Entrenamiento.

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—¿También Dumbledore cree que quien-tú-sabes está recuperando fuerzas? —murmuró Ron.

Harry ya había hecho partícipes a Ron y a Franco de todo cuanto había visto en el pensadero y de casi todo lo que Dumbledore le había dicho y mostrado después. Y, naturalmente, también había hecho partícipe a Sirius, a quien había enviado una lechuza en cuanto salió del despacho de Dumbledore, y Chloe insistía en conocer al hombre, pero Hermione se negaba.

Aquella noche los cuatro Gryffindor volvieron a quedarse hasta tarde hablando de todas esas cosas en la sala común, hasta que a Harry empezó a darle vueltas la cabeza y comprendió a qué se refería Dumbledore cuando le había dicho que tenía tantos pensamientos en la cabeza que resultaba un alivio sacarlos.

Ron miraba la chimenea. A Harry le pareció que su amigo temblaba un poco, aunque la noche era cálida. Chloe solamente abrazaba a Herms que estaba leyendo en sus piernas.

—¿Y confía en Snape? —preguntó Ron—. ¿De verdad confía en Snape, aunque sabe que fue un mortífago?-

—Sí —respondió Harry.

-¡El ya no es un mortifago! – Defendió Chloe enojada.

Hermione llevaba diez minutos sin hablar. Ahora estaba sentada con la frente apoyada en las manos y mirando al suelo. A Chloe se le ocurrió que también a ella le hubiera sido útil un pensadero.

—Rita Skeeter —murmuró al final.

—¿Cómo puedes preocuparte ahora por ella? —exclamó Ron, sin dar crédito a sus oídos.

-Esa rata asquerosa, lleva todo el año hablando de nosotros ¿Qué no tiene nada que hacer? – Preguntó irritada Chloe

—No me preocupo por ella —dijo Hermione sin dejar de mirar al suelo—. Sólo estoy pensando… ¿Recordáis lo que me dijo en Las Tres Escobas? «Yo sé cosas sobre Ludo Bagman que te pondrían los pelos de punta…» Supongo que se refería a eso. Ella hizo la crónica del juicio, sabía que les había pasado información a los mortífagos. Y Winky también lo sabía, ¿os acordáis? «¡El señor Bagman es un mago malo!» Seguro que el señor Crouch se puso furioso cuando lo dejaron en libertad y lo comentó en su casa.-

—Ya, pero Bagman no pasó la información a sabiendas, ¿o sí?- Habló Ron.

-Solo es estúpido- Mencionó Chloe

Hermione se encogió de hombros.

—¿Y Fudge cree que Madame Maxime atacó a Crouch? —preguntó Ron, volviéndose hacia Harry.

—Sí —repuso Harry—, pero sólo porque Crouch desapareció junto al carruaje de Beauxbatons.-

—Nosotros nunca sospechamos de ella —comentó Ron pensativo—. Tiene sangre de gigante, y no quiere admitirlo…-

-¡Esperen! ¿De qué perdí? ¿Ahora juzgamos a todos? – Preguntó Chloe viendo mal a Ron.

—Claro que no quiere admitirlo — dijo Hermione bruscamente, levantando la mirada—. Mira lo que le pasó a Hagrid cuando Rita se enteró de lo de su madre. Mira a Fudge, llegando a rápidas conclusiones sobre ella, sólo porque es semigigante. ¿Para qué iba a querer que lo supieran?, ¿para hacerse víctima de ese tipo de prejuicios? En su lugar, sabiendo lo que me esperaba por decir la verdad, también yo diría que tengo el esqueleto grande. —De pronto Hermione miró el reloj y exclamó asustada—: ¡No hemos practicado nada! ¡Tendríamos que haber preparado el embrujo obstaculizador! ¡Mañana tendremos que ponernos a ello muy en serio! Vamos, Harry, tienes que dormir.-

-Gracias por tu preocupación hacia mi- Murmuró Chloe.

-Harry no sabe otro hechizo que no sea Expeliarmus, tu eres la mejor de la clase- Le respondió Ron y Harry lo miró mal

Harry y Ron subieron despacio al dormitorio. Fue cuando Herms dirigió su mirada a Chloe.

-El va a estar bien, preocúpate por ti- Aconsejó.

-Estoy preocupada por él, por Alex, por Ced incluso por la insoportable de Fleur y por Krum. Todo podemos morir-

Ambas chicas subieron a su cuarto y Ántares y Ginny ya estaban dormidas, se pusieron el pijama y Chloe esperó a que Hermione se comiera su chocolate.

-Ántares tiene razón, eres una Lunática. Si yo me comiera todos los chocolates que tú comes estaría despierta todo el día- Le dijo Chloe antes de dormir.

-A mis padres no les gusta, dicen que es muy raro- Fueron las palabras de la castaña antes de caer dormida.

.  .  .

Ron y Hermione tenían que estudiar para los exámenes, que terminarían el día de la tercera prueba, pero gastaban la mayor parte de sus energías en ayudar a Harry a prepararse y Chloe era de poca ayuda al tener que entrenar con Snape todos los días.

—No te preocupes por nosotros —le dijo Hermione, cuando Harry se lo hizo ver y les aseguró que no le importaba entrenarse él solo por un rato—. Al menos tendremos sobresaliente en Defensa Contra las Artes Oscuras: en clase nunca habríamos aprendido tantos maleficios.

