Resumen del capítulo:

Seokjin y Taehyung pasan una noche juntos en un motel, en donde hablan sobre algunas de las cosas que quieren de la vida.

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"Si hay una oportunidad, te atraparé

Estoy corriendo, está empezando, cuenta atrás.

Estoy listo para ser cortado por tu abrazo de rosa,

mientras te abrazo de nuevo."

Hold Me Tight, BTS - escrita por Kim Taehyung

Abril, 2015; Parte Uno

Seokjin es ruidoso.

Al principio, Taehyung pensó que eso era sólo para su beneficio — la forma en que Seokjin le hacía saber que su trabajo era apreciado. Con el tiempo, Taehyung ha aprendido que es más que eso. Es desafiante, territorial; es su forma de reclamarlo.

Pero sólo cuando está permitido. Cuando Seokjin está seguro de que están solos. Y por solos, quiere decir que no hay miembros ni managers en las salas adyacentes. Cuando están seguros de que nadie puede oírlos, Seokjin maúlla como un niño en una montaña rusa.

A Taehyung le encanta. Lo hace sentir deseado, exaltado, adorado.

Y después, una vez que Seokjin se disuelve en una risa aturdida y se enroscan juntos, Taehyung se aferra al eco de sus oídos.

Seokjin cubre con su brazo los hombros de Taehyung. La habitación suspira a su alrededor, el polvo de polilla y el polen de pino flotan a la deriva en el aire suave de la ventana abierta. Los sonidos de la calle llenan los espacios en blanco mientras respiran lentamente hacia el mundo.

"Desearía—" Taehyung lo dice antes de que lo piense bien.

Seokjin alisa su pulgar a lo largo de la curva de la mandíbula de Taehyung. "¿Qué desea mi VV?"

Taehyung cambia su peso para apoyar su barbilla en la clavícula de Seokjin. "Quiero que nos escuchen", dice.

"¿Quién?" pregunta Seokjin.

"Ellos", responde Taehyung. "Todos. Quiero que todo el mundo se vuelva loco de envidia".

Seokjin amasa las costillas de Taehyung, y este convulsiona de risa. Seokjin lo atrapa, lo aprieta contra su pecho. La manta que abraza a sus hombros huele a cera de vela. Se siente áspero contra la piel desnuda de Taehyung, pero en el buen sentido. Le gusta el almidón salado de las sábanas, la forma en que se sienten húmedas por el sudor.

"Se volverían locos de envidia", musita Seokjin. "Tienes la mejor lengua del planeta".

Taehyung se muerde el labio. Le dice, "Dime más".

Seokjin se apoya en los codos. "Debería haber un sistema de puntuación de algún tipo, ¿un campeonato, tal vez? — porque definitivamente ocuparías el primer lugar".

Taehyung ríe. "Siguiente aspirante en el Top Lenguas de Corea—"

"—No sólo Corea," Seokjin interviene. "El mundo entero".

"Bueno, tendría que calificar primero. Habría finales y luego semifinales, múltiples rondas de competición—"

"—No." Seokjin se vuelve hosco. "No, cambié de opinión."

"Pero soy un contendiente", se burla Taehyung. "Dijiste que tengo una oportunidad real."

Seokjin hace pucheros. "No quiero compartirte."

"Mi sedoso príncipe está celoso". Taehyung se arquea para morder el mentón de Seokjin.

"No estoy celoso", dice Seokjin. Sus ojos tiritan.

Taehyung dice "Aww", y Seokjin lo golpea en el hueso de la cadera, provocando un espasmo que casi los catapulta desde la cama.

"No toques el suelo", advierte Seokjin, arrastrando a Taehyung de vuelta al centro. "Está pegajoso." Entonces sus labios se enroscan en una sonrisa mientras dice, "Oye, Taehyung-ah".

"—No, hyung," dice Taehyung, intentando cortarle el paso, pero...

"¿Qué es marrón y pega?"

"No." Taehyung agita la cabeza para enfatizar.

Pero Seokjin dice, "Un palo".

Y Taehyung gime mientras Seokjin ríe como un ganso.

"Eso es todo, me voy", dice Taehyung, pero Seokjin lo agarra por la muñeca.

"Eres mi prisionero," dice, "Y tienes que estar agradecido por mí, y amarme por el resto de tu vida."

Aunque el tono de Seokjin suena juguetón, Taehyung detecta el temblor bajo las palabras. Lo nota más ahora desde Tokyo, y le hace pensar en rocas dentadas bajo la superficie de un tranquilo charco de agua.

