más, Jimin juntó sus labios sintiendo como miles de sensaciones recorrían su cuerpo. Goeun jadeó sobre sus labios, llevando la mano a su espalda, mientras él la pasaba por su nuca profundizando más el beso, sintiendo como sus lenguas empezaban una lucha por el dominio.

¡Hola!

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Qué creen que pase entre Jimin y Goeun? ¿Qué les gustaría a ustedes? Los leo

La verdad fue uno de mis favoritos al escribir aunque se me hizo demasiado extenso de 6k palabras, por lo que tardé bastante JAJAJA

Creo que ya quedan dos capítulos, el final y el epílogo, me da algo de tristeza si soy sincera ah

Capítulo dedicado a LDPDJK-97 gracias por apoyar también esta historia. Sos una personita muy especial y adoro leer tus comentarios, te amo, cielito

Espero que hayan tenido un buen comienzo de año, amores

¡Nos leemos pronto!

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