❝PRÓLOGO❞

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Chloe despertó al sentir aquello de nuevo, vio a su alrededor y de nuevo no había nada, pero necesitaba calor, tenía frío.

Corrió a la chimenea de su habitación, por alguna razón está jamás se apagaba tal vez por algún hechizo.

Sintió el calor en su piel y de alguna forma su fuerza regresó, como si recuperara todo su poder al estar ahí frente a esa chimenea.

Escuchó la puerta abrirse y sonrió al sentir a Franco sentarse a su lado frente al fuego.

-¿También soñaste con ese hombre?- Preguntó el rubio a Chloe.

Ella asintió. Recordaba esos extraños ojos grises verla a sus propios ojos, también grises, mientras le cantaba una canción de cuna que la calmó en el sueño.

-Es extraño, siempre soñamos con él y no lo conocemos- Siguió Franco.

-Tal vez sí lo conocemos, sólo que no lo recordamos- Dedujo Chloe y el niño la vio confundido- Esa voz, su voz... Me sentí en casa cuando la escuché Franki-

-También yo... ¿Crees que tal vez fuera la tía Alessandra?- Preguntó.

-Era hombre idiota- Soltó Chloe.

Franco sonrió apenado y asintió, Chloe lo abrazó con cuidado y él a ella.

-Algún día sabremos quién es- Prometió la niña.

-Algún día...- Repitió Franco.

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Al mismo tiempo en algún lugar del mar desde la cárcel de Azkabán un hombre sentado entre las sombras de su celda tarareaba aquella canción que los dos niños habían escuchado en sus sueños.

Claro que su voz ya no era igual, era algo más fría, su cabello estaba largo y descuidado, él estaba muy delgado, de una forma que su esposa jamás le habría permitido estar por temor a su salud... Pero claro, su esposa ya no estaba.

-Ya es suficiente- Regañó Cornelius Fudge al preso.

Esa noche el ministro tuvo que hacer una visita de urgencia a Azkabán así que cuando iba de salida se detuvo a hablar con aquel preso.

Parecía cuerdo totalmente en un principio, pero luego comenzó a tararear aquella canción y a mover sus manos como si tocará un piano.

-Esa es la nana...- Habló con voz ronca porque casi no la utilizaba ahí- Cuando salga de aquí voy a cantarla de nuevo- Sentenció.

-Jamás vas a salir de aquí- Contestó el ministro.

-Ambos sabemos Cornelius...- Comenzó el hombre levantando la mirada mostrando sus ojos grises.

Aquellos ojos grises que en sueño de los niños se veían tan llenos de amor y vida, brillosos, como dos estrellas y que ahora parecían un cuchillo de plata afilado sin brillo alguno.

-Que el Fénix no tarda en despertar... Me van a encontrar- Murmuró- Alessandra...-

El hombre simplemente se sumió en la oscuridad de su celda de nuevo y cerró los ojos con paciencia, esperando.

-Loco de mierda...- Insultó el ministro antes de irse.

-Adhara y Regulus...- Murmuró el hombre- Alessandra... Harry... Amy-

Tarareaba la canción aún en su mente, recitando en voz baja aquellos importantes nombres para él, se quedó dormido, tratando de ignorar aquella horrible situación en la que estaba desde hace casi siete años, tratando de fingir que sus hijos ahora no tendrían un año y medio, sino ocho.

Nota:

Buenas, ya volvimos, ya volvimos con esta gente loca. 😎

¿Qué les pareció el prólogo?

¿Tienen teorías de las cosas que voy a cambiar?

¿Qué creen que pase en un Fénix Blanco?

Nada más quiero aclarar que la tercera parte (La de Franco) la voy a subir hasta que esta llegue más o menos al segundo acto. ❤️

¿Qué les parecen Chloe y Franco? ❤️💙

Sirius... 💔🥺

¿Andamos listos?

¿Se notan los cambios que estoy haciendo?