"Lo hago", le asegura Taehyung. "Y lo haré."

"¿Lo prometes?"

"Lo prometo", dice.

Taehyung apoya su cabeza sobre el pecho de Seokjin. Por un momento, escucha el latido del corazón de Seokjin, que está ligeramente elevado, aunque finja estar tranquilo. Desde este ángulo, Taehyung puede ver un paquete de papas fritas vacío debajo de la mesa del lavabo. Espera que Seokjin no lo vea. Ese tipo de cosas le molestan más de lo que dice.

Han usado este motel varias veces, pero es mugriento en la forma en que Seokjin más odia. La última vez que estuvieron aquí, insistió en que cambiaran de habitación después de encontrar una mota de pelo amarillo que obstruía el desagüe de la bañera. La alfombra tiene quemaduras de cigarrillo, y la TV sólo pone porno japonés. Pero el ahjussi en el escritorio no sabría diferenciar a Bangtan de Beethoven, así que es la opción más segura que el lugar de alta calidad en Myeongdong. Hace dos semanas, unos turistas brasileños lo reconocieron a él y a Seokjin en el vestíbulo. Dichos turistas trataron de convencer al conserje de que los llevara a escondidas a su habitación, de ahí su regreso a la familiar casucha en Sinsadong.

El lugar de Myeongdong se ajusta mejor a los gustos de Seokjin. Sin embargo, elige estar aquí porque es la única forma en que pueden estar solos. Esto tira del corazón de Taehyung como el borde romo de una hoja de afeitar.

"Realmente desearía que pudieran oírnos", dice Taehyung.

"¿Te refieres a todo el mundo?" pregunta Seokjin. Está trazando círculos perezosos en el hombro de Taehyung con el pulgar.

"Quiero decir, ojalá no importara", dice Taehyung. "Ahora tenemos reglas sobre dónde estamos y cómo nos tocamos en público, y ojalá... no las tuviéramos."

"Es para mantenernos a salvo", dice Seokjin.

Como si Taehyung no lo supiera ya.

Como si eso lo hiciera todo bien.

Como si fuera algo que él aceptara.

Porque por supuesto que lo hará. Ambos lo harán. Taehyung sabe cómo funciona el mundo. Y quiere demasiado a los demás como para arriesgarlo todo sólo porque quiere tomarse de la mano con su novio en la calle.

Además, existe la posibilidad de que Minyeong lo sepa. Si lo hace, podría llevar la información a Bang Sihyuk, y entonces él y Seokjin podrían ser reemplazados por violar la cláusula de citas en su contrato. Así que están atrapados.

Taehyung casi dice, odio esto, pero se atrapa a sí mismo. Sabe lo mucho que le dolería a Seokjin, y de todos modos, no es verdad. Ama tanto a su vida y a sus amigos que le duele. Pero en el buen sentido.

Sin embargo, odia esconderse. Y los deseos. Los deseos apestan.

"Taehyung-ah", susurra Seokjin.

"¿Hm?"

"Quería decirte que me gusta mucho tu canción."

Taehyung empezó a escribir su canción en el tren a Osaka la mañana siguiente a su horrible noche en Tokyo. Una semana más tarde, se la mostró a Namjoon, quien lo convenció de que continuara. Una semana después, trajeron a Yoongi y Hoseok, y los cuatro dieron vida a la primera obra de Taehyung.

"Mis partes son sobre nosotros", dice Taehyung.

"Sé que lo son."

"Bien".

Taehyung recorre el recuerdo de esa noche — el hielo en sus pulmones, el miedo en los ojos de Seokjin, la idea de que esto podría haber terminado. Mucha de esa angustia acabó en sus letras. Dice, "Quizás..." pero se aleja, persiguiendo la idea a través de su cabeza mientras Seokjin se pasa los dedos por el pelo.

"¿Quizás?" Seokjin pregunta.

Le responde "Quizás así es como pueden oírnos. Con nuestras canciones."

"Eso espero", dice Seokjin. "Ese es el punto de nuestra existencia."

"Quiero decir..."

"—Sé a lo que te refieres", dice Seokjin. Inclina la mandíbula de Taehyung para que puedan verse. Le pregunta, "Pero, ¿es suficiente? Sigue siendo una forma de encubrirse, escondiéndose detrás de las palabras".

No es suficiente, Taehyung lo sabe. Pero por ahora, es todo lo que pueden tener.

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