I. La fiesta

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⚠️ Éste capítulo contiene smut, por lo que puede ser incómodo para algunos lectores. 📍 (Donde y donde termina la escena sexual)

El mundo de la moda para Jeon Jungkook nunca ha sido como lo que se ve en los medios, pura diversión, cosas elegantes, cenas y mucho dinero. Estar completamente involucrado en ello, desde el proceso de creación, estrategias, control de calidad, los contratos, fotógrafos, modelos, hasta la publicidad, era agotador; es por ello que esa noche se permitió no pensar en nada más que el momento.

Sí, no era totalmente aburrido, era elegante y ciertamente ganaba mucho dinero, pero tener todo aquello le costaba a él un montón. Después de un arduo trabajo que le costó noches sin poder dormir, conseguir nuevos inversionistas, tuvo éxito en el lanzamiento del nuevo modelo de conjunto deportivo.

Era el presidente de una empresa que siempre ha sido liderada por una mujer, su madre, quien se había retirado hace algunos diez años. Él era el hermano mayor de dos hijos y el único interesado en la moda y el arte en general.

De pequeño se la pasaba correteado en la empresa de su madre, siempre detrás de ella a cada lugar que iba. Coveland, era una empresa pequeña únicamente de ropa interior, misma en la que el mismo creció casi al mismo ritmo de la industria que empezó a vender mucho más que solo ropa interior de diseño.

Él no era un diseñador de moda, pero sabía lo suficiente como para liderar la empresa. Tampoco era fotógrafo, modelo o publicista, simplemente era el de los negocios y las ideas, así que debía conocer un poco para evitar ser engañado, como muchos han tratado de hacer.

El hecho de que le dedicara tanto tiempo a su trabajo, era precisamente por lo que no podía mantener una relación formal por más de un par de meses. La primera frase antes de dejarlo siempre era: "Eres un adicto al trabajo", aún no había encontrado a la persona correcta que fuera capaz de seguir su ritmo de vida y trabajo.

Tenía que hacer dinero y no lo haría de solo amar, no iba a vivir de amor, aunque era un romántico con quienes amaba, no era dependiente emocional de nadie y aquello lo ayudado bastante a dejar ir a quienes no quisieran seguir a su lado, pero también le ha hecho dudar de si algún día podría tener a alguien para amar en su vida.

Ese era uno de sus defectos, no saber cuándo parar de trabajar y darle la atención merecida a su pareja, solo debía aprender a encontrar el equilibrio perfecto entre trabajo y vida social, algo que apenas tenía.

Después de tanto trabajo lo que más se merecía era hacer una gran fiesta para todos sus empleados, debía celebrar en grande el gran paso que habían dado. Alquiló el mejor lugar en el centro de Seúl, contrató actores, bailarinas, el mejor Dj del momento, bailarinas, animadores. Nadie celebraba como él, dándole el mérito de todo su éxito a todo el que ha sido parte del camino desde un principio, a quienes siempre mantenía a su lado.

Kim Seokjin su publicista y encargado de logística, se ha convertido en más que su aliado, era su amigo entre pocos, casi como su hermano cuando estaban fuera del trabajo. A su otro lado estaba Park Jimin, el chico joven que llegó para cumplir un sueño aun cuando la paga no estaba al nivel de un modelo, él estaba en sus inicios y solo quiso abrirse camino en la industria, supo que era con quien podía contar cuando rechazó grandes ofertas para seguir con ellos y desde entonces ha sido el rostro de la marca.

Estaba satisfecho con la fiesta, ha disfrutado de ver como los demás se divertían al máximo. Habló con algunos de ellos cuando se acercaron para agradecer, a quienes solo sonrió.

—¿Por qué la cara? Me extraña que no estés en medio de eso —comentó Jungkook señalando con una bebida en su mano al grupo de personas que bailaba uno detrás de otro en fila.

—¿Ya viste los títulos de la prensa amarillista? —preguntó el pelinegro a su lado, quien mantenía su mirada en el teléfono sobre la barra en la que compartían.

—No y realmente no me interesa, solo quieren llamar la atención.

—Jungkook, ¿esto no te afecta en los negocios que haces? —preguntó el chico antes de darle un trago a su bebida.

—Mis gustos personales no tienen nada que ver con lo que hago, además, no haría un trato con alguien que no tolere a las personas como yo. Lo he dicho antes y lo mantendré hasta que muera —expresó—. Pueden decir todo lo que quieran de mí, al final soy yo quien obtiene beneficios de ello. Hablen bien o mal de mí, siempre terminan comprando nuestro producto, así que lo demás no me interesa.

—Yo no podría tener ese pensamiento, mandaría a la mierda a todo el que dijera algo como eso de mí.

—Jimin, viniendo de ti, sé que no solo los mandarías a la mierda —comentó Jungkook riendo —. Aprendes a vivir con ello, tu no sabrás lo que es eso mientras el resto del mundo siga creyendo que tú eres todo lo que es correcto.

—Debe ser horrible.

—Te acostumbras, aprendes a ignorarlo y a vivir la vida que quieras. Siempre y cuando no crucen la línea, es lo que siempre hago —admitió alzando su mano para ver como su vaso era llenado con más ginebra.

—No deberías acostumbrarte a recibir esa clase de comentarios, es inhumano.

—Déjalo, ve a divertirte. No leas ese tipo de noticias, no aportan nada y estamos aquí para olvidarnos del trabajo.

—Señor Jeon, siempre estoy trabajando, mi trabajo es ser lindo —dijo señalando su cuerpo al mismo tiempo que sonreía coqueto.

—Ya veo que sí —comentó Jungkook sonriente—. Ahora ve a ser lindo con la mujer que no ha dejado de mirarte, o el chico de la esquina, no sé, tienes de donde elegir.

—Los conquistaré a ambos, son un buen partido, ¿no? —cuestionó el pelinegro posicionándose junto al hombre que seguía con un brazo apoyado de la barra, llevando el vaso a sus labios mientras miraba.

—Tu puedes, es la ventaja de ser todo terreno —comentó con una sonrisa ladina.

