«Final»

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El sonido de una cámara siendo arrastrada por la tela fue lo primero que se escuchó antes de que la lente pasara de enfocar sombras negras a un atractivo hombre...

Bueno ni tanto, ver a Minho todo pandroso en fachas de domingo feliz no era tan atractivo como cuando se ponía en modo profesional incalcanzable.

El susodicho llevaba pans, sandalias y una playera blanca de lo más casual.

Apoyó la cámara sobre un soporte y al tenerla ajustada se tomó la libertad de mostrar una silla pegable la cual adquirió forma tras una fuerte sacudida, nuestro querido canela pasión se encontraba afuera de su casa, para ser precisos se encontraba en el jardín donde se podía apreciar la camioneta Cadillac escalade color negro que imponía respeto y tenía como foco de luz el cálido sol mañanero que no quemaba ni causaba frialdad por ser tan temprano, así que lo único que hizo Minho fue mostrar una manguera y una cubeta antes de chasquear los dedos en dirección a la cámara.

—¡Hola perros! Hoy les vengo a dar clases de como lavar el auto sin que lo hagas tú —sonrió colocándose unos lentes de sol tipo motero— ¡Fácil, sencillo y sin esfuerzo! —el moreno extendió su mano para tirar con suavidad un cuerpo pequeño, al mostrarlo frente a la cámara se apreció a una niña no mayor a un año, muy sonriente, despeinada y en pijama de verano— ¡Compren un esclavo! les sale barato y mejor si los entrenan desde pequeños.

—¿Esclavo? —preguntó la menor.

—Así es princesa, solo por hoy serás mi esclava —el moreno sonrió mostrando una cubeta con agua y jabón—, ahí están tus instrumentos.

La menor avanzó hacia el balde de agua para sumergir las manos con curiosidad, Minho volvió la atención hacia la cámara para sonreír triunfal.

—A los niños les encanta jugar con agua y jabón, tomen ventaja de ello para que puedan lavar sus autos sin que lo consideren trabajoso —tomó la manguera y con ayuda de la pistola disparó un chorro directo hacia la camioneta—, ve a lavar lo que papi mojó.

—Chi.

—Ow, igual a mi —Minho sonrió y extendió los pies relajadamente contra un pequeño banco—, Sunhee saluda a la cámara.

La niña alzó la pequeña mano y saludó sonriente hacia la cámara, pronto volvió su atención hacia la enorme esponja para sus pequeñas manos y a pasos tambaleantes se acercó a la primera puerta de la imponente camioneta para comenzar a tallar con suavidad, ante eso Minho alzó el pulgar y continuó relajado, en su portavasos se agregó un jugo natural que previamente le había hecho su esposo antes de ir a despertar a su otro hijo, Hyunsook y por ende nuestro deforme protagonista tomó ventaja para explotar a su hija como musulman en entenamiento final.

—Talla en las ruedas hija, y también talla en la defensa —lanzó más agua para que la espuma surgiera fácilmente— excelente.

—Papi —Sunhee llamó a su padre para señalar los vidrios de las ventanas.

—Las desventajas de tener un esclavo enano es que tienes que ayudarle —de un costado sacó un canguro el cual se acomodó bien para acudir donde su hija se encontraba, la metió en el mismo de espaldas a él y se detuvo frente a las ventanas para que la menor enjabonara con calma—, cuando crecen todo se vuelve más fácil.

Entre talladas, bebidas frutales y pasos relajados, la camioneta se fue lavando, aunque eso haya dejado a una pequeña llena de espuma en la ropa y cabello y ni hablar de su rostro manchado de lodo gracias a que tallaba con esmero y se limpiaba el sudor manchándose en el acto.

—Como ven, la esclava ya acabó y eso nos deja a nosotros relajados y felices.

Minho llamó a su hija la cual acudió a él a pasos enérgicos por haber hecho una tarea que en realidad le correspondía a su padre.

Aunque eso traía sus consecuencias.

Graves.

Tales como un Kibum caminando hacia ellos a pasos agigantados y con el rostro ligeramente rojo de coraje por haber presenciado aquello desde la ventana.

