Sábado. 4:00 pm

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Pese a los reclamos con que sus hijas estaban bombardeándolo, Lincoln permaneció en su sitio completamente paralizado teniendo problemas en procesar lo que estaba ocurriendo. De pronto salió de su trance.

—¡Todo mundo silencio!

Le obedecieron, principalmente porque de pronto había adoptado una mirada de locura que los puso a todos un tanto nerviosos, incluso a Lily, aunque ella ya había anticipado que algo así sucedería, lo que no había imaginado sería la primera pregunta que le haría.

—¿Dónde está tu prometido?

Miró por encima del hombro de su hermana esperando verlo aparecer de repente detrás de ella, pero al no encontrarlo, se asomó por la ventana imaginándolo de pie frente a la entrada, quizá sumamente nervioso por tener que enfrentarlo para darle unas cuantas explicaciones.

—¿Quién?

—¡Tu prometido! ¡Adrien! Alto, fornido, castaño, según ellas —señaló a sus hijas— bien parecido, más viejo que yo. Tú sabes. ¡Adrien! ¡Dónde está ese animal!

—Linc, ¿de qué estás hablando? Sólo venimos nosotros.

—¿Nosotros?

—Sí, nosotros. Ya sabes, el bebé y yo. No es como si lo fuera a dejar en mi departamento o en cualquier lado apartado de mí, al menos no podré hacerlo por los próximos cuatro meses. Estoy segura que tú entiendes como funciona esto.

Lo último lo había dicho en un tono burlón que en esos momentos irritó a Lincoln. Lemy y las chicas al notar lo exaltado que estaba su padre, poco a poco comenzaron a calmarse tras haber pensado lo peor.

Por supuesto. El que la opción lógica del estado de su tía Lily haya sido su padre debido a... sus antecedentes con sus madres, también hermanas de él, no lo volvía forzosamente el único sospechoso, sólo el más inmediato. Lyra tímidamente fue la primera que se atrevió a acercarse para preguntar.

—Tía Lily. ¿No se suponía que el señor Adrien vendría contigo para anunciar su compromiso?

Esto desconcertó a Lily.

—¿Su compromiso? ¿Y con quién?

—Pues... ¿contigo?

—¿Qué cosa? ¿Pero quién les dijo esa locura?

Confundido, Lincoln fue el primero antes que Lyra que se volvió para observar a Liby, pronto Lemy y el resto de las chicas lo hicieron también. La catorceañera al sentir la mirada de todos los presentes, comenzó a encogerse en su lugar sintiendo miedo. A su vez ella después de unos segundos desesperadamente observó a su tía buscando que la ayudara.

—Pe... pero tía Lily. Fue lo que me dijiste. Que vendrías con Adrien para darnos la noticia de que se iban a casar.

Aunque desconcertada por esto, la atractiva mujer suspiró tratando de retomar el hilo de la situación.

—Empecemos de nuevo. Hola a todos. Me alegra verlas de nuevo, no esperaba hacerlo, pero me alegra encontrarlas a todas.

Todas respondieron con un escueto "hola tía Lily" ansiosas por recibir una explicación. Lemy la miró casi sollozante unos momentos antes de voltear a ver a su padre. Su tía lo había saludado cuando fue abrirle la puerta, pero no pudo devolverle el saludo a causa de la conmoción que sufrió por verla en ese estado y achacando la responsabilidad de inmediato a Lincoln.

—Bien —aunque no muy satisfecha, Lily se conformó con eso—. Haber Lib. Estoy segura de recordar decirte que llegaría con alguien —con ambas manos se tentó el vientre—. Nunca dije que ese alguien fuera Adrien y mucho menos que vendría para decir que me iba casar con él.

—Pero... pero... dijiste que la "sorpresa" estaba relacionada con Adrien.

Y al decir sorpresa, señaló de un modo quizá un tanto grosero su vientre, a lo que enseguida se dio cuenta y dejó de hacerlo bajando la mano avergonzada.

—Bueno, con el "cariño" que le tiene tu papá a Adrien, la sorpresa era decirle que podía respirar tranquilo, pues él ya rompió conmigo.

—¡El hizo qué cosa!