—Bien, te dejaré esto como amuleto de la buena suerte para que no pases esta noche solo —comentó dejando el objeto sobre sus manos.

—Por supuesto que es un condón —expresó Jungkook al ver de qué se trataba, llevándolo a su bolsillo de inmediato.

—No me voy a follar a uno de mis empleados, Jimin —comentó el mayor rodando sus ojos —. Tengo con quien pasar la noche y por supuesto que tengo condones —dijo el hombre con un semblante serio que llenó de curiosidad a Jimin.

—¿Quién es?, ¿Por qué no me habías contado?

Jungkook sacó del bolsillo su mano derecha y la movió frente a su amigo, quien solo se echó a reír antes de dejarlo sin decir algo más.

Desde su lugar vio como Jimin se incluía en el grupo de personas que bailaba en la pista, él era una persona con una gran habilidad para hacer amigos y que todos a su alrededor se sintieran afortunados de tenerlo en su grupo, era una estrella, siempre lo ha sido, pero lo mejor de su personalidad es que no temía decir lo que pensaba y era el ser más amable que había conocido entre todos los modelos con los que ha trabajado antes.

Mientras terminaba su bebida entró a esa noticia amarillista que había indignado tanto a su amigo y fue suficiente con el título para saber que no debía seguir leyendo, ya que, por más que intentara fingir que no le afectaba como persona, si lo hacía. Era un humano y que los medios de comunicación lo tacharan como el hombre homosexual que mantenía el éxito y legado de su madre acostándose con hombres, era indignante e irrespetuoso.

Lo único que haría sería demandarlos por difamación, de todos modos, no era la primera vez que lo hacía, solo le molestaba que se estaba volviendo una costumbre.

El ambiente en el que se encontraba Taehyung, no era para nada como pensaba que sería una fiesta de celebración. Todo era formalidades y conversaciones poco interesantes, lo único bueno de ese lugar eran las bebidas.

Acababa de hacer uno de sus mejores trabajos como fotógrafo de desnudos, consiguió todo el dinero que necesitaba y un poco más, pero no pensó que la empresa que lo contrató sería tan aburridos como cuando firmó aquel contrato para ellos.

Kim Taehyung, estaba acostumbrado a las grandes fiestas de Londres cuando se trataba de celebración después del trabajo. Era un fotógrafo poco común, algo que seguía siendo un tabú en su país de procedencia y tristemente en el que vivía también, no todos consideraban la belleza del cuerpo humano como una forma de hacer arte fotográfico, lo que ha sido un desafío constante en su trabajo. Todo estaba en no cruzar esa delgada línea entre lo erótico y pornográfico.

Muy pocas personas lo consideraban un trabajo de moral cuestionable, otros pensaban que estaban pagando por un fotógrafo "porno", muchos creían que era algo de lo que no se debería ni siquiera vivir. Su trabajo siempre ha sido motivo de separación con sus antiguas parejas, pocos veían como un arte el cuerpo humano, no como un instrumento sexual como la mayoría quiere vender.

—Yoongi, esta fiesta es un completo fiasco —comentó con el teléfono en su oreja.

—Tienes que estar ahí si quieres conseguir más fuertes relaciones —comentó su amigo del otro lado de la línea.

Min Yoongi era su amigo desde la preparatoria, el único que realmente soportaba sus cambios de humor, su personalidad alocada y fiestera, su pereza para mantener un apartamento lindo y ordenado como lo era él. Vivian en el mismo piso, aunque eran completamente diferentes en todos los sentidos, se llevaban sorprendentemente bien.

—Ya tengo suficiente de esa mierda. El único hombre atractivo aquí es el mesero que nos atiende y es demasiado joven, el resto son viejos casados y para nada de mi tipo —se quejó pateando la pelota imaginaria que rodaba sobre la alfombra roja del pasillo, en el que se encontraba el restaurante que se reservó para celebrar.

—¿Estás ahí por trabajo o por sexo? —cuestionó su amigo riendo.

—Bueno, técnicamente ya mi trabajo terminó, así que un poco de diversión es todo lo que necesito, ¿Por qué no aparece un hombre atractivo y con la edad suficiente como para acabar conmigo? En el buen sentido.

—Taehyung, eso no tiene buen sentido por ningún lado —comentó riendo, sacándole una sonrisa a su amigo frustrado del otro lado del país en el que vivían —. Eso no pasará, deja de imaginar cosas.

—No atraigas energías negativas a esta conversación de tener un posible hombre atractivo antes de volver a casa —se quejó Taehyung dándose la vuelta, contrario al lugar en el que estaba su "fiesta".

Casi gritó en el momento que estuvo a punto chocar contra un chico vestido de negro, con pantalones de vestir y una gabardina gris. Sus ojos de un color gris resaltaban por las sombras negras en sus ojos y el delineado por encima de sus parpados con bastante brillo.

—Cuidado, bebé —dijo tocando sus brazos antes de seguirle el paso a la chica y el chico que iba con él. Taehyung miró atrás con esa sensación de haberlo visto antes en algún lugar, sin poder recordar de dónde.

—¿Bebé? —cuestionó Yoongi después de haber llamado como por quinta vez a su amigo.

—Encontré mi diversión, vuelve con tu novio antes de que vuelva a estar celoso de mí, sin razón alguna —comentó Taehyung sonriente.

Hoba no está celoso de ti —afirmó mirando al chico que salía de la ducha tan solo con una toalla blanca cubriéndolo—. ¿Qué es lo que harás ahora?

—Colarme en una fiesta, ahora que la puerta sigue abierta, adiós —se despide antes de colgar el teléfono que deslizó por su bolsillo mientras pasaba cuidadosamente por la puerta que estuvo a punto de cerrarse.

Caminó hacia el interior, y en cuanto puso un pie dentro se dio cuenta de que se trataba de una fiesta de gente elegante que si sabían cómo divertirse; había animadoras, hombres y mujeres realmente atractivos, tanto que no parecían reales. Por la manera de vestir del chico con el que se cruzó en medio del pasillo y quienes eran parte de esa fiesta, podía deducir que se trataba de modelos y posiblemente diseñadores.

