Capítulo 39

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La primera semana había pasado realmente rápido, lo cual entristeció a muchos, porque pronto volverían a su aburrida rutina, es por eso que aprovecharían el tiempo al máximo, tomando millones de fotos y videos en todos los ángulos posibles.

Más aun cuando estaban frente a uno de los palacios más conocidos de esa nación: Le Palais du Luxembourg, construido en el siglo XVII, a simple vista es un lugar extenso y enorme, al mismo tiempo que hermoso, por sus jardines que lo rodeaban y por su estructura interior. Que, de hecho, fue uno de los beneficios que obtuvieron al demostrar que eran estudiantes, poder conocer cada rincón que conformaba dicho palacio.

Era, literalmente, una explosión de esplendor debido a que, prácticamente, todo estaba cubierto de oro, a excepción del suelo, por supuesto, el cual estaba forrado por un tipo de alfombra color rojiza oscura.

Su siguiente destino para el día miércoles, luego de tener un relajante día en la piscina y en el jacuzzi en el hotel, fue un paseo por el Sena y eso no era lo mejor de todo, si no el hecho que sería al comienzo del atardecer, lo cual incluiría una vista hermosa.

Abordaron alrededor de las cinco de la tarde, cuando el Sol todavía seguía brillando un poco, en un barco de gran extensión y con la posibilidad de tener una mejor vista y libertad gracias al segundo piso que tenía, donde realmente fueron pocos los que estuvieron ahí debido al frio.

Durante su recorrido pudieron observar diferentes partes de Francia, como otros edificios, puentes, algunos monumentos que anteriormente habían visitado y algunas personas que daban un paseo o hacia un día de campo cerca de la orilla del rio.

A pesar de ir a una velocidad moderada, el fuerte viento llegaba a sus rostros, haciendo que sus cabellos sean un gran caos. Al ya tener una semana ahí, también se dieron cuenta que las noches eran más frías que el resto del día, por lo que la mayoría en ese momento tenían gruesas chamarras, guantes y bufandas.

El único que aparentemente no tenía mucho frio era Henry, quien tenía puesto un ligero abrigo y una bufanda. Era obvio, ¿no es así? Básicamente su cuerpo está más acostumbrado.

La mejor parte de todo ese recorrido, que termino alrededor de las siete de la noche, fue el haber visto el espectáculo de luces en La Tour Eiffel, incluyendo también fuegos artificiales. Teresa creía que las únicas veces que se hacían eso era por año nuevo o por alguna otra celebración, sin duda jamás se esperó verlo.

En esta ocasión, no fue excepción que no tomaran la foto grupal, por lo que los seis subieron a la otra parte del barco para tener de fondo a La Tour Eiffel pintado de diferentes colores y parte de la noche oscura y fría. Gideon al tener el brazo más largo, según Avril y Henry, fue el que tomo la foto.

Esta foto, además de serespecial reflejaba mucho, pues Mark y Lazy salían siendo la más evidente parejahasta el momento, donde él besaba la mejilla de ella mientras ella sonreía conlos ojos cerrados; Avril y Gideon, mostraban más que evidente que sentían algoal estar cerca del uno al otro, debido a que ambos salieron sonrojados y porúltimo Teresa y Henry, a comparación de otras fotos, se les veía más juntos y unidos,ya que él la abrazaba por los hombros, al mismo tiempo que ella tenía la cabezarecargada en su pecho, sin dudar alguna este viaje les había ayudado mucho aacercarse entre ambos.

Viernes llegó, esta vez lamentablemente, debido a que era su último día en Francia, sin lugar a duda este país y parte de lo que pudo conocer no la decepcionaron en absoluto, al contario, supero las expectativas que tenía sobre este.

Al mismo tiempo de ser el último día, las maestras, como mencionaron en al principio del viaje, irían a La Tour Eiffel y, además a Les Bassins du Champ de Mars, un área verde que se encontraba cerca de la torre.