Lily retrocedió después que su hermano prácticamente le gritó eso a la cara. Sus hijas lo miraron con reproche, pero a él esta vez no le importó, teniendo preocupaciones más importantes en mente.

—Dije que ya rompimos. Cielos, Linc. Ya cálmate. Creí que por el contrario te alegrarías. Si nunca dejaste de marearme al señalarme todos los defectos que según tú él tenía.

—¡Pero esto es diferente! ¿No te das cuenta? ¡Estás embarazada!

—Gracias por decírmelo, no me había dado cuenta.

—¡Lily, no estoy jugando!

Como de costumbre, Lincoln se daba cuenta cómo la más joven de sus hermanas no parecía tomarse muy en serio la delicada situación en que se encontraba, aunque en realidad así había sido siempre desde que tenía memoria. Ya sea de niña gastando bromas con Luan, dándole balonazos con Lynn, despertándolo con un escándalo acompañado de Luna, molestando a las mascotas de lana, haciendo chantajes imaginarios con la amiga de Lisa, entre muchas otras cosas. No importaba de qué manera le llamaran la atención, Lily parecía olvidar lo aprendido a los pocos minutos para volver a hacer alguna travesura.

El hombre no era el único que parecía contrariado por esta noticia. Las chicas que tenían a Adrien en un pedestal estaban tan sorprendidas como su padre. Lacy quería comprender mejor esta situación.

—Tía Lily, ¿pero por qué rompieron? Si parecía un buen tipo.

—Pues... un día hace tres meses descubrí que estaba embarazada. Esa noche se lo conté, entonces dijo que necesitaba tiempo para pensar las cosas y ya. Dos días después de no verlo, me dejó un mensaje en la contestadora pidiéndome disculpas por "no poder lidiar con esto" y eso fue todo. Desde entonces no volví a verlo y no es que haya hecho muchos intentos tampoco por buscarlo.

—¡Qué imbécil! —Lemy no pudo evitar soltar la grosería. Apenas y escuchó a Lyra llamarle la atención—. ¡Quiero patearle el trasero!

—Haz fila, muchacho —soltó Lincoln iracundo—. Te dejaré hacerlo en cuanto primero lo haga yo.

Lily musitó una risa corta y despectiva.

—Lincoln, hermanito. ¿Si recuerdas cómo estaba Adrien, cierto?

—Soy unos centímetros más alto que él.

—Y por lo menos quince kilos más ligero también.

Lizy divertida por las reacciones de su tío y primo, miró a Leia.

—¿El novio de tía Lily es gordito?

—Ni un ápice. —Le contestó preocupada por todo lo que escuchaba.

Liena llamó la atención de la pequeña. Lizy miró a una de sus hermanas mayores tentándose la panza y negando la cabeza, luego se tocó un brazo a la vez flexionándolo y proyectando los hombros hacia arriba como un gorila. La niña comenzó a reír al imaginarse a ese señor como uno de los luchadores que a veces su mamá miraba por televisión.

—¡No me importa cómo esté! ¡Lo que te hizo no tiene perdón!

—No te entiendo Linc. ¿Qué querías que hiciera? ¿Forzarlo a que se casara conmigo por el bebé sin que de verdad quisiera hacerlo?

—¡Sí!

—Debes de estar bromeando. Si el no quiere ser parte de esto, tampoco lo iba a obligar.

—¡Basta de hablar! Primero: Liby, estás castigada por mentirosa.

La niña hizo una mueca y un quejido agudo. Parecía contener las ganas de llorar.

—Estoy segura que tu hija no lo hizo a propósito, Linc —la defendió Lily con cierta indiferencia—. Todo lo que hizo fue malinterpretarme.

—Lo que sea. Segundo. Vuelvo más tarde.

Fúrico, Lincoln tomó las llaves de su auto y enseguida Lyra asustada fue a bloquearle el camino. Desesperada, con una seña le pidió a Liena y Loan que la fueran a auxiliar. Asustada, Loan se quedó en su lugar, quienes terminaron por pararse a su lado junto con Liena fueron Lacy, Lupa, Leia y una apenada Liby insegura de ayudarles por temor a que su padre incrementara su castigo.

—Niñas, a un lado.

—¿Qué es lo que pretendes hacer, padre? —Aunque a Lupa le parecía evidente, decidió cerciorarse.

—¡A patearle el trasero a ese infeliz! Lily, estás a cargo hasta que regresemos.

Por su parte, su hermana asombrada y distraída fue directo a la cuna de Lulú. Sin poder resistirlo, la cargó entre sus brazos encantada por la bebé.

—Sí, sí. Lo que digas, hermanito. ¿No me digan que esta cosita hermosa es Lulú?

—Ajá. Bueno, ahora nos vamos.

—¡Tú no te vas a ninguna parte! —le exigió Lyra—. Tampoco me hace gracia lo que Adrien le hizo a tía Lily, pero no pareces estar siendo racional en estos momentos, tío.

Para sorpresa de la chica, fue su hermano quien la encaró tan molesto como Lincoln.

—¡Lyra, si no nos vas a ayudar hazte a un lado! ¡Esto es cosa de hombres!

—¿Y a ti quién te dio permiso de ir acompañarlo?

—Yo se lo doy —la cortó Lincoln—. Sí tu hermano quiere patearle el trasero al tipo que embarazó a tu tía, tiene mi bendición. Ahora déjennos pasar.

Miró a sus hijas quienes no parecían amedrentadas por él, si acaso preocupadas con excepción de Liby, la cual parecía a punto de hacerse a un lado y darle camino, de no ser porque Leia que la detuvo sujetándole la falda con rudeza y mirándola con una expresión de advertencia.

—¡No voy a darte permiso de llevarte a mi hermano para que cometas una estupidez!

—¡No necesito tu permiso ni él tampoco lo necesita, Lyra! ¡Soy su padre y con eso basta!

—¡Que eres nuestro tío, maldita sea!

La primera sorprendida por soltar la grosería fue ella misma llevándose una mano a la boca. Sabiendo que esto sólo podría empeorar de continuar así, Liena tomó con una mano la muñeca de su padre y con la otra la de su hermanito.

Ambos desconcertados la vieron y ella tras entender que tenía su atención, los soltó, entonces comenzó a mover rápidamente sus manos delante del alterado hombre de un modo tan frenético y desesperado que Lupa no pudo entenderle casi nada. Lemy tampoco tenía idea lo que su hermana estaba diciendo, pero sin duda era algo serio, pues poco a poco el semblante de Lincoln fue cambiando. Parecía que su enojo menguaba, incluso hasta pareció avergonzado. Después, mientras con la mirada seguía las manos de su hija, soltó una bocanada de aire y dejó las llaves del coche donde estaban.

—Sí, perdón. Tienes toda la razón, hija. Supongo que necesito calmarme un momento.

Lemy estaba tan confundido como decepcionado.

—¿Hablas en serio, viejo? ¡De verdad ya no quieres cobrártelas con ese tipo por lo que le hizo a tu hermana!

—Por supuesto que quiero, pero el argumento de tu hermana es válido si lo piensas bien.

Lemy se volvió a Lupa.

—¿Qué fue lo que dijo ella?

—No entendí casi nada —se dirige hacia Liena—. ¿Qué fue lo le dijiste a papá exactamente?

Sintiéndose cansada por la exaltación que le provocó su padre al tratar de hacerlo entrar en razón, la joven formó una sencilla frase con sus manos.

"No voy a repetir todo eso de nuevo".

Lupa se sintió casi tan frustrada como su hermano cuando le explicó esto último.

Lily ajena a la rabieta de su hermano y sobrino, le hacía muecas a Lulú junto a Lizy que se le había unido. Divertida, la bebé se reía de ellas, mirando por un momento intrigada el vientre de la joven mujer.

—¿Esto? Acá llevo a otro bebé, Lulú. ¿Puedes decir mi nombre? Dí: Lily. Liiiily.

—¡Lí,i!

—Eso estuvo cerca.

Masajeándose las sienes, Lincoln trató de volver a retomar debidamente la discusión.

—Lily, deja un momento a Lulú y préstame atención.

—¿Ya te calmaste? —Le preguntó sin verlo haciéndole cosquillas a la más pequeña de sus sobrinas.

—Sí, lo hice.

Un poco irritada, Lily se dio la vuelta llevando en brazos a su sobrina, a quien sentó en su regazo tras sentarse ella a su vez en una de las sillas del comedor.

—Bien. Eso espero, hermanito. No me gusta cuando te pones tan raro.

Lincoln frunció el ceño. Miró a sus hijas y entonces se percató mejor de la delicada situación.

—Niñas, ¿por qué no van a seguir jugando video juegos por ahora?

—¡Dah! —exclamó Leia de mal modo—. Porque si lo hiciéramos nos perderíamos de su pelea.

La pequeña ni siquiera se alteró en lo más mínimo por el modo en que la miró su padre. Liena de pronto cargó a la niña con un brazo y con el otro repitió lo mismo con Lizy antes de retirarse. Leia le hubiese reclamado, de no ser porque en realidad todavía le gustaba que la cargaran, aunque a diferencia de Lizy, no lo admitiría.

Lacy y Liby comprendiendo el mensaje, se marcharon llevando casi a rastras a Lupa, quien pareció al principio resistirse. Lyra sin ver a la cara a Lincoln todavía molesta con él debido al modo en que discutieron, le pidió a su tía a Lulú y se marchó con Lemy dirigiéndolo delante de ella para darle un merecido zape.

—¡Oye!

—Tenemos que hablar seriamente tú y yo también.

Resentido, Lemy la siguió, no sin antes primero volverse hacia su padre levantándole el pulgar en señal de apoyo.

—Ponte firme, viejo.

Otro zape de su hermana lo obligó a seguir caminando.

Una vez solos, Lincoln hizo que lo acompañara a su habitación. Una vez que llegaron a pasos rápidos y tras comprobar que todos estuvieran en la sala jugando con la consola de juegos, se encerraron y ahí el hombre encaró nuevamente a su hermana luchando por no perder la compostura de nuevo.

—Tú querías mucho a Adrien. Podía darme cuenta de eso.

—Pues sí, se podría decir que lo amaba.

Y lo dijo como quien anuncia que quizá va a llover. De verdad Lincoln luchaba internamente por no reprender con severidad a Lily como cuando era una niña.

—¡Entonces por qué te tomas tan tranquila el que te dejara por quedar embarazada!

—Bueno, no creí tener cara para pedirle una oportunidad tomando en cuenta que le fui infiel. Digo, creo que de estar en su lugar hubiera hecho lo mismo.

Lincoln abrió los ojos sintiéndose todavía más indignado que nunca.

—¡Cómo te atreviste a serle infiel siendo que estabas embarazada!

—¡Oye! En mi defensa, no estaba embarazada cuando lo engañé.

Y seguía hablando tan tranquila jugueteando con sus dedos, mientras su hermano estaba cada vez más anonadado.

—¡Cómo pudiste hacerlo, Lily! ¿Te das cuenta que si te metiste con otro tipo, entonces existe una posibilidad que el bebé no sea de Adrien?

La chica lo miró a la cara finalmente sintiéndose exasperada.

—Linc, hermanito. No es que exista una posibilidad. Es sencillamente un hecho que el bebé no es de Adrien.

Eso lo dejó perplejo.

—¿Qué? ¿Y cómo puedes estar tan segura de eso? Si también lo hacías con tu novio...

—...últimamente no lo hacíamos tan a menudo como imaginas...

—¡No estoy imaginándome nada! ¡No quiero hacer eso!

—...además, cuando se daba la oportunidad, no lo hacíamos del modo convencional.

El rostro de Lincoln se tornó completamente rojo, Lily no se atrevía adivinar si era por el coraje o la vergüenza que estaba sintiendo por igual.

—Quieres que decir que... tú... él... por ahí... o que tú con... quizá... solían... pero... tal vez...

—Detente un minuto ahí Linc, o esta irá para largo y todavía quiero pedirte un favor —su hermano se sintió agradecido porque lo detuviese, al menos hasta que ella continuó hablando—. Ya sabes que no tengo ningún pudor para hablar de estas cosas. Si quieres, de verdad te puedo dar cada uno de todos los detalles de la vida sexual que solía tener con mi novio y hasta con otros chicos mucho antes de él. No me molesta, incluso puedes contarme los tuyos y yo toda oídos te escucharé sin problemas, aunque imagino que serán en su mayoría anécdotas "familiares" —se permitió una breve sonrisa burlona—. Pero antes de empezar sólo contéstame con sinceridad una sola cosa. ¿De verdad quieres que hablemos de eso?

