Estupidez o cobardía

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Deplorable tarde, en la que tu corazón piensa que nuestro fin está cerca. ¿Es acaso el miedo?

¿O es que verdaderamente piensas que es así?

Fatal y angustiosa noche, mis lágrimas ya no se pueden ocultar. ¿Es fácil para ti? ¡Ay! Duele y no lo sabes.

Inmensa madrugada; pasiva y sosegada como aquellos sentimientos que mi interior no será capaz de revelar.

¡Melodiosa voz del viento!

Han pasado innumerables días, meses y según yo, años.

¿Volverás? ¿Tendremos un reencuentro?

No lo sé, Jimin. No sé si deseas verme.

En melancolía regreso al pasado, aquellos momentos de fulgor incesable siguen en mi memoria. Tristemente veo mi cuerpo magullado, mis heridas no sanan; no obstante, duele más aquí dentro. Incluso siento que he envejecido, el tiempo me ha matado.

¿Era el destino fingiendo ser piadoso conmigo? ¿Era yo creyendo que la felicidad vendría a por mí en algún momento?

Gris a mi alrededor es, desde ese día, el color se fue. Desamparado me encuentro; nadie me ayudará.

Aún busco pretextos que desmientan mis sentimientos, que bien son lamentables, pero yo soy más lamentable.

Si olvidar fuera posible, habría borrado tu recuerdo sin pensarlo dos veces; sin embargo, Jimin, el cielo no me deja olvidarte.

¡Cobarde! Te atreviste a dejarme en sufrimiento y pesar; sin motivo, sin salvación...

A hurtadillas te safaste de mi afectividad incondicional, ¿es que mentiste con descaro ineficiente?, ¿es que, para ti un pecado mortal fue amarme?

Desdeñoso tu corazón es: ¡Culpable de mi frustración! ¡Culpable de mi deplorable vida actual!

Fatal pusilanimidad la tuya, que con poca osadía te atreves a abandonar el lecho que compartimos alguna vez.

Me atrevo a decir que estar a tu lado pudo ser mi más grande apreciación en esta vida, empero, Jimin; me alejaste y no te lastimó haberme perdido.

¡Oh! Como me arrepiento de haber sentido lo que sentí, y haber amado como te amé.

¡Patrañas! Tus palabras de amor fueron patrañas que a mi corazón agitaban, suponiendo que serían ciertas, y que tus promesas se cumplirían sin pesar.

Permanezco atribulado, ha pasado bastante tiempo, mas ni aun así te logro olvidar. ¿Será que mi corazón te pertenece? ¡No lo puedo ni imaginar!

Llora mi alma, lloro yo; mi afecto hacia ti perdura en mis entrañas, no soy alguien capaz de despreciarte aún si todo lo que pasó se fue en un momento.

Si esos días...

Si esos días hubiesen perdurado hasta el momento, Jimin, no tendría porqué sollozar. Amor mío, te extraño aun cuando el atardecer amenaza con martirizar mi alma; te extraño aun cuando la inmensa noche opaca mis alaridos de pasión; te extraño aun cuando a la mañana siguiente con heridas me encuentre.

Amor mío, te extraño y no lo sabes.

Pero está bien, ni siquiera te ha de importar.

La vida continúa, o eso me dijeron; no obstante, estoy atado al ayer como un imán que no se desprende. ¡Ayayay! ¡Esto mata!

Aquel día atroz, debiste confesar sin rodeos lo que ocurriría en algún momento. No debería ser yo quien te juzgue, mas hoy siento coraje para hacerlo.

Jimin...

Tú...

¿Pretendes matar mis sentimientos?

En este crepúsculo, veo como un vestigio aquellos momentos que alguna vez compartimos juntos. ¿Es bueno o malo?

Recuerdo los días de juventud, días en los que ambos recostados sobre el inmenso pasto verdoso, observábamos detalladamente el cielo azul que coquetamente movía las nubes a su alrededor.

Siempre me sorprendía el hecho de que hayamos sido tan distintos pero tan parecidos al mismo tiempo; me encantaba poder encontrarme en ti; sentía que había recuperado lo que en algún momento perdí.

Minnie, cariño mío: tus hermosos ojos color avellana reflejaban la exaltación de la naturaleza; tus labios tan marcados y apetentes mostraban el paraíso con el cual alguna vez soñé. Eras perfecto en cualquier sentido.

Todo en ti era perfecto.

¡Oh, amor mío, como un querubín merecías ser adorado! Cada detalle en ti, ¿cómo podría existir una persona así?

Y luego de mucho tiempo me pregunto: ¿Qué viste en mí?

Mi cuerpo no mostraba pulcritud, tampoco mi vestimenta o mi andar. Siempre llevaba los mismos pantalones y la misma casaca de cuero, con la cabellera despeinada y a la vez descuidada.

Entonces...

¿En qué te fijaste?

Tú te veías tan bien, que me es imposible creer que pude tener contacto contigo. Con los zapatos bien lustrados; los pantalones bien planchados, una sudadera diferente cada día, cabello ordenado y siempre manteniendo la higiene necesaria.

¿Fue amor?

Cuando nos conocimos, tus ojos que como dos luceros son, pedían auxilio, cosa que nunca supe entender. Pero te otorgué mi brazo y te di el apoyo que pude darte en ese entonces —que no fue mucho, he de confesarlo—.

Constantemente llorabas al hablar del cuanto odiabas a tu familia y yo siempre buscaba la manera de explicarte que todo pronto iba a mejorar.

Mis brazos... siempre me encargaría de envolverte en ellos cuando lo necesites, siempre te protegería y ambos nos apoyaríamos el uno en el otro sin importar qué.

Entonces; como un hábito, el atardecer miraríamos juntos, alejados de la realidad que a todos —debo decir— afecta. Sonreiríamos el uno al otro, ignorando lo que finalmente nos rodea.

Amor mío, el aire que me rodea tendría olor a ti, si miraba el cielo pensaría en ti, si llegaba a casa serías lo primero que tendría en mente y cada cosa que haga tendría tu nombre tallado, porque te habías vuelto una parte fundamental en mi vida.

Porque eras mi vida.

¡Ay! ¡Cómo quema ahora!

Remembranzas que atormentan, que matan, que envenenan.

Un día de esos, viniste corriendo —y lo supe ya que tu agitado corazón lo delataba—, mi miraste y con tristes palabras dijiste:

—Yoongi hyung, mis padres nos descubrieron.

En los próximos días, empezaste a actuar raro, tu comportamiento era inusual. Cada tarde ya ni siquiera mostrabas interés como lo solías hacer, te perdías en tus pensamientos con frecuencia y era complicado descifrar lo que ocurría puesto que establecer una conversación también se había tornado difícil. Estaba aturdido y a la vez confundido.

¡Oh! ¡Debí entenderlo en ese entonces! No obstante, como un tonto fui; no sabía lo que ocurría.

¡Cielo divino, te adoro, pero cómo pueden esas palabras matar mi corazón!

No confíes en nadie me dijeron de chico, pero confié en ti y como un ciego caí al abismo interminable.

Torpemente tropecé; fatalmente padecí.

Desde ese día venías irregularmente, algo pasaba y no lo podía adivinar. Ni siquiera querías contarme lo que sucedía.

¿Cómo iba a saberlo?

Tus padres...; una mañana apaciguante los conocí, me miraron despectivamente y pasaron de largo.

Supuse que no les agradaba, no me equivoqué.

Sin embargo, era obvio que no les iba a agradar. Traía tatuajes por todo el cuello, un piercing en la ceja y otro en el labio inferior; una camiseta negra desgastada que con mucha suerte podría estar sin brumas; unos jeans negros con algunos agujeros pequeñísimos y mis zapatillas igualmente negras.

Minnie, si yo fuera tu padre, tampoco querría alguien así para mi hijo.

Mereces mucho más de lo que soy.

No obstante, tus padres; ellos tenían miedo de algo que no podían entender: nos amábamos.

Estaba frustrado, te quería y sé que tú también me querías, pero no era suficiente. Jamás lo aprobarían.

Aquellos señores bien vestidos, siempre impecables con sus quehaceres. ¿Podría verdaderamente con ellos?

Sería un sueño cumplido ser el favorito de tu madre, sería un sueño perfecto tener a tu padre de mi lado.

¡Ay, cariño mío! ¡Por ti atravesaría la muerte si es posible!

Te volviste mi alma y mi razón de ser, mi amor y mi sensatez. ¿Cómo no podría yo seguir?