En la esquina del fondo del amplio lugar se encontraba un spot de fotos que decía Coveland en letras grandes, conocía esa marca. Fue entonces cuando recordó haber visto el rostro del chico literalmente casi por todo Seúl, en la televisión, en el bus, en todos lados; así que no se equivocaba con que era una fiesta de modelos, aparentemente para todo el que trabajara allí.

Sin temor a que supieran que él no era empleado de ese lugar, fue hasta la barra y lo primero que tomó fuero tres shots de vodka y ya estaba listo para sumarse al grupo de personas que bailaban. Era casi imposible que se dieran cuenta de que él era un colado, eran muchas personas y dudaba que el dueño siquiera estuviera allí.

Bailó con todo su cuerpo, sin que le importara que estuviera bailando bien o mal, solo seguía el ritmo de la música y lo disfrutaba. Girando sobre sus talones, alzando sus brazos, sonriendo por la buena música y las buenas bebidas que servían allí.

Así es como se hacía una verdadera fiesta, ni siquiera se preocupó por hablar con alguien, estaba tan cómodo consigo mismo en ese lugar, de todos modos, no es como si fuera a ver a esas personas al otro día, así que no le importaba ser el mismo.

Jungkook ya estaba cansado de estar de pie mirando, así que se mantuvo junto a Seokjin en uno de los sillones del frente, el ya no estaba para pasársela bailando durante toda la noche. Desde que vio a Jimin irse con sus dos conquistas de la noche, se quedó tranquilo con lo que quedaba de la botella que se había terminado por su cuenta.

Soportaba bastante bien el alcohol, aprendió a no emborracharse después de haber pasado la vergüenza de su vida la primera vez que un hombre lo dejó por prestarle más atención a su trabajo que a él.

Se llevó el vaso lleno de ginebra a la boca, mirando a su alrededor como todos parecían estar en el mejor momento de la fiesta, realmente la música era muy buena y se notaba como todos disfrutaban de ella.

Barrió con su mirada a quienes se mantenían más atrás del grupo que bailaba en medio de la pista, de reojo vio a un hombre vestido de traje que no recordaba haber visto antes, "¿era uno de los modelos?" fue lo primero que se cuestionó.

De inmediato dejó el vaso sobre la mesita a su lado y se giró por completo, apoyando su antebrazo del espaldar del sofá, para ver mejor de quien se trataba. ¿Quién era ese hombre vestido con un traje gris y su cabello perfectamente arreglado con parte de su flequillo sobre su ceja izquierda?

—¿Quién es él? —preguntó Jungkook desviando su mirada a Seokjin.

—¿El que cree que baila para una película de Hollywood? —cuestionó mirando a su amigo a los ojos—. Supongo que uno de los que trabaja aquí, tu deberías saber más que yo.

—Esa es la cosa —dijo volviendo su mirada al chico que seguía bailando cada vez con más energía, sonriendo para sí mismo en el proceso—. Conozco a cada persona en esta fiesta, excepto a él.

Jungkook volvió su mirada al frente, dejándolo pasar, si era o no uno de sus colaboradores lo recordaría, definitivamente lo haría. Estaba seguro que no trabajaba para él, aun lleno de curiosidad volvió a girarse para ver al chico bailar de una manera bastante linda y diferente al resto que saltaban con sus brazos al aire ante la música movida de fondo, sin embargo, el chico misterioso giraba con una enorme sonrisa en el rostro al mismo tiempo que movía uno de sus hombros en conjunto a una de sus rodillas flexionadas, la parecía bastante peculiar y graciosa la forma en la que bailaba en su propio estilo.

No podía dejar de mirarlo. Tomó otro sorbo de su bebida mientas miraba al chico que lo entregaba todo en la pista de baile, el resto de personas a su alrededor estaban muy concentrados en su propio grupo como para notar el baile gracioso del hombre que él no había podido quitarle la mirada de encima.

Había algo especial en él, como un imán de atracción, no podía negar que era bastante atractivo y le parecía total fracaso que no conociera a una persona tan energética y diferente a todo el que se encontraba en aquel lugar. Su amigo Seokjin se dio cuenta como no dejaba de mirarlo con una sonrisa a medias, disfrutando por completo la vista que tenía.

Jungkook le sonrió a su amigo y volvió a fijar su mirada en el chico, apoyando sus codos sobre sus piernas, mirándolo de arriba a abajo, riendo bajito por sus movimientos de baile poco comunes. Es el tipo de baile que hacia cuando estaba a solas en casa, tan solo con ropa interior puesta, no en medio de un montón de personas, pero a ese chico no parecía importarle, realmente estaba disfrutando cada segundo, lo podía notar en su rostro, en como separaba sus labios antes de volver a sonreír.

Desde donde estaba no podía apreciar por completo su sonrisa, pero podía asegurar que era hermosa la forma en la que sus labios tomaban forma cuadrada cuando lo hacía y sus mejillas se alzaban de una manera que enternecía su expresión.

—¿Quién eres? —se preguntó a sí mismo.

—Deberías preguntárselo si tanto interés tienes en el chico —comentó su amigo a su lado—. Ya es justo que busques a alguien, me preocupa lo solo que estás.

—No estoy necesitado de compañía —se quejó Jungkook ante el comentario de Seokjin—. Pero no me negaría a algo de acción esta noche.

—¿Seguro que recuerdas como tener sexo? —cuestionó Seokjin en broma.

—¿Qué clase de pregunta es esa? Claro que se, ni siquiera fue hace tanto tiempo —dijo mirando a otro lado.

—Fue hace un año, Jungkook —comentó entre risas

—Sabes que soy muy selectivo y cuidadoso con ese tipo de cosas, no me acuesto con cualquiera, algunos solo quieren aprovecharse por quien soy, ya sabes, gente en busca de algo de fama o un lugar en la empresa que obviamente no le daré.

—¡Jungkook! Deja de explicarme porque no has tenido sexo y averigua quien es el chico que baila como payaso en tu fiesta —demandó empujando al hombre a su lado.

