Habían pasado casi dos meses desde que conocí a Moonlight.Todos los días veníamos en las noches al columpio y nos quedábamos hablando por horas sobre temas aleatorios.

   Era increíble lo mucho que nos parecíamos y a la vez lo distintos que éramos.

   Yo aún sentía algo extraño en el pecho cuando hablaba con ella, sin embargo, ya no me desagradaba, al contrario, me resultaba calmante y hermoso.

  Pasaba todo el día con ganas de que llegase la noche solo para verla y poder conversar con ella.

  Mi hermoso secreto

  Mi luz de Luna

  Esa noche en especial se encontraba inesperadamente callada y eso me resultó muy extraño, teniendo en cuenta que Moonlight era de esas personas que jamás paraban de hablar de todo un poco.

  Era súper inteligente, sin embargo, jamás me contaba nada acerca de ella misma.Lo poco que sabía tuve que descubrirlo dedicándome a observarla cuidadosamente cual acosador obsesivo.

  Justo como estaba haciendo en ese instante.No podía apartar mis ojos de ella.

  Sin entender por qué cada día que la veía parecía estar más decaída y cansada.

  Su aspecto precioso se había vuelto algo demacrado.El cabello blanco lucía más claro aún y sus ojos de añil, antes vivaces y alegres, ahora se habían vuelto dos mares opacos y apagados.

  Dos enormes bolsas de ojeras moradas se asomaban debajo de ellos sin un ápice de intenciones de esconder su presencia.

  Ella cada día estaba más delgada y sus labios antes rojos como el carmín se tornaban rosados pálidos y llenos de grietas.

  Algo extraño le ocurría y yo necesitaba con urgencia averiguar qué era.

—Moonlight— la llamé despacio y giró su rostro para mirarme

—¿Sí Allan?— me dio una sonrisa triste

—¿Qué te sucede?— fijé mis ojos en ella con atención y seriedad

—No es nada— sonrió con los ojos cerrados, sin embargo la lágrima que recorrió su mejilla fue todo lo que necesitó para delatarse terriblemente

—¿Entonces lloras por nada ahora?— pregunté tomándola de las manos

   Ella se rompió aún más entre mis brazos, era como si con esa pregunta hubiera desbloqueado un río de lágrimas que había estado guardando muy profundo en su corazón.

  Me dolía

  Me dolía muchísimo verla así

  Pero no pude hacer nada...

  Simplemente la abracé y dejé que, sobre mi pecho, se desahogara todo lo necesario.En ese momento solo éramos, ella, el columpio, la luna y yo.

   Al rato que dejó de llorar se quedó dormida abrazada a mí.No era la primera vez que eso sucedía así que comencé a acariciarle el cabello mientras la miraba con preocupación.

  ¿Qué sucede contigo Moonlight?

  Al despertarme por la mañana ya se había ido.Nada nuevo tampoco.No tenía ni idea de cómo pero siempre lograba escabullirse y en su lugar me dejaba flores blancas.

  Estaba bastante empeñada en que yo no descubriese absolutamente nada sobre ella.Justo por eso a veces pensaba que nada de eso era real.

  Que yo estaba enloqueciendo enormemente y que aquella hermosa chica con cabello plateado, ojos añil y nombre de luz de Luna era solo una ilusión, alguien que me había inventado para aliviar mi pesaroza soledad, esa que me abrumaba sin dejarme dormir por las noches.

   Caminé hasta casa y cuando bajé a desayunar con la abuela encontré algo completamente sorprendente.

   Miré el garage de la casa y vi el auto negro con cristales blindados.

  Era imposible

  No

  Ella había vuelto

   Bajé las escaleras corriendo cual rayo y casi me caigo en el camino pero aquella visita se había vuelto como un sueño para mí.

  No creía posible volver a verla hasta ese instante en el que al salir al jardín divisé sus ojos castaños observándome con una sonrisa nostálgica.

—¡Allan!— sonrió y una lágrima corrió por su mejilla

   Yo respiraba pesadamente producto de la carrera, pero también corrí a abrazarla como si no hubiese un mañana.

—¡Mamá!— grité al abrazarla

—¡Te extrañé tanto cariño!— susurró contra mi cabello

—Yo también te extrañé mamá— sonreí

  Cuando dejamos de abrazarnos miré a todos lados buscando a mi abuela.La encontré sentada en el portal de la casa con una sonrisilla cómplice mientras tejía pacientemente una bufanda.Era su hoby.

   Sonreí mirándola

—¡Estás enorme cariño!¡Cómo has crecido en estos dos años!— decía con una nota nostálgica en su voz

—Sí, ya no soy el niño de trece que dejaste cuando te fuiste— dije sonriendo y al parecer ella no lo interpretó como yo quería

   Su rostro se contrajo en una mueca de arrepentimiento y miró hacia otro lado.Al parecer ese aún era un tema sensible.

—¡No lo dije por mal mamá!— dije con rapidez intentando corregirme

—Lo sé Allan, tranquilo— me dio una sonrisa triste y entramos a casa

   Estuvimos toda la mañana conversando acerca de mí, de ella, de la escuela y su viaje.

   Era increíble que hubiesen pasado dos años ya desde aquello.Jamás volvimos a ser los mismos, pero al menos aprendimos de nuestros errores y eso nos hacía mejores personas hoy.

   Aunque los traumas siguieran ahí, los fantasmas nos persiguieran o extrañásemos a papá desde aquel trágico accidente, estábamos seguros de que seguiríamos adelante.

   Por desgracia a mi madre le había costado más recuperarse del todo.Los primeros meses luego de la muerte de papá ni siquiera podía estar cerca de mí.No la culpo, soy idéntico a él y le traía demasiados recuerdos.

   El punto es que ella no resistió y tuvo que irse.Alejarse y dejarme con la abuela fue la opción más viable para todos.

   La tarde se nos pasó entre charlas y risas.¡Habían pasado dos años!¡Teníamos tanto que contarnos que el tiempo parecía no alcanzar!

   Cenamos los tres juntos mientras conversábamos acerca de mi escuela, los viajes de mamá y las flores de la abuela.Era increíble como el tiempo había pasado frente a nuestras narices.

   Por fin llegó la hora de dormir y me quedé junto a mamá hasta que la vi cerrar sus ojos para caer en los brazos de Morfeo.

   Luego de eso salté por la ventana para ir al columpio.Estaba ansioso por contarle a Moonlight que mi madre había vuelto.

   Cuando llegué ella ya estaba ahí, como siempre.Me senté a su lado y la abracé con emoción.Al principio se sorprendió, pero luego me devolvió el gesto con calidez.

    Le conté todo sobre mi mamá, que había regresado y esta vez para quedarse.Ella se puso muy feliz por mí.

—¡De verdad me alegro de que tu madre haya vuelto Allan!— sonrió

—Gracias— sonreí también

  Me detuve de nuevo a observarla como acosador.Aquello no era nada nuevo, incluso ella dejaba de mirarme raro cuando lo hacía porque ya se había acostumbrado.

—¿Qué sucede Moonlight?— pregunté al notar su apagada mirada añil perdida en el horizonte

    No dijo una palabra, solo comenzó a llorar.Las lágrimas le caían por las mejillas cual ríos mientras me abrazaba.

   En un determinado momento dejó de llorar, pero aún siguió abrazada a mí.

—Allan— susurró

—¿Sí Moonlight?— cuestioné

—Quiero que me prometas algo

—Lo que quieras siempre y cuando pueda hacerlo— aseguré

—Prométeme que vivirás tu vida al máximo, que serás feliz, estudiarás mucho y harás amigos— su voz se rompió— Prométeme por favor que tendrás esperanza, que no dejarás que nada ni nadie te impida conseguir lo que quieres y que disfrutarás con tu madre y abuela— a ese punto volvía a llorar

—¿Por qué me pides eso?— volví a preguntar

—Por favor Allan, prométemelo— pidió entre lágrimas

—Te lo prometo Moonlight— dije en voz baja mientras levantaba su rostro por la barbilla para que me mirara.

   Sus ojos añil húmedos por las lágrimas brillaron un poco a pesar de lo apagados que estaban y el rojo tiñó la pálida piel de sus mejillas.

   Mientras escuchaba su respiración acelerada me le acerqué un poco más hasta juntar nuestros labios en un beso.

   Al principio no supo devolvérmelo, pero luego de unos segundos comenzó a seguirme el ritmo y se dejó llevar.Podía sentir el sabor salado de sus lágrimas caer sobre mis labios mientras estaban fundidos con los suyos.

   Aquel beso fue completamente mágico e inolvidable pero también doloroso, pues, lo mirase por donde lo mirase, aunque aún no entendiera el porqué, sabía a despedida.