Lo intentaría si era por ti.

Lo daría todo por ti.

Todo.

Pasado unos días me propuse que tendría la aprobación de tus padres. Lo iba a conseguir.

Alquilé una camisa blanca como las nubes que alguna vez vimos juntos; un pantalón de tela negro que le daba discreción a mi vestir; un saco del mismo color que combinaba perfectamente con la corbata y los zapatos.

Maquillé mis tatuajes como pude y saqué los piercings de mi rostro. Acomode mi cabello y rocié un poco de perfume sobre mí.

Compré un ramo de camelias —blancas y rosadas para ser exacto— y me acerqué a la puerta de tu casa.

Estaba nervioso, debo admitirlo; empero no iba a dar vuelta atrás.

Toqué el timbre, torpemente pedí al empleado verte y este con cierto desagrado aceptó.

Mis piernas temblaban, sentí que iba a desarmarme aun si eso no es posible en realidad.

Saliste por esa puerta, tus ojos estaban apagados y tus pupilas traían marcas rojizas. Nunca te había visto así.

—Hola-a —Balbuceé, mis manos sudaban. Esperaba que miraras el cambio que había hecho con mi apariencia. Esperaba escuchar tu opinión del cómo me veía, mas respondiste a mi saludo anodinamente como si algo te molestara. ¿Qué ocurre? —Te traje estas —Acerqué el ramo de camelias a ti. Las miraste y tus ojos dejaron ir una lágrima por tus mejillas abultadas, mi rostro inmediatamente espabiló. —Jimin, ¿pasa algo?

—No puedo aceptarlas. —Tu voz átona me dejaba saber que algo andaba mal, sin embargo, me era imposible adivinar. —Tienes que irte.

¡Oh, amor! ¿Cómo puedes pedirme eso?

—Dime que ocurre —Estaba intranquilo, odiaba cuando evitabas hablarme. Pediste que fuéramos a otro lugar para hablar, imaginé que sería tu casa, pero llegamos a un parque cercano a la misma.

—Terminemos.

Y como un balde de agua fría, esas palabras invadieron mi interior.

Mi respiración me asfixiaba, esta sensación, nunca antes la había sentido.

—¿Qué? —Murmuré. —¿De qué estás hablando? —Incredulamente sentí la angustia azotarme. Tus ojos, aquellos orbes de los que me enamoré no mostraban indicio de burla, eso me asustaba.

—Yoongi, ya no te quiero. —¡Falacias! Todos sabían que eso era mentira, tus ojos trataban de engañarme, mas tu corazón lo impedía. —¿No lo entiendes? Tú y yo, somos diferentes. —Fingías una voz severa, aquella que se supone nunca escucharía.

—Mientes, Jimin. ¿Es una broma no? Esto ya no es divertido. —Mi voz trémula, impacientemente esperaba que aceptaras que era cierto.

—Basta, no te amo. —Se supone que debía creer esas palabras; no obstante, como un aguacero tus ojos formaban lágrimas tristonas; tu voz de naranjo enlutado contradecía las falsas palabras que salían de tu boca.

No estabas diciendo la verdad, no estabas siendo sincero.

—Son tus padres, ¿no es así? —Abriste los ojos como platos apenas lo mencioné, he de pensar que esta vez no me equivoqué. —Así que es eso, sabes que podemos arreglarlo. Nosotros-

—No, Yoongi, no son mis padres.

¿Cómo debía creerte cuando actuabas así?

—Solo... —Dudaste —Ya no es lo mismo —Otra mentira. Sí, la forma de amar puede cambiar. El cariño y las muestras de afecto pueden cambiar. El significado de cariño y adoración pueden ser distintos para cada persona. No obstante, el amor incondicional es algo que evoluciona pero no se marchita. Y sé que nuestro amor no está ni cerca de marchitarse.

¡Ay, amor mío! ¿Qué ganas con lastimarme?

—Hablemos con calma, tranquilízate y...

