Capítulo 44

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Dos semanas después

—Yo sólo espero que me haya ido bien, con eso de que en dos ocasiones casi me salto la clase de matemáticas...—mencionó Avril un poco nerviosa y desviando la mirada.

Teresa rio antes de hablar—. Una de esas ocasiones si lo hiciste, Hen y yo tuvimos que cubrirte—señalo a Henry y sí misma, riendo después.

—Bueno, bueno fue algo necesario, pero los demás, ¿qué tal les fue de vacaciones? —Cambio de tema rápidamente haciendo reír a los presentes. Todos se encontraban en el descanso almorzando en las gradas de la escuela.

—Estuvo relajado, Mark y yo pudimos recuperar tiempo juntos que no tuvimos gracias a los finales—comentó Lazy tomando la mano de él y sonriendo.

—Yo no pude pasar el tiempo con ninguno de ustedes—hizo un leve puchero, Teresa—, mi familia lo quiso pasar conmigo y no podía negarme.

—Al menos ya estamos de nuevo los seis—comentó Gideon—. Mis vacaciones estuvieron bien, no me quejo—se encogió de hombros sin darle mucha importancia.

Teresa notó que cuando Gideon habló, Avril fijo su mirada sólo en él, con una pequeña sonrisa que amenazaba con salir. Su mejor amiga siempre estuvo con ella cuando aún no le decía a Henry que le gustaba, era hora de cambiar los papeles.

Por lo que en el siguiente descanso se disculpó con Henry, pues no lo pasaría con él, cosa que no le molestó en absoluto.

—¡Abby! —Gritó Teresa mientras corría en dirección a ella.

—Tere, ¿no vas a pasar el descanso con Henry? —Preguntó deteniendo su paso.

—Cambie los planes, necesito hablar contigo en privado—tomó a su amiga del brazo y la llevó al único lugar con suficiente privacidad y que casi nadie entraba en esos momentos, la biblioteca.

—De acuerdo, ¿de qué...?

—Ya sé que te gusta Gideon—interrumpió Teresa sin dale si quiera tiempo de terminar la pregunta. Avril abrió más los ojos y el sonrojo comenzó a subir por sus mejillas.

—No....—hizo un alargamiento en la o, al mismo tiempo que apartaba la mirada. Teresa arqueo una ceja, cruzándose de brazos y observándola con cierta diversión y seriedad—. Bueno tal vez sí... un poco... muy poquito.

—Ajá, Abby hablas con tu mejor amiga por más de diez años, sé que no estás diciendo absolutamente la verdad.

—¡De acuerdo, sí me gusta es tan...ahhhhh! —Exclamó ocultando su rostro cuando las maestras en la biblioteca le regañaron, ella murmuro un "lo siento".

—Lo sabía—festejo en silencio Teresa—¿Ya le dijiste? —Preguntó más emocionada.

—Es que no puedo bestie, no puedo y no quiero—recargo ambos brazos sobre la mesa e intento ocultar su rostro con estos.

—¿Y eso? ¿Dónde está la Abby atrevida qué le gusta ver el mundo arder? —Mencionó acercándose más a ella y dando pequeñas palmadas en la espalda de esta.

—Sigo buscándola, es que tú sabes muy bien que no es nada fácil Tere—guardó silencio esperando repuesta, al no obtenerla continuó—. No quiero, no por el hecho de que tal vez me rechace, eso incluso me da igual—mentía por esa parte—, es porque... Gideon ha sido uno de mis mejores amigos, amo como es conmigo y me agrada el tiempo que pasamos juntos, no quiero perder eso. Además, creo que a él le gusta alguien más.

—¿¡Qué?! —Gritó Teresa haciendo que la regañasen también. Pidió una disculpa algo apenada y continuó—¿Cómo que le gusta alguien más?

—Bueno...—levantó su cabeza mirando a Teresa—, ahora no estoy muy segura, pero hace unos meses me pedía ayuda para acercarse a ella—dijo esto con un tono algo desanimado.

Teresa se estaba confundiendo demasiado. Ya tenía sus sospechas de que a Avril le gustaba Gideon y hoy lo pudo confirmar, pero algo que no sabía Gideon y Avril es que Teresa sabía que a él le gustaba su amiga.

No sólo porque Henry le dijo, sino porque ha estado observando cómo actúa alrededor de ella. Y créanme ellos tampoco eran muy disimulados.

—¿Y qué tal si al menos lo intentas? —Contesto Teresa sin saber que más decir.

—Tengo mis sospechas de que ya no le gusta esa otra persona, pero, aun así, tengo miedo que pasé lo mismo que la última vez, que se aleje y no me vuelva a hablar.

—Puedo asegurar que eso no va a pasar Abby, escucha... he visto cómo se la pasan los dos cuando están juntos y puedo decir que tanto tú como él se lo pasan al máximo ¿Enserio crees que él por unos sentimientos abandonaría todos esos momentos? —Wow, no sabía en qué momento se había vuelto experta en aconsejar a alguien que no puede decir lo que siente cuando ella no podía.

