Especial Eon Ji

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¡Gracias!

—Enserio Thi Leen, gracias por salvarme de ese aterrador batido y dejarme desayunar contigo.

—No te preocupes Eon Ji, mis papás me dijeron que tú eres bienvenida aquí —habló sonriente— aunque... aviso que hoy mi papá preparó el desayuno así que puede que lo que estés comiendo tenga algún pelo o siga crudo.

—Sigue siendo mejor que el batido TaeTae —respondí llevando un poco de comida a la boca— esa cosa puede intoxicar a cualquiera. 

—Qué sucia Eon Ji, come con la boca cerrada —renegó cerrando mi boca— cochina —dijo en voz baja.

—Cochino tú —respondí con la boca llena de comida.

—Sucia maleducada

—Mugroso —seguí de inmediato.

—Puerca

—¿¡Me llamaste cómo, Jung Thi Leen!? —cuestioné levantando la voz

—P - U - E - R - C - A —deletreó cerca de mi rostro— puerca —golpeó levemente mi frente antes de alejarse con una sonrisa.

Su acción hizo que yo achinara mis ojos.

—¡Tú eres el puerco que no se quiere lavar las manos antes de comer! —repliqué.

—¡Tú no te bañas!

—¡Mi papá Jungkook dice que es para ahorrar agua!

Thi leen rodó los ojos, hubo un silencio que duró unos segundos antes de ser interrumpido por las risas de Thi Leen que fueron seguidas por las mías.

Luego de habernos insultado hasta porque sí, nos encontramos riendo como un par de bipolares.

No por nada es mi mejor amigo.

—Pero mírate, descuidada como siempre —comentó calmando sus risas— Ay, Eon Ji qué haré contigo.

Él tomó una servilleta y la acercó a mis labios para poder empezar a limpiar. Yo no le tomé importancia, pero él lucía muy concentrado.

Al parecer demasiado porque por unos momentos se quedó inmóvil.

—¿Thi Leen? —pregunté para hacer que regrese de su viaje astral— Oye, ¿Thi Leen? ¡Thi Leen!

—Ah, sí, presente —respondió saliendo de su transe y alejándose.

—Siempre eres raro, aún así te quiero —mi puño golpeó levemente su hombro.

Él asintió varias veces y su mano empezó a despeinar mi cabello. Eso hizo que me enojara y apartara su mano de inmediato.

—¡Oye! ¿Sabes cuánto tiempo me tardé en arreglarlo? —pregunté seria— Justo hoy lo arreglé más que nunca en mi vida.

—Oh, lo arreglaste... justo hoy que estamos desayunando juntos —dijo lentamente y empezando a jugar con sus manos.

Inmediatamente noté un rojo en sus mejillas, no sabía que se maquillaba tanto. Hoy se pasó con el rubor.

—Pues claro, si hoy es el aniversario de mis papás —solté una sonrisa— imagínate, quince años de casados no es cualquier cosa.

—Definitivamente no, por suerte será una celebración privada. Siempre que los acompaño, hay cámaras por todos lados —comentó aterrado— me dejan ciego.

—Bueno —comencé a llenarme la boca de comida— ya me voy, te espero en la fiesta.

—Que no hables con la boca llena —renegó de nuevo mientras yo me dirigía a la puerta— ¡te veo en la noche! —dijo antes de que yo saliera.

Aún masticando empecé a caminar hacia la camioneta en la que vine.

—A casa señor Choi —dije sentándome— vamos rápido que usted también debe arreglarse y ponerse apuesto para la fiesta de mis papás.

—Sí pequeña Kim, como diga —dijo con su dulce sonrisa de ancianito.

—Gracias señor Choi. Por cierto, ¿sabe si el tío Yunho irá? Es que la otra vez dejé una de mis pulseras en su casa.

—Sí, señorita, su padre ,el señor Jungkook, estaba leyendo la lista de invitados ayer cuando lo recogí del trabajo. Mencionó al joven Yunho y al joven Jongho.