—¡No necesito tranquilizarme, estoy lo suficientemente cuerdo! —Más lágrimas brotaban de tus ojos. —Yoongi, ambos sabemos que esto fue pasajero, nosotros no tenemos futuro. —Palabras que lograron herir mi corazón, eso fueron, he de suponer que te diste cuenta —Mírate, ¿eres tú? —Soy yo ese alguien, pero no sé porqué siento que nunca te conocí. —Nunca vas a encajar en la sociedad, y esto... esto es mi vida, Yoongi. Nací como un Park y tengo que aceptarlo. —Yo era un simple chico que vivía en un barrio aburrido, mientras tú siempre fuiste alguien con ocupaciones importantes a pesar de tu edad. Supongo que éramos realmente diferentes.

—Jimin... —No tenía idea de que hacer, intentaba guardar el llanto, empero, mis lágrimas amenazaban con salir. Mi mano derecha estaba aferrada al ramo de camelias que traía conmigo, la otra en cambio estaba envuelta en un puño con mis nudillos haciéndose cada vez más blancos.

—Mañana voy a viajar. —Limpiaste aquellas gotas saladas que rodaban por tus mejillas. Murmuré un ¿qué? y rápidamente dijiste: —No regresaré.

—¿Eso es todo? ¿Qué pasará con nosotros? —Mis lágrimas ya no pudieron evitarlo, como una cascada se desprendieron de mis ojos. Estaba estupefacto.

—No existe un nosotros.

—¡Cómo puedes decir eso! —El ramo de camelias instantáneamente cayó de mis manos. —Nuestro amor... ¿Qué hay de eso?

—Yoongi hyung, es una decisión que ya se tomó.

—Tú no eres así —Comenté bruscamente sin ser consciente que te estaba lastimando también. —Jimin, podemos arreglarlo...

—No, no se puede arreglar. —Intentabas ser fuerte y seguro al pronunciar cada palabra que decías.

—Jimin...

—¡Ya no sigas! —Tu voz desgarradora y tus lágrimas empañando tu rostro me mataban. Empezaste a golpear mi pecho con ligereza, llorabas con ímpetu —Ya no sigas, por favor, Yoongi, por favor. —Mi corazón abatido, mi alma desahuciada. Ambos llorábamos, ambos con el miedo creciente, ambos sufriendo por una decisión de la que tú te habías hecho cargo.

Si tanto daño nos hacía, ¿por qué optaste por aquella?

—No te dejaré ir. —Pronuncié tratando de desatar el nudo en mi garganta.

Juré una de las tantas noches en las que como amantes nos encontramos, escondiéndonos de la sociedad que solo refunfuñaba, que te amaría para toda la vida. Juré que mi corazón solo a ti te pertenecería. Juré que no me rendiría contigo.

Un juramento no se rompe fácilmente, Jimin.

Mis promesas hacia el cielo de cuidarte para la eternidad jamás fueron falacias que algún día rompería.

—Tienes que hacerlo, hazlo por nosotros. —Mencionaste acariciando con tu mano derecha una de mis mejillas, y con la diestra agarraste mis manos.

—¿Cómo puedes pedirme eso?

—Tienes que rehacer tu vida, yo lo haré así que haz lo mismo por ti. —Sentí tus manos abandonar el tacto conmigo, ese frío intenso aún lo tengo guardado en mi memoria.

—No.

—Adiós, Yoongi.

—No, Jimin, no.

Te alejabas poco a poco, y con cada paso que dabas mis lágrimas caían frenéticamente. Pensé que voltearías pero nunca lo hiciste, estabas dejándome en el olvido.

¡Oh, cariño mío! No puedo alcanzarte puesto que el paso de mi alma lentamente se desvanece.

Y cuando perdí la vista de tu sombra, mi cuerpo flaqueó y como un hombre aprisionado mis rodillas impactaron el frío suelo.

Mis alaridos, mis gritos; no los escuchaste, no los escuchas, solo mi corazón es capaz de oírlos.

—¡AAAAAAAAAAH! —Solo tú, amor mío. Te miré únicamente a ti, y las lágrimas siguen brotando. Te aprecié únicamente a ti y mi semblante aturdido continúa. ¿Cómo puedes ser tan injusto conmigo?

Te atreviste a lastimarme sin pensarlo dos veces. ¡¿Eres humano siquiera?!

¡Leonino! Jimin, estas hiriendo cada parte de mi maldito cuerpo.

Siempre fuiste el único para mí. ¿Qué acaso yo no lo fui para ti?

Cielo divino, ¿por qué dejas que el amor de mi vida se aleje?, ¿por qué no quieres que sea feliz?