Esa última pregunta dejo a Avril pensando todo el resto del día, si creía que confesar lo que siente haría alejar a Gideon, ¿significaría que no confiaba en él? No, eso no era posible ella lo hacía ciegamente, siempre le contaba todo, al igual que él a ella. Bueno, casi todo, entonces si confía en él, ¿por qué no sólo se lo dice y ya?

Ahora sabía cuándo, dónde y cómo lo tenía que hacer, no iba a provocar rodeos, ya tiene la confianza consigo misma, ¿por qué no la tenía con los demás?

Todo estaba por terminar en pocas semanas, se acercaba el baile de graduación y el partido final, que por cierto Teresa siempre estuvo en los siguientes entrenamientos y podía asegurar en que habían mejorado.

Los días continuaron y todos los alumnos de último grado estaban concentrados en preparar todo, desde la música, la comida hasta la decoración la cual había sido con los colores del uniforme, morado grisáceo y azul marino.

La mayoría de las tiendas cercanas a la escuela estaban llenas de chicos y chicas en busca de algo increíble que ponerse, Lazy, Avril y Teresa no fueron la excepción. Ellas fueron por su parte, pues Lazy decía que tendría que ser sorpresa el momento que los otros chicos las vieran.

No es sorpresa que sus parejas sean las mismas del primer baile, la única diferencia es que cuatros de ellos ya tienen en claro sus sentimientos hacia el otro mientras que los otros dos estaban en eso. Esta vez cada quien llegaría con su respectiva pareja al baile.

La forma con la que los chicos las invitaron no fue algo extravagante, como la mayoría lo estuvo haciendo.

Mark soltó la pregunta mientras estaban en casa de Lazy teniendo un momento a solas.

—Nunca me agradó desde el principio—comentó Mark cuando la película estaba mostrando los créditos.

—Claro, ya sabías que él era el malo—mencionó sarcástica con un poco de diversión, Lazy.

—Tengo un sexto sentido que me lo dijo—Lazy rio en voz baja mientras negaba con la cabeza y recargaba su barbilla sobre el pecho del chico.

—Y tu sexto sentido te dijo esto—se acercó más para besar los labios de su novio.

Ambos sonrieron en este. Mark la abrazaba con más fuerza de la cintura, sin lastimarla, y Lazy llevaba ambas manos hacia el rostro de su chico para acariciarle las mejillas.

Se separaron por la falta de aire.

Mark hizo la cabeza para atrás dejando salir un largo suspiro.

—No sabes cuánto te amo.

—Yo también lo hago—Lazy volvió a la posición inicial en la que su cabeza reposaba sobre el pecho de Mark, escuchando sus latidos y sus respiraciones.

—Entonces, ¿vamos al baile de graduación juntos?

Lazy se levantó inmediatamente de él recargándose sobre sus brazos para tenerlo cara a cara. Una sonrisa, acompañada con un hoyuelo, empezó a formarse en el rostro de la chica.

—Estaba esperando a que lo preguntaras, amor—dejó un pico en los labios de Mark—. Por supuesto.

Lazy empezó a besar todo el rostro de Mark, haciéndole un poco de cosquillas y que por consiguiente el pelirrojo, riera al mismo tiempo.

Con Teresa fue algo muy romántico, a punto de vista de ella.

Teresa había terminado de lavarse los dientes y se dirigía camino a su habitación soltando algunos bostezos en el trayecto.

No había pasado dos segundos desde que cerró la puerta cuando escuchó un ruido que provenía de la ventana. Con algo de pereza se levantó caminando hacia esta. Recorrió a un lado las cortinas siendo inmediatamente iluminada por la luna, sin embargo, eso no fue lo que llamó su atención.

Henry estaba en su jardín saludando con un movimiento de mano, ella hizo lo mismo mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro.

Con señas, le preguntó qué hacía ahí tan noche, por lo que Henry sin más, empezó a desplegar el cartel que traía detrás de él, mostrándoselo.

"Puis-je t'emmener au bal ma princesse?"

Teresa empezó a sonrojarse mientras cubría con sus manos su rostro, se alejó unos momentos de la ventana sólo para saltar de la emoción.

Regresó para hacerle señas a Henry de que la esperara y sin ver su respuesta, se dirigió a su closet para tomar un abrigo, saliendo de la habitación en seguida.

Bajo las escaleras y a travesó silenciosamente el pasillo que dirigía al patio trasero, esperando no levantar a su hermano y que le cuestionara que hacía.

Una vez soltó el aire que tenía retenido cuando estuvo fuera, se dirigió rápidamente a donde estaba Henry, corriendo hacia el para abrazarlo.

