Ok, un poco más..." Lola aplicó con cuidado el resto del delineador de ojos. "¡Hecho!"

Lola admiraba con entusiasmo su trabajo frente al espejo. Ella dejó escapar un suspiro de satisfacción.

"¿No me veo increíble?" Preguntó en voz alta, sin preguntarle a nadie en particular.

"Bueno, tenemos la misma cara, así que sí, sí la tienes". Se escuchó a Lana al otro lado de la habitación.

Lola se volvió hacia ella solo para verla acostada boca arriba, jugando con Hopps. Ni siquiera miró en dirección a Lola cuando dijo eso.

"Grr, al menos podrías mirarme cuando digas eso. ¿Qué piensas?" Lola dijo poniendo una mano detrás de su cabeza, haciendo una pose.

Lana miró a Lola desde su cama, sin levantarse, con la cabeza colgando de la cama, boca abajo.

"No lo sé... Supongo que parece que tienes suciedad en la cara".

Volvió a jugar con Hopps, lanzándolo al aire.

"Uf, sabía que sería inútil preguntarte. Iré a preguntarle a alguien con estilo. Leni, tal vez".

"Muy bien, diviértete." Lana la despidió, todavía distraída.

Lola entró en la habitación de Lori y Leni, tratando de encontrar a su hermana. Lo único que encontró allí fue a Lori, enviando mensajes de texto en su teléfono.

"Lori, ¿dónde está Leni?" Ella preguntó.

"Ella salió con papá al mecánico. Después de que arreglen la camioneta, intentará aprender a conducir nuevamente". Dijo simplemente, sin levantar la vista de su teléfono y continuando enviando mensajes de texto.

"¿Se han ido otra vez? ¡Argh! ¡Estarán fuera todo el día!" -exclamó Lola-.

"¿Por qué la necesitas de todos modos?"

"Quería preguntarle sobre mi maquillaje".

Lori sonrió ante esa afirmación: "¿En serio? Quieres preguntarle a Leni... LENI, sobre el maquillaje. ¡Eso es literalmente gracioso!".

Lola dejó caer la cabeza como si estuviera derrotada.

¿Cómo pudo haber olvidado que Leni es terrible con el maquillaje? su estilo de moda está bien, pero no sus habilidades de maquillaje.

Se llevó los dedos a la cabeza y se frotó las sienes, teniendo cuidado de no estropear el maquillaje.

Bueno, ya que ella estuvo aquí... "Oye, Lori. ¿Cómo me veo?".

Lola adopta otra pose, tratando de resaltar el maquillaje que tanto trabajó para mantener. Lori echó un vistazo rápido, sin girar la cabeza.

"Te ves bien." Dijo, antes de volver a su teléfono y enviar mensajes de texto una vez más.

El ojo de Lola tembló.

'¿Bien? ¡¿Muy bien?! Ella gritó internamente.

"Umm, Lori. Voy a usar esta cara en el concurso de Pequeña Señorita Linda y Mala a finales de esta semana, así que tal vez te gustaría darme un poquito más para continuar que solo eso".

Lori suspiró, casi como si estuviera molesta. Se enderezó y miró bien a Lola.

"Honestamente, ¡te ves jodidamente genial! Estoy seguro de que te irá muy bien en el concurso".

"Uf, eso no es exactamente útil."

"Bueno, sabes que eso no es realmente lo mío".

"Como sea. Le preguntaré a mamá". Dijo Lola mientras comenzaba a alejarse.

"Mamá fue con Lisa a una feria de ciencias en la universidad. No volverán hasta más tarde". Respondió Lori, ya mirando su teléfono una vez más.

Lola cerró lentamente la puerta de la habitación de Lori. Quería enfadarse pero no podía. ¿Por qué era tan difícil llamar la atención? Las chicas de las películas siempre tienen padres que están dispuestos a hacer cualquier cosa por ellas.

"¡Oye, Lola!" Una voz la interrumpió de su pequeño dilema. Lincoln caminaba con una mini pila de cómics de regreso a su habitación.

"¡Oh, hola Lincoln!" Lola inmediatamente exclamó, mientras se formaban estrellas en sus ojos.

"¿Qué estás haciendo?" Preguntó emocionada, recordando lo que Lincoln había dicho hace unos días.

"Estoy a punto de sumergirme en estos cómics. Son bastante antiguos, así que la tienda estaba en oferta. ¡Tres por un dólar! ¿Puedes creerlo?"

Lincoln tenía una expresión de alegría en su rostro mientras intentaba regresar a su habitación.

"¡Uh, Lincoln!" Lola lo llamó.

"¿Sí, qué tal?"

"B-bueno..." comenzó Lola.

Todos parecían muy ocupados o desinteresados, y ahora Lincoln tenía lo que quería hacer.

"...Me preguntaba si podrías darme alguna opinión sobre mi maquillaje."

"¡Sí, por supuesto! Ven a mi habitación. Necesito dejar mis cómics".

Lola siguió deliciosamente a Lincoln. Dejó sus cómics sobre su escritorio y se volvió hacia Lola.

"Muy bien entonces, ¿qué necesitas?"

"Bueno, sólo quería una segunda opinión sobre mi maquillaje. Quiero decir, sé que me veo genial pero quería verificarlo; ¡además Lori no fue de ayuda!"

'¡¿Me veo "bien"?!' Pensó enojada para sí misma.

'¡Hmph!' Quería elogios, no algo normal.

"Ah, ya veo. Bueno, déjame echarte un buen vistazo". Dijo Lincoln.

Puso su mano en la barbilla de Lola y la movió suavemente, examinando cuidadosamente el maquillaje.

"Bueno, lo que noté es que usaste demasiado delineador de ojos".

"¿En realidad?" Lola preguntó con un grito ahogado.

"Sí, tienes algo de porquería negra justo al lado de tu ojo".

Lincoln se lamió el pulgar y frotó la mejilla de Lola.

Normalmente estaría disgustada, pero no podía quejarse.

Estaba obteniendo exactamente lo que quería: alguien que le prestara atención, que no la ignorara y la ayudara, a pesar de estar ocupada. De hecho, su corazón se aceleró cuando su pulgar tocó su mejilla.

Lola dejó escapar una pequeña risita.

Lincoln dejó escapar una pequeña risa, "¿Qué pasa?"

"Ah, nada de nada." respondió ella, incapaz de hacer desaparecer la nueva sonrisa en su rostro.

"Ahí… ¿cómo se ve eso?" -Preguntó Lincoln.

Lola sacó su espejo y vio su reflejo.

"¡En realidad me veo bastante bien!" Lola sonrió feliz.

"¡Sí! ¡Te ves increíble!"

Lola no pudo evitar sonrojarse. Finalmente estaba recibiendo los elogios y la atención de los que estaba tan privada.

Lola le dio un abrazo a Lincoln, apretándolo más fuerte que antes.

Lincoln se rió nerviosamente, "Aww, gracias Lola".

Él correspondió el abrazo. Lola rompió el abrazo mientras comenzaba a salir de la habitación de Lincoln.

"¡Adiós, Lincoln! Gracias por toda tu ayuda".

"No es ningún problema." dijo Lincoln, ya alcanzando un cómic.

Lola regresó a su habitación.

Esta era la segunda vez que Lincoln había estado ahí para Lola cuando todos los demás no podían. Su corazón dio un vuelco sólo de pensar en la próxima vez que podría pedirle ayuda mientras caminaba de regreso a su habitación.

Continuara