Lo veo salir cuando el reloj marca las catorce horas, inevitablemente un suspiro abandona mis labios; aquel suspiro lo he tenido atorado en mi corazón desde los últimos días porque ¡vamos! Min Yoongi es el ser perfecto en este mundo imperfecto.

Es el estudiante estrella de la universidad de artes; por lo mucho que sé, tiene veinticuatro años y toca la guitarra, batería, piano y un poco de bajo. Con su cabello rubio revuelto y su chamarra de cuero tiene la fachada de bad boy que enloquece a las chicas.

Incluso a mí, Park Jimin; el simple estudiante de literatura.

Me imagino que ya sabrán que soy prácticamente inexistente para él, si no es así déjenme les planteo un panorama:

Él todo un chico hermoso perfecto y popular que en sus tiempos libres canta sus canciones para las hermosas chicas que siempre lo persiguen como abejas a la miel, mientras que yo permanezco oculto tras la pared observándole como el perfecto acosador que soy, mientras agradezco que mis suspiros y gritos de fangirl queden ocultos bajo el arte que sus manos crean con los instrumentos que tienen el privilegio de ser tocados por él.

Penoso, ¿No?

Sí, lo mismo pienso yo.

A veces me pregunto que pasaría si dejara salir el lado atrevido que hay en mí. Más de una vez me he imaginado a mí mismo atreviéndome a pedirle una cita sin tartamudear y paso horas riendo de emoción cuando en mi mente (muy creativa, por cierto) él acepta.

Pero luego recuerdo que mi imaginación es muy grande (por eso estudio literatura a que sí) y se me pasa toda emoción.

Realmente me conformaba con verlo a la distancia, una pequeña dosis de su presencia eran más que necesarias para iluminar mi día y sonreír feliz por el resto del tiempo que permanecía lejos de él.

Verlo reír, tocar algún instrumento, componer una canción, viajar en su motocicleta o simplemente verlo respirar. Lo que sea que viniese de él, tengan por seguro que era atesorado por mí.

Esa era mi rutina sagrada y bajo ninguna circunstancia debía ser modificada si no querían conocer al ogro que hay en mí.

Mentira, solo exagero para colocar tensión en la situación.

Pero sí, no estaba preparado para algún cambio, fuese bueno o malo.

Sin embargo, sucedió en ese trágico día.

Recuerdo que estaba abriendo mi casillero cuando una pequeña nota salió volando de él, sabía que no la había colocado ahí y ciertamente tenía miedo de que se tratara de alguna broma quizá fue eso lo que me había impulsado a abrirla.

Y santa madrecita, lo que me encontré provocó triple infarto en mi pobre corazón.

Sé que me observas porque yo también lo hago.

Park Jimin creo que ha llegado el momento de decirte lo loco que me tienes; tu hermosa sonrisa es algo con lo que suelo soñar, y tus ojitos curiosos y sonrientes son los que me han tenido enamorado.

Sé que te gusta mi música y que yo también lo hago, ambos sentimos lo mismo y somos unos completos desconocidos que, sin saberlo cayeron por el otro.

¿No es eso curioso?

Sal conmigo, y te prometo que nuestros momentos serán inolvidables.

En nosotros encontrarán una nueva versión del amor.

¿Qué dices bonito, tomas el riesgo?

¿Ustedes que creen?

¡Por supuesto que tomé el riesgo! Luego de haber leído la nota escuché el pitido de la motocicleta que tanto conocía y mi corazón quiso hacer competencia con aquel sonido.

Ahora que estamos juntos mi felicidad no tiene límites. Ambos mirábamos al otro con la esperanza de ser notados, sin saber que poco a poco nos íbamos adentrando en los sentimientos del contrario.

Un amor raro, que nació de la valentía de plasmar unas letras en un papel y que fue creciendo tan sano y fuerte hasta convertirse en lo que es ahora.

Una perfecta historia de amor.

FIN.

Escribí esto en un arranque de inspiración y lo borraré cuando la vergüenza se apodere de mi ser.

Yoon~