1: Tu secreto te enloquecerá

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Severin

Mi hombro choca con el de un chico en mitad del pasillo de la academia, entonces nuestras miradas se cruzan. Aunque soy nueva, lo reconozco enseguida, es Renart Nowell, está en la élite de esta institución y sé que su apellido suena en toda la universidad.

Es un no rotundo, si quiero guardar mi secreto.

No me detengo a pedir disculpas, solo salgo disparada a correr para la otra dirección, con tal de que no me vean con él, pero mi intento resulta ser fallido cuando toma de repente mi mano, entonces caigo de culo al suelo.

Oigo una carcajada, es la risa de su amigo, el cual no me acuerdo el nombre. Sus fans ya me hubieran asesinado por pensar eso, qué bueno que no leen pensamientos. Necesito irme, antes de que esto se salga de control.

El chico de cabello negro se agacha, sin soltar mi mano, y hasta se hace el buenito, pues me sonríe muy amigable. Será cortesía, pero yo solo deseo largarme.

―¿Estás bien? ―consulta.

Ya son dos palabras en una conversación que no quiero tener.

―Estoy llegando tarde. ―Observo que la gente se empieza a acercar―. ¿Me sueltas?

Lo hace de forma delicada, luego levanta algunas cosas que ni noté que se me habían caído. Noto enseguida que están los dos apellidos de mis padres allí. Es el fin de mi vida en esta institución y recién acabo de llegar.

―¡Ay, dame eso, imbécil! ―Se lo saco rápido.

Él queda perplejo y el amigo se queda riendo.

―No eras tan donjuán como creías ―se burla, el rubio.

La cara amigable del tal Renart se transforma en un gesto de mal gusto al mirar a su amigo.

―Tú, cállate.

―Se te escapó. ―Oigo mientras tomo la oportunidad de huir―. ¡Ja, te rechazaron!

No me importa de lo que hablen, solo espero que no haya leído el apellido que me condenaría por quincuagésima vez en el año.

Llego a mi clase y respiro agitada al detenerme. Camino evitando personas, luego me siento en una banca, apoyo todas mis cosas en la mesa. ¡Al fin soy libre! Me volveré loca, si sigo topándome con este tipo de problemas.

―¡Hola! ―grita una chica que me desconcentra―. Soy Jennifer. ―Se sienta a mi lado.

Mi peor primer día pasando desapercibida.

―Hola. ―Río, nerviosa.

―¿No me vas a decir tu nombre? ―expresa con una mirada acusadora, pero luego se ríe para entregarme un panfleto―. Deberías venir, es la fiesta de inauguración a los nuevos.

Están todos locos aquí, ¿eso existe?

―No, gracias.

―Eres rara, te buscaré en las redes. ―Saca de repente su móvil―. Dime tu usuario de Instagram.

―No tengo. ―Intento mirar para otro lado.

Siento que sueno muy borde, pero antes de hacer amistades o al menos hablar de mí, necesito saber primero su identidad y que averigüen menos de la mía.

―A ver. ―Toma mi celular de la mesa.

―¡Oye! ―Intento quitárselo―. Eso no es muy educado para alguien que acabas de conocer, regrésalo.

―¡Listo! ―dice de repente y me lo devuelve.

―¿La_Raris1? ―leo que me acaba de crear un usuario en Instagram―. ¿Disculpa?

―Ay, no te enfades, no me quisiste decir tu nombre.

Bufo de mala gana.

―Bien, soy Severin.

―Wow, es curioso, me encanta. ―Hace una gran sonrisa―. ¿Sabes usar Instagram? Si quieres te cambio el usuario.

―De hecho, borré el anterior.

―¿Por qué? Cuenta el chisme ―expresa, entusiasmada.

Levanto el folleto para que no busque más información sobre mí y se centre en cosas que tienen que ver con ella.

―¿Entonces hay fiesta? ―consulto.

―¡Sí, tienes que venir!

Sería muy raro si ahora me niego. Además, ya estoy pareciendo extraña. Mejor acepto, en una fiesta, es obvio que pasaré desapercibida.

~~~

¡Esto es lo que buscaba! Un montón de gente ocupada en su bebida, en la música y sin mirar a quién tienen a su alrededor. Las luces parpadeantes son un delirio. ¿A dónde lleva este pasillo? Como sea, voy a buscar un lugar donde relajarme y listo. Una ventana en la cual pueda quedarme mirando el cielo, así poder olvidarme de todo. Luego le diré a la tal Jennifer que me perdí y problema resuelto, no tendré que hablar con nadie.

Encuentro un ventanal lejos de todos los ruidos, entonces me siento a observar la noche estrellada. Qué calmo es, tanto silencio, mejor que en casa. Hasta diría que está buena la fiesta, pero creo que alguien se fumó algo indebido, porque de la nada llega un olor horrible a mis fosas nasales.

No sé si se tiraron un pedo o si se están drogando.

Ya no puedo permanecer aquí, aunque qué diferencia hay con mi casa, si seguro es casi la misma mierda. Voy a donde se encuentran festejando, entonces me aproximo al que está sirviendo las copas. No debería, pero pensar en volver me molesta mucho, solo un traguito.

―¡Otro más, Stevy! ―le grito al muchacho cuando ya me pasé de bebidas, ni sé cómo llegué a esto, pero es tan divertido―. Oye, ¿dónde está mi ventana? Ah, en el pasillo.

―No te ves muy bien ―aclara, el pelirrojo.

―Cállate, Pintiby, solo tengo que encontrar mi cara y problema resuelto. ―Hipeo―. Digo, mi casa... o mejor no, es horrible.

Canto como loca, entonces me voy bailando. Al fin llego al pasillo de antes, mientras me tambaleo. ¿Esto es parte del edificio? Subo las escaleras, toco una puerta y cuando la abren, choco contra un torso.

No sé si estoy roncando o durmiendo, pero ¿cuál es la diferencia?

~~~

―¡¡AAAAAHHHHH!! ―grito al despertar de manera abrupta, en una cama que desconozco. Observo los ojos verdes del muchacho que se despabiló por mi chillido―. ¡UN IMBÉCIL!

El tal Renart se queda perplejo.

―¿Disculpa?

―Calma, calma ―repito―. ¿Qué hago acá?

Él se ríe.

―Ah, eso, tú viniste a mis brazos.

―Qué brazos ni ocho cuartos. ―Enarco una ceja.

Se tira el pelo alborotado hacia atrás.

―Mira, no sé qué mosco te picó, no puedes tratarme así.

―Tienes razón, finjamos que no pasó nada y me voy.

―¿Y qué crees que ocurrió? ―se burla.

―¡¡NADA!! ―expreso muy alto, pero se sigue riendo―. ¡¿Qué es gracioso?!

―Estás loca, ni me conoces y ya me estás tratando mal.

―Sin ofender, no es personal, pero tu popularidad es un problema para mí.

―Ah, hablando de eso. ―Veo que rodea su brazo alrededor de mi cuello y nos saca una fotografía con su celular―. Listo, enviar. ―Presiona la pantalla.

―¿Qué acabas de hacer? ―Quedo en shock.

―Les muestro a todos la foto con mi nueva novia.

―¡¿QUÉ NOVIA?! ―chillo y me caigo de la cama.

Renart se mantiene acostado, muy tranquilo, poniéndose de panza al colchón.

―Siempre te caes de culo, ¿verdad? ―se sigue burlando.

―Bo... borra eso.

―Oh, mira hay muchas reacciones. ―Mueve los pies, entusiasmado―. Creo que les caíste bien.

―¡¿Estás loco?! ―Me levanto, enseguida―. ¡¿Qué hiciste?!

Su sonrisa amigable desaparece y ahora tiene una de malicia. Apoya el celular en sus labios, como burlándose.

―Se llama venganza.

¡¿Venganza de qué?! ¡¡Este, en definitiva, perdió un tornillo!!

¡Hola, bienvenidos a esta comedia romántica! 

Decidí que los títulos de los capítulos serían parecidos al título del libro 💖

También quiero ponerle un poquito más de profundidad a Severin, pero será de a poco, nótese que no solo su hermano le trae problemas. En cuanto a Renart, me gustan los malos jajaja, y es un poco finoli, se irá percibiendo a medida que avance. La bruta y el fino, AH, ME ENCANTA, BIEN CLICHÉ 😂💖

Y este es un recordatorio para mí: No te pongas estricta con las correcciones o te pego :v

¡¡Vinimos a divertirnos, viva la comedia!!

Saludos, Vivi.

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