—Es un buen entrenamiento para cuando seamos aurores —comentó Ron entusiasmado, utilizando el embrujo obstaculizador contra una avispa que acababa de entrar en el aula, que quedó paralizada en pleno vuelo.

-¡Hola a todos! – Saludó Chloe entrando.

-Llegaron los magníficos- Siguió Ántares que venía tras ella.

-¡Hermanos Di Lessio! – Terminó Franco haciendo manos de jazz.

-Harry toma tu varita, tengo un nuevo hechizo para ti- Informó Chloe y Harry tragó duro ya que después de la última vez había terminado inconsciente.

.  .  .

Al empezar junio, volvieron la excitación y el nerviosismo al castillo. Todos esperaban con impaciencia la tercera prueba, que tendría lugar una semana antes de fin de curso. Harry aprovechaba cualquier momento para practicar los maleficios, y se sentía más confiado ante aquella prueba que ante las anteriores y Chloe le insistía en que no debía de confiarse.

Harta de pillarlos por todas partes, la profesora McGonagall había dado permiso a Harry para usar el aula vacía de Transformaciones durante la hora de comer y a Chloe de enseñarle los hechizos que la misma Minerva y Severus le habían enseñado a ella.

No tardó en dominar el embrujo obstaculizador, un conjuro que servía para detener a los atacantes; la maldición reductora, que le permitiría apartar de su camino objetos sólidos, y el encantamiento brújula, un útil descubrimiento de Hermione que haría que la varita señalara justo hacia el norte y, por lo tanto, le permitiría comprobar si iba en la dirección correcta hacia el centro del laberinto.

A lo cual Chloe dijo que era estúpido y ella se guiará por las estrellas. Sin embargo, Harry seguía teniendo problemas con el encantamiento escudo. Se suponía que creaba alrededor del que lo conjuraba un muro temporal e invisible capaz de desviar maldiciones no muy potentes, pero Hermione logró romperlo con un embrujo piernas de gelatina bien lanzado, la causa de las burlas de Ron y Franco contra Harry.

Harry anduvo tambaleándose durante diez minutos por el aula antes de que ella diera con el contramaleficio.

—Pero si lo estás haciendo estupendamente —lo animó Hermione, comprobando la lista y tachando los encantamientos que ya tenían bien aprendidos—. Algunos de éstos te pueden ir muy bien-

-Claro. Si ser una gelatina le ayuda- Animó Franco y Chloe le pegó.

—Venid a ver esto —dijo Ron desde la ventana. Estaba observando los terrenos del colegio—. ¿Qué estarán haciendo esos dos?- Preguntó.

Fueron a ver. Crabbe y Goyle estaban abajo, a la sombra de un árbol. Hablaban cubriéndose la boca con la mano.

—Parece como si estuvieran usando un walkie-talkie —comentó Harry intrigado.

—Es imposible —repuso Hermione —. Os lo he dicho: ese tipo de aparatos no funcionan en Hogwarts. Vamos, Harry —añadió enérgicamente, dejando la ventana y volviendo al centro del aula —, repitamos el encantamiento escudo.-

-Además, esos idiotas no saben ni como utilizar un libro- Se burló Ántares.

-No creo que sepan leer- Corrigió Drcao entrando en la sala con comida- ¿Qué? Ahora soy amable- Dijo ante la mirada extraña de Ron y Hermione.

Chloe dudó mucho que Draco fuera amable realmente porque quería, pero qué se le iba a hacer.

.   .   .

Chloe se encontraba luchando en duelo contra Severus, iba perdiendo de manera descomunal, pero luchaba mejor de lo que lo había hecho ayer o el día anterior.

-¡Más fuerza rubia! - Exigió Severus- Parece que peleas con una roca, no vencerás a nadie- Seguía.

-Pues que gran apoyo Sevy- Se quejó Franco sentando en el escritorio de este.

Severus lanzó un último hechizo con la esperanza de dar por terminada esta clase.

-¡Protego! - Conjuró la rubia- ¡Phoenix est virga manus mittit! - Habló Chloe.

Sus ojos brillaron de nuevo y sin saber porqué habló en la latín para lanzar un hechizo aún así Festejó cuando la varita de Severus fue a dar a su mano.

-¡Gané! - Festejó.

Franco escupió su regaliz de la sorpresa y este fue a dar a los pies de Severus que veía a su pupila sorprendido.

-¡Ganaste! - Festejó Franco alzando los brazos.

Chloe ahora estaba sujeta con sus piernas a la cadera de su hermano mientras el la abrazaba y así un baile raro.

-¡Toma eso Sevy! - Dijeron a la vez.

Snape rodó los ojos en fastidio, pero aún así hizo una mueca que los gemelos ahora llamaban "Sonrisa marca Sev"

-Felicidades mini Rubia, estás lista para ganar ese torneo- Habló Severus

Chloe, para sorpresa del mayor, se lanzó a abrazarlo y por un segundo Snape se congeló por completo, pero después la envolvió en sus brazos de manera protectora.

-Estoy orgulloso Chloe-

-Yo también quiero abrazo- Se quejó Franco y de unió a ellos.

-Mucho sentimentalismo- Cortó Snape.

-Pff, que aguafiestas- Se quejó Chloe.

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