En el momento que empezó a reproducirse Blurred Lines, rodeó el lugar hasta caminar hacia el chico que se movía de un lado a otro con ánimo, reprimió sus ganas de reír cuando se acercó por detrás del chico hasta quedar cerca de su oído.

—¿Quién eres y que haces en mi fiesta? —cuestionó, lo que hizo que este se detuviera y se girara para encararlo y seguir bailando con aquella sonrisa en el rostro, sus puños cerrados contra su pecho al mismo tiempo que se movía de un lado a otro al ritmo de la música.

Taehyung se quedó frisado cuando escuchó aquella voz ronca con matices agudos susurrarle al oído. Apretó sus ojos esperando que el dueño de aquella voz fuera tan atractivo como se lo imaginó en esa fracción de segundos, no hubo decepción alguna.

Se encontró con un hombre de su estatura, vestido con una camisa negra debajo de su traje gris notablemente caro. Su cabello corto, negro como la noche estaba peinado hacia atrás con cierto volumen en su flequillo, dejando su frente descubierta, lo que también le permitía admirar el piercing en su ceja izquierda, los aretes en ambas orejas y el piercing en su labio inferior.

Su primera reacción al verlo con sus manos metidas en los bolsillos de sus pantalones, fue sonreírle mientras seguía bailando. Le bailaba y sonreía al universo por haber puesto a aquel hombre que lo miraba con una sonrisa intentando ser reprimida.

Era su momento de usar sus encantos y obtener lo que quería, solo esperaba que no fuera solo rostro sexy con una apariencia elegante y notablemente con un gran cuerpo ejercitado, solo le pedía al universo que fuera un buen besador y si no era mucho pedir, que fuera bueno en el sexo, o toda esa presencia sería un completo desperdicio.

—¿Quién eres? Nunca te había visto antes —volvió a repetir Jungkook.

—Tu futuro esposo —dijo Taehyung finalmente, logrando que el hombre sonriera a medias, mirando por pocos segundos sus zapatos.

No esperaba que la voz de su chico misterioso fuese así de grave y varonil. La manera en la que lo miró de arriba abajo antes de responder aquello fue lo que le hizo mostrar su sonrisa.

—¿No intentarás conquistarme antes? No soy un hombre fácil de tener, ¿tienes la confianza? —cuestionó alzando una de sus cejas.

—¿Cuánto tiempo me das para hacerlo? Aunque creo que ya lo hice, no has dejado de mirarme.

—Un minuto —dijo desafiante y coqueto.

—Trato. ¿eres soltero?, ¿sin hijos?

—Sin ningún compromiso. Te quedan 58 segundos.

Taehyung sonrió dando un paso adelante, esperando su reacción para dar el siguiente. Levantó su mirada encontrándose con un par de ojos grandes que brillaban mucho más que cualquier luz en esa fiesta, como dos luceros y mientras más cerca estaba, más lo podía apreciar.

Con una sonrisa cargada de complicidad, pasó su mano por el cabello que se sintió mucho más sedoso de lo que esperaba, bajó sus manos desde sus hombros, pasando por su pecho confirmando a su paso que estaba bien ejercitado. Terminó tomando sus manos y las llevó a su cintura sin dejar de mirar como este mantenía aquella sonrisa ladina en sus labios.

—Estamos a punto de hacer un escándalo, espero que eso no te importe —susurró rozando su nariz con la del hombre—. Futuro esposo.

Fue lo último que susurró antes de tomarlo por la nuca y unir sus labios para disfrutar de un beso con los últimos cinco segundos que le quedaban de ese minuto. Sus labios finos eran tan suaves como se podían apreciar, tenían un ligero sabor a ginebra mezclado con bálsamo de labios.

Jungkook no esperaba obtener un beso tan rápido, pero no se quejaba de su manera de conquistarlo, era seductor y experimentado, tal y como pensó que sería, no le importaba lo que el resto pensara y a él tampoco, así que no tenía problema con besar a un hombre que ni siquiera conocía frente a sus empleados.

Los labios del chico excéntrico y seductor eran mucho más carnosos que los suyos, así que disfrutó saborearlos, sus manos seguían en su cintura que se sentía bastante pequeña para ser la cintura de un hombre.

—¿Y? —cuestionó Taehyung al separarse tan solo un poco.

—Besas bien, ¿sabes hacer otra cosa aparte de besar bien? —tuvo el atrevimiento de preguntar estando aun lo suficientemente cerca como para que sus narices siguieran rozándose.

—Dicen, que soy bueno en el sexo, pero solo lo sabrías si tú me conquistara a mí —comentó alejándose por completo del hombre—. Tengo un doctorado, con hombres que son difíciles de tener, yo soy un poco exigente, ¿tienes la suficiente confianza?

Jungkook sonrió por la manera en la que acaba de usar sus propias palabras en su contra.

—¿Cuánto tiempo me das? —preguntó Jungkook, humedeciendo sus labios.

—30 segundos —respondió Taehyung con su mirada en el movimiento del piercing en el labio del contrario, deseaba poder pasar su lengua por aquel metal. Eso sería algo inapropiado y muy subido de tono considerando el lugar en el que estaban.

—Retador —susurró Jungkook, esta vez fue el quien dio un paso adelante.

Lo tomó con fuerza de la cintura y sin darle tiempo siquiera a reaccionar volvió a unir sus labios en un beso mucho más intenso que el anterior, tan pasional que Taehyung sintió escalofríos por todo su cuerpo. Sentía caliente el lugar donde se encontraban las manos del hombre. Se sorprendió al sentir su lengua presionar sus labios, pidiendo permiso para encontrarse con la suya, algo a lo que definitivamente no se negó, pudiendo por fin pasar la suya por el frio metal en su labio.

Su tiempo fue exactamente de 30 segundos cuando abandonó sus labios dejándolo con ganas de más, ese cosquilleo en sus labios que solo se iría con otro beso suyo. Fue tan caliente y ese único beso le demostró que no había forma de que ese hombre fuera malo en el sexo si así besaba.