¡Te opones a aquel amor que como un perjurio fue!

No es justo, no lo es, Jimin. No creo merecer esto.

¿Te burlaste de mí? ¿Fue solo un pasatiempo? ¿Qué hay de lo que yo sentí? ¿Realmente nunca te importé?

¡Ay, mi corazón arde de dolor! ¡Ni siquiera soy capaz de odiarte!

Los días pasaron pero el cúmulo de tristeza en mi corazón no, las noches en vela se fueron, pero mi llanto en las madrugadas no, y tu presencia; nunca más la volví a ver.

¿Pensaste en mí? ¿Alguna vez lo hiciste? Dime que sí, por favor.

Te habías mudado verdaderamente, tu casa estaba vacía; era de esperarse supongo.

Sin embargo, se había vuelto una costumbre venir a tu casa todas las mañanas esperando que vuelvas en algún momento. A pesar de que te habías ido, guardaba en lo más profundo de mi corazón la esperanza de que volverías por mí. Que nos amaríamos de nuevo, y que podríamos recuperar aquellos momentos de felicidad y ventura.

Pero solo fue mi imaginación, nunca volviste. Aun si le pedía a la madre Luna verte, ella no me escucharía, aun si le clamaba a los cielos nuestro reencuentro nunca sucedería.

No regresarías. Supongo que hablabas en serio con rehacer tu vida.

No obstante, Jimin, ¿cómo pudiste hacerlo? Porque yo no fui capaz de superarte. Cada momento compartido, cada sentimiento, todo sigue siendo mi ahora.

Mi cuerpo descuidado y a la vez demacrado, todo el mundo lo observa, piensan que me volví loco y quizá si estoy loco, pero loco de amor, Jimin.

En agonía me dejaste, ahora como un hombre paupérrimo me veo.

Soy un pobre y mísero humano para los demás, me tildaron de drogadicto e incluso de beodo. ¿Tan mal me veo? Porque el único trago que me he tomado ha sido el de tu embustero amor.

Mas sigo esperándote, seguiré esperándote. Noche tras noche, día tras día, estoy extrañándote eternamente por si no lo sabes todavía.

Cariño mío, Minnie, cada día pienso en ti y aún duele tu partida.

¿Sientes lo que siento? En mi destrozado corazón no queda nada mas que el aprecio constante hacia ti, mi vida.

¡Ay! No puedo fingir que te odio por dejarme, pero tampoco puedo decir que no te extraño como antes.

¡Te pedí que no me dejaras y prometiste que no lo harías!

¿Cómo puedo estar feliz con eso?

Como el llanto de la triste brisa en las mañanas, como los cansados susurros del viento en los atardeceres, como el movimiento inoportuno de los celajes entumecidos al anochecer, llegaré a ti sin importar qué.

Porque así como las trémulas nubes que en agonía se encuentran, mis lágrimas no tardarán en caer si eres tú, cariño mío. Porque te amo, y puedo afirmar que tú también me amas.

Seré prudente con nuestro amor, que sé bien que no es unilateral. Mis gritos al cielo no serán en vano.

La triste melodía de mi corazón se aferra a tu recuerdo ferviente, no volverás pero soñé que ya lo hiciste.

Mis ojos te vieron, un ángel fuiste. Cantarina tu voz escuché.

Bonito.

Me abrazaste, dijiste que me amabas y que pronto nos veríamos.

Mi corazón se cansó de gritar, de sentir y de apreciar; aquel dolor, sé que pronto desaparecerá.

Jimin, no me he cansado de esperar. Aun si no regresas pronto, permaneceré con el deseo de volverte a ver en algún momento. Pero no sé si mi corazón lo vaya a soportar.

Aguantaré hasta donde pueda, solo...

No demores, por favor.


Hola, soy yo molestado nuevamente.

(Si lo guiones son cortos, puse los largos pero Gaypad siempre me los cambia)

Bruno Mars, no me odies aldklalall

No pensé que estaría tan ocupada, así que terminé escribiendo esto en un tiempo reducido :(

No esto completamente orgullosa porque siento que pude haberlo escrito mejor, así que me tomaré un tiempo para recuperar la inspiración que antes tenía. UnU

Pero pero quería preguntarles si quieren ver esto desde la perspectiva de Jimin OwO

Gracias por el apoyo ><

-TYT

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro