Nueve: ¿Quién Eres Tú?

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Una amena plática estaba presente en los hermanos.

-—Wow, así que te casaste con tu primer y único novio... Difícil de creer... —-YoonGi había contando toda la historia con su amado alfa.

-—Lo sé... ¿Y tú? Conseguiste un omega bonito.. —- Haneoul asintió feliz por recordar a su omega.

-—Es una bonita omega... Ay mi linda EunTak... Me case con ella en cuanto supe que era mi predestinada. —-A Haneoul le brillaron sus ojos azules por el simple hecho de recordar a su amada.

-—Wow, quiero conocer a esa chica. Quiero saber quien es la que te trae tan enamorada. —-La alfa rio un poco, estaba muy enamorada.

-—Y que te trae a la humilde Seoul, señorita Canadiense.. —-Su tía vivía en Canadá por ello se mudo para completar sus estudios y dejar de ser una carga para la madre de YoonGi.

-—Bueno, EunTak es productora de radio y tuvimos que venir a Seoul por motivos de su trabajo.. —-YoonGi asintió. Sabia que ambas estabas bien en Canadá, se sentía feliz por ellas.

-—¿Como esta, Seon? —-Min Seon, madre de YoonGi.

-—Oh esa testaruda señora, esta en Daegu, afortunadamente bien. La voy a ver de vez en cuando. —-Haneoul sonrió.

-—Tengo que ir a verla... ¿Cuantos meses tienes y que son? —-La alfa movió de arriba a abajo sus cejas. ¡Quería saber todo!

-—Tengo siete meses, y serás tía de dos hermosas niñas. —-Haneoul llevo sus manos a el abultado vientre abriendo muchos sus ojos cuando sintió las pequeñas pataditas de las niñas:—-Les agradas, no tienen a moverse con desconocidos —-¡Sería tía! Ella sería la tía concentidora y guardiana de sus sobrinas.

-—Vaya qué puntería tiene ese esposo tuyo. Prometo estar presente cuando las pequeñas nazcan, ¡Las llenaré de regalos! —-Mientras, Haneoul sobaba el rechoncho vientre del omega. Serian tan bonitas.

Repentinamente el timbre resonó en la casa sacando de la ensoñacion de los hermanos.

-—Debe de ser, EunTak... Fue difícil dar con tu ubicación —-Haneoul mostró una sonrisa bonita.

-—Lo sé, JiMin le gusta mantener el anonimato.. —-Haneoul asintió. Cuando la puerta fue abierta una chica de cabello negro cortado en capas, unos bonitos rasgados en las esquinas y una bonita sonrisa.

-—Hola... —-La chica sonrió he hizo una reverencia.

-—¡Pero si están bonita! —-YoonGi dio pequeños brinquitos en su lugar. ¡La esposa de Haneoul era tan linda~!

-—Gracias ~—-EunTak bajó la mirada avergonzada.

-—Han... Ya quedo listo, ya podemos ir a donde quieras —-La hermana de YoonGi asintió y tomo la mano de su omega. Ya era hora de irse.

-—Bien, hermanito... Nos tenemos que ir ya… —-Haneoul abrazó muy fuerte sin lastimar su vientre. —-Ahora que te encontré no creas que va a ser tan fácil librarte de mi..

-—Esta bien, Haneoul... No escapare esta vez.. —-YoonGi también abrazo a EunTak, repitiendole lo bonita que era.

-—Adiós....

-—Te quiero, omega —-Haneoul le gritó.

-—Yo te quiero más, alfa —-El omega correspondió a las dulces palabras de su hermana. Sin darse cuenta que sus palabras podían ser malinterpretadas.

.

JiMin sentía una furia inexplicable, sabia que iba a explotar en cualquier momento, era una maldita bomba qué al ser detonada lastimaria a las personas a su alrededor, sabia que su omega, su maldito omega no sería capaz.

Pero lamentablemente, JiMin era demasiado manipulable, aunque sabia que su omega no era capaz. YoonGi no era capaz, la maldita desconfianza estaba ahí, latente, como un fuego qué quemaba todo a su paso.

Lo había logrado, había sembrado su semilla, había dejado su veneno tirado. Ahora era de esperar que si semilla germinara, su veneno matara y lo lograría. No había remordimiento pues era una maestra en convertir los recuerdos en cenizas.

.

El reloj marcaba las tres de la tarde.

YoonGi estaba un desesperado. Su suegra Y Jennie ya habían llegado, tenían al menos cuatro horas qué regresaron de ver a el Alfa Park.

Le dijeron que su alfa decidió ir a la empresa por un problema qué surgió de imprevisto, sin embargo no llegaba a casa. Su horario de comida y el de los empleados era a las dos de la tarde.

Ya eran las tres y no llegaba. Dadas las dos la madre de JiMin y Jennie comieron, más YoonGi no quiso comer nada. Él esperaría a su alfa.

¿Dónde estaba?

Por novena vez llevó el teléfono a su oído, uno, dos tres tonos... Y como las demás veces cayó a buzón. ¡Porque no le contestaba!

Tal vez estaba armando una tormenta de un vaso de agua. Pero era muy extraño, si no iba a llegar a comer le avisaba.

Y así, dieron las cuatro, las cinco, las seis... Diez de la noche.

YoonGi no se había movido más que para ir al baño. Las niñas estaban inquietas dándole demasiadas náuseas. No había nadie en casa.

YoonGi se sentía mal, su lazo sufría demasiados tirones qué a momentos le arrancaban gemidos dolorosos. Dolía y ardía.

Sabia que no era un rechazo pues si era así el dolor era insoportable, la marca sangraba y ardía.

Sin embargo su dolor era debido a una fuerte desconfianza, a una traición, a una decepción

¿Qué había hecho ahora? JiMin siempre confío en él, jamás lo engañaria. Jamás lo haría.

¿Porque desconfiaba? Quiera qué parara ahora. Qué se detuviera.

YoonGi trataba de mantener la respiración, le faltaba. Trataba de tranquilizarse, trataba de respirar correctamente, más no podía.

"Auh... Basta... Por favor detente..."

Desde hace mucho rato atrás trato de contactar a través de su lazo, más no había señal.

Sentía que se moría, su lazo comezaba a crear nudos. Sentía llamas dentro de su piel, ardiendo y quemando.

Sentía como si tomarán sus intestinos y los retorcieran. Llevo una mano a su vientre soltando un gritó más agudo y lleno de dolor.

Y sin más JiMin entro por la puerta. Eran las once de las noche.

-—¿Quién eres tú?

.

¡Bien ahora sí empieza mi pequeño maratón!

No sé de cuantos capítulos constará, sin embargo planeo publicar al menos tres por semana, o un poco más.

Y agárrense los calzones porque ahora sí viene lo bueno de la historia.

Los quiero...

RosaMenta 🐤

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