—Ahora que todo el mundo nos vio besarnos, ¿ya me dirás quién eres? —cuestionó Jungkook mientras se apartaban, vio como el hombre frente a él se relamía los labios con una sonrisita llena de cinismo.

—Primero, tomemos algo, ¿sí? —sugirió Taehyung guiándolo por el grupo de personas que intentaban "disimular" que no tenían la atención sobre ellos.

Aun sin poder quitarle la mirada de encima, Jungkook decidió solo tomar agua dando por hecho que tendría que conducir considerando el momento que estaba teniendo con el desconocido que acaba de besar sin vergüenza alguna en frente de las personas que el lideraba. No podía importarle menos, si lo que tenía en mente desde el momento que decidió tener esa celebración, era que no pensaría mucho las cosas, simplemente se dejaría llevar como hace tiempo ya no lo hacía por deber y disfrutaría el momento sin preocuparse mucho por el resto.

El chico a su lado se notaba que era joven, si no fuera por el traje tan formal que lleva puesto, diría que es mucho más joven que él. Vio como tomaba la copa entre sus dedos largos y delicados que ahora podía apreciar mucho mejor gracias a la iluminación de la barra.

—Trabajo aquí, señor Jeon —expresó dejando la copa reposar frente a él.

—No, no trabajas aquí. Yo mejor que nadie lo sabría, ya dime la verdad —demandó Jungkook acercando su silla al chico, sin dejar de mirarlo a los ojos.

— Kim Taehyung, un placer —dijo extendiendo su mano, misma que Jungkook miró con una sonrisa ladina en el rostro—. La fiesta de mi trabajo es demasiado aburrida, vi la oportunidad de entrar aquí y lo hice sin dudar, así que puede que me haya colado a esta fiesta de pura gente rica, con sus ropas de diseñador y rostros de portada de revista.

—Tu llevas un traje de diseñador y eres bastante atractivo, me parece que encajas a la perfección —señaló Jungkook apoyando su antebrazo de la barra al mismo tiempo que unía sus manos, mirando de arriba abajo al chico que tomaba de su bebida.

—Acércate —le pidió al hacerle señas con las manos, a lo que Jungkook obedeció acercándose más a él, hasta que este cubrió su oreja para susurrar: —Es una réplica, no encajo para nada aquí, pero gracias por el cumplido.

—Si no me lo dices, no me doy cuenta —comentó el pelinegro sonriendo ante la propia sonrisa de Taehyung—. Entonces, me conoces.

—En realidad no, vi tu nombre en la mesa en la que estabas, ¿debería conocerte? —preguntó Taehyung alzando una ceja.

—No realmente y prefiero que sea así.

—¿Por qué?, ¿eres algún tipo de asesino a sueldo?

—¿Me veo como alguien que mataría a una persona? —replicó Jungkook tratando de no reír por aquella pregunta.

—Bueno, depende de cómo, ¿no crees?

—Soy Jeon Jungkook, ¿debería llamarte hyung? —preguntó curioso, viendo como este se terminaba el Martini, tomando entre sus dedos de una manera sutil la aceituna en el fondo, dejando caer su mirada en la de Jungkook mientras se la llevaba a la boca de una forma que resultaba provocativa para el hombre que no dejaba de mirarlo incluso cuando el otro no lo hacía.

—Creo que sí, soy del 92 —expresó, causando que Jungkook casi se atragantara con el agua que tomaba, mirándolo con los ojos muy abiertos.

—Sí, has estado bebiendo delante de mi sin cubrirte —bromeó Taehyung al ver la sorpresa de este—. ¿De qué año eres tú?

—Del 95 —dijo aun estupefacto.

—Lo pude notar en tu rostro —dijo colocándose de frente a él.

Sin decir nada más, se sostuvieron la mirada casi por dos minutos, mientras pasaban sus lenguas por sus labios y se sonreían de manera incitante.

—¿Tu casa o la mía? —preguntó Jungkook ante la notable tensión entre ambos. Quería con urgencia volver a saborear sus labios, quería hacerlo mientras le quitaba toda esa ropa, quería escucharlo jadear y estaba seguro que Taehyung estaba pensando lo mismo.

—La tuya.

Ambos asintieron en acuerdo, caminando juntos hacia la salida. Mientras Jungkook se replanteaba la idea de llevarlo a su casa, Taehyung rogaba no encontrarse con nadie de su fiesta, porque el alcohol que tenía en su sistema era suficiente para que fuera demasiado sincero respecto a lo aburrido que estaba.

No estaba borracho, pero estaba en ese punto donde no le importaba nada, es decir, estaba subiéndose al coche de un desconocido del que solo conocía su nombre y que posiblemente fuera un modelo o accionista, no tenía idea, solo estaba allí por el sexo.

Siguió al hombre atractivo hacia un edificio lujoso en donde, esperó paciente a que este lo guiara por el interior, y por su supuesto que debía ser un caballero si abrió la puerta de entrada a la recepción por él.

—¿No te da miedo que sea alguien peligroso? —preguntó Jungkook.

—No pareces serlo, ¿trabajas para la mafia? No me importa, es cosa de una noche, probablemente no nos volvamos a ver —respondió mientras bajaban en el sexto piso—. Te vi mirarme el culo antes, en el espejo, yo pensando que eres un caballero.

—Lo soy, pero debes saber que tienes buen cuerpo y es casi imposible no mirar —replicó Jungkook caminando hacia el final del pasillo—. Tampoco finjas que no me miraste la entrepierna en el auto.

—Solo es curiosidad —dijo con una sonrisa de lado mientras el hombre colocaba el código de acceso en la entrada.

Apenas se quitaron los zapatos en la entrada, teniendo frente a él un espejo de cuerpo completo. Se dio cuenta de que era un apartamento definitivamente mucho más lujoso y caro que el suyo. Jungkook lo condujo por el corto pasillo, girando hacia levemente a la derecha hacia la sala de estar amplia; no estaba equivocado, era lujoso, pero al mismo tiempo sencillo.

Las paredes estaban cubiertas de porcelanato blanco, color que combinaba con el piso de madera marrón claro, tenía un sofá modular grisáceo, no muy grande, tan solo con una división y delante de este, una alfombra redonda de un color gris más oscuro.

La cocina era de isla abierta y junto a la encimera se encontraba el comedor de granito blanco para cuatro personas, con una lámpara rectangular sobre ella. Vio como Jungkook tomaba un control de la mesita frente al sofá y corrió las cortinas, permitiéndole apreciar la vista que tenía hacia la ciudad. En el momento que estuvo en medio de la sala fue cuando notó el escritorio ovalado detrás del sofá, en la pared que estuvo a sus espaldas hace un rato, colgaban dos cuadros de una especie de rio y árboles, un bosque.

—Siéntate donde quieras —comentó Jungkook desde la cocina.

—En tu cara, no estamos aquí para eso, ¿no? —comentó Taehyung aun con aquella sonrisa ladina, pero Jungkook no tenía su mirada en él.

—¿No quieres algo de tomar?, ¿agua quizás? —cuestionó mirándolo con el refrigerador abierto delante de él.

Por la mirada que le dedicaba el hombre en medio de su sala de estar, estaba provocando en el la mismas gana de besarlo. Pasaba su lengua por sus labios para luego sonreírle, quizás estaba pensando que era un inexperto, y aunque no lo fuera, hace meses que no tenía nada con nadie, quizás había olvidado como iniciar aquel jueguito antes del sexo, quizás el hombre que llevó a su casa para tener sexo no le importaba nada de eso o quizás sí, no podría saberlo si no lo conocía.

En cierta forma la mirada de Taehyung le intimidaba, lo que notablemente empezaba a excitarle cuando él solo lo miraba sin darle una respuesta a su pregunta.

Jungkook sentía que en cualquier segundo uno de los dos se abalanzaría contra el otro hasta que lo único que se escuche luego sean sus gemidos, sin importar de que parte de su apartamento vinieran. Es lo que él deseaba desde que probó el sabor de sus labios en aquella fiesta.

—No, no quiero nada de tomar, a menos que venga de tu cuerpo —consideró Taehyung—. ¿Vamos a coger o no?

—No quiero parecer un desesperado —admitió Jungkook desabotonando su saco a medida que se fue acercando a él.

—No me importa, estoy caliente y si sigues haciendo preguntas dejaré de estarlo —puntualizó Taehyung, lo que hizo reír a Jungkook en cuanto se detuvo frente a él.

Taehyung sentía que podría correrse de tan solo ver como se desvestía frente a él, el hombre arrojó su americana gris al sillón verde en la esquina de la sala, junto a la televisión de pantalla grande, y la manera en la que empezó a quitarse su corbata negra como su camisa, ladeando su cabeza a un lado, mordiéndose el labio inferior y frunciendo levemente sus cejas.

—Puedo saber... —empezó diciendo en un tono de voz más grave—. ¿Qué te tiene tan caliente? Ni siquiera nos estamos besando, todavía.

Él sabía lo que estaba haciendo al dejar la corbata en el mismo lugar de su saco. Ahora tenía los primeros botones de su camisa abiertos, Jungkook alzó su mano para quitarle el saco y arrojarlo al mismo sillón verde, con destreza, Jungkook le quitó la corbata negra alrededor de su camisa blanca.

—Tu, por supuesto —contestó Taehyung, emocionado por lo que hacía el hombre.

—Entonces, si debería cogerte —expresó tomando la corbata en sus manos.

Taehyung jadeó en el momento que Jungkook colocó la corbata alrededor su cintura y con fuerza tiró de esta hasta que su cuerpo estuvo pegado al suyo.

📍

Sin poder contenerse más, Jungkook lo besó, al principio fue algo torpe, pero solo fue cuestión de segundos para conocer sus labios y besarlo con destreza como si lo hubiese besado por años. Apretó aún más la corbata alrededor de su cintura, de manera que sus entrepiernas se rozaran.

Entre jadeos y el sonido de sus labios húmedos al saborear los de otro, Taehyung terminó de desabotonar la camisa del hombre que lo besaba como si no hubiese un mañana.

—Mmh, que manos tan traviesas —jadeó Jungkook en el instante que los dedos de Taehyung terminaron en el bulto de sus pantalones, masajeando en la zona de arriba a abajo.

Jungkook arrojó la corbata que mantenía sus cuerpos pegados al sillón verde y sus manos empezaron por quitar la camisa de Taehyung, pronto sintió la suavidad de su piel en la yema de sus dedos.

—Quítate los pantalones, me tienes solo en bóxer en tu sala y tú sigues con toda la ropa puesta —demandó Taehyung con su voz gruesa, aun sin despegar por completo sus labios.

El hombre frente a él se apartó por completo, mirándolo con una sonrisa ladina en el rostro mientras se deshacía de su camisa, Taehyung casi se atraganta al notar que los tatuajes en su mano no eran los únicos, sino toda la extensión de su brazo hasta sus hombros, lo que le hacía ver aún más sexy, con su cabello corto, aquella sonrisa lasciva, su cuerpo tan bien trabajado que solo provocaba en el que quisiera besar su pecho hasta dejar marcas en este.

Al igual que él, ahora se encontraba únicamente en un bóxer negro. Aún estaba ensimismado ante la imagen que tenia del hombre, y se preguntó cómo es que estaba soltero a su edad; era joven, atractivo y por el auto que conducía y el apartamento que tenía, podía decir que tenía dinero, era como un sueño. Era el tipo ideal de cualquiera, mujer u hombre, y luego estaba el pellizcándose para asegurarse de que era el real el hecho de estaba a punto de tener sexo con un tipo como él.

Taehyung lo miró confundido cuando este se sentó delante del sofá, con sus piernas estiradas, sus brazos extendidos sobre el sofá, mirándolo con aquella sonrisa coqueta en sus labios. No entendía que estaba haciendo.

—Dijiste que querías sentarte en mi cara —expresó el hombre al echar su cabeza hacia atrás, esperando al próximo movimiento de Taehyung, quien solo tomó el control sobre la mesita y antes de bajar sus boxers cerró las cortinas.

—¿Tienes algún fetiche de exhibicionismo? —cuestionó Taehyung caminando hacia el completamente desnudo, Jungkook tragó en seco al ver que su tamaño era mucho más grande de lo que tenía en mente, tanto que se sintió algo avergonzado del suyo.

Se sentó sobre su regazo, obligándolo a levantar por completo la cabeza hasta volver a unir sus labios en un beso más lento, lleno de lujuria. Taehyung mordió ligeramente su labio inferior, para luego hacer un recorrido de sus labios por el cuello del hombre, encontrándose con un lunar en el proceso. Sus manos grandes estaban en sus firmes pectorales, acariciando la zona, bajando lentamente hasta llegar a su erección.

—En realidad, ni siquiera recordaba que... —dijo Jungkook entre besos—, tenía las cortinas corridas.

Jungkook acariciaba la espalda de Taehyung, enredaba sus dedos entre su cabello mientras este besaba su cuello y parte de su hombro tatuado. Deslizó su mano por toda la espalda del contrario hasta llegar a sus nalgas y darles un fuerte apretón, provocando que este jadeara en respuesta y que el sonriera al darse cuenta que había descubierto la primera cosa que le excitaba.

—Tócame antes de sentarme en tu lindo rostro —susurró Taehyung moviéndose sobre el miembro de Jungkook, quien no tardó en cumplir con su petición y movió su mano de arriba a abajo, al mismo tiempo que besaba su pecho.

Echó la cabeza hacia atrás cuando el hombre pasó su lengua por uno de sus pezones, lo que en definitiva era una de sus zonas débiles y estaba seguro que Jungkook lo supo en el instante que empezó a mover sus caderas y jadear más alto ante el contacto.

—Joder, si sigues me correré en tus manos.

Una risita, eso fue lo que obtuvo como respuesta por parte de Jungkook, quien claramente sabia utilizar bien su lengua y toda su boca en general. Taehyung lo tomó del cuello con fuerza e hizo que recostara su cabeza por completo del sofá. Se puso de pie al instante, y sin dejar de mirar a Jungkook, colocó ambas rodillas a cada lado del rostro de su conquista, y la simple imagen hizo que su miembro se contrajera.

Estaba a una altura en la que su cuerpo aun no hacia contacto con sus labios, pero ahí estaba el, con los labios entreabiertos, mirándolo a los ojos. Taehyung tuvo que sujetarse de los brazos de Jungkook en el momento que este lo tomó de la cintura con determinación y tiró de su cuerpo a su rostro.

No pensó que el realmente se atrevería a hacerlo, hasta ese punto solo estuvo poniéndolo a prueba, así que en el momento que sintió la lengua del hombre en su entrada trató de no jadear ante la nueva sensación, lo cual fue inevitable, cuando este empezó a jugar con su miembro, lento y al compás del movimiento de su lengua.

En el momento que más excitación sentía, Jungkook se apartó y volvió a mirarlo. Taehyung entendió su petición cuando este extendió su mano, sin necesidad de que este lo dijera en voz alta, se inclinó tan solo un poco al frente y permitió que los dedos del pelinegro llegaran a su boca.

Lo último que se esperaba Taehyung es que este lamiera toda su erección mientras apretaba sus nalgas e introducía lentamente los dedos que antes fueron lubricados por su propia saliva. A partir de ahí, fue un completo desastre de gemidos, sentía que sus piernas flaqueaban cuando el hombre debajo de él se llevó su miembro a la boca, completo, hasta el punto que sintió su lengua en sus testículos.

Realmente se lo estaba comiendo, Taehyung llevó sus manos a la parte trasera de la cabeza de Jungkook e hizo que este subiera y bajara a través de toda su virilidad. La doble estimulación le estaba enloqueciendo y el sucio sonido provocado por la voz de Jungkook, sus gemidos siendo ahogados por el miembro que salía y entraba de su boca, lo tenía al borde de la lujuria extrema. Podía sentir como chocaba contra su garganta y como sus dedos tocaban su punto débil en su interior. Le estaba dando mucho más de lo que esperaba obtener.

Por los fuertes gemidos de Taehyung, por como sus piernas temblaban y se contraían contra su rostro, supo que estaba a punto de correrse si no se detenía en ese instante. Lo levantó por la cintura e hizo que volviera a estar sobre su regazo, ambos con la respiración agitada.

—Señor, ¿qué le pareció la cena de hoy?

—Cinco estrellas Michelin —comentó Jungkook limpiándose la comisura de sus labios con el dorso de su mano.

—¿No te gusta que te llame señor? —cuestionó Taehyung peinando hacia atrás el cabello del hombre que aún tenía su ceño fruncido ante el nuevo apodo.

—Me pone duro que me llames así, cuando tú eres mayor que yo por tres años.

—Señor, su ropa empieza a molestarme...

Taehyung no pudo terminar su frase cuando este lo levantó cargándolo hasta su recamara, estaba casi seguro que lo harían en medio de la sala, pero terminó siendo tumbado en el suave colchón de una cama, la puerta de la habitación seguía abierta por lo que desde su lugar pudo notar que estaba a solo algunos pasos de la sala de estar.

Observó como el pelinegro se deshacía de su bóxer, dejando a la vista lo que Taehyung tanto quería ver, estaba seguro que se divertiría con él. Lo esperó recostado sobre las almohadas; Jungkook seguía con los labios hinchados y húmedos cuando se colocó el preservativo frente a él. El hombre tomó sus piernas y las llevó a su cintura, pero Taehyung las volvió a bajar y se alejó dejando a Jungkook confundido en medio de la cama.

—Acuéstate —demandó Taehyung, quien terminó colocándose de espalda al hombre, después de haberse lubricado con el líquido del frasco que seguía sobre la cama, tomó el miembro erecto de su amante y bajó sus caderas lentamente hasta tenerlo por completo dentro suyo.

Por la manera en la que movía sus caderas, con destreza, apoyando sus manos sobre la cama mientras subía y bajaba, saltando sobre su erección, jadeando en susurros. Quería escucharlo gritar, que le pidiera que se detuviera porque no aguantaba más, necesitaba volver a escuchar los gemidos roncos de antes en su sala de estar.

Llevó una de sus manos hasta el trasero de Taehyung, donde acarició antes de darle una nalgada y otra, y otra, hasta que ambas estuvieran rojizas y lo único que escuchaba eran los gemidos del chico que se movía más rápido sobre él.

—Joder —gimoteó Jungkook al ver como su miembro entraba y salía con rapidez de la entrada de Taehyung.

Con ambas manos apretando sus nalgas y frunciendo el ceño ante la vista que tenía, de solo ver como este se movía incrementaba el caliente de su cuerpo.

—¿Te gusta? —cuestionó Taehyung, mirándolo por encima de sus hombros, mordiéndose los labios entre gemidos, sin dejar de moverse un solo segundo.

Las manos de Jungkook presionaron su cintura cuando Taehyung bajó la velocidad de sus movimientos lo que provocó que el pelinegro tomara el control.

—Recuéstate de mi pecho —ordenó acariciando los muslos de Taehyung, quien no dudó en dejarse caer de espaldas sobre el pecho de Jungkook, fue allí cuando sintió el latido de su corazón.

—Que romántico eres —susurró Taehyung en el momento que terminó recostado su cabeza junto a la de Jungkook, aun estando sobre él, su espalda contra su pecho.

Un gemido gutural se escuchó en toda la habitación, probablemente en todo el apartamento, quizás en todo el edificio, cuando Jungkook tomó el control de los movimientos, manteniendo sus piernas abiertas al sujetarlo por sus piernas. Sus estocadas eran fuertes y determinantes. Apretó el brazo del hombre que era causante de sus gemidos descontrolados, ni siquiera sabía las cosas que decía cuando el placer que mantenía sus cuerpos jadeantes le invadían de una manera que no podía pensar con claridad.

Estaba embriagado de lujuria, placer, pero aun así quería más. Y eso fue lo que obtuvo, más; hasta que todo lo que se podía escuchar era el sonido de sus cuerpos al chocar, las maldiciones de Taehyung, los gemidos de Jungkook en su oído cuando lo embestía con vehemencia.

La mano de Jungkook cubrió su miembro, y esa la fue la gota que derramó el vaso para que entre gemidos, Taehyung gritara su nombre y le pedía que no se detuviera. Arqueó su espalda sujetándose de ambos brazos del hombre que sujetaba sus muslos, moviéndose con fiereza, embistiendo una y otra vez ese punto dulce en su interior que le hacía poner los ojos en blanco en cada penetración.

Sus piernas temblaron y todo su cuerpo se contrajo ante la sensación del orgasmo que humedeció su pecho y la mano tatuada de Jungkook, quien no detuvo el movimiento de sus caderas.

—¡Ya! —chilló cuando este continuo sus movimientos casi bestiales, provocando esa sobre estimulación que no dejaba de ser placentera para él, pero que si seguía podría correrse de nuevo ante la sensación que ardía dentro de él.

Jungkook llevó una mano al rostro sonrojado de Taehyung e hizo que este ladeara su cabeza hasta poder ver como fruncía su ceño, sus labios entreabiertos de donde salían gemidos altos, mismos que fueron ahogados en un beso. Que este apretara su entrada aún más, que gimiera contra su boca, fue lo que hizo que llegara al clímax, gimiendo contra los labios de Taehyung.

Exhausto, Taehyung dejó caer sus piernas aun con la respiración agitada sintiendo el pecho de Jungkook subir y bajar contra su espalda. Todo su cuerpo temblando ante el intenso orgasmo de su amante.

📍

—Vamos a limpiarnos, muñeco.

—Irónico que pienses que podré pararme de aquí después de eso, dame 10 minutos más.

—¿Te hice daño? —preguntó Jungkook aun sin salir de él.

—No, aunque técnicamente fue lo que te pedí en medio de todo. Eres muy tierno, Jungkook —comentó Taehyung volviendo a mirarlo, acariciando el cabello sudoroso del hombre, quien antes se veía sexy con todos esos tatuajes y esa sonrisita ladina, ahora tenía una mirada llena de ternura y preocupación, con sus ojos brillantes, lo que le dejaba claro que estaba frente a su verdadero ser.

—Me iré a limpiar, espera aquí —le pidió Jungkook.

—No me iré a ningún lado.

Taehyung se quedó en la misma posición en la cama, su pecho era un desastre de su propio orgasmo.

Para cuando Jungkook volvió a la habitación, lo encontró dormido, así que volvió al cuarto de baño por las toallitas húmedas que luego pasaría por el cuerpo del castaño, con cuidado de no despertarlo.

Tenía dudas de que podía pasar en cuanto terminara, el probablemente se ducharía, se cambiaría y se iría, pero por alguna razón Jungkook quería tenerlo a su lado por más tiempo. Hace tiempo que alguien no se quedaba a dormir a su lado y aunque no haya sido plenamente consciente el que Taehyung se quedara dormido en su cama, no se quejaba de ello.

En silencio recogió toda la ropa de la sala, apagó las luces y terminó recostado junto al chico que ahora dormía de espaldas a él. Por respeto y porque no sé conocían del todo, Jungkook mantuvo sus manos para sí mismo a pesar de que antes fueron esas mismas manos que lo azotaron y exploraron todo su cuerpo.

Él se encargó de limpiarlo, cubrirlo con su bóxer y las sábanas, no tardó en quedarse dormido al instante.

Hace un poco de calor aquí o ¿solo soy yo? Eso estuvo mucho más intenso de lo que yo pensaba que sería, espero que les haya gustado la primera parte.

Feliz San Valentín y si vienen después de leer Ruleta Rusa, bienvenidos a la terapia🫰🏻.

No duden en comentarme que les parece, ¿que creen que pasará después de este encuentro? Ambos son tal para cual🥵.

Aún faltan dos partes, termino de editar la segunda y actualizo en unas horas, mientras espero que hayan disfrutado este primer capítulo 🥹💜.

Nos seguimos leyendo en breve🫂.

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