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Lo siento...

Disculpa que me desahogue así, disculpa por decirte mis sentimientos por medio de un papel, disculpa por mostrarte mi alma rota por este pincel, perdón por permitir que me dejaras, perdón por tratar de que esto funcionara, disculpa por luchar por algo que estaba más que perdido. No sé, pero aún ni me siento tan fuerte y quizás todo esto se vuelva en solo palabras pintadas y olvidadas, pero... ojalá no sea por dejarlas plasmadas en tu cara. No te quiero engañar, el amor está dando una vuelta bien larga en mi corazón. De qué me sirve darlo todo por ti, de qué me sirve llorar, de qué me sirve no alejarme de ti, de qué me sirve sufrir y dejarte a ti ser feliz.

De qué me sirve...

Seguir aquí.

Me voy, lo juro; un día de estos no me tendrás más a mí y entonces seguro que llorarás y te preguntarás ¿por qué? porque no me viste, porque me ignoraste, porque no notaste lo rota que me dejaste, porque preferiste hacerte el idiota y mis lágrimas te sabían a nada, que rabia, que no puedo irme de una vez.

Qué lidia tener que seguir aquí, viéndome dejar que me lastimes así.

(¡Ya vete! Aléjate de aquí, quítale ese poder que le has dado, no te dejes, no se lo permitas).

Mi corazón vale oro, aunque en el proceso hubiese roto un montón.