—Gracias de nuevo señor Choi, seguro que mis tíos traerán mi pulsera. 

Conversé con el señor Choi todo el camino, siempre ha sido mi cómplice del chisme. El señor nunca está desactualizado, sabe las últimas novedades. 

—Hemos llegado, pequeña Kim —dijo estacionándose— puede bajar, la veré en unas horas.

—Hasta más tarde señor Choi, luego me sigue contando sobre la señora de la tienda de detergentes.

Me bajé del auto y empecé a caminar hasta la entrada de la mansión Kim Jeon.

Ingresé y lo primero que vi fue el gran cuadro con la fotografía Yeontan en la sala, sonreí al verlo y seguí mi paso.

Estaba yendo hacia mi habitación para poder arreglarme, sin embargo unos ruidos hicieron que me desviara a la cocina.

Allí estaba mi papá Jeon sobre la isla, mi papá Kim acariciaba su cintura mientras ambos se ponían cariñosos.

—¡Papás! —exclamé tapándome los ojos ante la escena.

¿Por qué me pasa esto a mí?

—Eo-n Ji... —dijo mi padre Taehyung sorprendido y nervioso— ¿No estabas con Thi Leen?

Escuche cómo se colocaba la camiseta que estaba tirada.

—Estaba —respondí con obviedad— y me gustaría seguir estándolo, vamos, no es la primera vez que los encuentro así. Ya no son jóvenes, deberían tener más cuidado con lo que hacen. 

Existió un silencio

—¿Quieres batido TaeTae? Sobró un poco —ofreció.

—No me cambien de tema, señoritos. 

Escuché suspiros nerviosos por parte de los dos.

—Ya puedes destaparte los ojos hija —comentó mi padre Jungkook

Asentí y le hice caso, él estaba rojo  y se rascaba la nuca. Mi padre Taehyung relamió sus labios con su vista fija en otro lugar.

—Parecen un par de adolescentes calenturientos, con hormonas revueltas —coloqué mis manos en la cintura.

—Bueno hijita, cuando tienes un cuerpo tan bien delineado enfrente es complicado controlarse, ¿ya viste las curvas de tu padre?  Y no hablemos de ese gran y redondo —lo interrumpí.

—¡Papá Taehyung!

—Esta bien, no volverá a pasar Eon Ji, nos disculpamos.

—Con que yo no los vea... o escuche, estamos bien. Mejor ya vayan a que los arreglen para la noche.

—¿Segura que no quieres venir con nosotros?

—Sí, estaremos en familia y no me gusta que me pasen mil brochas de maquillaje encima —respondí.

—Bien, pero por lo menos báñate Kim Eon Jin. No seas como otros que se bañan una vez al año —mi papá Kim miró a mi papá Jungkook.

—Kim Taehyung —lo asesinaba con la mirada— esta noche, no comes y ya sabes a lo que me refiero —sentenció antes de encaminarse a la puerta.

Mi papá Tae cerró fuertemente los ojos, tanto él como yo sabíamos que la había regado.

—Mejor ve ya si quieres que cambie de opinión —le dije dando palmadas en su hombro.

—Ya volvemos, hijita, báñate ¿si? —me dio un beso en la frente antes de ir corriendo detrás de mi papá— ¡Kook, mi vida, espera! ¡Bromita nada más era!

Negué entre risas por sus acciones y seguí caminando hasta mi habitación. Al entrar me recosté en la cama.

Estaba teniendo un debate mental entre si bañarme o no. 

—Si me baño, gasto agua, la desperdicio cuando otros la necesitan. Además arruino el trabajo que hice en peinarme y ensucio una toalla, gasto shampoo, jabón y de paso la factura del agua sale más cara.

Lo pensé unos momentos antes de seguir con mi siguiente postura.

—Por otro lado, si decido bañarme entonces oleré bien en el aniversario y renovación de votos de mis padres, incluso... incluso —buscaba otra cosa a favor.

Comencé a pensar

—No hay, no existe otra razón.

Mientras trataba de convencerme para tomar un baño, al parecer me tardé tanto que sin querer ya estaba en la sala de mi casa con un zumo de naranja en mano.

—Así que por cochina, te quedaste dormida pequeña humana tonta —interrumpió mis pensamientos.

—Ya, Yeontan no me hables así. 

—¿Pero qué confianzas son esas? Para ti, soy "Amo Kim Yeontan".

—No me vengas con eso Tannie, suena raro. Y en cuanto a no bañarme, eso lo heredé de mi papá Jungkook.

—Cómo no lo voy a saber, ese humano tonto era un caso —negó varias veces— yo lo obligaba a bañarse diariamente.

Su patita fue directo a su cabeza.

—Imagínate, me quería acariciar o abrazar sin bañarse. Mi pobre pelaje hubiese sido dañado si yo no ponía pata de hierro.

—Me lo ha contado, es por eso que siempre que él me manda a bañar le recuerdo cómo era él y me salvo. 

—De tal palo tal astilla —comentó rodando los ojos— ¿por qué no son como yo? Siempre tan fino y elegante, limpio, distinguido, hermoso...

—Y ya empezamos con el ego hasta por los cielos. Mi papá Taehyung te engrió de más.

—No te quejes, mejor escucha esto que tengo una queja —se acercó a mí— mi cuadro, está empolvado ¡empolvado! ¿Entiendes la gravedad de lo que te digo?

—Tranquilo, solo es un poco de polvo, cuando me despierto le paso un trapo y ya, adiós polvo.

—No pues es que tú eres millonaria porque sí. Cuando digo que mi cuadro está empolvado, ordeno e impongo que contraten a un trabajador para que lo deje impecable. 

—Pero Yeontan

—Shhh —amenazó— me lo merezco, si no fuese por mí, tu papá Taehyung estaría casado con un enano platinado y tu papá Jungkook sería su mayordomo.

Siempre me dice eso

—Par de quedados que eran en su juventud. Pero míralos ahora, reproduciéndose donde sea como un par de salvajes.

Solté un largo y profundo suspiro antes de asentir.

—Bien, le diré a mis papás sobre tu pedido, Yeontan. 

—Buena niña —felicitó— ahora ya mejor despierta para que te bañes, que ese Jeonghan está invitado a la fiesta de la noche.

—¿Jeonghan? —solté risas burlonas— ¿Por qué me interesaría que él vaya? A mí no me gusta Jeonghan, no me gusta en lo absoluto —rodé los ojos— ¿Cómo me va a gustar Jeonghan? ¿A quien le gusta Jeonghan? A mí no

Soy malísima mintiendo.

—Completamente de acuerdo —su patita se posó en mi brazo— ay, cómo me recuerdas a tu padre.

—Ya, lo he decidido. Me bañaré —dije a lo que él soltó unas risas— pero NO es por Jeonghan.

—Sí claro, y yo no estoy más bueno que el pan.

Cuando creo que su ego ya subió demasiado, siempre me quivoco. Cada vez que hablamos puede triplicarse.

—Sabes pequeña humana tonta, mejor ya te despiertas y comienzas a bañarte para ese chico en lugar de seguir babeando por él.

—Yo no babeo por él.

—Aquí no —respondió antes de plantar sus pequeños dientes en mi brazo.

Desperté de inmediato y no transcurrió mucho para poder sentir mi almohada húmeda.

—Yo no babeo por Jeonghan —dije tercamente mientras me limpiaba mi baba.

[...]

—¿Me veo linda? —le pregunté a Thi Leen en voz baja.

—Sí, ¿ya ves cómo cambia la cosa cuando te bañas? 

Le respondí con un codazo, ambos reímos.

Thi Leen me sonrió para despedirse y se encaminó a su lugar. Yo sostuve la almohadilla de los anillos de mis papás en una mano y me encaminé donde estaba mi papá.

—¡Estás muy apuesto! —dije sorprendida al verlo con un lindo terno blanco— ¿Enserio con ese terno te casaste?

—Sí, con este mismo —respondió sonriente, le brillaban los ojitos— y estoy igual de nervioso que ese día.

—¿Por qué lo estarías?

—Que no te sorprenda esto... me caí unos pasos antes llegar con tu padre.

—Descuida, lo enamoraste con tu torpeza. Eso es un hecho —opiné.

La suave música que dijeron que sonaría para indicar que mi papá y yo deberíamos entrar comenzó a sonar.

—Ya es hora papá, la música está sonando—dije avisando— es hora de caerte, digo, de salir.

—Sí que sabes dar ánimos.

Mi papá y yo nos miramos unos momentos, pude ver una gran sonrisa en su rostro. 

Estiró su brazo hacia mí y ofreció su mano, yo la tomé al instante, él estaba temblando.

—Todo saldrá bien, mi papá Taehyung está muy apuesto ¿sabes? Te está esperando como en el día de su boda, está esperando al hombre que ama.

—Y a su pequeña Eon Ji también —respondió— aunque ya no tan pequeña.

Sonreí ante lo que dijo y miré al frente empezando a caminar, las puertas del lugar se abrieron dejando ver a toda la gente que había llegado.

Con forme mi papá y yo avanzábamos, todos a los que veía los reconocí al instante. 

La familia de mi tío Hoseok.

El tío Yunho y el tío Jongho.

El tío Jin y el tío Namjoon junto a la pareja de gemelos que adoptaron.

El tío Jimin, con su infaltable botella de alcohol en la mano.

El amigo de mis papás, Min Yoongi, junto a un joven que siempre lo acompaña.

La señorita Sun He junto a la descendencia de Yeontan.

Mi abuelito Kim y abuelito Jeon, mi tío Jung Hyun y el señor Choi acompañado de su nieto, Choi Jeonghan.

Jeonghan alias mi futuro esposo, ahora amigo.

Seguí mirando a mi alrededor, hasta que mi vista se posó al frente donde mi papá Taehyung esperaba junto a mi abuelita Kim.

Mi papá, tenía la misma sonrisa de enamorado con la que siempre miraba a su esposo. Esa sonrisa que permite saber que esa persona ya encontró al amor de su vida.

—¿Me permites hijita? —dijo mi papá Taehyung estirando su mano para poder tomar la de mi papá Jungkook.

Asentí y solté la mano de mi padre. 

Ambos se miraban emocionados, más que cuando les ofrecen comida gratis.

—Estás muy lindo, Kook —le dijo dulcemente a su esposo—perfecto

—Gracias Tae —respondió colocándose a su lado— tú igual, estás muy apuesto.

Ambos se miraron mutuamente mientras la ceremonia comenzaba, sin duda estaban felices.

Algún día, espero ser así de feliz y estar así de enamorada. Amar tanto como ellos se aman, amar eterna e incondicionalmente.

Encontrar a la persona correcta y no dejarla ir, tal y como mi papá Jungkook encontró encontró a su ahora esposo Kim Taehyung para nunca alejarse de su lado.

Vivir una vida junto a mi futuro esposo y poder envejecer a su lado. Hasta que la muerte nos separe.

Vaya... tremenda poeta que salí. Soy la nueva Shakespeare, incluso me queda corto el nombre.

No, debo dejar de pasar tiempo con Yeontan. Se me esta pegando su autoestima, es contagioso.

—¡Eon Ji! —mis papás me sacaron de mis pensamientos— los anillos.

Sus voces hicieron que me sobresalté y los anillos salieron rodando.

—¡No entren en pánico! Solo es un par de diminutos anillos que cayeron en un inmenso lugar, ahora los encuentro.

Giré mi vista y comencé a buscar con la mirada. Para mi suerte no habían caído lejos.

Aceleré mi paso hacia estos y justo cuando me iba a agachar para recogerlos, dos personas se me adelantaron.

Thi Leen y Jeonghan estaban arrodillados en frente de mí con las manos extendidas para que yo tomara los anillos de estas.

—Toma el mío —dijeron al unisono.

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