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Por mucho tiempo, estuvo acostumbrado a una casa silenciosa, aveces el sonido de los vídeos en su teléfono, pero mayormente, había silencio.

Ahora escuchaba un pequeño lloriqueo en la sala.

—¿Tienes frío, mi bonito? —preguntó el omega agachándose frente a la camita del perrito que estaba soltando pequeños lloriqueos, moviéndose por toda la cama, incómodo— Te voy a buscar una manta —prometió levantándose de nuevo para ir a su habitación, rió cuando el cachorro lo siguió con rapidez, viéndose tierno por lo pequeño que era.

BeomGyu revisó su armario, buscando mantas viejas, que ya no utilizaba.

Tomó la más esponjosa, el cachorro se apoyó de él con sus patitas delanteras, oliendo lo que hacía.

El omega lo tomó en brazos, el cachorro agitando su cola y dejándose hacer.

—¡Pero que lindo! Mira, eres un lindo  bebé —señaló cuando terminó de envolver al cachorro en la manta, se sentó en su cama mientras el perrito se acomodaba, sacando las patas de la manta. El omega rió estirando una mano a su teléfono— Hay que tomarte muchas fotos —afirmó dejando al cachorro en su regazo, el pequeño se estiró con un bostezo, acomodándose a su gusto.

BeomGyu sonrió, tomando la primera foto de su cachorrito.


—Duermes mucho, chiquito —rió subiendo sus piernas a la cama, el cachorro volvió a bostezar soltar sonidos pequeño— Pero es comprensible, eres un bebito... —murmuró pasando índice por la cabeza del perrito que cerró los ojos, BeomGyu sonrió mirando con atención al cachorro, era lindo, era una ternura que quería abrazar.

Nunca se le ocurrió adoptar un cachorro, no se le había pasado por la cabeza y agradecía mucho que a TaeHyun sí.

No estaba sólo ahora, tenía una tierna compañía que le daba besos en formato de lamidas, jugaba con él, le ladraba y no quería despegarse de él.

—Mañana tengo que trabajar... Te vas a quedar solito un buen rato —habló, el pequeño se estiró— No quisiera dejarte sólo... —negó, se recostó por completo en la cama, dejando al cachorro a su lado, sobre la manta aún, lo acarició, peinando su pelaje con cuidado.

El cachorro dormía mucho, así como por horas muy extensas, esperaba que no lo pasara tan mal con su ausencia.

En eso fue lo único que pudo pensar en el tiempo que estuvo trabajando al día siguiente, ansiando llegar a casa.

Sabiendo que alguien lo esperaba.

Esbozó una gran sonrisa cuando sacó las llaves de su apartamento, de inmediato escuchó unos ladridos agudos y emocionados, constantes.

Abrió la puerta mirando hacia abajo.

—¡Hola, mi bebé! —saludó mirando al perrito ladrar aún más, jadeando con la lengua afuera, moviéndose a todos lados emocionado, BeomGyu se agachó, dejando la puerta abierta— ¿Cómo estás? ¿Me extrañaste? —le preguntó al perrito que se alzó en sus dos patas, tambaleó un poco, cayendo hacia atrás, BeomGyu soltó una carcajada cuando el perrito se levantó de nuevo con desespero, apoyando sus patitas en sus muslos— Ay, pero que hermoso eres, mi cachorrito —halagó tomándolo en brazos, lo acercó a su cara, recibiendo lamidas en su mejilla, rió mirando la colita del cachorro moverse con emoción.

Esa reacción de emoción desbordante, esos ladridos y el desespero del cachorro porque lo alzara, le llenó por completo el corazón.

—¿Interrumpo algo? —preguntó una voz a sus espaldas, BeomGyu se levantó con el perrito en brazos, volteando a ver a quien estaba en su puerta.

Rió acariciando a su cachorro. TaeHyun sonrió, dando un paso dentro del apartamento.

—No interrumpes nada —contestó el omega abrazando al cachorro que seguía moviendo la cola con emoción.

—Perdona por no avisar —se disculpó quitándose los zapatos, se inclinó al omega, dejando un beso en sus labios, el cachorro ladró ante eso, extrañamente disgustado con TaeHyun.

El alfa cerró la puerta, quitando el saco que tenía, estaba formal, una corbata negra sobre una camisa a botones blanca, básico pero elegante. Como un oficinista.

—¿Cómo te fue hoy en el trabajo? —preguntó BeomGyu dejando al cachorro en el suelo, el pequeño se agitó antes de caminar por la casa, oliendo el suelo y ladrando algunas veces.

—Estuvo... Bien —afirmó, sin comentar mucho por obvias razones— ¿Y tú? —preguntó tomando asiento en el sillón, BeomGyu también, uno al lado del otro.

El omega asintió, empezando a contar lo más relevante de su día, mirando a su perrito caminar frente a ellos.

—Creo que empezaré a trabajar en las noches... En un nuevo horario y sólo tendré libre los domingos...—comentó el alfa recostándose por completo en el sillón, estirando sus pies con calcetines, el cachorro los esquivó dramáticamente. BeomGyu rió.

—Trabajar de noche es un poco... Desgastante —opinó, teniendo experiencia, TaeHyun lo observó— Sé que no es el mismo trabajo... Pero igual el horario es un poco difícil...

—No quisiera tener la mañana y tarde libre —se quejó, el otro rodó los ojos.

—Pero, ¿Por qué? Tendrás más oportunidades de salir a hacer tus cosas... Pasear o algo, ve el lado positivo —animó mirando a su cachorro oler cercano de los pies del alfa, agitando cada vez menos su cola.

—No es positivo —negó con un quejido, el omega volvió a verlo— Tú estás libres en la noche... Y si yo estoy libre en las mañanas no podré verte... —murmuró, mirándolo directamente a los ojos, teniendo un sentimiento de cosquilleo en el pecho cuando el omega alzó las cejas, un pequeño y sutil sonrojo en sus mejillas.

—No es... No es lo peor del mundo... —murmuró el otro, desviando la mirada. TaeHyun asintió.

—Para mi si, bonito, porque-... ¡Carajo! —chilló levantándose de sopetón, el cachorro le ladró un par de veces, BeomGyu también se levantó con susto, mirando al suelo— ¡Me hizo pipí en el pié! —acusó mirando y sintiendo su calcetín mojado, el cachorro caminó quedándose detrás de las piernas del omega que apretó los labios, aguantando una risa— ¡Eres una bestia! —acusó al cachorrito que le devolvió un ladrido, quedándose tras las piernas del omega que soltó una carcajada, cubriendo su boca luego, aunque siguió riendo por la mueca de asco del alfa.

TaeHyun suspiró, mirando su pié húmedo, rió al escuchar otra carcajada del omega.

¿Qué era eso? ¿Qué era la sensación en sus pechos?

Mi chiquito aún no aprende su lugar para ir al baño, no fue intencional —defendió el omega con una risa, TaeHyun hizo una expresión de sorpresa.

—¡Si lo fue! Pudo hacer en cualquier lado —señaló, BeomGyu sólo volteó a ver a su perrito, este moviendo su colita mientras lamía sus patas.

—Agradece que fue del uno —rió caminando para ayudar al alfa con el accidente.

TaeHyun lo siguió, quitándose el calcetín, debía lavar su pié. Así que fue al baño del omega, siguiendo las instrucciones que le dió para lavar su pié, y también el calcetín.

—Tu... Vienes por sexo, ¿Verdad? —preguntó el omega, mirando al alfa lavar su pié.

TaeHyun negó con la cabeza.

—Estoy reventado para sexo hoy —explicó empezando a lavar su calcetín, BeomGyu asintió cruzando los brazos, apoyado en la puerta.

—Pudiste ir... Directo a tu casa, así descansabas más...

—Me quiero quedar contigo —soltó terminando de exprimir el calcetín, BeomGyu le desvió la mirada— ¿Puedo? Te dejaré mañana en el trabajo.

—No me gusta que me dejes en el trabajo —señaló antes de permitir que el alfa durmiera ahí esa noche.

No lo tocó, no lo observó más allá de los ojos, no lo desnudó con la mirada.

Solamente conversó con él, agradeció la cena que le preparó y hablaron por horas.

¿Él merecía eso?

Un hombre que fuera a su casa a hablar con él, que lo respetaba, que le regalaba cosas, que lo cuidaba.

Pero que ese hombre tenía más personas con las que tenía sexo, que ese hombre tuviera muchos amantes.

—Dijiste que estabas reventado para sexo —señaló el omega en el sillón, ambos recién acabados de comer, en pijamas.

TaeHyun lo tomó de las mejillas, besando sus labios castamente.

—Bueno, no tendremos sexo —señaló volviendo a darle un beso corto, BeomGyu se dejó hacer secundando los besos del alfa.

Fueron unos cuantos minutos que estuvieron besandose, solamente con sus labios juntos.

—Hay que dormir —murmuró el omega sobre los labios ajenos, el alfa asintió, levantándose para seguir al omega a la habitación.

Ellos no eran nada, no estaban saliendo.

—Oh, ya te acomodaste, pequeñito —señaló BeomGyu agachándose para acariciar el pelaje del cachorro, había movido la cama a su habitación, puesto que el cachorro le agradaba más.

Lo cubrió con una manta con sumo cuidado, antes de dejar un beso en su cabeza, se levantó y volvió a la cama, acostándose a un lado del alfa.

Las migajas de un sentimiento, ¿Eran buenas?

¿Él merecía esas migajas?

—Pero abrázame —pidió el alfa con un quejido cuando el omega le dió la espalda.

—¿Crees que soy tu novio para abrazarte cuando duermes? —preguntó con el ceño fruncido, TaeHyun chasqueó la lengua, moviéndose para acercarse a él, lo abrazó por la cintura, quedando en cucharita.

—No es eso... Es que hace frío —excusó, dejando su nariz en la nuca del otro, BeomGyu suspiró.

—Te dejé una manta a los pies de la cama...

—Está lejos —contestó con un tono fastidiado, BeomGyu se quedó estático, mirando hacia el frente, sintiendo el cuerpo del alfa pegado al suyo.

¿Por qué él debía aferrarse a unas migajas con todas sus fuerzas? ¿Acaso no merecía algo más? ¿Un sentimiento más completo?

¿Él debía aceptar esas migajas y no decir nada?

Él valía más que unas migajas de atención o de cariño.

Ustedes lectores, ¿Se conformarían con migajas? ¿Les gustaría?






























































En el anterior capítulo creo que di a entender algunas cosas sobre su relación...

Recuerden qué no es lindo, tampoco romántico recibir migajas.

Nos vemos!

The_Dark_Diamond04

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