Capítulo 15

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—Esto es demasiado raro, —dije mientras nos miraba al espejo— ¿usted qué opina Amo Yeontan?

El perro tenía la mirada perdida, sé que es humillante para él, pero el señor Bang no me dejó de otra. Y es que luego del trauma del can haciendo sus necesidades sobre las áreas verdes bien cuidadas y podadas del lugar, el señor no tuvo mejor idea que comprarme un portabebés.

Parezco un padre joven que estudia con su pequeño hijo colgando de su pecho.

Un padre soltero...

No, Jungkook, no hay tiempo de pensar en eso, debes ir a almorzar para luego regresar a tus cursos.

—Bueno, supongo que el portabebés rosa no está del todo mal. Todos le dijeron que se ve adorable amo Yeontan.

"Cállate tonto" la vocecita del can resonó en mi cabeza mientras avanzaba rumbo a la salida del baño.

Bajé mi mirada tan solo un segundo, un segundo que fue suficiente para chocar contra el cuerpo de un hombre más alto que yo. Al levantar mi mirada, no me creí lo que estaba viendo.

—¿Namjoon? —cuestioné sorprendido y sin la más remota idea del por qué de su visita repentina— ¿Qué haces aquí?

—Cualquiera saluda primero, casi cuñado —respondió sonriente— mi primo me dijo que ahora tomas cursos en este lugar.

—Bueno, sí, lo hago desde ayer. Aún no entiendo lo que haces aquí, pensaba que estabas tranquilo con Seokjin... en Corea, ¿surgió una emergencia?

El mayor negó varias veces dejándome aún más confundido.

—Tuve ganas de venir a pasar el martes aquí —confesó para luego acariciar al pequeño Yeontan en la oreja— y consolar al pobre perro que tiene padres en proceso de separación.

¿Cómo lo sabe?

—No te alarmes, Taehyung no me lo contó —reveló para luego hacer una pausa— al menos no directamente.

—¿A qué te refieres Namjoon?

—¿Te parece si te lo cuento en otro lugar que no sea el baño? Vamos, yo invito el almuerzo.

Asentí y ambos salimos del lugar rumbo al restaurante más cercano donde ordenamos algo y al llegar la comida comenzamos a comer.

—Hablé con Taehyung anoche. Casi no pudo dormir, se notaba triste y no dijo nada de ti como lo suele hacer. A veces parece que toda su vida gira en torno a ti, que anoche no haya dicho nada significa que algo ha pasado.

—Peleamos. No es algo común en nuestra relación.

—Me imagino, los dos son un par de tontos —de inmediato me miró sabiendo lo que había dicho— digo, comprensivos.

—¿Alguna vez tú y Seokjin pelearon a tal punto de separarse temporalmente?

Él soltó risas ante la pregunta que había hecho.

—Todo el tiempo, digamos que no le hacía nada gracia que yo rompiera hasta lo que miraba.

—Pero eso es un motivo gracioso, yo me refiero a peleas de verdad.

Él pensó un poco antes de dar su respuesta y cuando parecía que negaría, su semblante me dio a entender que había recordado algo.

—Una vez lo engañé —confesó provocando que yo abriera en grande mis ojos.

—¿¡Que hiciste qué!?

Él negó varias veces con sus manos.

—No me refiero a eso. 

Cierto, si hubiera engañado a Seokjin, no estaría casado con él. Es más, ni siquiera estaría vivo para contarlo.

—La cuestión es que prometí que iría a una cena con sus amigos, ya que todos llevarían a su pareja. Me quedé dormido y cuando él me llamó preguntando dónde estaba, respondía que me había quedado trabajando ya que no sabía cómo explicarle... adivina quien estaba afuera de la habitación donde yo había caído dormido.

—No me quiero ni imaginar lo que pasó, —comenté bajando la mirada— estar peleado con la persona que amas es realmente horrible.

—Lo fue en ese momento. —Admitió para luego colocar su mano extendida en frente de mis ojos, dejando ver un aro dorado brillante que despertó una sonrisa en mí.— Pero terminó siendo mi esposo.

Una pelea no significa que Taehyung y yo no podamos arreglar las cosas.

—Toda pareja tiene tiempos difíciles, hasta que se solucionen busca conseguir la custodia del perro.

Solté unas cuantas risas antes de observar a Namjoon a los ojos. 

—Gracias por apoyarnos, Namjoon. Agradezco que vinieras hasta este país únicamente para invitarme un almuerzo y conversar conmigo, es demasiado.

—De hecho lo es, mi plan inicial era conversar contigo por teléfono, —replicó sacando el teléfono de su bolsillo— no quería derrochar dinero de tal forma, me hubieras ahorrado los boletos de ida y vuelta con contestar mis llamadas.

—Lo siento mucho, hace poco jugué a atrapar la pelota con el Amo Yeontan. En mi descuido ya sabes lo que lancé —confesé avergonzado.

El Amo Yeontan dio una ligera sonrisa, pero internamente se está matando de la risa. Yo lo sé.

—Descuida, mejor registra aquí tu nuevo número. Yo se lo pasaré a Seokjin.

—Claro, aunque no era tan difícil pedirle mi número a mi tío o a mi hermano —seguido de mi comentario, tomé el teléfono y observé cómo Namjoon llevaba la palma de su mano sobre su frente.

—Rayos, es cierto —se lamentó— bueno al menos solo fueron pasajes a Estados Unidos así que no fue una pérdida grande. 

A este punto ya no me sorprendo. Tan solo le sonreí.

Mientras anotaba los primeros dos dígitos de mi número en el teléfono casi nuevo de Namjoon, aparecieron un par de opciones con números similares. Uno de ellos lo identifiqué de inmediato.

Incrédulo, parpadeé varias veces y volví a leer el nombre con el que estaba registrado, no me equivocaba. 

—¿Namjoon, quién es Dulce de miel? —pregunté mostrándole el teléfono al contrario que observó la pantalla para después responder.

—Oh, eso tiene historia —emitió bajando su vista al aro de su mano— pero, para resumir, es el apodo que usa una amiga mía la cual trabaja en una empresa que vende anillos de compromiso.

—¿Anillos de compromiso?

—Sí, a decir verdad, nada baratos ya que son exclusivos. Allí le compré a Seokjin el anillo con el que le pedí se casara conmigo. —Reveló tranquilo— ¿Por qué preguntas?

Mi corazón se detuvo. Casi dejo caer el teléfono de mis manos de no haber sido por Namjoon que actuó rápidamente.

¿Taehyung estaba buscando anillos de compromiso?

—¿Jungkook? ¿Te encuentras bien? —cuestionó moviendo su mano delante de mis ojos.

Giré mi vista lentamente hacia él, pero no pude hablar. Estaba procesando.

—Yeontan, ¿es normal que Jungkook haga eso? —cuestionó para el perro mientras me señalaba— Que se quede como sin señal...

El can asintió y Namjoon aún más confundido giró a mirarme de nuevo.

Por fin pude reaccionar.

—Yo —me interrumpí— debo ir al baño.

Me paré de inmediato y salí casi corriendo hacia los servicios higiénicos en donde me metí apresuradamente.

Una vez dentro, me moje la cara varias veces y miré mi reflejo. Mi semblante lo dice todo, tengo una mezcla de emociones.

¿Taehyung tiene en sus planes casarse conmigo?

De otra forma, ¿por qué pediría ese contacto que se especializa en anillos de compromiso?

No hay otra explicación.

—Estoy incluido en el futuro de Taehyung —solté emocionado, sintiendo cómo mis ojos se humedecían.

Sí, ayer peleamos. Pero ambos tuvimos culpa, uno por egoísta y el otro por falta de interés.

Que me haya enojado no significa que lo dejé de amar.

Y que él haya actuado mal tampoco significa que me dejó de amar.

Ahora estamos distanciados, pero como dice Namjoon, es normal en las relaciones. Solo nos queda esforzarnos para darnos nuestro espacio como pareja.

Pedir perdón, entendernos...

—Y algún día, casarnos —terminé la frase.

En ese instante, la puerta del cubículo de atrás se abrió dejando ver a una mujer que al identificarme, detuvo su paso.

Ella gritó, yo grité, ambos gritamos y una patada en la parte baja me fue regalada de parte de la mujer.

Mientras me retorcía en el suelo, con los ojos cerrados, pedía perdón. Ella no tiene la culpa, la asustó que un hombre -un tonto- se metiera al baño de damas.

Pero tampoco debía destrozar a Jungkook Junior.

En ese momento Namjoon ingresó prácticamente golpeando la puerta, quedó atónito al verme en el suelo y luego observar a la chica aterrada. Él pidió perdón antes de agacharse donde estaba yo tirado.

—¿Jungkook? —cuestionó bajando su vista hasta donde mis manos cubrían, al instante cerró con fuerza sus ojos sufriendo con mi sufrimiento al saber lo que se sentía.

—Creo que me voy a quedar sin hijos —solté apoyando mi cabeza contra el suelo, totalmente rojo y con lágrimas saliendo de mis ojos— No podré dejar descendencia

—Eres homosexual, Jungkook —corrigió.

Ah, sí es cierto. 

[...]

—Gracias por invitarme el almuerzo Namjoon, realmente aprecio el cariño que nos tienes a Tae y a mí. Mándale saludos a Seokjin. —Pedí a lo que él asintió

—No fue nada, ahora pasaré a visitar a mi primo y luego me iré, —realizó una pausa para luego sonreír— ¿no quieres acompañarme?

Luego de lo que me acabo de enterar, realmente quiero ver a Taehyung. Pero luego de lo que ocurrió ayer lo mejor es darle un espacio, su actitud no fue buena y debería aprender a que trae consecuencias. 

—Sé que se han dado un tiempo, pero si volver a estar juntos está en sus planes, entonces deberían aprovechar para organizar sus horarios. ¿Qué mejor que visitarlo para ver cómo va?

Tiene un punto, pero no lo sé.

—Vamos, yo te llevo.

—Puede ser incómodo vernos luego de lo de ayer —emití rascando mi nuca— al menos para mí.

—Oh bueno, así tardarán mucho más en volver —se levantó sin despegar su vista de mí— Claro que sí estás dispuesto s esperar tanto, yo no me interpongo.

Sus pies realizaron el ademán de dar un paso para alejarse, sin embargo lo detuve de inmediato.

—¡No! No quiero esperar tanto —grité exaltado mientras tomaba al Amo Yeontan con uno de mis brazos y con el otro acomodando el potabebés.

Namjoon sonrió orgulloso. Unos minutos más tarde ya estábamos ingresando a la biblioteca de estudio donde no tardé en identificar a Taehyung.

Lo miramos a lo lejos. Tenía los cabellos revueltos, seguramente porque cuando se estresa sus dedos desordenan su peinado, también usaba unos lentes de lectura que lo hacían ver lindo, su vista estaba plantada en una de las páginas del libro que analizaba, entre todos los libros y al costado de su laptop había una taza de café seguramente a medio tomar. Parecía que estaba encerrado en su propio mundo poniendo todo de sí para terminar lo antes posible con sus estudios.

Y aún así ayer no quise hablarle. Unos minutos bastaban y sobraban.

Y con eso no me pongo toda la culpa a mí porque debería haberme tratado de comprender. Solo reconozco que los dos estuvimos mal.

El Amo Yeontan interrumpió mis pensamientos al ladrar un par de veces. Ganándose las miradas de todos los que estudiaban, pero sobre todo de Taehyung que levantó la vista al reconocer los ladridos de su perro.

Se sorprendió al vernos, entonces Namjoon me tomó del brazo para avanzar.

Con forme nos acercábamos, observé cómo Taehyung se acomodaba rápidamente el cabello.

—Primo —emitió sorprendido mirando a Namjoon y luego mirándome a mí.

—Taehyung, ¿estudiando? —cuestionó señalando el libro a lo que Taehyung asintió— Me parece muy bien.

Al parecer el mayor notó las miradas fijas que yo mantenía con Taehyung de vez en cuando.

—Y me encantaría hablar contigo, pero hablamos por teléfono seguido, así que mejor dejaré que arregles tus cosas con el jovencito de aquí —emitió para luego mirarme— te espero en la salida para llevarte de vuelta a tu local.

Yo asentí algo nervioso ante la idea de estar a solas con Taehyung y observé atento cómo Namjoon se alejaba.

—Así que... —Taehyung decidió hablar mientras se levantaba de su asiento para quedar frente a mí— viniste a verme.

Tragué saliva antes de dar una excusa razonable.

—El Amo Yeontan quería verte —emití extendiendo al can que sujetaba y sin poder mirar a Taehyung.

—Oh y como solo mi Yeontan quería verme, supongo que tú ya te vas —insinuó burlón.

Avergonzado por darle la contraria, asentí de inmediato.

—Sí, yo ya me voy, solo vine a dejarlo.

Di media vuelta, pero Taehyung ya había tomado mi muñeca. En un abrir y cerrar de ojos, ambos estábamos sentados en la misma mesa donde él estaba estudiando hace unos minutos, el Amo Yeontan permaneció en el suelo.
Taehyung me observó con una sonrisa en la cara esperando que me sincerarse acerca de mis intenciones al visitarlo.

Al no saber qué decir, tomé uno de los tantos libros que estaban repartidos. Posé mi vista en la portada y fruncí el ceño al leer el nombre de la etiqueta.

"Isaac Brown"

Ya sé que no es "Dulce de miel" y aún así le guardo cierta desconfianza al gringuito.

—¿Pasa algo? —cuestionó desviando su vista de mi rostro hasta el libro que sostenía, al darse cuenta del nombre decidió hablar— Él está almorzando, estaba estudiando conmigo antes de que ustedes vinieran.

Apreté mis labios sin responder y decidí abrir el libro para mostrar indiferencia ante el tema.

—¿De quién hablas? No se a lo que te refieres —dije comenzando a simular leer.

Escuché cómo río ante mi mentira, también sentí cómo posaba una de sus manos sobre mi hombro para darme a entender que quería que me sincere.

Lo ignorarlos segundos, pero dio unos golpecitos que me hicieron soltar un suspiro antes de confesar.

—Es que —emití cubriendo mi rostro con el libro abierto— te quiero lejos de Isaac.

—¿Qué dices?

—Que te quiero lejos de Isaac, te quiero a no más de cinco metros de ese rubio ojiazul que parece chicle contigo.

No escuché respuesta, tan solo cómo reía en voz baja.

—¿Son celos? —cuestionó de repente.

—Claro que no, —renegué apretando mi agarre en el libro— como buen amigo tuyo, te exijo que no te atrevas a engañarme con ese rubiecito.

De nuevo no escuché respuesta, por lo que decidí levantar un poco mi cabeza, dejando que el libro solo permitiera mostrar mis ojos a la vista de Taehyung.

Este me miraba sonriente, conteniendo las risas al apretar sus labios y achinar sus ojos.

Volví a esconder mi rostro al darme cuenta de cómo me miraba.

En ese instante, el rostro de Taehyung bajó hacia el libro que yo sostengo. Ambos rostros están siendo cubiertos por las páginas del libro abierto y a la vez no podemos apartar la vista el uno de otro.

Él sonriente, confiado y burlesco.

Yo completamente rojo y nervioso.

—Así que mi buen amigo Jungkook, me pide que no lo engañé —soltó provocando que desviará mi vista.

Buscó de inmediato que lo volviera a ver.

—¿O no es lo que quieres?

—Sí, —dije sin lograr mantener el contacto visual por mucho tiempo— te ordeno que te alejes de ese Isaac.

—¿Por qué debería alejarme de un buen amigo como lo es Isaac?

Fruncí el ceño ante lo que dijo para luego continuar con mi reclamo.

—Solo aléjate, —insistí— no vaya a ser que termines enamorándote de ese gringo feo.

Al parecer mi reclamo solo parece causarle gracia porque no deja de sonreírme como si estuviera diciendo la tontería más tonta que escucho en su vida.

—Oh, no, no, no —negó varias veces— me temo que es imposible.

—¿Qué cosa es imposible? ¿Que te alejes o que te enamores?

—Ambas, —respondió con obviedad— es imposible que me aleje porque es realmente competente y podría llegar a ser un buen socio.

Esas palabras me molestaron, el arrugar mi nariz ante la disconformidad me delató.

—Y —Taehyung continuó con lo que decía— es imposible que me enamore porque mi corazón ya tiene dueño, el chico que amo me tiene completamente detrás de él.

—¿¡Quién es ese idiota!? —pregunté enojado ante la descarada confesión de su parte.

—Bueno, es el hombre perfecto... tiene una sonrisa hermosa, un cuerpo muy ejercitado que me encanta acariciar cada que puedo, labios delicados que quisiera besar justo ahora, siempre está lleno de ocurrencias que me hacen reír y lo más importante, cuida de mí y de mi Yeontan con tanto amor que me hace estar seguro de querer tenerlo a mi lado por el resto de mi vida.

Cada una de las palabras que mencionó hicieron que mis mejillas se enrojecieran cada vez más. Mis ojos traicionaron mi semblante antes enojado, dejando ver lo enamorado que estoy de Taehyung.

Sin duda él los notó.

—Se llama Jeon Jungkook, por si no lo conoces —aclaró soltando una sonrisa final— y es lindo cuando está celoso.

Él no despegó su mirada de mí e incluso al sentirse seguro de mi posición inmóvil, comenzó a acercar su rostro al mío.

Yo me aparté, sintiendo mis mejillas arder.

—¿Celoso yo? —repetí soltando el libro y poniéndome de pie— Pff... tonterías, vamos amigo, —comenté para luego golpear despacio su hombro con mi puño— solo quiero cuidarte de ese tipo de gente por el hipotético caso en el que decidas volver en un futuro con alguien más.

Taehyung sonreía burlesco al darse cuenta de lo nervioso que me comportaba.

—No debes cuidarme, tengo en claro lo que siento y lo que quiero, —replicó sentándose firme— lo que siento es un amor indescriptible por ti y lo que quiero es volver a estar contigo en el mínimo instante en el que estemos listos.

Mi corazón se aceleró, hace tiempo que necesitaba volver a escuchar palabras tan lindas de él.

Todos estos meses no han sido fáciles, a duras penas alcanzábamos a darnos el beso de buenos días. Y este tiempo ha venido perfecto porque siento que es como si Taehyung intentara enamorarme de nuevo.

Aunque ya sabe que los dos nos morimos por el otro, también sabe que ya nos hacían falta momentos lindos como este.

Bajé mi vista al reloj que tenía en mi muñeca y al darme cuenta que faltaba poco para comenzar nuevamente mis clases, decidí responder.

—Tienes razón, disculpa por olvidar lo que sientes por mí y reclamar tontamente —emití provocando que se levantara de su asiento.

—Discúlpame a mí por no haberte recordado cuanto te amo cada que despertaba a tu lado —respondió acercándose sonriente.

Observé cómo él también miraba su reloj.

—¿Te parece si a partir de ahora, almorzamos juntos?

Asentí gustoso por la propuesta mientras Taehyung se acercaba nuevamente a mí rostro para depositar un beso suave en mi mejilla.

—Sé que ya debes irte, suerte con los cursos —dicho eso bajó su vista a Yeontan y lo tomó en brazos— y tú, cuida a Jungkook de los chicos guapos, si se le acercan les muerdes la cara.

—Taehyung —repliqué entre risas recibiendo al can y colocándolo nuevamente en el portabebés.

Ambos nos sonreímos por última vez antes de tomar fuerzas necesarias para alejarme del sitio, encaminándome hacia Namjoon quien levantó su mano en señal de despedida para Taehyung.

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