—¡Choi Minho! ¿Le has dicho esclava a tu hija, cucarachón mal hecho?

Y Minho solo alcanzó a levantarse de la comodidad de la silla con su hija en brazos antes de correr hacia la cámara y por supuesto, lejos de Kibum.

—Y recuerden amiguitos; más vale esclavo enano que hijo no deseado —y corrió por su vida que de por sí ya estaba jodida por ese lado— ¡Ayuda!

Kibum persiguió a su esposo por todo el jardín antes de que hiciera más travesuras y cinco minutos después, el moreno yacía con cara de perro arrepentido sumergido por la fuerza en la tina llena de jabón.

Achicó los ojos tal cual niño regañado y observó a su esposo quien le miraba tal cual madre encabronada con la chancla en mano; la pareja yacía en el cuarto de baño, la escena se podría tornar con otras intenciones, salvo que aquí no porque ampliando la imagen podemos ver a Minho en la tina, a Kibum en la puerta con la chancla en mano y a sus dos pequeños jugando de lo más felices en sus tinas exclusivas de baño.

—¿Entonces?

—No lo haré de nuevo mami. —Minho hizo un puchero mientras permanecía quieto.

—Vuelve a usar a la niña para que haga lo que te corresponde a ti y te juro que patearé tan fuerte las bolas que te volverás Minjung en el acto.

—Ay.

—¿Entendiste?

—Chi.

—Más te vale.

La atención se centró en sus pequeños quienes jugaban de lo más entretenidos con sus juguetes de hule, Kibum se encargó de cargar a cada uno y llevárselos a su habitación para cambiarlos y ponerlos presentables antes de que sus suegros y padres acudieran a la casa dejando a Minho solo como niño regañado entre la espuma y el agua.

Horas después, mientras sus niños jugaban, Kibum se encontraba entretenido cortando los vegetales, tan sumido estaba en su labor que se sobresaltó al sentír unas manos fuertes contra su cintura.

—Kibum no te enojes —Minho rodeó con ambas manos la cintura hasta posarlas sobre el abdomen plano— piensa en el bebé.

—¿Qué bebé? —Kibum frunció el ceño con curiosidad porque él no recordaba estar esperando.

—Pos yo merengues.

Y Minho huyó porque su esposo menopausico lo iba a matar a sartenazos.

—¡Choi Minho! —el gritó causó que dos mellizos dieran un brinquito del susto antes de ver como su padre corría tal cual víctima de un posible asesino de terror, segundos después Kibum lo siguió con su nuevo sartén anti-adherente color oro exclusivo y jaiclas— ¡Ven aquí cucaracha de fonda económica!


🐸❤😺


La noche era tranquila, los mellizos dormían plácidamente después de un largo día de juegos y risas, ambos compartían cuna por lo que ya era costumbre encontrarlos abrazados o tomados de la mano; dos pequeños tan diferentes pero iguales a la vez, mientras que Soohee había heredado la personalidad y sonrisa traviesa de Minho, Hyunsook había sido privilegiado con esa mirada que había enamorado a Kibum desde el primer día de nacido, una mirada que reflejaba la misma inocencia en Minho cuando se lo proponía, a la vez el pequeño había heredado su personalidad ligeramente tímida, mandona y en su sonrisa se apreciaban sus mismos óyelos cosa que encantó a Minho por tener una versión pequeña de su Bummie, sus hijos eran tan suyos que se sentía egoísta al no querer compartirlos con nadie.

Y mientras los mellizos dormían, la pareja yacía en la cocina, Minho guardaba la comida y Kibum se encargaba de lavar los trastos, el ambiente era relajado para la pareja, después de todo desde que sus niños habían llegado al mundo lo último que tuvieron fue silencio.

Lenta y sigolosamente nuestro protagonista se acercó a su esposo para abrazarlo y susurrarle dulces palabras al oído porque recordemos que Minho es un romántico de primera que enamora con palabras.

—Tu trasero será mi panteón, chiquito.

—¿Por qué?

—Porque te voy a enterrar tremendo animalón —y con descaro propio de un hombre refinado, estrujó el trasero de su esposo con sutileza.

—Eres un asqueroso, Minho.