Sintiéndose realmente intimidado por Lily, el peliblanco bajó la cabeza rendido.

—No.

—Bien.

—¿Y qué favor quieres?

—Que esto se lo digas tu mismo a papá y a mamá. Presiento que si lo hago yo me van a regañar y no tengo ganas de escucharlos, para eso suficiente tengo contigo.

Finalmente Lincoln tomó una almohada para pegar la cara en ella y poder gritar unos segundos antes de responderle.

—¡Estás loca! ¡Es tu responsabilidad decirles esto! ¡No mía!

—Pero si tú siempre has sido un buen mediador. Sé buenito y en una oportunidad llámales y díselos, te deberé una.

Varias veces desde la adolescencia de Lily en adelante, Lincoln había perdido la compostura con ella debido a su comportamiento, en realidad casi toda su familia lo había hecho, pero él ejerciendo el rol de hermano mayor y por tanto padre postizo, sentía había batallado más que su propio padre con ella al llamarle la atención e intentar corregirla, sin embargo esa niña solía conseguir que diese fácilmente su brazo a torcer. Bien, ya no más. Se había metido en un grave y serio problema de adultos y como adulta que era, esta vez la dejaría resolverlo por sí misma.

—Pues te lo voy diciendo de una vez. ¡No lo haré! Además, si no es de Adrien, ¿de quién se supone que es ese niño? ¿Estás segura que no es de él?

—¿Vas a seguir con lo mismo? Ya te lo dije, hice los cálculos y sí, es imposible que se trate de Adrien.

—¡Pues para el caso es casi lo mismo! —nuevamente recobró los bríos—. ¿Cómo se te ocurrió meterte con alguien más si ya tenías con él una relación aparentemente feliz?

—Qué te puedo decir. Sabes que me enloquecen los hombres mayores y éste además de apuesto, era muy persistente y no creí que pasaría nada por una vez.

—¡Pues vaya que pasó algo! ¿Y quién fue? ¿Alguien de tu trabajo? ¿Del gimnasio ese al que ibas? ¡Es ese tipo de la discoteca que me contaste de cuando saliste con tus amigas! —Nuevamente estaba perdiendo el control que Liena le había hecho el favor de recuperar la primera vez, mientras tanto Lily seguía calmadamente revisándose las uñas apenas mirándolo— ¡Entre tanta gente cómo se supone que vamos a averiguar quién es el padre!

—¿Entre tanta gente? —Lily se indignó, por lo que aunque no parecía tampoco furiosa, sino apenas molesta, le reclamó—. Linc, cielos. ¿En tan mal concepto me tienes? Sólo he estado con dos personas el último año, pero Adrien no cuenta si tomas en cuenta que un mes antes de embarazarme, sólo lo hacíamos por...

—¡No quiero escucharlo! ¿Entonces quién es el otro tipo?

—¿Y exactamente para qué quieres saberlo? —Lily rio brevemente—. ¿Para ir con Lemy a patearle el trasero? Eso sería algo divertido de ver, hermanito.

Lily no apartó la mirada de su rostro claramente esperando algo de él. Lincoln sintió pavor al comprenderlo, por no decir también de intentar preguntárselo tras una muy larga pausa en la que su hermana aguardó pacientemente a que lo comprendiera por fin.

—Tu bebé... ¿es mío, cierto?

—Honestamente hermanito, ¿de verdad sólo pensaste lo contrario?

No al inicio, pero vaya que se había aferrado a intentarlo tan pronto vio su estado. Era comprensible la reacción que tuvieron las chicas. Lo que pensaron ellas fue lo mismo que en efecto supuso él antes de recordar casi de inmediato a Adrien.

Finalmente los bríos abandonaron a Lincoln. Si acaso entre el miedo y la confusión del momento todavía seguía sintiendo odio, este era sólo hacia sí mismo.

—Entonces... —Lily decidió sacarlo ya de su trance—, ¿Sí me harías ese favorcito Linc?

No le gustó la mirada coqueta con que lo miraba, misma que desde los nueve años comenzó a hacerle y con el paso del tiempo fue perfeccionándola. Al principio Lincoln la había ignorado, pero entre más pasaban los años, Lily crecía opacando cada vez más y más en belleza al resto de sus hermanas, siendo cada vez menos sutil al pedirle algo usando sus encantos para coquetearle, también siéndole más y más difícil resistirse a ella. Al menos hasta año y medio atrás, cuando Lily conoció a Adrien y finalmente dejó de molestarlo de esa manera.

Fuera de sentirse tranquilo y aliviado como pensaba sucedería el día en que eso terminase finalmente, por el contrario no le había gustado nada. El día de su cumpleaños cinco meses atrás, una vez que Adrien se fue, se lo dijo muy claramente, casi se lo reclamó echándoselo en cara. Lily entre molesta y apenada, le demostró que sí lo quería con un abrazo, con un beso en la mejilla y...

Era difícil para ambos recordar quién lo comenzó, pero ciertamente una vez que empezaron, continuaron durante dos días completos. Cuando la segunda vez terminaron, Lincoln sintió una culpa tremenda por lo que sucedió, aunque no tan severa como la primera, también sintió remordimiento en la tercera. Para el final del segundo día y tras perder la cuenta de todas las veces que estuvieron juntos de esa manera, entre el placer y el calor que tomaba de su joven hermanita, ni siquiera se acordaba de esa bebé que sentaba entre sus piernas a los once años para darle su mamila, concentrado más en esa mujer por la que muchos hombres encarnizadamente se pelearían por tenerla una vez en sus vidas por lo menos.

Finalmente recordó que se trataba de su hermana hasta que antes de irse de su casa, ella le aclaró que no por lo que sucedió entre ambos terminaría con Adrien. Por su propia salud mental, Lincoln había luchado en mentalizarse de que nada de eso realmente ocurrió, esforzándose en visualizar todo como si se hubiese tratado sólo de un sueño. Hasta ahora.

—Entonces... —Lily continuó buscando sacarlo de sus oscuros pensamientos—, dado que también tienes tu parte en qué ver con esto y sé que ya tienes mucha práctica, ¿sí podrías decírselo tú a papá y a mamá, hermanito?

—Lily... ni siquiera sé cómo voy a decírselo a las chicas.

—De eso no tendrás ningún problema.

—¿No? ¿Se los dirás tú a ellas?

—En realidad creo ya lo saben si tomas en cuenta que nos han estado escuchando tras la puerta.

Con un temor creciente, Lincoln se levantó y abrió la habitación. Con excepción de Lulú a quien habían ido a acostar junto con Lizy, que decidió tomar el consejo que le dieron de tomar la siesta con la bebé, el resto de sus sorprendidas hijas e hijo estaban de pie observándolos con una variopinta mezcla de rabia, decepción y miedo.

—Yo... a... buenas noticias —sonrió Lincoln sin ánimos de llamarles la atención por los nervios que lo invadieron—. No iré a patearle el trasero a nadie.

Lemy dio un paso al frente y por un momento Lincoln creyó que de verdad su hijo intentaría golpearlo, pero de pronto con lágrimas en los ojos, el chico se dio la vuelta y corriendo salió de la casa para encerrarse a la van de su madre. Tanto Lincoln como Lily se sintieron realmente mal por eso.

—Lo siento —se disculpó Lincoln con sus hijas—. De verdad pensé que Adrien...

No supo qué fue lo que le dolió más. Ver la mirada de decepción en los ojos de su único hijo varón hasta el momento y su reacción posterior, ver esa misma mirada en la mayoría de sus hijas, o la tremenda bofetada que Lyra no contuvo más tiempo en soltarle.

* * *

.

.

.

Antes que nada, una disculpaporque al final ocurriese lo que sé por medio de sus comentarios en ambasplataformas, muchos no querían que sucediera. Sin embargo desde que comencé elfic el año pasado, ya tenía planeado entre varias otras sorpresas, el que Lilyapareciera embarazada de Lincoln. Lamento todas aquellas pistas falsas quemonté para presuntamente adjudicarle la paternidad a Adrien, o hacerles pensar queéste siquiera iba a aparecer en la historia (que aún me pienso si tal vez darlela oportunidad de hacer presencia o no). Espero seguir contando con su apoyo apesar de mantener mi decisión sobre lo de Lily.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro