La Abuela está en el ático.

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La llegada de Alaric, al parecer, era esperada por todos en la orden pues a nadie le sorprendió verlo ahí.

Lo que sí les sorprendió es que cada vez que el hombre tenía un tiempo libre corría a buscar a Hermione y charlaba con ella durante horas, los últimos dos días se había empeñado en enseñarle hechizos y le había dado el libro que el mismo escribió para su uso personal sólo para que se aprendiera los hechizos que al parecer el había creado.

Remus comenzó a preocuparse he incluso había dicho que temía la posible atracción de Alaric hacia Hermione, pero Sirius se rió en su cara y le aseguró que seguramente Alaric veía algo de él en ella.

-Eres el menos indicado para hablar de relaciones de edad Lunático, a ti te gusta la sobrina de Canuto- Le regañó Fede.

-Exacto- Dijo Sirius riendo, pero luego su sonrisa se transformó en una mueca furiosa- Espera ¡¿Qué?! ¡LUNÁTICO TE VOY MATAR! - Gritó antes de seguir a Remus por toda la cocina- Alaric la ve como a una miniatura de él, pero tu te quieres cojer a mi sobrina- Le dijo mientras trataba de atraparlo a través de la mesa.

Claro que no le dijo que lo que Alaric veía en Hermione era a su hermana, porque esto habría hecho que Lupin sospechara de la investigación que llevaban a cabo Sirius Black y Amelia Di Lessio.

.   .   .

Ese día sería la llegada de los Weasley y con eso sólo faltaría Harry Potter para que la mansión Black estuviera a tope.

Chloe paseaba por los pasillos de la enorme mansión, algo tétrica, pero en su opinión nunca se había sentido más en casa.

Sirius les había prohibido tajantemente que se acercaran al ático en el quinto piso, pero como la hija de Sirius que era, Chloe no le haría caso.

Quería saber que es lo que Sirius tanto ocultaba, pero no podía hacerlo de día pues el hombre siempre revisa hasta 5 veces que la puerta esté cerrada, así que se decidió a hacer una exploración nocturna con Franco, Hermione y Ron cuando llegara.

-¡Black's tenemos invitados! - Llamó la voz de Sirius desde el recibidor.

Chloe supo que Ronnie, Gin y tal vez William estaban ahí así que corrió escaleras abajo.

Al llegar al recibidor se encontró a todos los Weasley y a una chica de cabellos castaños.

-¡Ronnie! - Gritó al ver al pelirrojo.

Ron Weasley estaba muchísimo más alto, con su cabello más corto, su nariz un poco roja y una gran sonrisa al ver a su amiga.

Chloe corrió a abrazarlo y el, poco acostumbrado a esto, la recibió muy avergonzado y pidiendo perdón a Harry, internamente claro, por tocar a quien el llamaba "Mi florecita"

Algo que a Ron le pareció muy tonto porque Chloe era de todo menos una dulce e inocente flor.

-¡Rubia! ¡¿Qué le pasó a tu cabello?! - Le dijo

Chloe hizo una mueca antes de pegarle en la frente.

-¡Tienes el tacto de un ladrillo Ronald! - Le dijo.

-Auch- Se quejó por lo bajo Ron.

Levantó la mirada y vio como Sirius Black lo mataba con la mirada. El alto, ahora corpulento y muculoso, hombre se acercó a ellos y tomó a Chloe de los hombros antes de atraerla hacia el.

-Sí vuelves a poner una mano en el cuerpo de mi hija te voy a quebrar dicha mano- Amenazó.

-¡Papá! - Regañó Chloe.

Todos los Weasley abrieron los ojos muy grande, pues algunos ignoraban el parentesco y otro no sabían que todo se había revelado.

-¿Algo que contarnos? - Preguntó en voz alta George Weasley.

-Nada nuevo, mi familia es una mentirosa, mi padre no es mi padre y Sirius es quien realmente me dio esta belleza, mi madre me odiaba porque no era mi madre, resultó que era mi tía política que nadie notó era Mortífaga, mi madre era Alessandra Black que murió al protegernos ¿Se me olvida algo? - Habló sarcástica Chloe.