—Así me amas Kibum, no te hagas el santo.

Y Kibum solo carcajeó antes de cerrar la llave del grifo, secar sus manos y girarse para encarar al apuesto hombre que lucía como modelo con la boca cerrada porque cuando la abría parecía camionero de clase baja.

—Claro, así te amo —esbozó una sonrisa antes de ajustarle el cuello de su camisa tal cual madre preocupada—, con todo mi corazón.

Minho detuvo el movimiento de manos al capturarlas con las suyas, observó a su esposo y sonrió dándole un corto beso a los labios.

—Aquel día cuando firmaste los papeles del divorcio, observé el cielo gris y supe que había una luz brillante por eso cuando las nubes se despejaron pude ver la luz porque mi luz eres tú, brillas como las estrellas, iluminas mi corazón después de todas las dificultades, sigues brillando con intensidad para mí, sé que este no es el final, habrá más días oscuros pero al menos sé que ya pasé por lo peor porque te amo y me amas.

Kibum solo fue consciente de que ya estaba llorando cuando su esposo tocó con suavidad su mejilla, ese Minho que lo había enamorado día a día, que había sufrido su indiferencia, sus acciones, aquel hombre que lo había dejado libre solo para hacerle saber que era su todo, ese era el hombre que amaba y estaba dispuesto a pasar el resto de sus días a su lado.

—Tendremos días oscuros pero forman parte de crecer como pareja, habrá momentos en donde discutamos y no encontremos una solución rápida pero estoy seguro de que esos obstáculos no harán que deje de amarte —Kibum aprovechó la cercanía para besar los labios carnosos, no era un beso pasional o cargado de deseo, era uno lleno de amor y anhelo por la persona que amaba— amarte fue difícil porque no conocía el sentimiento pero ahora soy feliz de haber descubierto algo así contigo porque mi amor es sincero y entregado por completo.

—Te amo Kibum, lo hago con toda mi alma, tus metas y las mías se volvieron las nuestras y ahora tenemos mayor motivo para seguir juntos.

La pareja alzó la vista hacia el techo directo a donde daba el cuarto de dos pequeños niños durmientes que solo eran conscientes del amor que les otorgaban sus padres; Minho sonrió plácido y guió a Kibum hacia la habitación para contemplar como cada noche a sus pequeñas estrellas.

Ahí en la habitación de los pequeños descansaba el guardían que había cuidado antaño a un hormonal Kibum, vigilaba todas las noches a sus hermanos y era quien sostenía el radio para notificarle a los padres que requerían atención, también en un espacio de la pared se apreciaban las fotografías de la pareja desde la luna de miel hasta su nueva unión en París, lentamente el tiempo había pasado para ellos, quienes antaño se detestaban ahora eran inseparables y quien antiguamente rechazaba la idea de tener niños ahora eran su adoración por saber que eran tan similares a Minho.

—Vamos a descansar.

La puerta permaneció abierta, los padres se acostaron e incluso jugaron un poco, entre risas y besos Minho fue quien propuso un nuevo juego que Kibum aceptó de inmediato.

A los pocos segundos la pareja yacía totalmente dormida sobre la mullida cama ¿qué esperaban? ¿sexo salvaje y hardcore? ¡No señoras! Tener dos niños de un año es cansado y lo único que deseas cuando tienen esa edad es poder dormir tres horas seguidas antes de que la cría se despierte pidiendo leche o cambio de pañal.

Por eso la pareja aprovechó en dormir plácidamente hasta que el llanto del pequeño Hyunsook se escuchó en toda la casa, aunque sabían que iniciando él Sunhee imitaría a su hermano y pondría a nuestros protagonistas a caminar por toda la habitación con sus pequeños en brazos para hacerlos dormir de nuevo.

Y así termina una historia que empezó en rivalidad y acabó en amor, hubiera sido muy cliché enamorarse desde universidad, lo mejor era empezar por un poco de odio y bromas para desatar todo el amor que sentían, porque un Minho bromista no era nada sin su Kibum mandón y un traductor amargado no era nada sin su risueño jefe.


Fin

01/11/17 – 01/05/18 

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