Capítulo 1

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Principios del mes de agosto, para muchos el mejor para otros el peor, ¿por qué? Regreso a clases. Claro, sólo para los de preparatoria, a pesar de eso no había nada en el mundo para cambiar la felicidad de Teresa.

Abrió los ojos de golpe al escuchar su alarma, eran seis de la mañana y claramente no había podido conciliar el sueño debido a la emoción. No sólo era el inicio de una nueva etapa escolar si no también la conclusión de una; último año de preparatoria, quién lo diría, el tiempo pasaba volando.

Salió de la cama para ponerse el uniforme de la escuela; consistía en una camisa blanca color violeta grisáceo, un suéter color azul marino y unos jeans azules. Se puso un poco, sólo un poco de brillo labial para después hacerse un peinado sencillo, pero presentable: una trenza de lado. Tomó su mochila que estaba encima de la silla, cerca de su escritorio y antes de salir se miró al espejo, posicionado enfrente de la puerta.

—Este año será inolvidable—suspiro, nerviosa y salió de su habitación.

Mientras bajaba las escaleras escuchaba las voces de sus padres conversando, su madre preparaba un pequeño desayuno en la cocina y su padre veía las noticias en la sala.

—Buenos días mamá y papá—dijo bajando el último escalón para acercarse a su papá y besar su mejilla.

—Buenos días cariño—contestó su madre desde la cocina, su padre también le respondió el saludo. Se dirigió al comedor para tomar asiento y esperar a que le sirvieran el desayuno. Minutos después escuchó pasos apresurados desde las escaleras, claramente era su hermano.

—Buenos días mamá, papá—exclamó algo agitado—. Lo siento no sé qué pasó, mi alarma no sonó a tiempo.

—No te preocupes cielo, estás justo a tiempo para el desayuno—Ricardo se dirigió a su madre para besar su mejilla y después sentarse a lado de Teresa.

—¿Qué tal hermanita, lista para tu último año de preparatoria? —Preguntó mientras bebía un licuado.

—Mmm bien, supongo, estoy algo nerviosa—respondió para después beber de su bebida.

—Totalmente normal Tere, pero no te preocupes que yo estaré para ti y resolveré cualquier duda que tengas.

Su hermano era dos años mayor que ella por lo cual siempre la cuidaba desde que había nacido. Él ya estaba en segundo año de la universidad, y a pesar de estar en diferentes escuelas, ambos acordaron que Ricardo fuera quién llevara a Teresa a la escuela en vez de tomar el autobús o fuera caminando.

Una vez terminaron el desayuno ligero, ambos fueron al baño a lavarse los dientes para acto seguido despedirse de sus padres y salir de la casa hacia el garaje. Ambos se subieron al coche, Teresa como copiloto y Ricardo como piloto. Al salir de la casa eran las seis y media, el sol comenzaba a salir de a poco.

Pasarían primero a la escuela de Teresa ya que ella entraba a las siete y media de la mañana y Ricardo a las ocho, además de que entre ambas escuelas era la más cercana. Durante el camino pusieron un poco de música para hacer cómodo el ambiente, Ricardo quiso animarla pues era un día especial, por lo que durante el camino escuchaban canciones de One Direction, Boyband favorita de Teresa.

Llegaron diez minutos antes de la siete y media, Teresa iba a descender del vehículo cuando su hermano la llamó.

—Oye no estés nerviosa, tú vas a poder con esto, te quiero mucho, hermanita—se acercó a ella, aún con el cinturón puesto, para abrazarla.

—Gracias Rick, también te quiero—respondió abrazando de vuelta a su hermano, después bajó del auto y mientras se alejaba de este escuchó a su hermano gritarle: "Llama si necesitas algo", Teresa sólo pudo soltar una pequeña risa antes de subir su mirada al edificio enfrente de ella.

Era blanco, muy grande y alto con cuatro pisos, en la entrada estaban varios alumnos platicando entre ellos. Al no visualizar a alguien conocido decidió entrar. El pasillo de la entrada seguía igual como lo recordaba el año pasado, parecía que nada había cambiado y que seguía en primer año de preparatoria.

Cuando se encontró con el gran patio principal, logró ver a la distancia una silueta familiar, cerca del otro edificio que eran los salones, gritando su nombre se acercó a ella a paso rápido.

—¡Avril, hola! —Llama para después abrazarla. Avril era una de sus mejores amigas.