-¿Qué en realidad somos gemelos? ¿Qué soy tu hermano? ¿Qué eres irritante? - Respondió Franco que estaba junto a ella.

-Ahh sí, eso también, menos lo último-

Todos se quedaron en silencio, la tensión se podría cortar con un cuchillo hasta que Bill decidió quitar toda la atención y la lástima de los gemelos Black, pues sabía que esto era lo que menos querían.

-¿A mi no me vas a saludar? - Preguntó Bill viendo con una sonrisa a Chloe.

-¡William! -

La rubio/castaña saltó a sus brazos al tiempo que Bill la abrazaba con todas sus fuerzas.

-Te extrañé enana-

-William Arthur Weasley mi amenaza también es para ti- Saltó Sirius.

-¡Ya déjala Sirius! - Regañó Amy y el mayor de los Black enmudó, pues todos temían a Amelia.

-¿Porqué no los instalamos? - Propuso Remus.

-Claro, pero no quiero a ningún mocoso cerca de mí, salvo la pequeña Jean y la mini Alessa- Habló Alaric desde las escaleras refiriéndose a Hermione y Chloe, pues ahora solo así las llamaba.

-Mete tu apodo por donde te entre Alaric- Le dijo Chloe.

En los últimos días ellos no se llevaban muy bien ¿La razón? Eran demasiado iguales como para coincidir en algo y llevarse bien.

-Vamos amor, no seas tan grosera con tu tío- Le dijo.

-Número uno: No eres mi tío, número dos: Que asco, no me digas amor o te voy a freír como una patata, número tres: me das asco-

-Sirius controla a la fiera- Bromeó el rubio Mckinnon al bajar.

-¡Alaric! Que alegría verte- Saludó Molly, inmediatamente Alaric la vio con algo de asco pues ella solía chocar en muchas cosas con su madre y hermana.

Molly sabía bien que no era del agrado de Alaric, pero de igual forma quería arreglar eso.

-¿No eran 7 mini Weasley's? - Preguntó Fede.

Molly bajó la cabeza triste y asintió.

-Percy ya no nos habla, prefirió su carrera en el ministerio- Explicó Arthur.

-¡Al fin un Weasley que supo pensar! - Festejó en voz alta Alaric y todos lo vieron- ¿Qué? El chico tiene un objetivo claro, sabe lo que quiere y se despegó del lastre que no lo dejaba llegar, lo admiro- Terminó y luego se fue a la cocina.

-Aún es un hombre insoportable- Murmuró Arthur Weasley.

-Yo creo que tiene razón- Saltó Hermione en su defensa, ahora todos sabían que sí te metías con Alaric Mckkinon te metías con su nueva protegida y viceversa.

-Vamos a la reunión, Adhara y Regulus llevarán a los chicos a sus habitaciones- Anunció Sirius tratando de aligerar el ambiente.

-¿Quiénes son Adhara y Regulus? - Preguntó Ron confundido.

-Nosotros Ronnie- Respondió Franco obvio- Yo soy Franco Regulus Black, pero no usamos aún el apellido- Se presentó.

-Yo soy Adhara, Chloe Adhara Black-

Sirius hinchó su pecho de orgullo ante el nombre que habían pronunciado sus hijos.

-Ya saben donde está todo, Chloe por favor ordena tú a Kreacher, debo irme- Se despidió el Lord Black antes de besar la frente de su hija y luego la de su hijo.

-Eso fue raro- Habló Ron y todos lo vieron mal.

-Vamos- Pidió Ántares sin prestarle atención a Ron.

-¿La escolto señorita? - Le preguntó George, con quien se había vuelto muy cercana.

-Eso me encantaría-

-Yo también la escolto- Propuso Fred.

Ambos gemelos Weasley tomaron un brazo de la rubia cada uno y comenzaron a subir.

-¿Quieres que yo te..? - Preguntó Ron a Hermione.

-No va a ser necesario Weasley, ella va conmigo- Le dijo Draco y tomó del brazo a Hermione.

-Draco, el hurón celoso Malfoy- Habló Franco y los que quedaban se reían del rubio.

-¡Kreacher! - llamó Chloe y el elfo apareció en un ¡Crak!

-¿Si mi Lady Black? -

-¿Podrías llevar las maletas de los Weasley a sus habitaciones? Por favor-

-Si mi lady, Kreacher llevará las maletas de los traidores-

-¡Kreacher! Esa palabra está prohibida desde ahora- Regañó Franco - Lo siento, no he quise hablar así-

-El amo puede hablar a Kreacher como quiera- Recordó el elfo.

-No, claro que no, lo siento- Se disculpó de nuevo Franco.

Minutos después, diez disculpas después, todos los Weasley menores estaban instalados en su habitación, salvo Ron que subía las escaleras hasta la habitación de Chloe junto a Hermione y Franco.

-¿Este es tu cuarto? - Preguntó al entrar y ver la gran habitación

-Mjm-

-Es más grande que el de tu otra casa- Observó el pelirrojo mientras veía una estatua de cristal con forma de "B" - Esto es lindo - Observó.

Chloe lo vio extrañada, eso no estaba ahí ayer. Ya van tres días que a su cuarto llegan extraños regalos y no es la única también le pasaba a Ántares y Franco.

-Otro regalo más, extraño- Observó Hermione.

-Ya lo sé, pero no es de lo que vamos a hablar-

-¿De qué vamos a hablar? ¿De porqué su... - Ron pareció pensarlo- ¿Ahora al señor Di Lessio le dicen tío o papá? - Preguntó

Hermione le pegó en la cabeza, pero los gemelos se reían amargamente.

-De ninguna manera en realidad, no hablamos con el mentiroso mayor- Explicó Franco.

-Bueno ¿Y porqué tienen la piel de colores? - Preguntó

-Venganza-

Ron decidió no saber nada más y simplemente se lanzó a la cama de Chloe y abrazó una almohada, justamente la almohada con el suéter de Harry.

-¡No toques eso! - Le Regañó Chloe y corrió a tomar la dichosa almohada llevándola con ella al armario.

-¿Ese es el suéter de Harry? - Preguntó divertido el pelirrojo.

-No y si no quieres morir quemado no vas a decir nada- Amenazó Chloe sonrojada.

Ron y Franco se reían de ella mientras Hermione tenía cara de pícara.

-Bueno, como sea. Esta noche tenemos una misión de reconocimiento - Habló Chloe.

-No somos espías de una película- Recordó Hermione.

-¿Qué es una pelílicula? - Preguntó Ron.

-¡Película! - Corrigió Franco.

-Te lo explico después Ronnie, lo que haremos es que Ron nos va a esperar en el pasillo del final del tercer piso a las 1 am, nosotros lo alcanzamos y luego subimos por el pasadizo hasta el ático que nuestro padre no quiere que veamos ¿Entendido? - Propuso la rubio/castaña.

-¿Porqué yo debo esperar solo? ¿Y si hay arañas? - Cuestionó Ron.

-¿Qué no eras Gryffindor? - Preguntó Franco - Porque tu valentía se esfumó como la cordura de mi hermana cada vez que ve a Harry-

-¡Regulus! - Regañó Chloe.

Ya hace días que Chloe regañaba así a Franco, pues sonaba más firme si lo hacía así.

-¡Adhara! - Repitió el.

-Billius- Soltó Ron.

Todos lo vieron con cara de confusión.

-¿Qué no decíamos nuestros segundos nombres? - Preguntó el pelirrojo.

-Menos mal eres guapo- Le dijo Franco y Ron sonrió alagado.

.   .   .

Esa noche dos rubios, una castaña y un pelirrojo vagaban por los oscuros pasillos de la mansión Black con la iluminación de una gran llama en la mano de Chloe Black.

-¿Y si hay un monstruo? - Preguntó asustado Ron y tomado al brazo de Franco.

-Número uno: ¿Porqué mi padre tendría un monstruo en casa?, número dos: ¿Me solitarías el brazo? Ya me duele- Respondió Franco.

-Shh.. No queremos despertar a los cuadros de nuestros parientes, que no nos quieren mucho que digamos - Recordó Chloe.

Todos siguieron en silencio hasta llegar a una escalera que llevaba a una puerta que a su vez conducía al ático.

Chloe sabía que Sirius había puesto un gran embrujo de cerradura por lo cual ella y Franco decidieron hacer el hechizo juntos y así romper el embrujo más fácilmente.

-Alohomora- Dijeron.

La puerta se abrió fácilmente debilidatada por el poder de ambos Fénix.

Los otros dos sacaron sus varitas, pero iban en quinto curso por lo cual no podían hacer mucho.

Caminaron por el pasillo que guiaba al gran salón que era el ático, lleno de antiguas cosas de la familia Black, parecía más una habitación para alguien.

-¿Quién anda ahí? - Se escuchó una potente voz de una mujer.

Ron se aferró a la manga de Chloe como si su vida dependiera de ello, Franco tomó la cintura de Hermione y la puso tras el para protegerla.

-¡No lo diré dos veces! - Volvió a sonar la voz. - Sirius, si eres tú traidor, no quiero verte-

-¡No soy Sirius Black! - Habló Chloe.

Los cuatro chicos se acercaron más y vieron en el centro de la habitación a una mujer de cabello negro con algunas canas, ojos grises iguales a los de los gemelos y una mirada dura.


Ella los vio un momento con extrañesa y luego con dureza.

-¿Quienes son? Acérquese-Pidió con voz dura.

-Yo iré primero, quédate tú y cuida de los demás- Susurró Chloe a Franco.

El chico negó en repetidas ocasiones, pero cuando la iba a tomar del brazo su hermana ya estaba avanzando hacia la mujer.

La luz le dio de llenó en la cara a Chloe.

-Yo soy Chloe, Chloe Adhara Black- Se presentó.

La mujer pareció dudar un momento, pero se relajó un poco aunque, ni siquiera sonrió sólo dio una mirada despectivo a la chica Black.

-¿Eres la hija del traidor? - Preguntó

-¿De quién? - Se extrañó Chloe.

-De Sirius. ¿Eres o no eres la hija de Sirius Orión Black? - Preguntó.

-Lo soy... Soy su hija mayor - Explicó.

-¿Y sabes quién soy yo? ¿Sirius te dijo que vinieras? - Preguntó de nuevo la mujer sentándose en lo que parecía un tocador, al lado de este estaba un retrato vacío.

- Él ni siquiera sabe que estamos aquí-

-¿Estamos? - Repitió la mujer dejando lo que parecía un desmaquillante.

-Yo también estoy aquí- Habló Franco acercándose.

Walburga se levantó de inmediato y lo vio con los ojos brillantes.

-¡Regulus! - Dijo, por primera vez, emocionada.

-Franco Regulus- Corrigió el rubio.

-Ya los sé, eres el otro hijo de... De ese -

-Ese tiene nombre- Recordó Chloe.

-Y tú te pareces demasiado a él ¿Alguien te lo había dicho? - Le respondió la desconocida.

-Suelen decirme que soy igual a mi madre -

-Ah Alessandra, maravillosa mujer, lástima la clase de personas con las que se juntaba, pero fue una digna señora Black, ella si fue una buena nuera- Recordó.

-¿Dijo nuera? - Habló Hermione acercándose.

La mujer la vio con algo de asco.

-Una asquerosa mestiza, en mi casa- Dijo asqueada.

-¡Oiga que le pasa! - Saltó de inmediato Franco.

-Si se mete con ella se mete conmigo- Siguió Ron apareciendo junto a ella.

-Aguarde, dijo mestiza - Recordó Chloe y todos la vieron- Eso quiere decir- Chloe vio a Hermione que la veía sorprendida.

-Que alguno de mis padres biológicos era mágico - Recordó Hermione emocionada.

-No niña idiota, ambos eran magos, una sangre pura y el otro un asqueroso mestizo- Corrigió la mujer mayor.

-¡No digas más Walburga! - Se escuchó la potente y enojada voz de Sirius.

El hombre apareció enojado en la habitación, caminó hasta su hija y Hermione y las puso a ambas tras de si.

-No quiero que hables con mis hijos - Le dijo a la mujer

-¿Qué una abuela ya no puede ver a sus nietos? - Preguntó la tal Walburga fingiendo inocencia.

-¿Dijo abuela? - Saltó Franco.

-Así es Regulus, yo soy tu abuela, Walburga Black- Se presentó la mujer

-¡No finjas que quieres a mis hijos vieja serpiente! - Le dijo enojado Sirius- No eres su abuela, sus abuelas fueron Anne Di Lessio y Euphemia Potter y ambas están muertas-

-¡Yo te traje a este mundo Sirius Orión Black, tengo todo el derecho de ver a mis nietos! - Saltó Walburga enojada.

-¡¿Derechos?! ¡Perdiste todos y cada uno de esos derechos cuando nos avandonaste a Regulus y a mi a nuestra suerte! ¡Perdiste esos derechos cuando dejaste que la loca de Bellatrix casi asesinara a mi hermano! ¡Tú no eres mi madre! - Terminó Sirius al dejar salir todo lo que tenía dentro.

Todos se quedaron en silencio y Sirius tomó la mano de Hermione y de Chloe.

-No quiero que vuelvas a hablar con mis hijos, o con Hermione o con ningún habitante de esta casa- Le dijo el hombre antes de darle la espalda- Y ustedes cuatro- Comenzó.

Pero una gran luz iluminó la habitación y todos los menores vieron con asombro como Walburga Black se desvanecía y aparecía en un cuadro en la pared.

-¿Cómo es eso posible? - Habló maravillada Hermione.

-No les incumbe, no quiero que vuelvan a hablar con esta mujer ¡Nunca más! ¿Cómo es posible que me desobedecieran así? - Comenzó Sirius viendo a sus hijos.

Luego se frenó al oír la risa burlona de Walburga desde el cuadro.

-¡Ahí esta tu maldito karma, Sirius! ¡Ya ves lo que tuve que soportar por 16 largos años! - Decía la mujer burlándose de su hijo.

-Ya basta, no sé de qué hablas. En cuanto a ustedes dos no se de dónde salen así - Siguió Sirius

Otra vez la risa de Walburga resonó en la habitación.

-Que no sabe dice... - La mujer soltó una carcajada- ¡Pero si son iguales a ti! -

-¡Ya basta madre! - Soltó enojado Sirius.

-Ya perdona hijo, pero ¿Cómo no me voy a burlar de un karma tan bueno? - Siguió la mujer

-Bueno en eso tiene razón, Alaric dice que eras tremendo Sirius- Le dijo Hermione y el la vio enojado.

-¡No creas que no te voy a castigar a ti también jovencita! - Le dijo.

-Tú no puedes castigarme- Le recordó Hermione divertida.

-¡Claro que puedo y lo haré niña! Vamos a empezar con nada de... -

Sirius se frenó en seco y luego vio a su madre en el cuadro que seguía riendo como una desquiciada.

-¡¿Pero qué me has hecho?! - Saltó Sirius- Sueno igual a... -

-¡Suenas igual a mi! - Se burló Walburga.

-Vamos niños, no quiero que estén cerca de esta loca- Le dijo Sirius.

Los cinco comenzaron a dirigirse a la salida.

-¡Sirius Orión Black! ¡No dejes a tu madre con la palabra en la boca! - Regañaba Walburga golpeado el lienzo de su cuadro- ¡Vuelve aquí ahora mismo Sirius! ¡Te voy a castigar! -

Eso fue lo último que escucharon antes de salir de ahí.

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