Era emocionante la idea de por fin conocer uno de los lugares más visitado en el mundo en general, sin embargo, durante la mayor parte de la mañana y el medio día estuvo pensando en una sola cosa, sí, el chico de las cartas y esta vez fue porque los días lunes y miércoles de esa semana no recibió carta alguna, o al menos no las encontró en donde normalmente las dejaba.

Era extraño para ella considerando que el chico le estaba dando pistas para que supiera su identidad ¿Qué habrá pasado? ¿Se arrepintió? ¿Tuvo inconvenientes o problemas al mandarlas? Eran muchas posibilidades, tanto negativas como positivas.

Trato de olvidarlo, pero le era imposible. Teresa al final y al cabo admitiría que le gustaba recibir las cartas, aunque sus sentimientos hacia la persona no sean los mismos, era lindo saber que le interesabas a alguien, que te hace sentir que eres la persona más hermosa en el mundo, no obstante, por lindo que sea, nunca podría dejar de amar a Henry.

Quién, a vista de ella, era el chico más perfecto, ya no sólo físicamente sino también sentimentalmente, siendo una persona muy caballerosa, divertido e inteligente al mismo tiempo, honesto, amable y sobre todo respetuoso, esa...esa es la cualidad que más admira Teresa.

Volviendo al presente, era exactamente la una de la tarde cuando fueron mandados a sus habitaciones para arreglarse, dado que tomarían la comida allá en las zonas verdes, para después ir a la torre para tomar una pequeña merienda en el restaurante.

No sabía con exactitud a qué hora regresarían, pero trataría de ir un poco más ligero, llevando un abrigo color café claro, botas del mismo color afelpadas en la parte interna, bufanda y una pequeña boina, que compro durante esos días, también llevaría su pequeña mochila consigo.

Lazy y Avril de igualmente vestían ligero, la diferencia con Teresa además de los colores, es que Avril usaba una sudadera de manga larga, mientras que Lazy una sudadera que era muy calientita.

Las tres fueron a la zona de los elevadores donde se encontraría a los chicos, quienes estuvieron ahí pasados cinco minutos. El trayecto hacia los autobuses fue el mismo que estuvieron realizando a lo largo de los días, como había sido continuo Teresa se sentaba con Avril, sin embargo, esta vez le dijo que se sentaría con Henry, sentía que la comunicación entre ellos había aumentado y que era el momento indicado. Avril no se negó a eso.

Henry al estar sentado casi al final del autobús, Teresa estuvo más segura de su decisión, debido a que no empezaría a recibir murmullos de los demás. Una vez tomó asiento a su lado, sonriéndole de manera amable, dejo que las cosas fluyeran iniciando una conversación sobre todo lo que habían visto y contando experiencia que Henry había tenido en algún momento de sus vidas. Se sentía muy bien hablar con él, la forma en que se expresa con las palabras era simplemente atractivo.

Claro que Henry no se quedóatrás respecto a Teresa, desde el momento en que le preguntó si se podía sentarcon él, la felicidad y la emoción lo invadió por todas partes, porquesignificaba pasar tiempo con ella y sobre todo de admirarla, porque sí, paraHenry ella era una persona de admirar por toda la positividad y tranquilidadque transmitía a alguien con tan sólo sonreír.

Cuando llegaron al lugar, sin dudar un poco tomo su mano para caminar el trayecto de los autobuses hasta los jardines, donde ella tuvo un notorio sonrojo que intento ocultar con la bufanda. Aun estando con sus amigos no se separaron en ningún momento y esto provocaba pequeños gritos de emoción entre Avril y Lazy.

El concepto de comer ahí había sido realmente tener un picnic, fueron las maestras quienes trajeron los alimentos y los manteles para que lo pudieran hacer y es que la verdad, si tienes un buen clima donde ahora el viento era menos y el Sol era más, es conveniente aprovecharlo de esa manera.

El ambiente se sentía muy tranquilo, relajante y sobre todo divertido, puesto que entre algunos grupos de compañeros tenían puesto música para animar más el espacio.