—Hola princesa—mencionó Henry en cuanto se separaron unos centímetros del abrazó.

—Hola tú.

—¿Y qué dices? —Preguntó Henry juntando ambas frentes y dándole un beso esquimal a Teresa.

—Claro que puedes, bebé—Teresa se acercó para besarlo.

Podríamos decir que el plan que hizo Gideon esta ocasión si le habían funcionado. Realizó algo parecido a lo que Henry hizo, mandar cartas, la única diferencia es que estas no serían anónimas y las colocaría en lugares especiales, como en los libros que siempre Avril leía en la biblioteca.

Pudo haber sido arriesgado, ya que alguien más podía haberlos tomado, sin embargo, él fue cuidadoso en esa parte, después de todo sólo fueron dos cartas. Una en donde le decía que le veía en el lugar donde se conocieron y la segunda:

"Vamos al baile juntos Abby, siendo sólo tú y yo como siempre y para siempre. XX G"

Decir que eso no emocionó a la ojiazul internamente,sería mentira. Ya no quería perder más tiempo y ese día en el baile leconfesaría todo, tiene que confiar en los demás y ellatiene fe en que esto no afectará en gravedad su amistad con Gideon.

Emoción, nostalgia, tristeza y nerviosismo eran algunas de las emociones que se percibían ese día del baile escolar, pero ya no sólo era eso, sino también el fin de la preparatoria. Un viernes de la segunda semana de mayo todo cambiaría y seria el inicio de otra etapa, una que comiences de manera independiente.

Nadie podía negar que le asustaba o que sentía que aún no estaba listo, el tiempo había pasado tan rápido. Ojalá existiera una máquina para frenar el tiempo por unos momentos más. Eso deseaba Teresa al mismo tiempo que se terminaba de arreglar.

Su vestido está vez fue de color rojo vino que le llegaba por debajo de las rodillas, el cabello lo decidió todo suelto con ondulaciones y acompañado con una diadema de trenzas y, finalmente se maquillo un poco. Antes de levantarse del tocador su mirada quedo fija en las otras prendas que tenía sobre la cama.

La toga, color azul marino, junto con la esclavina de color plata y el birrete con una borla color oro. Tenía que llevar puesto eso encima de su vestido puesto que en la tarde estaría recibiendo su diploma. Sigue sin poder asimilar que pronto se convertirá en universitaria.

Se colocó las prendas frente al espejo que tenía enfrente la puerta, varios recuerdos pasaron por su mente, todas las veces que se dedicaba a observa cómo se veía para ir a la escuela, para darse ánimos... las ganas de llorar de felicidad la invadieron y trato de controlarse, pues no quería preocupar a su familia.

—Este año sí fue inolvidable—se dijo a ella misma antes de salir tomando sus cosas.

Por supuesto que su familia estaría presente en la ceremonia sólo que ellos llegarían en el momento exacto en el que esta empezará pues ahorita todos los alumnos tenían que estar presentes en la escuela para organizarse. Después de dicha ceremonia los familiares se retirarían y se daría inicio al baile.

Sus nervios aumentaron cuando se dio cuenta que sería la primera vez que sus padres conocerían a Henry como su novio, estaba feliz por eso, sin embargo, no paraba de sudarles las manos. El timbre sonó minutos después y Teresa se apresuró a abrir.

—Hola.

—Hola—se acercó a ella besando su mejilla. Teresa se hizo a un lado para que pasara.

—Te vez hermosa princesa—alagó él mientras sostenía su mano y comenzaban a caminar hacia la sala, donde estaban sus padres y su hermano.

Merci mon amour—se acercó para dejarle un beso en la mejilla.

Respiró hondo antes de introducirse hacia la sala—. Mamá, papá y Rick, ya llego Henry por mí.

Los tres llevaron su vista hacia ellos y sonrieron.

—Henry que gusto volver a verte, ha pasado mucho tiempo—mencionó la madre de Teresa mientras se acercaba a él para abrazarlo.

—Igual me alegro verla de nuevo señora Roberts—correspondió el abrazo.

—Un gusto Henry—saludó esta vez su padre, posicionándose a un lado de su esposa.

—Igualmente señor Roberts.

—¡Qué tal Henry! —Saludó desde el sofá Ricardo con un movimiento de mano, el mencionado hizo lo mismo.

—¿Ya se van verdad? Oh antes de que lo hagan déjenme tomarles algunas fotos—empezó a decir su madre mientras buscaba su celular.

—Mamá antes de eso, yo quiero decirles dos cosas—su madre detuvo lo que estaba haciendo para ponerle atención—. La primera es que Henry me traerá de vuelta a casa cuando termine el baile y la segunda...—sostuvo más fuerte su agarre que tenía con él, sintiendo menos los nervios—estamos saliendo.

Se creó algo de silencio incómodo entre todos hasta que la madre de Teresa se acercó a ambos y los abrazó.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro