Capítulo 25: Incertidumbre

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EMMA


Han pasado tres días desde la última vez que vi a Taylor. Y no quiero sonar dramática, pero es evidente que me está evitando, lo cual es extraño porque habíamos estado bien hasta el lunes.

Me vino a buscar como siempre y todo parecía normal, pero el resto de la semana ha pasado completamente de mí y no entiendo porque.

Lo único bueno de esto es que Ben si viene a ver a Diane. Es evidente que lo suyo es más que una amistad, pero como ella no me ha dado muchos detalles más, tampoco la quiero presionar.

La única información que he logrado obtener de Taylor, según lo que me ha contado Ben es que le han dejado muchas tareas en la universidad y por eso no ha podido venir. Aunque a mí me suena a que es una excusa.

Atrás quedaron esos momentos en lo que me dijo que yo le gustaba. Ni siquiera me ha enviado algún mensaje y yo no lo he hecho porque no quiero que se sienta presionado. Ni siquiera sé en qué punto estamos ahora.

Por otro lado, intento evitar lo que más puedo a Ashley, aunque no me cuesta tanto puesto que no la he visto durante toda la semana. Seguramente ella tampoco quiere verme a mí. Diane ha intercambiado un par de palabras con ella. Después de todo ellas también eran amigas y no le iba a pedir a Diane que dejara de hablarle.

Y gracias a Dios que no me he topado con Zack. Seguramente Ashley ya le dijo que yo sé todo y finalmente se dio por vencido.

Me llega una notificación y casi grito de la emoción cuando veo que Elena Dankworth, una modelo a la que sigo desde hace tiempo me respondió la pregunta que le hice en una dinámica de preguntas y respuestas. Y sí, fue sobre la situación de Taylor.

Traté de resumir lo mejor que pude nuestra situación actual y le pregunté por un consejo. Ella me responde que lo mejor sería hablar las cosas y dejar todo claro para no tener malos entendidos. En realidad ya lo había pensado, pero ahora lo tomaré como una señal.

Elena es una de las hijas de Natalie Keller, mi modelo a seguir. Así que sigo a toda su familia por redes sociales y estoy pendiente de los eventos que tienen, me encantaría conocerlas alguna vez.

Así que tomando el consejo de Elena me armo de valor y llamo a Taylor. Y no me responde. Pero vuelvo a insistir tres veces más y sigue sin responderme.

¿Enserio?

Tal vez de verdad está ocupado y por eso no me responde. Me debato varios minutos pensando en si ir a verlo estará bien o simplemente espero hasta mañana.

Finalmente termino cediendo a la curiosidad y decido ir a verlo. Después de todo, ¿qué tan malo puede ser?


(...)


Cuando estoy frente a la puerta y me preparo para tocar, ésta se abre mucho antes y para mi mala suerte, es la madre de Taylor.

O tu futura suegra. Dice una voz en mi cabeza que intento ignorar.

–Emma, qué grata sorpresa tenerte por aquí, ¿cómo estás? –dice ella dándome un abrazo al que yo correspondo algo tímida

–Muy bien señora Layla, sólo vengo un momento a...

–A ver a mi hijo, ¿no es así? Me refiero a Taylor, obviamente –dice divertida

–Sí, Taylor. Hay algo que debo conversar con él, ¿cree que pueda?

–Por supuesto, pasa cariño. Ya conoces su habitación –responde con una sonrisa divertida –y espero que no sea necesario darles otra charla, ¿o sí? Tengo muchos más folletos y temas más interesantes de los que hablarles...

– ¡No! Digo... no se preocupe. No será necesario

Escucho como se ríe, mientras yo me dirijo a la habitación de Taylor.

Cuando estoy frente a su puerta y estoy lista para tocar, me detengo en último segundo porque me parece oír su voz.

¿Estará con alguien más?

¿Estoy interrumpiendo algo?

Tal vez por eso no me respondió antes. Está ocupado.

Miles de dudas me surgen de pronto y ya no me parece tan buena idea estar aquí fuera. Tendría que haber esperado a que respondiera alguna de mis llamadas o que él quisiera verme.

Entonces antes de que pueda retirarme, aparece la madre de Taylor y es ella quien abre la puerta de su habitación y quedo totalmente sorprendida cuando lo veo. 



TAYLOR

Han sido unos días duros. Sobre todo porque tengo mucho que estudiar y gracias a Zack he recibido un buen golpe.

El día martes él y dos de sus amigos me estaban esperando fuera de la universidad y antes de que yo pudiera preguntar qué hacían ahí o decir cualquier cosa, sentí una bofetada fuerte en la cara. Ahora tengo un ojo amoratado y unos cuantos cortes.

Estaba muy enfadado porque su plan de conquistar a Emma no ha funcionado y también puede ser porque me negué a alejarme de ella y digamos que el hecho de que le dijera que me gusta y que vamos enserio no le ha causado ninguna gracia.

¡Dios! Cómo me duele el ojo. Ni siquiera puedo abrirlo por completo.

Está claro que yo intenté devolverle el golpe y no salió bien para mí. Jamás había golpeado a alguien, así que lo hice pésimo. Fácilmente pude haberme fracturado la mano.

Así que por este motivo no he ido a ver a Emma. No quiero que me vea así. Además tengo varias tareas y presentaciones que me han dado en último momento así que es la excusa perfecta. Al menos hasta que mi cara deje de estar tan hinchada.

Ahora mismo estoy avanzando para una presentación cuando de pronto mi puerta se abre y veo a mamá y luego a Emma.

Mierda. No quería que ella me viera en este estado tan lamentable.

– ¿Qué te pasó? –pregunta acercándose preocupada

– ¿No te gusta mi nuevo look? –intento bromear, pero no da resultados

–Dios, tu cara. No es que antes hayas sido una belleza, pero ahora estás... peor

–Gracias. Eso era justo lo que necesitaba oír

–Bueno, yo los dejo solos. Se nota que hay cosas con las que deben ponerse al día, pero nada de cerrar por completo la puerta. Vendré a revisar –dice mamá quien no se ha movido desde el marco de la puerta

–Muy bien, ahora quiero que me digas qué te pasó

–Tu ex novio, eso pasó

– ¿Zack? ¿Él te hizo esto? Claro, por eso no he sabido nada de él en esta semana –Emma me acaricia la mano que tengo con vendas y una parte de mí se alegra de que ella muestre preocupación por mí.

Qué mal me trae esa chica. Jamás creí que algo así podría hacerme feliz.

–Bueno, digamos que me estaba esperando fuera de la universidad junto a otros dos chicos. Me abofeteó y cuando intenté defenderme...

–Te dañaste la mano –termina ella por mí

–Exacto. No quería que me vieras así, por eso había tomado la decisión de no ir a verte hasta que esto –digo señalándome el rostro –mejorara un poco

–Pues déjame decirte que eres muy idiota. Creí que me estabas ignorando o que tal vez había hecho algo mal y por eso no querías hablarme

–Envíe a Ben en mi nombre, no creí que me fueras a extrañar tanto

–Por supuesto que extrañaba ver tu fea cara –responde como si fuera obvio

–Y si mal no recuerdo, tú dijiste que te gustaba... Así que tan horrible no te parezco

Lo siguiente que hace Emma no me lo esperaba. Me toca a propósito uno de los cortes y me hace soltar un quejido de dolor.

–Que no se te suba a la cabeza Tay –dice ella divertida

–No puedo creer que aun así me gustes –digo mirándola molesto

–Acostúmbrate. Soy un encanto. Entonces... ¿estabas hablando solo o hay alguien escondido por aquí? –me toma por sorpresa su cambio de conversación

– ¿Ves a alguien más por aquí? No, ¿cierto? Por supuesto que estoy solo. Estaba estudiando para una presentación y de vez en cuando hablo la materia para entenderla mejor. ¿Con quién creías que estaba?

Emma se ve visiblemente más relajada, lo que me hace llegar a la conclusión de que creyó que estaría con alguna compañera.

Estaba celosa.

–Nadie, digo... tal vez con algún compañero o compañera. No respondías a mis llamadas y cómo no sabía si estabas molesto... quise salir de dudas

–Bueno, pues ahora sabes lo que ocurrió. No hay nadie aquí conmigo, así que no tienes por qué ponerte celosa. Aunque es divertido verte así

–No estaba celosa, sólo quería saber si interrumpía algo –intenta defenderse –además nosotros no somos nada, ¿recuerdas? Nuestra relación es falsa

Ahí tiene un punto y yo ya lo había pensado.

Tengo mis dudas sobre si decírselo ahora o esperar a que esté mejor mi rostro, pero viendo lo insegura que se ve, decido conversarlo con ella lo más pronto posible.

–Tienes razón, no somos nada. Aunque no se me olvida lo que hicimos el fin de semana y que me hayas dicho que te gusto. Y que tú también lo haces, por una razón que aun no entiendo...

–Vaya, gracias. Me siento mejor ahora –dice intentando sonar molesta, pero veo que sonríe al igual que lo hago yo

–Lo que te quería decir es que dejemos de fingir nuestra relación. Y que ya sabes... vayamos poco a poco. ¿Te parece bien una cita?

No puedo evitar sonar inseguro, porque ni siquiera sé si ahora la gente tiene citas. Dylan no tiene y Ben al inicio no podía ni hablarle a Diane. Así que esto es nuevo para mí

– ¿Quieres tener una cita conmigo? –Pregunta Emma sorprendida -¡Sí! Me encanta la idea. Acepto

–No te pedí matrimonio –digo para molestarla

–Oh, no seas idiota –dice una vez más pasando a llevar uno de los cortes

– ¿Quieres dejar de hacer eso? Me duele

–Lo lamento, ¿sí? Fue un accidente

No sé cómo es que fue a gustarme esta chica, enserio no lo entiendo.

Pasan unos segundos y ella vuelve a hablar:

–Fuera de broma, lamento el comportamiento de Zack. Tú no tienes la culpa de nada y mira el golpe que te llevaste. Hablaré mañana con él para que te deje fuera de esto...

–Emma tú tampoco tienes la culpa de esto y yo estaría mucho más tranquilo si sé que no lo vas a ir a buscar. Después de todo ya se desquitó conmigo y espero que haberme dejado así sea suficiente. Por favor, prométeme que no lo irás a buscar –le pido

–Muy bien, no lo haré, pero entonces me quedaré aquí a hacerte compañía un rato más. Me puedes hablar de tus trabajos y todo eso –propone como si fuera el mejor plan

–Si eso quieres, no tengo ningún problema

Es así como empiezo de a poco a explicarle de que va mi presentación y es mucho mejor que estudiar solo, puesto que Emma me va haciendo preguntas y me dice si se me entiende o no.

Y creo que ahora me gusta un poco más que antes.

Luego de que me ayude con la presentación, me acerco a ella y la beso. Emma tiene especial cuidado con mis heridas, pero aun así me besa de vuelta.

No sé cómo lo hago para no parecer tan ansioso como en realidad me siento, porque Emma no es la primera chica que me gusta y aun así me siento nervioso cuando estoy junto a ella.

El beso es lento, delicado y adictivo. Me acerco lo que más puedo a ella y me encargo de profundizar aún más el beso. Jamás me cansaré de esta sensación.

Entonces ocurre lo que más temía. Mamá aparece en la puerta y finge un ataque de tos. De a poco nos separamos y no puedo evitar observar a Emma. Tiene los labios hinchados y sus manos aún se encuentran enredadas en mi cabello.

–Me alegra que tengan la puerta abierta, porque si no... no me quiero ni imaginar lo que estarían haciendo –dice ella observándonos

–Mamá... ya somos grandes –digo avergonzado por tener que repetírselo

–Lo sé Taylor, pero eso no quiere decir que mi casa sea un...

–Detente, por favor...

–Uhm... creo que es hora de que me vaya –dice Emma alejándose de mí y yo me siento fatal por esta situación y avergonzado a más no poder

–Sabía que entre ustedes había algo. Yo sólo venía a avisarles que podían bajar a comer y por supuesto Emma está invitada. De hecho me encantaría que te quedaras. Después de todo ahora eres parte de la familia, ¿no?

Mi madre sonríe divertida y luego de unos segundos, baja a comer. Nosotros nos quedamos en silencio unos segundos antes de ponernos en marcha y seguirla.

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