Las conversaciones se mezclaban con sonrisas y carcajadas entre ellos, era sin duda la mejor forma de disfruta la tarde. Juntos con tus amistades, tu pareja o tu crush, el cual durante las últimas horas se ha comportado un poco más cariñoso y cercano contigo, que ha tomado tu mano y dado pequeños roces cada vez que puede, que te dice que eres increíble, que tienes la sonrisa más linda y que le alegra estar disfrutando el día contigo, también con los demás.

Entre lo que comieron ese día fueron pequeños sándwiches, postres franceses como el macaron, y de tomar, agua simple o de sabor. Ahora les tocaba recoger toda la basura para evitar contaminar al ambiente para continuar con la última actividad del día que hizo apresurar a muchos a limpiar sus lugares.

Teresa fue la que se encargó de tirar lo platos sucios que habían utilizado mientras, los demás guardaban las cosas y doblaban el mantel.

Fue mientras separaba la basura cuando escuchó un ruido extraño entre los árboles, al principio no le dio mucha importancia, pues fácilmente podría ser algún animal, pero el ruido continuaba. La curiosidad le dijo que se acercara, de todas formas, también miró a su alrededor para ver si en caso de que fuera algo malo pudiera pedir ayuda.

Salut Teresa—exclamo Paula saliendo de un lado del árbol, causando que Teresa dieron un brinco en su lugar.

—¿Pa-Paula? ¿T-tú, aquí? —Dijo sorprendida y respirando hondo a ver que no era nada malo.

—Bueno... primero que todo perdón por el susto, y segundo es una larga historia—Paula siempre se caracterizaba por su manera de hablar, un poco sería, pero con algo de emoción en sus palabras—. Verás, mi universidad fue elegida también para venir a este viaje, la única diferencia es que para mí este es mi día de partida.

—Pe-pero entonces, ¿qué haces aquí? ¿No deberías estar con tu grupo en un vuelo? —Teresa aún se encontraba impactada, al mismo tiempo que sorprendida.

—Si debería...—se recargo sobre el mismo árbol por donde había salido—pero mi vuelo es a la ocho de la noche.

—Pues de hecho son... —dijo revisando su celular—diez para las cinco y se supone que tienes que estar mínimo dos horas.

—Tranquila Teresa, yo sé muy bien eso—Paula le sonrió y le dio una palmada amistosa en el hombro derecho—, además no voy a tarda mucho para lo que te voy a decir.

—¿Decirme algo, a mí? —Ladeó levemente su cabeza.

-—Sí, bueno en realidad entregarte algo—de una mochila negra que tenía en su espalda saco una carta, extendiéndosela. Teresa la miró sin comprender nada todavía.

—Toma, me encargaron que te diera esto exactamente a esta hora en este lugar, supongo que sabrás de que se trata—dijo Paula mientras regresaba la mochila devuelta a su espalda.

—Mm... yo algo así... —tomo la carta con ambas manos.

—De acuerdo eso era todo, nos vemos en casa—antes de darse vuelta y despedirse, Paula le guiñó un ojo a Teresa.

¿Por qué le había dado una carta? Y lo más importante ¿Quién se la había encargado? Terminó rápido de tirar lo que le sobraba para continuar con su camino con los demás, los cuales ya se estaban adelantando.

No quería esperar a llegar a hotel para abrirla, así que, permaneciendo lejos de sus compañeros, pero siguiendo sus pasos, empezando a leer la carta.

"Si todo sale bien recibirás esta carta antes de que lleguemos a La Tour Eiffel, donde ahí quiero que nos conozcamos, ¿pudiste adivinar quién soy o necesito hacerlo más obvio? ¿Y si te digo que mi primera cita de verdad fue contigo cuando fuimos a tomar un café después de mi entrenamiento? Que empecé a escuchar tu boyband favorita porque quería cantar a tu lado lo hermosa y perfecta que eres para mí. Quiero tener un momento completo a solas contigo, por eso te veo a las 5:30 en el último piso de la torre. XX H"

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