—¡Hola Tere!, dios qué gusto verte de nuevo, te extrañé demasiado—mencionó abrazándola igualmente.

—Yo también, incluso si hablábamos casi todos los días—ambas soltaron una pequeña risa empezando a caminar por la escuela como era costumbre entre ellas.

—Y, ¿ya sabes qué vas querer estudiar, Tere? Esta vez ya no tienes tiempo para pensarlo.

Teresa soltó un suspiro antes de responder—. Supongo que me iré por la carrera de diseño, específicamente a la de diseño gráfico, digo me gusta eso y creo que no está mal, ¿y tú?

—Yo tal vez por la carrera de literatura, aún no sé a qué área específicamente, pero eso lo veré más adelante.

—Y yo tal vez vaya para derecho o psicología—respondió una tercera voz detrás de ellas, ambas se voltearon y sonrieron al ver de quién se trataba: Lazy, otra mejor amiga de ambas. Se acercaron para formar un abrazo grupal y dar un pequeño grito de emoción.

—¡Lazy qué genial es volver a verte! —Expresa Avril separándose del abrazo.

—Digo lo mismo, no saben cuánto las extrañe—soltó una pequeña risa al igual que Teresa.

—Oigan odio ser aguafiestas, pero creo que ya debemos de ir a nuestros salones, el timbre no tarda en sonar—mencionó Teresa una vez revisó su teléfono.

Ambas asintieron y comenzaron a caminar por los pasillos dirigiéndose a sus respectivos salones, lamentablemente no estarían en los mismos salones a excepción de Avril y Teresa.

Subieron al segundo piso donde tomaron caminos opuestos.
Teresa caminaba sola por el pasillo, ya que Avril había ido a saludar a otras amigas rápidamente; con la mirada baja tratando de disminuir los nervios y sólo levantándola para ver si ya había llegado a su salón, choca con alguien.

—Oops, lo siento no me fije.

La otra persona que estaba de espalda se volteó hacia ella y sonrió.

—Hola, Teresa.

—Oh, Henry, ¿qu-qué tal?

Podríamos pensar que es típico chico guapo con el que todas quieren salir por jugar en el equipo de fútbol de la escuela y que ha tenido un historial enorme de parejas, sin embargo, no todo es lo que parece, detrás de él chico atlético-guapo está una persona que trata a todos con amabilidad y que sólo tiene ojos para una sola persona que se ha robado su corazón desde muy joven.

—Muy bien, ¿y tú? —Respondió Henry con una sonrisa.

—Oh te soy sincera, muy nerviosa—soltó una pequeña risa tímida.

—No te preocupes, creo que todos lo estamos, aunque sea un poco.

Quedaron en silencio unos segundos el cual Henry terminó y volvió a hablar.

—Supongo que estamos en el mismo salón entonces, ¿quieres entrar? —Mencionó mientras se hacía a un lado de la puerta para que Teresa entrara primero, quien asintió y agradeció con un simple gracias.

Se dirigió a un lugar vació cerca de la ventana, pues algunas veces le gustaba saber qué pasaba afuera y unos instantes después llegó Avril a su lado, y la profesora, dando inicio a su primera clase: Comunicación Visual.

Fueron tres horas muy lentas, a pesar de eso iniciar lunes con comunicación visual, matemáticas y psicología no era tan malo después de todo. Ahora mismo iniciaba el descanso por lo que Teresa y Avril bajaron las escaleras para esperar a la ojiazul; cuando las tres se encontraron fueron a su lugar favorito para almorzar desde que habían iniciado la preparatoria, las gradas.

—Y bien, ¿qué tal las primeras clases? —Preguntó Lazy a ambas chicas mientras le daba una mordida a su almuerzo.

—Algo aburridas, aunque creo que es normal para el primer día de clases—contestó Teresa.

—Confirmo—mencionó Avril.

—Y, ¿les tocó con alguien que conocemos? —Avril sonrió mirando a Teresa sonrojarse.

—Mm sí, Henry—sus mejillas tomaron color—¿Y a ti? —Desvió rápido la mirada, preguntado a Lazy.

—Con Gideon—Respondió.

—Y... ¿De casualidad no sabes en dónde se quedó Mark? —Cuestiono Avril, quien inmediatamente soltó una pequeña risa al ver a Lazy sonrojarse levemente y desviar la mirada.

—Exactamente no, pero sé que está en área dos—respondió tratando de mostrar desinterés.

—Vamos Lee, lo sabes muy bien—se unió Teresa a la conversación para molestarla.

—Bueno, ya, lo sé, es mi amigo, claro que me dijo—habló rápidamente queriendo zafarse del tema.

—Sí... tu "amigo" desde la primaria—volvió a hablar Avril haciendo entre comillas con los dedos al mencionar la palabra amigo. Teresa rió sutilmente.

—Por cierto, ¿por qué nunca has intentado confesar lo que sientes?

—Bueno...—Lazy bajó un poco su mirada, dirigiéndose hacia el suelo—Somos amigos y creo que nos unimos un poco más el año pasado, pero tú me entiendes Tere, no quiero arruinar la amistad—volteó a ver a sus amigas.

—El que no arriesga no gana.

—Tiene razón Avril, además yo digo que sí le gustas.

—¿P-por qué piensas eso? —Mencionó la castaña clara,muy confundida y con una sonrisa nerviosa.

Jamás había sospechado nada, incluso se consideraba distraída en cuanto a captar las indirectas.

—Porque en todo lo que llegamos del descanso no te ha dejado de mirar—respondió Avril por Teresa.

Lazy inmediatamente se volteó disimuladamente hacia donde se dirigía la mirada azulada y verdosa comprobando que efectivamente la estaba mirando, ambos apartaron la mirada y las mejillas de Lazy comenzaron a tener un tono rojizo más intenso.

—Bueno Abby, ¿y tú cuando admites tus sentimientos? —Contraatacó Lazy en cuanto el sonrojo disminuyó. Avril soltó un suspiro.

—No, yo no...—negó con la cabeza—siento nada por él más que una amistad, se los prometo.

Teresa hizo una mueca, tomándola de un hombro—. Sabemos que no quieres que pase lo mismo de hace años, pero tampoco es para que reprimas tus sentimientos—sabía que la respuesta de Avril no era cien por ciento sincera, conocía muy bien cuando estaba mintiendo.

La ojiazul cerró los ojos para después suspirar. —Tal vez un poco—miró a sus amigas esperando alguna reacción.

—El que admitas que un poco, es un gran paso—dijo Lazy sincera, tomándola del otro hombro, Teresa sonrió levemente y Avril bajo la mirada empezando a sonrojarse

—¡Pe-pero quiero aclarar que no es un hecho! —Interrumpió el silencio, sobresaltando un poco a las otras chicas.

—De acuerdo, te daremos tu tiempo—rio Lazy—. Algunas tardamos años, como yo—se señaló así misma—y otras se dan cuenta al momento, como Teresa—la señalo y la mencionada bajo la mirada, tímida.

—Supongo que cada quien se da cuenta de lo que siente a su tiempo, ¿no? —Mencionó Avril.

—Claro, y no tienes que saberlo hoy mismo—intervino Teresa, estaba a punto de continuar cuando Avril habló nuevamente.

—Porque puede que lo esté confundiendo con amor y admiración...—susurró para sí misma, aunque sus amigas la escucharon. Desvió la mirada hacia las canchas de fútbol que estaban enfrente de ellas.

—Y tienes miedo de que no sea mutuo—completó Teresa, mientras que Avril asintió, sabía que eso solía suceder un par de veces o la mayoría en su caso; sin duda un terror que muchos vivimos—. Escucha, tú misma lo dijiste "el que no arriesga, no gana " ¿Qué es lo peor que puede pasar además de un rechazo?

—Mmm nada, pero, ¡sabes que soy tímida para eso! —Avril cubrió su rostro con ambas manos, con trabajo lograba entablar amistades cada vez que iba a un lugar nuevo ¡Imagínate el hablar de sus sentimientos!, por esa razón prefería la tranquilidad de los libros al leer o los lienzos al pintar.

—Todas tenemos que ser valientes con esto—murmuró Lazy.

—Sí... pero es difícil serlo—completa, Avril.

—¿Y qué piensas hacer? —Teresa dijo con un tono tranquilizador.

Avril dejó de cubrir su rostro para llevar su vista a los chicos que estaban recargados sobre la entrada de la cafetería.

—No lo sé, supongo que dejaré que las cosas fluyan—sonrió sutilmente antes de volver la vista hacia sus amigas.

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